Esquirlas de metal seguían cayendo, llevadas por el aire entre todos los presentes para hacer más palpable el lazo que se estaba formando entre ellos. Sobrevivir el caos, luchar contra el caos forja vínculos innegables, más abajo de un lugar donde puedan ser comprendidos. Había algo más que satisfacción en los ojos de todos, de pronto convergiendo en un mismo punto, en ese par de figuras que resaltaban más luminosas contra el negro metálico y quemado. Dos llamas que se alimentaban de los alientos que estaban arrebatándoles. Ahí, inocentes y humildes todavía, con esas actitudes infantiles y descuidadas compartidas que no podían quitar ni un poco de su grandeza. La sonrisa era por el orgullo de ser testigo de semejante despliegue de poder, y aún así, la deshizo con fastidio al verse descubierto. La admiración es un símbolo de debilidad, debía recordarlo. Volteó con los labios abiertos para mostrar sus dientes con la fiereza animal que lo caracterizaba, anulando cualquier intento de Shoto de burlarse. Aunque veía en su sonrisa tranquila que ni siquiera iba a intentarlo.
-Deberíamos volver a ver si los invitados han podido liberarse, si hay alguien que necesite alguna clase de ayuda- Ochaco, siempre optimista, sacó a todos del momento, haciéndoles moverse. Volvió a resoplar cuando Eijiro se acercó a él , seguro para hacerlo tomar parte.
-Estoy cansado y ni siquiera pudimos comer como prometieron, todo porque unos incompetentes dejaron que unos villanos tomaran el control, encárguense ustedes de eso- espetó, saltando hacia otro trozo de metal que parecía firme , tomando rumbo a la salida. No le interesaba saber si a alguien siquiera le sorprendió su actitud, dando largas zancadas para hacer retumbar el camino. Sentía un par de ojos verde albahaca en su nuca , siempre tras él, porque su deber era marcar esa distancia, mostrarle cuán larga era la brecha entre ambos.
-Buen trabajo- la mano de Shoto en su hombro le hizo volver su atención, puso su mano sobre la contraria con una sonrisa cómplice.
-Lo mismo digo, todos hicieron un trabajo estupendo- unos brazos rodeando su cintura le hicieron apartar su mano de Soto, volteando con la cara totalmente roja al sentir un cuerpo femenino pegarse a él- Melissa... Estás demasiado cerca-
-Lo lamento, es que estoy tan agradecida- recargó su cabeza en el espacio de su hombro- eres un héroe de verdad-
-No lo hice solo, tú lo viste- suavizó su voz, volviendo a verlo y después al grupo de amigos que ya estaban a medio camino en la salida.
-Quizá deberías ir a comprobar el estado de tu padre- interrumpió Shoto, señalando el color rojizo de algunas partes lastimadas en el pecho de Deku- mientras los demás están ayudando a los invitados deberías descansar un poco, Midoriya ,tú y All...- volteó a buscar al hombre, notando que no le había visto reunirse con los demás.
-Debió llevar al profesor a recibir ayuda médica, perdió mucha sangre- parecía nervioso, soltándose del abrazo para sujetar su brazo antes que pudiera dar un paso - en realidad creo que tú también necesitas un poco de ayuda- su brazo y la parte descubierta y arañada de su torso tenían rastros de sangre ya seca.
