Summary: Sabía que esto era patético. Trataba de decirlo, tal cual, y a pesar de que se arrepintieran, debían de hacerlo, o podían jugar a pretender, como si no hubieran alcanzado un límite. Antes de que alguno tomara el primer paso y terminara con esa relación, ninguno quería ser el que lo hiciera.

Disclaimer: La historia es de mi pertenencia, en ella sólo utilizo sin ningún fin de lucro, a los personajes de Naruto, cuyo creador es Masashi Kishimoto. Está prohibido re-suban esta o cualquier otra de mis historias, o adaptarlas. La canción pertenece a The Chainsmokers.

NA: Esta historia serán solo dos capítulos, ya la tengo terminada, y creo que el domingo subo el otro cap.

Antes de que lean, quiero que… hum… sepan, que yo no escribo smut… bueno, en si ya escribo feo, ¡ahora imaginen escribir lemon! Es más difícil de lo que parece, y como ya he dado mi excusa, lamento que esto no haya quedado... tan bien :/


The One

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Estaba recostado en su cama, hace tiempo que el sol se había ocultado y sabía con exactitud qué hora era, pues tenía su celular en su mano. Ya no escribía, solo leía una y otra vez el mensaje que había escrito pero no se atrevía a enviar.

Lo siento, no iré.

Se leía en el mensaje. Lo había escrito hacía unos momentos, pero aún no lo enviaba. Debía de hacerlo. Aunque no tenía ningún compromiso, era su propio egoísmo lo que le impulsaba. Sabía la reacción que tendría ella.

¿Por qué?

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Vamos, terminemos con esto, estuvo a punto de enviar eso. Borró el mensaje, y escribió algo más. Presionó enviar

No llegare a tiempo,

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Era mentira. Él tenía todo el tiempo del mundo, y ella también lo sabía, fue por eso que ya no le respondió.

Seguro ella estaría decepcionada. Claro, era su fiesta de cumpleaños, y él había decidido no asistir, otra vez.

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Él llegó cuando ya no había nadie en su casa. Su amiga, quien siempre le acompañaba tampoco estaba. Seguro Sakura le había convencido de que no estaría sola.

A pesar de que él no le había mencionado que iría más tarde, ella lo conocía demasiado bien. Y aunque él había decidido ir, contaba los segundo para alejarse e irse.

Sentada en el escalón de su pórtico, le esperaba afuera. A excepción de las luces de colores de las lámparas colocadas en los portales de ese pórtico, la casa lucía oscura. Y como no, si era demasiado tarde para que alguien estuviera despierto. O tal vez, demasiado temprano.

"Hey. " Saludó Sakura, levantándose mientras tratada de alisar su vestido, él sabía que lo hacía más por costumbre que por verdadera necesidad. Sasuke llegó hasta estar frente a ella, a medio metro de distancia.

"Hey," y después de un momento le dijo. "Feliz cumpleaños."

Ella sólo le respondió con un gesto que no debería considerarse como sonrisa. Era demasiado tenue, poco sincero y sin emoción. Esa no debería ser llamada sonrisa, no en un rostro como el de ella.

Estuvieron así, uno frente al otro, por tanto tiempo que parecían horas. En qué momento dejo de contar, suponía fue cuando ella se acercó. Sentía el latir de su corazón, tan claro, tan perturbado.

No decían nada, no se miraban a los ojos. Era como si fueran desconocidos, el ambiente era tenso, pesado y frío. Fingían que nada pasaba. Jugaban a pretender, a ignorar y evitar. Ambos los sabían, pero no lo decían. Y él no sería quien lo dijera.

Ante esto, como si supiera lo que él pensaba, ella soltó aire, un gran suspiró. Estiró su mano, hasta colocarla en el hombro de él, así fue como ella llamó su atención, y él encontró su mirada. Un contacto que duró lo suficiente para saber lo que significaba. En su mirada veía cansancio, y si fuera de día, si hubiera algo de luz, él podría decir que había un brillo en sus ojos. Siempre era así cuando se trataba de él.

Ella inclinó un poco la cabeza, formulando una pregunta silenciosa; le estaba invitando a pasar. Levantó su mano, extendiendo su palma, para que él la tomará. Sasuke miró su mano y luego su rostro, por unos instantes. Analizó. Él había venido con un motivo en específico, uno que había estado cargando por cierto tiempo y debía de concluir. Pero, al estar ahí, con ella y esa muda invitación, aceptó.

Tomó su mano, más pequeña y delicada, y le apretó, con la fuerza que podría lastimarla, pero ella no dijo nada, sino que también le sujetó con fiereza. Ninguno quería dejar ir al otro. No cuando era tan difícil unirlos.

Así, mano en mano, sin decir nada, entraron a la casa de ella, cerrando tras de sí con la mayor delicadeza y silencio.

