Hola.

Esta historia, contraria a hermanos, sigue siendo AU, algo OOC y claramente mas especial para mi. No pensaba publicarla, pero es casi una necesidad.

Espero les guste.

Fairy Tail es de Hiro Mashima. Esta historia... mía.


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Historia 1: Conociendo a la familia

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Julio- muchos años atrás…

La carpa del circo comenzaba a ser arrasada por el viento mientras que decenas de hombres se concentraban en salvarla, tirando de las sogas a la vez que se llamaban los unos a otros con clamor y molestia. Uno de ellos, que llevaba una pequeña lámpara, daba órdenes sin moverse de su refugio contra el agua y el viento entre las jaulas donde encerraban a las "bestias" estrellas del lugar.

-SUJETEN ESA SOGA! ¡Si perdemos esta tendremos que esperar otro mes para reponerla! -grito el maestro de ceremonias con furor poco después de la caída de un rayo. Unos sollozos se hicieron escuchar en cuanto alzo la voz, haciendo que mirase enojado la jaula a su lado. -Ya para de llorar mocosa insufrible! -volvió a gritar dándole un golpe a los barrotes haciéndolos sonar y que la criatura soltase un gritito.

-No le hable así a Wendy-chan-le regaño una voz desde la oscura caja al otro lado. -Sabe que le asustan los truenos!

-A mí no me vengas a hablar de esa forma, sirenita!-comento alzando la linterna para poder ver el tanque donde tenían encerrada a la peli azul.-Si no quieres ser castigada de nuevo mejor cierra la boca.-ella lo miro amenazante con sus azulados ojos pero no dijo nada, haciéndolo sonreír con suficiencia.-Así es como deben ser las bestias: dóciles, no como ese estúpido amigo tuyo.-argumento señalando una jaula algo más alejada, en la que la única forma de ver su interior era una micro ventana colocada en la puerta.

-Natsu-san solo… solo nos defendió de esos chicos raros…-dijo la otra niña con voz amortiguada.

-Raros? - rio el maestro de ceremonias al escucharla. -Ustedes son los raros, fenómenos de la naturaleza. Están más allá de las cosas extrañas-indico mirándola con burla. -Por qué creen que sus pequeños traseros están en mi circo? No creo que haya otro en el mundo que tenga fenómenos como ustedes. Son la mejor de las atracciones.

-NO SOMOS FENOMENOS MONO CILINDRERO! -Se escuchó venir de la jaula sellada, llamando la atención del hombre. El tipo se acercó, metió una mano en la ventana y saco el extremo de una cadena, jalándola con fuerza. Adentro se escuchó un quejido sofocado. -Suelta... Eso…

-Muestra más respeto Reptil. -amenazo el sujeto jalando más la cadena.-Agradece que después de tu estupidez de la tarde aun tengas esas cosas en tu espalda.-Un grito atrás llamo la atención del hombre, haciendo que se voltease justo a tiempo para ver que la carpa ahora si era llevada por el viento. Dejo la cadena y a la criatura adentro tosiendo, y se fue con sus hombres, gritando improperios por el accidente, dejando solas las jaulas. El silencio reino un rato entre las jaulas hasta que se escucho un ligero caminar y una mano infantil se agarro al barrote de la jaula del medio.

-Natsu-san…-llamo con algo de temor.-Natsu-san, está bien?-no obtuvo respuesta por varios minutos, logrando que se preocupara, hasta que escucho una leve explosión proveniente del cuarto de al lado, seguido rápidamente por el sonido de cadenas chocando con metal y contra el suelo.-Natsu-san?

-Que sucede Wendy-chan?-llamo una voz en la caja de al lado. Llamando la atención de la niña.

-Natsu-san no me contesta y creo que escuche algo en "La Caja"…-menciono volviendo a mirar hacia el lugar, encontrándose con un par de ojos verde amárelo con pupilas verticales mirándola fijamente, casi brillando en la oscuridad. La niña estuvo a punto de gritar, pero se cubrió la boca.

