Cap. 1. No


"NO LO HARÉ"… La frase resonó en la habitación con tanta fuerza que todos los presentes se quedaron en silencio.

"Severus… Por favor, no hay nadie más. Además tú eres el más indicado para hacerlo." Albus Dumbledore lo observaba atentamente desde su silla tras el escritorio.

"¿Yo? te aseguro que Minerva o incluso Filius están más capacitados, así que olvídalo Albus no lo voy a hacer. Por fin puedo tener un poco de descanso y tiempo para mí como para que me enfrasques en estos problemas." Severus se negaba a ceder ante el capricho de ese hombre. Bastantes años ya le había dado en pos de un sacrificio y no pensaba dar más.

La mirada de Albus Dumbledore lo seguía en su frenético ir y venir. El anciano se mantenía en silencio, sabía que tarde o temprano su chico accedería pero esta vez no iba a ser tan sencillo. Los minutos pasaban y nadie más decía nada, todos lo observaban perdidos en sus pensamientos. Aún no lograban comprender como es que todo esto había ocurrido. Minerva McGonagall se inclinó hacia Albus y le susurró algo al oído, éste sonrió y asintió. Severus se detuvo ante su gesto y les lanzó su mirada más fría y asesina.

Una risita lo hizo voltear. "¿Qué le parece tan gracioso señorita Granger?, ¿acaso le divierto?" Hermione se sonrojó y negó con la cabeza. En realidad, sí le hacía gracia ver a su adusto profesor de pociones en esa situación peor no era algo que le confirmaría, no si su vida dependiera de ello. "Cálmate Severus", la voz tranquila y serena del director lo volvió a enfurecer.

"Si no me das una buena razón para esto no lo haré Albus." Su voz salió casi en un susurro bastante audible para todos. En el fondo estaba consciente de que terminaría accediendo pero eso no significaba que se lo pusiera fácil a su mentor y más cuando tenía la plena certeza de que detrás de todo lo que estaba sucediendo, él era el principal responsable. No contaba con las pruebas de su aseveración pero bien podría hacer un juramento inquebrantable sin ellas, la cuestión era el por qué.

Los ojos de Albus brillaron con alegría, "por la sencilla razón de que tú eres el único con el carácter suficiente para controlar esto. Minerva no puede por qué debe ayudarme a encontrar una solución a este problema y con los trámites y el desarrollo del nuevo plan de estudios, y Filius los va a terminar consintiendo al igual que Pomona, Hagrid o cualquier otro profesor. Y ni siquiera pensar en Sybill, estaría más loco de lo que dicen que estoy si me atreviera si quiera a proponerlo." Otra risita de parte de Hermione interrumpió el monólogo del director provocando que todos voltearan a verla y algunos sonrieran con ella pues nadie en su sano juicio le pediría a Sybill Trelawney cumplir con tan delicada tarea. "Además, no vas a estar sólo. Dado que la Señorita Granger debe terminar sus tutorías contigo para poder ingresar al Instituto de Medimagia de San Mungo, ella te va a ayudar, ¿no es así Hermione?"

La aludida se volvió a sonrojar y asintió con la cabeza. "¿Quién mejor que ella para ayudarte con la otra parte de la tarea?" Severus suspiró derrotado y se apretó el puente de la nariz, debía encontrar una excusa rápida para tratar de librarse, pues si ya era complicado lidiar con la presencia de la chica en el colegio, más complicado sería hacerlo si la tenía las 24 horas cerca de él.

"Me niego a tener a la Señorita Granger en mi casa más que para sus tutorías, yo puedo sólo con esto, después de todo no creo que sea tan difícil y una chiquilla no puede saber más que yo." El sarcasmo impreso en su voz le dolió a Hermione, después de convivir todo el año escolar durante sus tutorías esperaba que al menos él se hubiera dado cuenta de su capacidad para hacer las cosas y confiara en ella, pero al parecer no era así. Bajó su mirada al piso para ocultar las lágrimas que amenazaban por salir y no la volvió a levantar.

"¿Y a ti quién te dijo que van a estar en tu casa?". La potente voz de Minerva lo descolocó.

"¿Perdón?, ¿cómo que NO voy a estar en mi casa?, ¿es que acaso pretendes que me quede MIS vacaciones de verano en Hogwarts? Por qué déjenme informarles que eso NO va a suceder. Si me van a embarrar en sus errores, lo menos que pueden hacer es darme el poder de decisión sobre como sobrellevo las cosas." Su tono duro y enfurecido hizo que Minerva y Albus sonrieran con complicidad provocando un sobre salto en él. Presentía que lo que venía no le iba a gustar, pero nada lo hubiera preparado para lo que lo que escuchó a continuación.

"Minerva tiene razón Severus y lo lamento pero tu casa es demasiado insegura. Quizás para ti sólo está bien pero no para albergar a nadie más." Snape abrió la boca para protestar pero no llegó a emitir sonido. "Y antes de que me interrumpas, estoy consciente de lo capaz que eres pero desgraciadamente no pienso correr riesgos, así que hemos decidido que se quedarán en otro lugar totalmente seguro pues yo mismo me he encargado de todo. Y con la colaboración de Hermione, no tienes de que preocuparte."

"No tengo opción ¿verdad?", su tono fue monocorde pero Hermione estaba segura que sólo trataba de ocultar la gran cantidad de enojo que sentía. Volteó a ver al director cuando éste negaba y suspiró, estas vacaciones serían muy, pero muy largas.

"Te sugiero que empaques para un barrio muggle. Ahora que todo está dicho, debemos irnos. Madame Pomfrey nos está esperando." Y sin más, Dumbledore abandonó su despacho con Minerva y Hermione tras él. Severus los vio marchar y suspiró.

"Sabes Fawkes, creo que debiste dejarme morir en la Casa de los Gritos", su tono derrotado hizo trinar al ave en desaprobación. Severus le acarició la cabeza con cariño. "Es en serio, presiento que ser doble espía es pan comido a comparación de lo que se me viene encima. ¿Cuándo será el día que tu dueño no se salga con la suya? Por qué estoy seguro de que él es el responsable de todo esto." El fénix sólo negó con la cabeza y lo volvió a mirar. "Ya sé que no me lo vas a decir pero, aunque lo niegues, ambos sabemos que tengo razón." El ave le acarició la mejilla con su cabeza y se alejó. Severus sólo sonrió y asintió a modo de despedida. Salió del despacho con dirección a la enfermería rogando a Merlín por ayuda pues después de todo ¿qué sabía el sobre bebés?


Notas de Autora: ¡ALTO!, antes de que empiecen a despellejarme por mi ausencia les ofrezco mis más sinceras disculpas. Mi musa anda medio desaparecida pero de repente da destellos de vida. Este pequeño capítulo es más bien como una introducción, espero le den una oportunidad y me digan que opinan de él. Les apuesto que no se esperaban este final ¿verdad? Lo clasifico en T por que más adelante aparecerá algo de lemon y si no les incomoda algo de slash así que sobre advertencia no hay engaño. Ojalá me dejen sus sugerencias, comentarios y opiniones. Los tomatazos, crucios y avadas trataré de esquivarlos… jajajaja… Por último recuerden que los personajes y espacios pertenecen a J.K. Rowling. Gracias. Jen. XOXOX