Manga: Capítulo 184

Dısçlaıмєя Applıєd

Golpe, golpe, golpe. Ante cada uno trata de no quejarse, usando su resistencia y su fuerza de voluntad para controlarse. A estas alturas, el dolor físico es más fácil de soportar que el dolor emocional.

Moratones apareciendo en su cuerpo— se da cuenta ya que ve y oye preocupados a sus amigos y su hermana —pero para Tachibana no es solamente por culpa del sadismo de Kirihara. Pues por cada golpe que recibe se le aparecen recuerdos de cada golpe que dio en el pasado.

El karma, Kippei recordó la vaga sonrisa de Chitose—. Todo lo que das se te devuelve, tanto lo bueno como lo malo.

Fue solo un consejo, que podía tomar o ignorar, según su viejo amigo le explicó después. Chitose nunca le juzgó porque no se sentía calificado como para aconsejarlo, pues él no era un ejemplo andante de buena persona tampoco.

Y ninguno lo fue, sobre todo él. Claro, fue un buen tenista— uno de los mejores de Kyuushu, llegando incluso a ser conocido a nivel nacional —por supuesto, pero ser buen tenista le había transformado en mala persona. En su búsqueda por ser mejor, se había vuelto violento al punto de ser despiadado, había pasado de ser el niño alegre y de sonrisas para ser el chico serio que si sonreía solo lo hacía de lado y de forma altanera.

Pero ganaba, ganaba y solo eso importaba en su momento. ¿Para qué jugaba si no era por eso? La victoria se alzaba sobre esos cuerpos de rodillas, con alguna parte del cuerpo dañada. Cuando se enteraba de que alguno abandonaba el tenis, se decía que les hacía un favor, que eran débiles y eso les iba a demostrar que no era correcto que practicaran deportes si no toleraban los golpes que éstos provocaban. Siempre daba negativas— en su mente —cuando le asaltaba la culpa.

Porque en el tenis, jugaba para ganar y eso lo era todo.

O eso creyó hasta el accidente que le causó a Chitose, hasta que comenzó a alejarse del tenis y en ese tiempo ausente comprendió que él nunca jugó por un premio o una reputación sino porque era su razón de vivir.

Lo entendía ahora, lo entendió y usó su anhelo para ayudar al renacimiento de Fudomine como una manera de poder redimirse.

Pero el karma negativo había vuelto más temprano que tarde a él y solo le quedaba resignarse, aceptar cada golpe y sentir la vergüenza de verse sin salida de cada potente disparo mientras quien alguna vez fue una bestia, era azotado por un posible demonio.


No es que crea que Kirihara hizo—hace bien, ni nada. Lo amo, pero reconozco su maldad que enamora (?). Y conste que adoro a Kippei, por eso el intento de escribir algo decente para él y no mero OTP míos (xD)

Cuando me desvelo hago cosas ¨serias¨ y no a lo que estoy acostumbrada.

Un saludo a quien se pase, ¡Nos leemos!