-Wendy-chan? Wendy, estas bien?-llamo la otra niña preocupada.

-Esta bien, creo que la asuste un poco…-contesto el dueño de los ojos claros moviéndose para quedar más cerca de la mencionada.

-Natsu-kun? Como llegaste ahí?-interrogo sospechosa. El chico suspiro y alzo las manos para tocar los barrotes de la jaula de Wendy, levantando un ligero sonido metálico.-Que fue eso? Como escapaste? Por que tienes esa mochila?

-Eso no importa mucho…-inquirió el chico mientras se concentraba y los barrotes comenzaban a tener un ligero color rojo que se iba intensificando. -Agarren lo que puedan. Vamos a escapar.

-Que?-dijeron las dos niñas a la vez. El chico sonrió y comenzó a doblar los barrotes con algo de esfuerzo.

-Estaba… pensando… que… si esto… empeora… podemos…-Natsu se detuvo para tomar aliento antes de proseguir- morir por ese mono.

-Pero si nos descubren…-comento Wendy asustada.

-Esta tormenta esta de nuestra parte. No nos escuchan y no creo que nos presten atención hasta que recuperen esa tienda.-aclaro el chico finalmente abriendo un hueco lo suficientemente grande como para que la niña pasase.-Vamos Wendy.-la pequeña peli azul lo miro y después asintió. Busco algo entre las tablas de su celda y tras meterlo en una bolsita se dispuso a pasar por el hueco cuidando de no tocar el aun incandescente metal. Un rayo cayó asustándola y haciendo que perdiese el equilibrio, pero el chico la atrapo antes que cayese.-Eh, Cuidado! El lugar esta resbaloso.

-Gracias Natsu-san!-agradeció la pequeña tocando la húmeda tierra a la vez que la lluvia la empapaba por completo.-Ahora vamos por Juvia no?

-Juvia cree que es mejor si la dejan aquí.-aclaro la mencionada mirando como su barrera no solo era la jaula, sino también el tanque de vidrio donde estaba encerrada.

-No digas eso. -la callo Natsu molesto. -Oh te vienes con nosotros o te vienes con nosotros.

-Pero…

-No se preocupe Juvia-san.-aclaro la pequeña peli azul con una sonrisa aunque desde su altura ni siquiera podía ver dentro de la jaula.-Nosotros la sacaremos de ahí.

-Y si tanto te preocupa porque no tratas de tirar el coso ese desde adentro? -interrogo Natsu sacudiéndose un poco.-Nosotros te ayudaremos en cuanto haga algo con los barrotes. Vale?-los dos niños se miraron a la cara, topándose los ojos ligeramente verdes con los azul profundo de ella a pesar de la oscuridad. Juvia asintió.-Yosh! Wendy tu nos avisas de cualquier movimiento.

-Esta bien-acepto colocándose en una esquina desde donde podía ver todo y nadie la veía a ella. Natsu y Juvia volvieron a mirarse antes de asentir y comenzar a trabajar. El chico comenzó a hacer lo mismo que hizo con la otra celda, solo que esta vez se notaba más lento en ello, mientras tanto la peli azul comenzaba a mover el agua dentro del tanque para que este se meciera, tras notar que la parte de arriba, aunque tapada y con una nula separación del techo, podía ser removida.

-Chicos ya están colocando la carpa…-comento la niña haciendo que se detuviesen. AL rato suspiro- Tranquilos, se les fue una soga.-Los otros dos reanudaron sus labores con algo más de prisa. Justo cuando el chico lograba hacer que las barras de la jaula se doblasen lo suficiente el tanque de la muchacha cayo, haciendo que el agua en su interior se regase por la jaula.

-Juvia!-llamo Natsu entrando con cuidado para ayudarla sin lastimarse. La chica lo miro desde su prisión y entre ambos comenzaron a tirar de la tapa metálica que impedía a la chica salir. Entre las patadas de la niña y la fuerza del peli rosa lograron abrir un espacio. -Bien, ya falta poco.

