CAP I: LA FELICIDAD ESTÁ A PEDIR DE BOCA

Un nuevo amanecer se cernía sobre la tranquila y apacible ciudad de Tomoeda… gran parte de la población se encontraban aún en sus casas, en la mayoría de los casos aun durmiendo, otros alistándose para ir al trabajo… aunque se podía ver algunas personas en la calle practicando un poco de footing para tener el cuerpo saludable y en forma.

Rápidamente el astro rey se impuso sobre el cielo y comenzó a alumbrar a la ciudad que salía de a pocos de las penumbras… los primeros rayos de sol comenzaron a hacerse presentes por todos lados… unos cuantos hicieron su ingreso a la habitación de una muchacha por su ventana.

Nada evitó que los penetrantes rayos solares se encontraran directamente con el rostro de la bella muchacha de piel pálida, no pasó mucho para que ella reaccionara, lentamente abrió sus ojos y sus pupilas verdes reflejaron los rayos del sol con gran intensidad… los culpables de haberla levantado.

Sin pensarlo dos veces la muchacha levantó su mano con el fin de protegerse de la luz que cegaba sus ojos, al darse cuenta ya se encontraba lo suficiente despierta así que se sentó sobre su cama y sin habérselo propuesto dirigió su mirada hacia su mesita de noche, en ella descansaba un viejo osito de felpa negro que la muchacha adoraba con todas sus fuerzas, ese osito de felpa tenía un significado muy especial… representaba todo lo que ella tuvo que esperar durante ocho largos años pero ahora todo era diferente, él había regresado y ahora estaban más cerca que nunca y solo eso le importaba.

La maestra de las cartas tuvo el impulso de estrujar entre sus brazos el osito, así que sin más se levantó de su cama de un brinco y estiró ambos brazos para luego dar un enorme bostezo con el fin de quitarse el sueño, tomó el osito de felpa y lo llevó a su pecho… se acercó a su ventana y observó la calle que comenzaba a ser invadida por las personas que se dirigían a sus centros de trabajo, la muchacha escuchó el trinar de los pájaros, no había ninguna duda que era un hermoso día.

Muy indiferente a los pensamientos de la muchacha, uno de los cajones de su cómoda comenzó a abrirse lentamente para luego dejarse ver un pequeño muñeco de felpa que se sobaba los ojos, señal clara que aún tenía mucho sueño… el guardián se había levantado al escuchar sonidos en el cuarto de su dueña… sin poder evitarlo bostezó llamando la atención de su amiga que giró rápidamente y dirigió su mirada a su pequeño amigo.

Buenos días Kero, ¿Cómo has dormido? Espero que bien… ya que no puedes seguir durmiendo en un día tan hermoso como éste – indicó la muchacha con una enorme sonrisa mientras miraba atentamente como su pequeño amigo alisaba sus alas tratando de desperezarse pero en vez de eso daba la impresión que trataba de limpiar sus pequeñas alas, no pudo evitar sonreír ante la repentina gracia de su amigo.

El guardián tardó unos segundos para despertarse del todo, cuando al fin había logrado quitarse todo el sueño que traía encima pudo ver incrédulo como su vieja amiga lo miraba con suma alegría… no había nada de raro que en esos días su amiga se levantara de tan buen humor… pero esta vez era distinto… notaba algo raro en ella.

¿Sakura? ¿cómo?… ¿tú despierta a estas horas? – atinó a preguntar atónito el antiguo guardián de las cartas Clow que no podía esconder su sorpresa… en casi 9 años que vivía con ella nunca se había levantado tan temprano y encima sola, lo que le hacía suponer que había un motivo de fuerza mayor que le había obligado a hacerlo… quizás algo que celebrar… pero la pregunta era ¿Qué?

Ay Kero… ¿Cómo se te ocurre pensar que puedo seguir durmiendo en un día como éste? no te das cuenta que es un día hermoso y sería un error desperdiciarlo en la cama - respondió con una sonrisa la antigua card captor que dejó el osito negro en su sitio y sin demora se acercó hacia donde estaba flotando su guardián y sin previo aviso lo tomó por los brazos y comenzó a dar vueltas con él como cuando era una niña… mientras lo hacía ella no pudo evitar pensar en él y preguntarse si ya estaría despierto…

Hoy día sí que te has levantado bastante alegre… me alegra mucho verte así aunque desconozca el motivo de tanta felicidad - indicó la bestia guardiana de las cartas Sakura que se recuperaba de manera lenta del mareo provocado por dar vueltas en la habitación, de cierta forma el guardián conocía que de una u otra forma el sujeto chino tenía que ver con toda esa alegría… aunque no le agradaba para nada esa idea, ver a su amiga tan feliz le hacía olvidar sus rencillas con el muchacho chino, por lo menos en ese momento.