- Tienes razón. Podemos ir a mi habitación, traje algunas vendas y un botiquín, supuse que lo necesitaríamos. Mientras menos seamos en servicios médicos es mejor, además nuestras heridas no son muy profundas-
-Siempre suenas tan maduro- rió entre dientes, despidiéndose de la chica. No necesitaba ayuda, no estaba tan lastimado. Pero dejó que Shoto pusiera sus manos alrededor de su cintura para ayudarle a bajar hacia la rampa. Deku pasó entonces su brazo por su cuello, más por poder hablarle bajo- deberías ser menos obvio-
-¿ Por qué debo ocultar que me preocupas?- sólo rozó su barbilla contra los desordenados cabellos verdes, todavía consciente de los ojos que podían estarlos siguiendo, ansioso por marcar ese contacto, por hacerlo visible como una advertencia para ella- O que me incomoda que otras personas se te acerquen así-
-Porque todavía no estoy listo para ser destrozado por tu padre si se entera- esa sonrisa bajo el mágico manto de sonrojo, en las pecas de sus mejillas le hacían quitar la alarma de sus palabras, sólo sintiendo la necesidad de besarlo latir en su pecho- un rival a la vez es suficiente para mí, lamento no ser tan fuerte como tú-
-No digas tonterías- suspiró aliviado al ver que los elevadores habían vuelto a funcionar. Apretó el piso de su habitación, esperando a que la puerta cerrara, no lo había soltado en ningún momento, sólo afianzó más el agarre en su cintura, besando uno de sus hombros decubiertos-Sé que ser héroe significa ponerse constantemente en peligro por otras personas y que este camino no es de rosas para nosotros pero ¿Debes ponerte siempre en esta clase de situaciones? Se supone que veníamos a descansar, pensaba que al estar los dos aquí...-
-Sabía que era mentira que hubieras aceptado venir sólo porque tu padre te lo pidió, no debí haberte contado que vendría- suspiró en su pecho, atrayéndolo por el cuello para acomodarse mejor, de reojo calculó los pisos que faltaban y el tiempo que tenía para mantener ese contacto. Se separaron cuando la puerta hizo un pitido, anunciando que habían llegado. El pasillo estaba vacío y de cualquier forma tenía su coartada-
De cualquier forma ¿Quién sospecharía sí lo veía entrar en su habitación? Habían sido cautelosos desde el primer momento que tomaron consciencia de lo que estaba ocurriendo entre ellos, desde que notaron qué clase de límite estaban pasando y acordar que ambos querían borrar juntos sin que nadie supiera. Cerró la puerta tras él, besando de nuevo su hombro, acariciando su cabello para quitar un poco de polvo. Deku le sonrió, besando su mejilla antes de dejarse caer en la cama, bostezando.
-¿Quieres tomar una siesta?- buscó en su maleta entreabierta el botiquín, tomando el alcohol y las vendas, dejándolas en la mesita junto a la cama, yendo al baño a lavarse las manos y el rostro. No le gustaba mirarse en el espejo todavía, así que pasó a la toalla de manos para secarse y volver a la habitación- Puedes dormir mientras yo te curo- Deku se giró para quedar frente a él- es una lástima que hayas deshecho tu traje, te veías demasiado...apetecible con él- su tono salió pausado, sin rastros de la emoción que brillaba en sus ojos mientras sus dedos, la punta de sus dedos escalaban por su vientre desnudo- aunque así también me gusta verte-
-No digas cosas así tan de pronto- tragó saliva, escondiendo su rostro en la almohada, como sin con eso Shoto no fuera a saber que estaba sonrojado hasta las orejas- tú también te veías muy guapo con traje- susurró, mordiendo después la almohada cuando el alcohol en la venda tocó sus heridas. El frío del líquido contrastaba con la abración que le provocaba después de unos segundos, subiendo por su torso hasta su pecho, se fue haciendo más notorio que estaba dejando de lado el cuidado de sus heridas, extendiendo la mano para rozar su piel. Sus dientes abandonaron la almohada. Separó los labios, dejando que un pequeño gemido saliera ante un nuevo tacto.
-¿Te estoy lastimando?-
-Sabes lo que estás haciendo- su voz salió más temblorosa de lo que hubiera deseado- no tienes por qué disimularlo-
-No lo hago- el camino de su pecho a su ombligo con la venda empapada de alcohol lo hizo arquear la espalda- sólo estoy asegurándome que estás en condiciones de hacerlo-
-Como si no lo hubiéramos hecho estando los dos más- gimió al sentirlo rozar la línea de piel antes del pantalón- heridos-
-Tu resistencia es admirable- gateó sobre él, sentándose en su vientre, con sus manos en su cuello, las de Deku en sus caderas, acercando sus labios. Sabía a metal, quizá por la sangre, quizá por la explosión, pero al abrir la boca para rozar su lengua el sabor personal y conocido le invadió, sus dientes en su labio inferior, sus manos buscando entre los retazos de su ropa. El tacto rugoso de sus palmas en su espalda, girando por su costado hacia su cintura, saliendo para quitar con cuidado los botones. Una cortesía innecesaria considerando que la mitad de su camisa estaba hecha jirones. Hundió sus dedos entre las hebras verdes al sentir sus labios en su cuello, abriendo un poco más las piernas para acomodarse mejor. Su lengua delineó su clavícula, sus pulgares rozaron sus pezones - me preocupé en vano, estás demasiado listo para esto- se balanceó sobre su entrepierna, ganándose un suspiro.
