Todos los derechos reservados. Historia basada en los personajes de la serie Onces Upon a time. Es una historia inventada, y cualquier parecido con la realidad es mera casualidad.
Emma se despertó esa mañana con una resaca que acabaría con ella, había pasado toda la noche ahogando sus penas en el alcohol. Sus padres adoptivos acaban de fallecer tras un incendio en la casa familiar, volviendo a quedar sola y dolida por los reveses que le da la vida cuando comienzaba a ser feliz. Se encontraba en una cama extraña y al abrir los ojos se encontró en una habitación de lo que parecía un hotel con una joven pelirroja durmiendo desnuda a su lado. Sin acordarse de lo que había echo esa noche se levanto y dejo una pequeña nota en la mesita y se dispuso a marcharse.
Tras varias horas dando tumbos por la ciudad decidió que era hora de hacer frente a todo lo sucedido, cogió su Aston Martin y se fue directamente a su casa.
Tras una hora hora conduciendo llego a la mansión y descubrió que era mucho peor de lo que había visto hacia seis días, la casa estaba casi en ruinas y no quedaba nada de la majestuosidad que poseía, se le escaparon algunas lagrimas lamentando no haber estado con ellos en esta situación, no haber podido ayudarlos o haber muerto con ellos. En este momento su teléfono sonó, sin saber quien podía ser contesto.
Señorita Swan, soy la secretaría de la señora Mills.
Hola... ¿Qué desea? Contesto Emma sin saber que deseaba esa mujer de ella.
La señora Mills, necesita tener una reunión con usted, para arreglar todo lo relacionado con la herencia de sus padres. Comentaba la secretaria en un tono muy serio y formal.
Esta bien, señorita... no me ha dicho su nombre. Contesto Emma sin saber como referirse a ella.
Si, lo siento, soy nueva en esto. Ruby, Ruby Lucas... Respondió nerviosa por su error.
Tranquila, ¿Cuándo podemos vernos?. Me gustaría que fuese antes de tres días, tengo pensado salir de la ciudad. Emma se encontraba nerviosa y afligida, realmente no quería el dinero de sus padres, los quería a ellos. Habían sido la única familia que la había querido sin mirar su pasado, y la única que aposto por ella y la ayudaron a salir adelante cuando realmente ni ella misma creía que eso fuese posible.
Que le parece el jueves, a eso de las 10... Ruby parecía haberse relajado.
Perfecto. Ahí estaré, Señorita Lucas. Emma se disponía a colgar cuando la secretaria la sorprendió.
Ruby, solo Ruby. Hasta entonces. Se despidió con una sonrisas en la cara.
Emma abandonó la zona donde estaba los restos de su casa, tras dar varias vueltas por la ciudad se percató que su vehículo no aguantaría mucho más con la poca gasolina que había echado hacía ya una semana. Se dispuso a buscar una gasolinera.
Al llegar aparcó su coche e indicó a la joven que llenase su tanque mientras ella entraba a la tienda a comprar algo para poder comer. Entro algo despistada y choco con un chico que parecía apresurado y muy asustado.
Eh! Chico, ¿Te pasa algo? Preguntó Emma cogiendo al chaval del brazo con cariño aunque parecía estar a punto de romper a llorar.
No señorita, estoy bien. Solo tengo algo de prisa, puede soltarme. Respondió el chico tirando de su manga y soltándose del su agarré.
Fue en ese momento en el que el chico salió cuando vio a un hombre trajeado persiguiendo al chaval, Emma se giro rápidamente dejo unos billetes sobre la mesa e indicó cual era su coche saliendo rápidamente detrás de ellos. Cogió su Aston Martin y cruzo peligrosamente la calle por la que había visto al niño escabullirse, y fue en ese momento cuando vio a ese hombre forcejeando con el niño y cogiéndolo en sus brazos.
Disculpa, caballero. Pero creo que le hace daño al pobre chico. Decía Emma tratando de alejar un poco el nerviosismo que recorría todo su cuerpo.
Es mi hijo, así que no se interponga. Respondió dando un ultimo tirón al niño y tirándolo al suelo.
El chico parece demasiado asustado para que sea su hijo, además si así fuera no lo estaría persiguiendo. Déjelo tranquilo, he llamado a la policía y no tardará en llegar. Esta a tiempo de marcharse sin tener ningún problema. Soltó Emma mirando directamente a los ojos de ese hombre y ayudando a chico a levantarse de la calzada.
Dile a tu madre que me las va a pagar... qué las cosas no se quedan así. Hablo el hombre escupiendo sus palabras.
Fue en ese momento cuando aquel hombre comenzó a correr y aprovechó el despiste de Emma para subirse en el coche aún con el motor arrancado y salir a toda prisa de la vista de ambos.
Mierda! Ese imbécil se ha metido en un gran problema. Termino de levantar al chico y cogió su móvil llamado a Killian el guardaespaldas de sus padres y un buen amigo para que rastrease el Gps de su coche y fuese a buscar a ese delincuente. Tras hacer esa llamada volvió a ver como el niño temblaba del susto y del frio.
¡Hola! Emma Swan, ¿Cual es tú nombre? Le habló para que el niño se tranquilizase y pudieses llevarlo a su casa, realmente siempre se le había dado muy bien tratar a los niños.
Me llamo Henry Mills. Contestó el niño con una mirada de pánico y aun temblando.
Muy bien Henry, vamos a hacer una cosa. ¿Vale? Como ese hombre se ha llevado mi coche y con ello también mi ropa, qué te parece ir a comprar unas chaquetas para no morir de frío y luego te llevo con tus padres. Dijo Emma tendiéndole la mano a Henry quien la sujeto con fuerza y pusieron rumbo a la primera tienda que encontraron abierta.
Emma cogió la primera chaqueta de cuero que encontró en la tienda y después se fue a la zona de niños donde encontraría algo para el chaval que parecía estar algo menos tenso. Emma había visto en ese niño algo que le hacía querer protegerlo y que no le pasase nada. Fue una sensación muy extraña para ella.
Bueno chico, coge la que más te guste. Te lo has ganado por ser tan valiente. Le dijo con una sonrisa en su cara.
Esta esta bien, además es muy parecida a la tuya, me gusta. Respondió Henry con una media sonrisa.