¡Ay Kero! si supieras… - susurró sin darse cuenta la antigua card captor, la muchacha no se había percatado de lo que había dicho e indiferente a la mirada inquisidora de su guardián se volvió a echar de un salto en su cama mientras lanzaba un suspiro y recordaba las dulces palabras que le había dicho él la noche anterior.

La falsa identidad de Kerberos se encontraba en shock, a pesar de que su dueña había hablado muy despacio logró escuchar lo suficiente para ponerse en ese estado… definitivamente algo había pasado la noche anterior… ahora entendía bien el motivo por el cual cuando se despertó encontró a la muchacha de pupilas verdes aferrada al viejo oso de felpa, si hace años hubiera sabido que ese tipo chino le había regalado eso antes de regresar a Hong Kong, de seguro ya se habría deshecho de eso… miró nuevamente a su dueña, toda esa felicidad era demasiado sospechosa… era cierto que ella últimamente andaba con ese humor, pero esta vez era diferente al resto de días, era como si algún acontecimiento se fuera a dar… lo peor de todo era que ese sujeto tenía que ver en todo eso, lo que hacía que las cosas empeoraran.

Sakura, dime a ¿qué te refieres con eso de que si yo supiera?, ¿acaso estás ocultando algo a tu viejo amigo? - preguntó el pequeño guardián que se mostró serio y tajante, debía demostrarse de esa forma para que su amiga se diera cuenta que él hablaba muy en serio y exigía una explicación a su comentario.

La muchacha reaccionó de golpe, sin darse cuenta había cometido una indiscreción y ahora tenía encima a su siempre celoso guardián y era un hecho que tenía que responderle algo, pues él no se quedaría con la duda… fuera lo que fuera él estaba preparado para todo o bueno casi todo.

Ay Kero tranquilízate… solo lo decía de forma figurada, no sé porque te pones así, tan desconfiado conmigo...- repuso la muchacha de ojos verdes con una gran gota en su cabeza, tratando de mostrarse lo más serena posible, por la reacción que tomó su guardián le confirmó lo que pensaba, aun no era momento de que él supiera acerca de su futuro matrimonio… sin poder evitarlo pensó en cual sería la reacción de su hermano, la sola idea la aterraba, si solo cuando se enteró de que eran novios casi mata a su novio, ahora no dudaría en hacerlo si es que supiera que él le había pedido matrimonio tan solo el día anterior.

La muchacha de ojos verdes se perdió en sus pensamientos ante la sorpresa de su guardián que observaba atentamente como la mirada de ella se perdía mirando el vacío… en eso notó que el rostro de la muchacha perdía su color, cosa que le preocupó de sobremanera…

¡Sakura! ¿te pasa algo? Te has puesta pálida – exclamó repentinamente la falsa identidad de la bestia guardiana del sello que miraba con preocupación a su dueña que por unos segundos no reaccionaba, las palabras de su amigo hicieron que la muchacha regresara a la realidad, sin haberse dado cuenta se había dejado arrastrar por sus miedos…

No me pasa nada Kero, solo estuve recordando algo sin importancia… nada de qué preocuparse, así que tranquilo - repuso inmediatamente la estudiante de arqueología que no dejaba de pensar en su hermano y en lo terrible que sería para ella y para su novio que su hermano mayor se enterara acerca de su futuro matrimonio, tendría que pensar más detenidamente acerca de eso…

El guardián miraba a su vieja amiga, ese día había sido muy extraño… no estaba muy convencido de todo lo que ella le había dicho, pero por el momento lo dejaría ese asunto hasta ahí… además había cosas más urgentes que atender.

No quiero ser aguafiestas Sakura, reconozco que te has levantado temprano por tu propia cuenta y eso es bueno, pero al paso que vamos vas a llegar nuevamente tarde a tus clases - indicó la falsa identidad de la bestia guardiana de ojos dorados que conocía a la perfección los horarios de clase de su dueña… la muchacha no pudo evitar emitir un quejido al ver la hora… a pesar de todo volvería a llegar tarde a su clase.

