Disclaimer: Canción de Hielo y Fuego pertenece a George R.R. Martin. Este fic participa del desafío de diciembre "La batalla de hielo y fuego" del foro "Alas negras, palabras negras".

N/A: Vale, con esta historia admito que al principio estuve... muy bloqueada. ¿Narrador interno? Pasé mucho tiempo envidiando a la casa Stark, que les tocó slash/femslash y narrador externo, mis dos cosas favoritas cuando se trata de escribir. Además me gustan los cítricos. Sin embargo, creo que al final fue bueno que saliera de mi zona de confort; una vez pasado el bloqueo principal, disfruté muchísimo escribir esta historia. Traté de mantenerla no demasiado explícita, y honestamente, me gusta el resultado. Espero que disfruten tanto leer esto como yo disfruté escribiéndolo.


Toc, toc, toc

Dos toques juntos y uno más espaciado. Ya ensayamos ese gesto como millones de veces, es su manera de saber con seguridad que soy yo, yo y nadie más. Es su manera de saber que estamos a salvo. Dos toques juntos y uno más espaciado. Cersei me abre la puerta.

Está hermosa, como siempre. El cabello rubio suelto, el camisón que deja ver suficiente de sus curvas, sus ojos y su sonrisa invitándome a pasar como en un sueño. Mejor que en un sueño, pienso, devolviéndole la sonrisa. Me arrojo a sus brazos y cierro la puerta detrás de nosotros. El perfume de Cersei huele a flores.

—Jaime, con cuidado —me susurra mientras la desvisto, le beso el cuello, los labios, los hombros y la piel que voy descubriendo. El aroma floral me impregna, e imagino que, aunque no lo admita, esperaba tanto esta noche como yo. Escucho sus suspiros y mis sospechas son confirmadas.

—Cersei, ya me conoces. Soy el hombre más cuidadoso del mundo —digo con el rostro hundido en su cuello. Ella lleva una mano a mis pantalones y la detengo—. Esta noche, sólo relájate, ¿vale?

Cersei sólo asiente y se tumba en la cama, riendo y suspirando y repitiendo mi nombre de vez en cuando mientras voy bajando con mi boca. Enreda los dedos en mi pelo, cada vez más ruidosa, Jaime, Jaime. Música para mis oídos. Me detengo en sus pechos, en sus muslos, hago tiempo y la siento tirarme del cabello cuando al fin llego al lugar que esperaba.

El olor de Cersei, de su pasión, de nuestras noches juntos, es mucho mejor que todas las flores.