-Debe ser por la adrenalina- rió- volviendo a acariciarlo, a besar su pecho, tratando de empujarlo para dejarlo abajo de él. Lo miró con duda al sentirlo poner resistencia.
-Tengo ganas de montarte- dijo con una sonrisa ligeramente ladeada, haciéndole sonrojar más si era acaso poible, sintiendo más caliente la piel contra él. No lograba acostumbrarse a esas actitudes en alguien así de formal, tan serio. Pero aquello sólo hacía más íntimos sus encuentros, más confidenciales. Shoto el héroe, el niño lastimado, el rival y la voz de la razón eran para compartit con el mundo de afuera, pero el muchacho descarado, ávido de contacto y falta de rituales era sólo para él. Se mordió los labios, se recostó por completo de vuelta al verlo buscar en el cajón de la mesa junto a la cama, mostrándole una tira de condones. Sonrió traviso, pensando que él mismo tenía un paquete en su maleta. No había sido tan inocente él tampoco al decirle que iba a estar en ese lugar. Escuchó el cuero de su cinturón cortar el aire por la rapidez con que fue quitado y aunque no lo esperaba, no le desagradó que el chico juntara sus manos sobre su cabeza, uniéndolas con el cinturón- deja que yo me encargue de todo, es lo menos que puedo hacer para agradecerte que nos salvaras- su mente acabó de nublarse al sentirlo colar su mano en su ropa interior, ejerciendo un poco de frío sobre su piel. Los poderes de su novio eran una maravilla no sólo para el combate. Le gustaba usar esa palabra para definir su relación, para al menos en su mente poder hacerla palpable y fidedigna. Arqueó la espalda, abrió más las piernas cuando su pantalón fue totalmente quitado junto a la ropa interior y esa mano fue reemplazada por una boca. Húmeda, cálida, fresca. Estimulante. sus manos fueron a sus caderas para contener sus movimientos, dejando que su lengua marcara el rtimo que podía tomar, lamiendo la extensión, mirándolo fijamente antes de volver a introducirlo por completo en su boca. La punta de sus cabellos le hacían cosquillas en la ingle, intensificando las sensaciones.
-Eres demasiado...- no encontraba las palabras, no encontraba el aire para continuar esa frase.
No había querido volver al salón y dsperdiciar su energía en ayudar a nadie, cuando se suponía que la seguridad del lugar era para eso, él ya había hecho lo que correspondía, no seguía órdenes de nadie. Bueno, quizá las de su estómago cuando le recordó que no había comido nada. Sólo por esa debilidad suya fue obligado a cerciorarse que nadie en la sala hubiera sido lastimado, cosa que le tomó diez minutos de su valioso tiempo. Gruñó cuando alguien le dijo que no podía llevar comida fuera de ahí. No estaba dispuesto a quedarse más ahí, rodeado de gente estúpida y aburrida.
-Quizá debamos llevarle un poco a Deku y Todoroki, deben estar hambrientos- Iida lo alcanzó junto a la mesa de bocadillos- creo que Melissa dijo que estaban en la habitación de Todoroki tratando sus heridas- supo por el brillo en los ojos de Ochaco que ella estaba lista para ofrecerse y no era por supuesto que a él le importara en lo más mínimo. Sólo quería reírse de los dos por haber sido heridos cuando él apenas y tenía un par de rasguños. Le arrebató la bandeja a Iida, mostrándole los dientes sin decir una palabra. Todos se quedaron con una misma interrogante aunque sin el valor de cuestionarlo. Apretó el botón del elevador, mordiendo lo que quedaba de su bocadillo con molestia.
Avanzó por el pasillo, tratando de recordar el número de su habitación aunque realmente no había prestado atención. De cualquier manera, la mitad de la comida que había en la bandeja ya había desaparecido. Resopló, encontrando el número. Comenzó a tocar con toda la fuerza necesaria para que le escucharan hasta el último piso, por si acaso ese par de débiles idiotas se había quedado dormido.
-Deku- sus dedos se crisparon en su cintura, susurrando, todavía con hilos de saliva y semen en la comisura de sus labios. El albahaca de sus ojos , más encendido por el brillo de la lascivia le recorrió al verlo incorporar sobre sus rodillas, bajando sólo un poco su pantalón, apenas mostrando una línea de su pubis- ¿ Quieres un poco m?- los dos se estremecieron de igual manera al escuchar los golpes la puerta.
