HARU-HARU
-Te veo muy animado, Victor- dijo Vladimir mirando a su hermano, que caminaba a su lado por el jardín del hospital.
Hacía una tarde preciosa, el Sol brillaba entre los árboles de sakura y las flores acariciaban las ruedas de la silla de Vladimir.
-Hoy ha sido un día algo distinto- comentó Victor mirando al frente.
Vladimir sonrió al intuir los pensamientos de su hermano. Le gustaba verle feliz.
-Y... ¿cómo se llama ella?- preguntó mientras hacía girar las ruedas.
-Pues...eh... ¿eeeh?- dijo mirando hacia otro lado- ¡no es por una chica!- contestó con las mejillas rojas.
Vladimir se rio por la reacción de su hermano.
-¿A, no?¿entonces qué es?- volvió a preguntar girando la silla y deteniéndose frente a Victor, cada vez con más interés.
-Pues es por Ao- murmuró
-¿Ao? ¿quién es Ao?- repitió Vladimir sin comprender.
Victor miró a su espalda.
-¿No te has dado cuenta? nos lleva siguiendo todo el rato.
Vladimir se giró confuso, y vio un pequeño cachorro a unos metros detrás de ellos.
Soltó una carcajada.
-¿Ese pequeñín te ha estado siguiendo?- dijo mientras se inclinaba sobre la silla y le hacía gestos al animal para que se acercase.
-Sí, desde que esta mañana después de entrenar le he acariciado. Parece estar abandonado
-¿Y le has puesto "Ao" de nombre? muy original- comentó divertido mientras alargaba las manos hacia el perro, que se acercaba despacio. [ao= azul en japonés]
Era un huski negro y blanco, con unos profundos ojos azules.
Vladimir alcanzó a cogerlo y lo elevó hasta sus rodillas. El perro se encogió y se dejó acariciar tímidamente.
-¿Sabes que veo en los ojos de este perro, Victor?- habló con una expresión triste.
Victor, que no había parado de observar a su hermano dijo que no con la cabeza.
-Veo soledad, mírale, apenas llegará a los tres meses, pero este animal está muy solo- hizo una pausa para volver a levantar al cachorro y mirarle a los ojos- todos necesitamos a alguien, alguien que nos quiera, alguien a quien poder amar y por quien luchar, ¿verdad?- le preguntó al perrito mostrándole una sonrisa.
El huski pareció entenderle y dio un pequeño ladrido, que provocó que Victor se riera.
-Para eso necesitamos mostrar cariño- dijo mirando a Victor- los besos siempre nos ayudan a seguir adelante, porque nos transmiten esa fuerza que nos falta para luchar.
Victor dejó asomar media sonrisa.
-A si que...¡besa al perro!- exclamó Vladimir mientras le tendía el cachorro a su hermano para que lo besara- ¡vamos, bésale, necesita amooor!
El perro lamió la mejilla de Victor para sorpresa de ambos, que empezaron a reir a carcajadas. Todo en aquel momento era perfecto. Entonces Vladimir comenzó a toser. Se llevó la mano al pecho. Su respiración se volvió pesada.
Victor se dio cuenta enseguida y dejó a Ao en el suelo.
-Vladimir ¿estás bien?¿qué te pasa?
Su hermano era incapaz de contestar, no paraba de toser y respirar entre bocanadas de aire que parecían no llegarle.
-¿Vladimir?- preguntó asustado- ¡ayuda! ¡ayuda!- pidió a gritos.
Nunca olvidaría el vuelco que dio su corazón al ver que los ojos de su hermano perdían poco a poco su brillo.
Unos instantes después Vladimir se quedó sin aire y cayó al suelo. Todo pasó demasiado deprisa para Victor.
Cogió a su hermano del suelo y atravesó el jardín corriendo. Nada más entrar en el hospital, una enfermera le vio y llamó al médico. Se lo llevaron a una habitación y a él le dejaron fuera. Eso nunca era bueno.
El chico estaba sentado en el suelo de uno de los pasillos frente a la puerta donde estaba Vladimir. Con la espalda apoyada contra la pared y la cabeza entre las rodillas, respirando fuertemente y temblando de la impotencia.
Su hermano estaba allí dentro y se estaba muriendo. Sintió como se le inundaban los ojos, pero no lloraría.
Se levantó y empujó la puerta de la sala con decisión. Un par de enfermeras y el médico andaban rápidamente de un lado a otro, controlando el pulso de su hermano, que se oía débilmente en un monitor.
-¡No puedes entrar aquí!- le gritó el médico.
Victor le ignoró y se acercó a la cama.
-¿No me has oído?- preguntó amenazante el médico- ¡Fuera de aquí!- dijo señalando la puerta.
Victor no levantó la vista de la pálida cara de su hermano mayor.
Las enfermeras se acercaron al médico, le pidieron que se calmara y que dejara al chico.
-¿Vladimir?- susurró acariciando el rostro de su hermano y aguantándose las lágrimas- venga, te vas a poner bien...yo lo se- habló todavía más bajo- Yo lo se...
Una lágrima le cayó por la mejilla.
La respiración de su hermano cada vez era más imperceptible y sus latidos más lentos.
-No puedes dejarlo ahora- le habló- no puedes irte y ya está, no puedes abandonar el fútbol, tus sueños, ¡no puedes dejarme a mi!- le gritó agarrándole fuertemente de la camisa y escondiendo el rostro en su pecho. No imaginaba un mundo sin él.
Lloraba sobre Vladimir, sujetándole con todas sus fuerzas de la camisa, como si se fuera a esfumar. Recordó fugazmente como jugaban cuando eran más pequeños y como le admiraba por ser tan bueno en todo.
-Me lo dijiste antes...- sollozó- todos necesitamos a alguien a quien amar y por quien luchar- le dijo apartándole el pelo de los ojos- Yo te necesito a ti, Vladimir, tu eres por quien lucho. Resiste ¡eres fuerte!
Las dos enfermeras miraban al suelo consternadas por el dolor de Victor, y el médico no se atrevía a decir nada.
Lentamente se inclinó hacia su hermano.
-Saldrás adelante- le susurró decidido, y juntó sus labios con los de Vladimir.
Coge toda la fuerza que necesites para seguir luchando Nunca antes había sentido ese cariño. Haría lo que fuese por devolverle el brillo en la mirada. Cualquier cosa
El beso se mezclaba con las lágrimas.
No me dejes solo suplicó mientras una lágrima resbalaba por su mejilla y caía en la de Vladimir.
FIN
PD: Victor se queda a Ao
Dejo el final abierto, en cierto modo (porque me daba mucha pena "acabar" con Vladimir y quería un final triste) sois libres de pensar un final (y escribirlo, ¡me gustaría leer un final vuestro para HARU-HARU!)