-Chicos ya están terminando. -llamo Wendy mirándolos asustada. Juvia miro a Natsu con resignación

-Deberían…

-Apártate Juvia.-comento el chico colocándose en una posición donde podía darle a la tapa sin dañarla a ella. La peli azul asintió y lo vio inhalar profundamente antes de lanzar una bocanada de fuego contra la tapa, iluminándolos levemente y logrando que el metal se retirase en mayor medida. -Bien, solo un poco más…

-Que fue eso?

-Rayos…-acepto el peli rosa notando que había llamado mucho la atención. Juvia lo miro y después a la reja a medio caer. Concentrándose alzo la mano contra la reja y un algo fuerte chorro de agua se estrelló contra ella, haciendo que terminase de caer. Natsu la miro y sonrió.-Bien hecho Juvia.

-Vámonos de Aquí, Natsu-san-comento mientras salía, siendo ayudada por el chico. La chica agarro lo que parecía una cartera vieja que estaba en una de las tablas y justo cuando ambos pusieron un pie afuera Wendy se acerco con el pelo pegado a la cara y asustada.

-Vienen para acá!-comentó a punto de llorar. Natsu la miro y luego a Juvia, desviando su mirada al bosque de atrás. Lo evaluó un rato…

-SE ESCAPAN!-Ese grito lo alerto y se dio por decidido.

-De prisa-comento Natsu cargando a la niña y tirando de la mano de Juvia hacia la única vía de escape. Los tres iban por el bosque cuando escucharon un gran revuelo a sus espaldas, seguramente porque estaban persiguiéndolos. Aun con ello apresuraron el paso metiéndose entre arbustos, arboles, hierbas, sin fijarse mucho hasta que tuvieron una gran ventaja y ni así pararon de correr. Aunque tuvieron que detenerse cuando ante ellos la tierra desapareció, mostrando que estaban en la cima de lo que parecía una pendiente muy aguda y elevada.

-No hay salida…-observo Juvia mirando hacia abajo sin acercarse al borde.

-Debemos buscar otra ruta. -comento Natsu dándose la vuelta, pero viendo unas luces a lo lejos, pero lo suficientemente cerca.-Rayos…-Un movimiento a su espalda y se le vino una idea, loca pero idea.-Tal vez…pueda llevarlas…

-Tus alas siguen lastimadas.-comento Juvia mirándolas con tristeza.

-Pero podría volar por un tiempo.-acepto el chico bajando a Wendy.-O eso espero.

-Tu puedes Natsu-san!-apoyo la pequeña niña inconsciente del peligro que ello traía. Natsu le sonrió y miro a Juvia mientras le entregaba la mochila. La peli azul suspiro y, aceptando el objeto, se apartó un poco con Wendy. Natsu respiro profundamente abriendo ligeramente sus hasta ahora cerradas alas a la vez que se cubría por un creciente y brillante fuego. Unos segundos después el fuego creció y desapareció, mostrando ante las niñas a un dragón rojo de casi un metro y tanto de alto batiendo sus alas con fuerza. El dragón las miro con ojos conocidos y señalo a su espalda, cosa que ambas entendieron. Justo cuando Juvia termino de montar a Wendy y comenzaba a subirse una luz los ilumino.

-El chico cambio! Te dije que le cortaras las alas.

-Nadie creía que es un hibrido dragón si no las tuviera.

-Que no escapen! -llamo el maestro de ceremonias logrando que el dragón rugiese en su dirección mientras Juvia se terminaba de subir. Justo cuando el peso de la niña cayo en su espalda el dragón se movió hacia la caída.

-Sr. Viento por favor ayúdenos un poco.-comentó Wendy abrazándose a las cálidas escamas del dragón. Juvia la miro y luego la abrazo con fuerza justo cuando el dragón se tiraba y abría las alas para agarrar vuelo. La caída se detuvo y en su lugar se vieron elevándose sobre el suelo con fuerza, con el viento a su favor. Aunque eso no impidió que se escuchen disparos mientras se alejaban y los quejidos del dragón al tratar de evadirlos.