-¡Ábranme antes de que me arrepienta, ya los escuché ahí!- se miraron asustados. Shoto quitó rápidamente el cinturón de las manos de Deku y éste se cubrió con la sábana, mientras el otro se limpiaba los labios con la mano, deprisa, acomodándose el pantalón. Abrió sólo la mitad de la puerta, ya pensando qué decir para acortar su intromisión. Pero claro, debió considerar que se trataba de Bakugo. Nada más y nada menos. Empujó la puerta por completo, empujándolo para entrar, mirando con franca curiosidad al chico temblando en la cama, completamente rojo- no me digas que te enfermaste con tan poco, nerd- se rió, seco, caminando dispuesto a comenzar una pelea. Pero sus ojos se toparon con algo sobre la sábana que ambos habían olvidado. Levantó una ceja, volteando a ver a Todoroki, quien todavía no recuperaba del todo su aliento ni perdía el rojo encendido en sus mejillas. No había muchas preguntas por hacerse.
-Deku no se sentía muy bien y me pidió que le dejara dormir aquí, quizá sólo sea un resfriado pero deberías volver a tu habitación sino quieres contagiarte-
-¿Un resfriado?- resopló dejando la comida en la mesa de noche. Deku se erizó de punta a punta al verlo acercarse a la cama y tomar la tira de condones- qué excusa tan estúpida-
-Kacchan, escucha-
-Si vas a decirme que no diga nada, estás pediendo saliva, no soy un soplón- tomó otro bocadillo, pegando su espalda a la pared que dividía la recámara del baño- pero quizá deba quedarme aquí a cuidar que nadie más venga, ustedes son tan estúpidos y descuidados que si alguien más viene, seguro los va a descubrir enseguida y supongo que están tratando de mantenerlo en secreto-
- Eso es bastante amable de tu parte. Torcido y vouyerista pero amable- dijo francamente sorprendido Deku- pero no es necesario, como sea creo que lo mejor será que-
-Mira a este pobre imbécil- señaló a Shoto con la cabeza- no creo que ese problema se solucione con una ducha fría, si eres un buen novio ¿ No deberías preocuparte por esa clase de cosas? -
-Vaya, Bakugo no pensé que fueras de esos- Shoto suspiró, volviendo a poner seguro en la puerta- en realidad a mi no me molesta que nos vea- se acercó de vuelta a la cama, quitándose el pantalón, dejándolo caer al piso, jalando también la sábana hasta antes de volver a ponerse sobre el chico que lo miraba como si no tuviera idea de quién fuera esa persona con las piernas abiertas sobre sus caderas, sujetando de nuevo sus manos con el cinturón- esto puede ser muy divertido si lo piensas-
-Shoto- murmuró avergonzado, tan rojo que dolía.
-No tienes qué mirarlo- sujetó su mentón viéndolo serio, dominante. Un ojo marrón, dulce miel de paz y el otro azul, cristal contra la lluvia lejos del hogar. Sus piernas flaquearon y agradeció estar recostado o habría sido insoportablemente vergonzoso- sólo mírame a mí- no había manera de luchar cuando esos labios encontraron los suyos, hambrientos, desesperados por retomar el ritmo que habían abandonado por la intromisión, sus manos en su pecho otra vez, en sus muslos, el balanceo de su trasero sobre su entrepierna, descarado y necesitado. No pudo evitar el jadeo- sólo mírame a mí- repitió sobre su oreja antes de lamerla, antes de morder el lóbulo, paseando su lengua por su quijada, bajando por su cuello hasta sus hombros, con su mano bien cerrada sobre su pene para buscar la dureza, de nuevo. Deku estaba hipnotizado por esos ojos bicolor, siguiendo su orden de sólo mirarlo a él, cerrando las demás ventanas de su mente, sólo queriendo derretirse para él, bajo el calor de su cuerpo, bajo la obscena forma en que se movía sobre él, piel con piel, dejando que los gemidos escalaran por su garganta. De reojo notó al intruso desabotonarse el primer botón de la camisa- ¿Estás disfrutando el espectáculo?- rió burlón ante el gruñido. Tan débil que no podía creerle que fue de molestia. Separó más las piernas, introduciendo dos dedos en la boca de Deku, que enseguida comenzó a lamerlos, dejando que la saliva le escurriera por la barbilla. Acarició su mejilla con la otra mano. Un dedo y suspiró, respirando pesadamente para calmarse antes de meter el otro y abrir y cerrar para expandirse. Necesitaba relajarse.