No puede pasarme esto… por conversar contigo se me olvidó que tenía clase… ay, voy a llegar tarde otra vez - expresó la hija menor de Fujitaka que nuevamente salía de su cama de un salto, la muchacha con apuro corrió hacia su ropero en busca de algo que ponerse… sin demora la ropa comenzó a volar por todo el cuarto de un lugar a otro, ella corrió rápidamente hacia el baño y cinco minutos después salió ya vestida, recogió su bolso y algunos cuadernos y una vez lista se dirigió a la puerta, antes de salir de su cuarto, volteó a ver a su amigo de felpa.

Nos vemos Kero y deja de jugar tan cerca del televisor que te hace daño – expresó la muchacha de ojos color esmeralda que le mostró una sonrisa al guardián del sello, sin demora la muchacha se dirigió a la primera planta, bajó las escaleras a toda prisa para luego dirigirse a la cocina en donde le esperaba su padre que ya había empezado a desayunar.

Buenos días papá, disculpa la demora – atinó a decir en voz baja la maestra de la cartas que miro a su progenitor, él se veía igual que todos los días, sin embargo se había demorado más de lo normal y el pobre ya no pudo seguir esperándola para desayunar… de seguro tendría que dictar clase ese día.

Buenos días pequeña Sakura, no tienes que disculparte… más bien me perdonaras que haya empezado sin ti, pero tengo una reunión en el rectorado acerca del proyecto que te comenté ayer – indicó con su acostumbrada sonrisa el decano que ya había terminado de desayunar y se disponía a levantarse de la mesa.

Ya veo, de seguro todo te irá bien – dijo la maestra de las cartas que comenzó a tomar su desayuno a toda prisa, su padre simplemente hizo un ademán agradeciendo el comentario de su hija menor y se dirigió al fregadero con su servicio con la finalidad de lavarlo.

La muchacha mientras tomaba sus alimentos miró involuntariamente una parte de la mesa en donde se encontraba una silla vacía, no pudo evitar pensar en su hermano, de seguro él todavía seguía en el hospital, recordó la sensación que tuvo cuando él la abrazó… su hermano podía ser tan tierno cuando se lo proponía, pero también podía convertirse en una fiera, la idea de ver a su hermano enfrentado con su novio la aterraba… quería a ambos y lo que menos deseaba era verlos pelear…

¿Sucede algo Sakura? – preguntó el patriarca de la familia Kinomoto al ver como su hija se encontraba perdida en sus pensamientos… desde ayer en la noche la notaba un poco misteriosa… como si ocultara algo, había llegado en la noche sumamente alegre… más de lo normal y ahora aunque seguía con esa alegría se le notaba de cierta forma preocupada, Fujitaka siempre había respetado la privacidad de sus dos hijos sin embargo no podía mantenerse alejado de ellos y menos si algo les preocupaba.

La pregunta de su padre le hizo regresar a la realidad, la muchacha pudo ver el rostro de preocupación de su progenitor, lo que le hizo recordar la expresión de su guardián… nuevamente se había perdido entre sus pensamientos lo que hacía que el resto se preocupara y peor aun sospecharan que ocultaba algo, tendría que ser más cuidadosa, por el momento nadie podía enterarse de su próximo matrimonio.

Ah… no es nada papá, solo estaba pensando sobre una tarea de la universidad, nada de qué preocuparse… y hablando de eso, ya es demasiado tarde, es mejor que me apresure – expresó la estudiante de arqueología que mostró una falsa sonrisa para tranquilizar a su padre, a la vez que se levantaba de su silla y dejaba su servicio en el fregadero.

No te preocupes hija, yo lavó todo el servicio, no quiero que llegues tarde a tus clases, es mejor que te apures en irte – se apresuró a decir el profesor universitario al ver que su hija se disponía a lavar, él no estaba muy convencido de que no le pasara nada a su hija, sin embargo no quería presionarla, de seguro ella misma le contaría cuando fuera el momento adecuado, era cuestión de darle tiempo.

Muchas gracias papá, entonces me voy volando a la universidad, adiós papá – se apresuró a decir la antigua card captor que abrazó a su padre para segundos después dirigirse a la puerta principal de la residencia llevando sus cosas.

Adiós hija y anda con cuidado - respondió Fujitaka que se había colocado su delantal y se disponía a lavar el servicio mientras que a su mente llegaban recuerdos de su hija cuando era una niña… ahora ella toda una mujer… cuanto le hubiera gustado que Nadeshiko la pudiera ver ahora…

Si papá, no te preocupes - se escuchó una voz desde la calle y luego solo el sonido de la puerta cerrándose se escuchó en la casa de la familia Kinomoto.