-Los encontrare y les hare pagar por esto!-fue lo último que escucharon a la lejanía. La lluvia comenzó a disminuir a medida que se alejaban de lo que había sido su "hogar" por años, su cautiverio. Las dos niñas alzaron la cabeza tras unos diez minutos de vuelo y tras ver atrás de ellas solo unos árboles sonrieron y se abrazaron.

-Natsu-san lo logramos! -festejo la niña pero no obtuvo respuesta del dragón.-Natsu-san?- Juvia miro al dragón y vio que comenzaba a descender rápidamente…. Como si no pudiese mantenerse en el aire… Lo siguiente que supieron todos fue como la copa de los árboles se acercó vertiginosamente a la vez que cerraban los ojos para no ver cómo iba a ser el impacto. EL dragón trato de maniobrar entre las ramas sin muchos resultados, solo logrando que los tres se separaran al impactar con el suelo levemente protegido por la vegetación.

-Ite…-comento Juvia levantándose y agradeciendo ser en parte de agua. A su lado escucho un leve revoloteo y miro como Wendy se elevó casi flotando antes de mirarla con duda.-Estas bien?-la niña asintió.-Juvia está bien también…

-Y Natsu-san?-las dos miraron hacia donde estaba el chico, ya vuelto a la normalidad frotándose la cabeza mientras se levantaba del matorral que fue su colchón.-Natsu-san!-las dos se acercaron y lo ayudaron a sentarse.-Estas bien?

-Recuérdenme no volver a hacer eso.-comento con una sonrisa de disculpa mientras se trataba de poner en pie.-Ay!-se quejó llevándose una mano al hombro.

-Que sucede?-interrogo Juvia ayudándolo. El chico se miró la espalda, notando de inmediato como esa ala lucia algo más caída que la otra.

-Creo que me quebré un ala…-comento tratando de tocarla con su cola, pero se detuvo.-Y la cola…Au...-termino agarrándola con cariño.

-Deberíamos buscar un lugar donde revisar a Natsu-kun.-comento Juvia mirando alrededor.

-Ahí hay una cueva.-señalo Wendy el lugar. Parecía que habían caído al lado de un cerro, en la base del cual podían ver una especie de cueva algo oscura por la noche.- Eso sirve?

-Bien hecho Wendy- celebro Natsu mientras Juvia le ayudaba a acercarse. La cueva se veía enorme, pero en cuanto el chico encendió su mano en fuego notaron que no lo era tanto. Veinticinco minutos después la luz era dada por una pequeña hoguera mientras entre Wendy y Juvia trataban de que el joven dragón se quedara quieto.

Aprovechemos este breve momento para tener una clara idea de cómo se ven nuestros personajes. Juvia, algo más grande que Natsu, tenía el cabello azulado y los ojos de un tono más oscuro, como se ve el mar calmado en la noche. Su piel es algo pálida excepto en unas extrañas aletas que tiene en el antebrazo, que, aunque son de un azul escamoso adoptan a veces un color perlado de acuerdo a la luz que le dé. Sus orejas son como aletas también y de un tono azulado, sus manos casi normales tienen como un pliego de piel en la base de sus dedos que le dan una apariencia algo palmeada. Lo único que tiene puesto es un algo corto y haraposo vestido, aunque casi pareciese que alguien había abierto una bolsa de comida para que tomara esa apariencia. A pesar de ese detalle era palpable su belleza, a pesar de tener entre siete y nueve años

Wendy en general tenía una apariencia más normal, exceptuando por las puntiagudas orejas que se asomaban entre su corto cabello azulado, de un tono un poco más oscuro que el de Juvia. También destacaban en su apariencia cuatro pequeñas alas a su espalda, las cuales apenas eran de la mitad de su tamaño. Eran transparentes y delgadas, como las de una libélula, y en la punta de estas, adquirían un tono celeste poco notable. Sus ojos chocolates estaban cargados de una inocencia inextinguible que contrarrestaba con un traje similar al de Juvia, solo que menos sucio. Parecía tener entre cuatro y seis, siendo la menor del grupo