-Parece doloroso- Bakugo sonó curioso, casi relajado. Todoroki lo miró unos segundos, encogiéndose de hombros, siguiendo con lo suyo hasta sentir que ya no había tanta presión sobre sus dedos. Buscó la tira de condones y abrió uno, desenrrollándolo sobre el pene de Deku. Bakugo tragó saliva al ver al chico sujetarse de los hombros de Midoriya, abriendo más las piernas, separándose lo preciso y con una mano en su pene ayudarse a penetrar. Un jadeo profundo le hizo eco, sintiendo su temperatura alterarse. Arriba, abajo , el ritmo lo marcaban sus rodillas, escuchaba el resbaloso chasquido de la piel chocando, los gemidos de ambos muchachos rasgando todo el aire que también entraba a sus pulmones, alterando su sangre al mezclarse. Necesitaba librarse de otro botón, necesitaba...
-Déjame tocarte- pidió entrecortado el peliverde, arqueando su espalda, buscando el contacto con sus manos, desesperado, moviendo sus caderas contra él, moviendo las piernas contra sus caderas para acariciarlo. Una mano se cerró en su garganta, deteniéndolo.
-No- dijo claro, a pesar del sudor perlando su frente, moviéndose más rápido y fuerte contra su pubis sin soltar su garganta- ¿Crees que lo mereces? ¿Después de hacerme preocupar tanto?-
-Lo lamento- cada palabra salió apretada de su garganta, tortuosa- por favor, lo lamento- jadeó desesperado al sentir la mano libre de Shoto acariciar su muslo- ah, demonios- lloriqueó al sentir sus dedos acariciar sus testículos. Sabía perfecto cómo deshacerlo.
-No es suficiente- debía guardar su autocontrol para no venirse sólo por la cara así de roja de Deku, por sus ojos implorándole, por sus labios mordidos y la forma frenética con que chocaba sus caderas, haciendo que su pene rozara con su próstata, nublando el panorama, calentándole por dentro cada rincón de su cuerpo. Escuchó un cierre bajarse. Hubiera querido mirar, pero sabía que eso acabaría con la magia. En su lugar, se inclinó para apresar uno de los pezones entre sus dientes, lamiendo.
-Shoto- lloriqueó, desesperado y Bakugo lo siguió con un jadeo hondo, sin preocuparse de nada más que abrir las piernas para poder masturbarse con libertad. No había sido su intención, pero no podía ser tan idiota para dejar pasar una oportunidad de es tipo. Se mordió el antebrazo para no gemir más fuerte al ver las lágrimas en los ojos de Midoriya caer en la almohada.
-Vamos, bebé- su boca fue hacia el otro pezón, dejando un camino rojizo en medio de su pecho- soporta un poco más, no quieres decepcionar a nuestro público ¿O sí?- el aire cada vez se entrecortaba más en sus pulmones y sabía que él también estaba llegando a su límite, sintiendo la carne palpitar dentro de él, su erección dar un tirón, avisando que estaba a nada de explotar- sólo un poco más- escuchó la maldición entrecortada de Bakugo y lo vio, de reojo, moverse como buscando un pañuelo. Soltó el cuello de Deku entonces, también el cinturón de sus manos, dejando que lo girara bajo él y al cambiar de posición, rodeó sus caderas con sus piernas, enredando sus dedos en su cabello, exponiendo su cuello para que Deku lo lamiera por no morder y dejar marca, pero poder saborear su piel salobre por el sudor. No tuvo qué esperar mucho para sentir su semen manchar sus vientres, ni más para escucharlo gemir contra su oreja, anunciando que él también acababa de llegar a su climax. Deku salió de él con lentitud, recostándose junto a él, dejando que lo envolviera en sus brazos y besara su cabello.
-¿Estás bien, nerd? Creo que fuiste un poco brusco, idiota- Bakugo se sentó en la orilla de la cama, masajeándose la nuca sin atreverse a mirarlos, más incómodo ante una risita cómplice de la pareja.
-En realidad creo que hoy se contuvo por ti, Kacchan, suele ser mucho más...agresivo, debo darte las gracias apropiadamente en otro momento-
-A mí no me molestaría que fuera ahora- Shoto acarició su mejilla, besando su frente- todavía nos quedan muchos límites por romper juntos, Deku, y hoy me parece un buen momento para llegar un paso más lejos-