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Hacía un tiempo, le hacía sentir algo ansioso cuando ambos estaban solos en su casa. Eso era cuando recién empezaban a salir, cuando el nerviosismo y la espeta de lo que pudiera suceder, de quien iniciaría el beso o el roce, donde su corazón palpitaba demasiado, cuando no le importaba dar a mostrar lo que estaba sintiendo, proyectándolo en su tacto, en su rostro, y sobre todo en sus ojos. Cuando ella se sonrojaba hasta la raíz, evitaba su mirada y luego volvía a buscarla, cuando en sus ojos había ilusión, esperanza y amor.

En este punto, ya no se sentía capaz de saber si lo que sus ojos proyectaban era el mismo amor devoto, aunque sabía que la ilusión hace mucho había desaparecido.

El nerviosismo de estar con la persona que amas, la felicidad de estar cerca, la comodidad de estar juntos...

¿En qué momento se fue acabando?

En su lugar, se sentía ansioso por algo más, sentía que debía (debían) terminar con lo que estaba sucediendo. Con esa situación, una relación que se perdió.

El silencio ya no era algo suave y relajado. Ya no había excitación o nerviosismo. Ambos sabían que las cosas no estaban bien, pero no podían señalar a un culpable, ninguno hablaba abiertamente sobre eso, mucho menos buscaba una solución, o lo que Sasuke estaba pensando desde hace tiempo, terminaron con todo.

La silla en la que estaban sentados era reclinable, la clase que se usa en la playa, pero esta tenía cojines. Sasuke recordaba vagamente que en esa misma silla había sido usada por él mismo la primera vez que estuvieron ahí. Ahora, sentados en esa silla playera, en el patio trasero frente a una piscina en la que muchas veces estuvieron juntos disfrutando de su relación, ambos estaban cerca del otro, físicamente, pero emocionalmente alejados. Ocupándose con sus propios problemas, e irónicamente pensando como esas dificultades que antes eran de pareja, y que ahora se sentían ajenas, era porque dichas dificultades se trataban sobre la persona sentada a un lado.

"Lamento no haber llegado a tu fiesta. "

"No, no lo sientes." No había enojo en su tono, ni reproche, sólo... cansancio. Rendición.

Su tono le molestó, "Esto es patético,"

Sakura le miró. No le preguntó a qué se refería, pues imágenes de momentos vividos le invadieron su mente. Citas canceladas, reproches y discusiones, el olvido de fechas importantes, cumpleaños pasados con tristeza y soledad, discusiones y como poco a poco... todo eso dejó de doler.

"Lo es," su voz sonaba distante. Y por primera vez en ese día, le miró a la cara.

"Lo mejor es si nosotros, si esto-" pero él mismo cortó lo que estaba diciendo. Ante él, la mirada pensativa y melancólica de la chica a la quien supo que siempre amaría, la chica que siempre le provocó calidez dentro de sí, seguridad y ese sentimiento que está prohibido mencionar, recordó.

Porque su relación se echó a perder hace mucho, donde ella y él tuvieron la culpa, y ninguno tuvo el valor de terminarla... dejándola que se pudriera.

Ya no dolía como antes.

El que ella no le hablara, le ignorara y le pagará con la misma moneda. Podrían salir con alguien más, pasar con dicha persona frente a las narices del otro, y ya no importaría. Las discusiones habían terminado, no reproches, no demostraban sentimientos, las llamadas sin sentido, realizadas por el simple hecho de escuchar al otro también terminaron.

O al menos, se convencía que ya no dolía igual.

Y con ella mirándolo a los ojos, él regresándole la mirada, ahí vulnerable, recordando toda esta mierda de situación, simplemente no pudo terminar lo que decía.

Porque sus miradas hablan a gritos sus sentimientos, sus pensamientos. Lo que ningún se atrevía a decir y mostrar. Ambos entendían.

"¿Sería mejor...?" ella trató de continuar lo que él decía, en vano, porque sabía a qué se refería.

"Nada." Rompió el contacto visual.

No.

Él no voy a ser quien lo haga. Quien termine esa relación. No lo haría teniéndola a la cara, recordando los malos ratos, y sobre todo, sabiendo cuanto la ama.

"¿Sasuke-kun?"

Ahí estaba, esa vulnerabilidad y arrepentimiento. Cuando se trataba de Sakura, Sasuke era un cobarde. Levantó la mirada y sostuvo la de ella.

Eso era algo de ellos, comunicarse con miradas y silencios. A Sakura le intrigó un poco lo que veía en esa mirada que siempre le enamoró y lastimó. Lo que hizo Sasuke luego, no le tomó por sorpresa.

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¡Estoy viva…! (inserte escena de Mushu de la película Mulan)

Okay, antes que nada, tengo varias y muy buenas excusas por las que no había actualizado nada; Tanto puente vacacional me dejó más exhausta que descansada, por lo que he dormido por las tardes para poder trabajar durante el día; estoy en semana de evaluaciones; estoy escribiendo varios long-fics; el fin de semana me entere que FF net estaba teniendo fallos y por último; soy muy floja :)