La muchacha corría a toda prisa en busca de un paraje solitario, era consciente que ya no existía forma de llegar a tiempo sin tener que usar "un poco de ayuda", sabía a la perfección que no era adecuado usarlo de esa forma… pero era una situación que lo ameritaba y pensando en eso la muchacha se perdió de vista entre las calles…

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El amanecer en Tomoeda no le fue indiferente a un muchacho de ojos color miel… se había levantado más temprano de lo normal pues tenía tantos motivos para estar feliz y vivo que era un desperdicio permanecer tanto tiempo en la cama, a la par que los primeros rayos del astro rey entraban por su ventana, el muchacho estiraba sus brazos para quitarse los últimos estragos de sueño…

Sin mucha prisa abandonó su cama y no pudo evitar acercarse a la ventana, el paisaje era tan hermoso que no pudo resistir contemplarlo… un cielo despejado pronosticaba que ese día era perfecto para hacer un poco de ejercicio, con todas las cosas que tenía en la cabeza había descuidado mucho ese aspecto… si hubiera estado en Hong Kong su madre no se lo hubiera permitido y con justa razón.

Muy indiferente a todo, en ese día él sentía que tenía fuerzas y ganas para hacer cualquier cosa… fuera lo que fuera y como no tener toda esa energía si se sentía feliz, al fin había conseguido lo que había soñado años atrás, estaba al lado de la mujer que amaba y para completar su felicidad le había pedido a ella que fuera su esposa, su eterna compañera, la madre de sus hijos; y sabía que con ella nunca se equivocaría, la amaba desde que era un niño y ahora iba ser su mujer y nunca cometería la estupidez de dejarla tantos años por la simple tontería de anteponer sus responsabilidades a sus sentimientos… gracias a ella había madurado finalmente.

El descendiente de Clow se dirigió a su ropero, mientras caminaba comenzó a venirle a su mente los rostros de muchas personas conocidas a quienes les debía su felicidad… estaba seguro que en algún momento de su vida encontraría la forma de retribuirles todo su apoyo y su tolerancia… el muchacho se encontraba frente al ropero y en un abrir y cerrar de ojos sacó algo de ropa y la tiró a la cama mientras él ingresaba al baño, ya lo tenía decidido… era momento de concentrarse en su condición física que estaba tan descuidada en esos días.

"Bueno ya es momento de dejar de holgazanear, haré un poco de footing para luego ir con algo más duro… además es un hermoso día para desperdiciarlo estando metido en la casa" – se dijo así mismo el jefe del clan Li que no pudo evitar sonreír al darse cuenta que estaba hablando como su madre, sin demora el muchacho se dirigió al lavado para echarse un poco de agua en la cara, al poco rato salió del baño y comenzó a cambiarse, se colocó un buzo y luego una playera.

Una vez cambiado el muchacho se dirigió a la salida de su casa, en el trayecto logró escuchar el timbre de la puerta, en ese momento el muchacho se preguntó quién podría ser a esas horas… al poco tiempo se escuchó los pasos del mayordomo que ya se encontraba abriendo la puerta para ver quién era la visita, el venerable anciano se llevó una gran sorpresa al ver de quien se trataba.

Buenos días Señorita Meiling es un gusto verla, vaya que sorpresa me he llevado, pase por favor, el joven Shaoran se pondrá muy contento de verla - inquirió con una dulce sonrisa el mayordomo de la familia Li que hizo un ademán con la mano para que la muchacha pasara a la casa.

Un gusto también verte Wei, quise pasar por acá para visitar a ese ingrato que tengo por primo… y ¿se encontrará por aquí ese ingrato? - preguntó la muchacha china que le mostró al anciano una sonrisa muy dulce a la vez que entraba a la casa con suma tranquilidad.

El antiguo mayordomo observó como la muchacha entraba a la casa con una gran sonrisa como si todo estuviera bien… Wei sentía un especial cariño por ella, pues la había visto desde niña… aunque no de la misma forma que al jefe del clan Li, pero desde niña se había ganado su aprecio y ahora se encontraba orgullosa de ella, ya que la prima del Jefe del Clan Li había mostrado mucha madurez al aceptar la relación de su primo con una de sus mejores amigas, pues en eso se había convertido la maestra de las cartas.