En último Lugar… el chico Dragón. Parecía ser un poco menor que Juvia y de los tres era más que obvio quien poseía una apariencia menos normal. Sin contar el hecho de que tenía un puntiagudo cabello rosado, dos medianos y algo curvos cuernos se veían en lo alto de su cabeza donde también se apreciaba su carencia de orejas, y lo que más recalcaba de su figura era el par de alas de más de la mitad de su tamaño que tenía en la espalda: Alas como de murciélago de un ligeramente opaco color rojo, que terminaban en la parte más alta con una pequeña pero filosa garra. La piel de estas estaba ligeramente curtida, pero aparte de eso no estaban mal. También era notable la algo larga cola palmeada en la punta que Natsu movía de un lado a otro inconscientemente. Su vestido era casi como el de las chicas, solo que él tenía un pantalón corto debajo en las mismas condiciones.

-ITTE! Cuidado con eso! -se quejo alejando su ala de la mano de la peli azul mayor, quien solo frunció el ceño.

-Natsu-kun, Juvia debe inmovilizar el ala para que se mejore.-observo mostrándole la liana que tenía en la mano y dos palos de madera algo gruesos pero ligeros.

-Pero duele mucho!-aseguro el chico con lagrimitas en los ojos.

-Natsu-kun se ha dislocado el ala, es obvio que va a doler.-comentó la chica volviendo a sujetársela.-Por favor estate quieto un rato mas.-el peli rosa la miro molesto pero se dejó ser. Ella sonrió satisfecha y comenzó a "vendarla" con la liana, logrando que se mantuviese quieta con los palos. Natsu se la paso quejándose y apretando los dientes hasta que todo termino.-Listo.

-Siento no poder ayudar mucho.-comento Wendy bajando la mirada, pero una cola vendada la obligo a alzarla, encontrándose con dos sonrisas para ella.

-No te preocupes por eso, además si no nos ayudas con el viento hubiésemos tardado mas en huir.-comento Natsu sonriendo.

-En serio?-interrogo sorprendida. Los dos asintieron, haciéndola reír. Los tres se sentaron alrededor del fuego y se miraron unos a otros. Se hizo silencio por unos minutos.

-Y…-comenzó a decir Juvia abrazándose a si misma.-Ahora que vamos a hacer?

-No nos vamos a separar verdad?-inquirió Wendy de repente asustada.

-No lo haremos. -dijeron los mayores a la vez para después verse divertidos. Natsu se reacomodo, poniendo un gesto incomodo al moverse.

-Deberíamos alejarnos de esta área, tal vez… ir a otro país.-comento mirando el techo de la cueva.-Pero será complicado…- por el rabillo del ojo vio a Wendy tratando de esconder un bostezo.

-Pensemos eso en la mañana-comento Juvia con una sonrisa tierna. -Durmamos un rato, ha sido un día pesado.-Wendy asintió y se puso de pie.

-Puedo dormir con ustedes?-interrogo mirándolos con unos ojos tiernos, que junto a sus alas bajas le dio un toque indubitable de ternura. Los dos mayores asintieron. Natsu hizo ademan de levantarse, pero Juvia le gano. EL chico negó con la cabeza y se acostó de lado con cuidado. Wendy se colocó al lado del chico y miro a Juvia, quien se acostó al otro lado dejando a la pequeña en el medio. Natsu sin moverse uso su cola para apagar el fuego. -Buenas Noches chicos!

-Buenas Noches-contesto Juvia abrazándola con cariño para que no tuviese frio, aunque… bueno…

-Hmm…-aseguro Natsu estirando su ala buena para que los cubriera a los tres un poco. Wendy se acurruco y cayo rendida de inmediato. La ultima en dormirse fue Juvia pensando que, después de tanto tiempo, podían volver a dormir en paz.


Espero les haya gustado. Gracias por leer.

Por favor, dejenme su comentario de ella.

Nos vemos