A pesar de la reciente relación de la antigua card captor con el joven Li, había acrecentado el lazo amical entre ellas… y es que Sakura siempre había sido una persona muy simpática y servicial pero sobre todo muy dulce que se ganaba el cariño de cualquiera, y así se formó una gran amistad entre ellas y aunque Meiling la seguía llamando por su apellido, a pesar que varias veces la muchacha de ojos verdes le había dicho que dejara de llamarla así y que la llamara como todos por su nombre, pero le era algo difícil a Meiling por cosas que no venían al caso.

Pues claro que sí señorita Meiling, el joven se encuentra despierto… espéreme aquí un momento que le aviso al joven - indicó el anciano mientras acompañaba a la muchacha hacia la sala de espera.

Gracias Wei – atinó a decir la muchacha china que se sentó en uno de los sillones de la sala mientras veía como se perdía de su vista el mayordomo para luego segundos más tarde volviera a aparecer pero ya no solo, a su lado se encontraba el hechicero oriental, el anciano sabía muy bien que ellos tratarían de reconciliarse luego de lo que pasó ese día en que ella abofeteó a su primo.

Los dos primos se miraron fijamente por unos segundos… ambos recordaron inevitablemente la vez que discutieron… fue en ese mismo lugar en donde la muchacha china había liberado todo su malestar y aunque los dos conocían en la actualidad conocían perfectamente los motivos de cada uno… no se podía borrar de sus mentes ese hecho, lo que entendió a la perfección el amable anciano al ver que los dos se quedaron en silencio…

Bueno acá ya no tengo nada más que hacer, así que con el permiso de ambos me retiro… fue un gusto verla señorita – expresó el viejo Wei que hacía una reverencia para luego darse media vuelta y dirigirse a la cocina para continuar con sus quehaceres.

Mei, gracias por venir a visitarme – indicó después de unos segundos el jefe del clan Li… era tonto seguir pensando en cosas pasadas, ahora su felicidad era completa y ya no tenía nada que temer, sin pensarlo dos veces se acercó a su prima y la abrazó con fuerza, a ella le debía tanto que lo menos que podía hacer era mostrarle su cariño y agradecimiento.

Yo también me alegro de verte Shaoran, tenía deseos de verte y viendo que si no vengo a verte, tú no eres capaz de moverte, ni siquiera porque estoy en casa de Daidouji, entonces decidí venir - contestó la muchacha china algo molesta con su primo a la vez que se separaban, a veces él podía ser tan insensible… la muchacha tenía la misma dificultad de llamar por su nombre a su amiga de ojos azulados a pesar que ella le había dado la confianza para tutearse.

Si, tienes toda la razón, a veces me comportó como un cabezadura, te pido disculpas por eso y aunque sé que no es excusa… para serte franco en estos días no he tenido cabeza para nada más que no fuera de lo que tú ya sabes - respondió el muchacho chino un poco acongojado al ver que le faltaba cambiar aún muchas cosas, con un poco de desgano el muchacho se sentó en un sillón a la par que su prima hacía lo mismo y tomaba asiento a su lado.

Te refieres a lo del matrimonio, entonces quiero creer que ya se lo pediste ¿verdad?, no me digas que aun sigues dudando, porque la verdad a eso paso yo me hago abuela y tú nada - indicó sarcásticamente Meiling que no pudo evitar sonreír y es que en cuanto a unas cosas su primo era aun muy, pero muy lento y esa era una de esas cosas.

No me parece nada gracioso lo que dices, es más es una exageración de tu parte, reconozco que en algunas cosas me tomo mi tiempo pero esta vez… - el líder del comité de magos de oriente dudó por unos instantes en seguir hablando, era consciente que era tímido para muchas cosas, sin embargo en esta ocasión era diferente… su determinación había superado su timidez.

¿Te tomas tu tiempo? Que gracioso sonó eso… no solo te tomas tu tiempo sino que también el tiempo del resto de las personas… esta vez no puedo estar de acuerdo contigo, y peor aun… no solo eres lento sino que te encanta complicar las cosas… eres único Shaoran - agregó la muchacha de ojos castaños que no pudo ocultar su sonrisa pues comenzaron a llegar recuerdos a su mente del comportamiento de su primo cuando era un niño…

A ese paso solo vas a lograr que me avergüence… además esta vez estás totalmente equivocado pues yo ya le… - por unos momentos el descendiente de Clow dudo en decirle a su prima lo que había hecho y no era porque no le tuviera confianza era todo lo contrario pues confiaba totalmente en ella, el motivo por el cual se frenó fue la promesa que había hecho con su novia de mantener por el momento en secreto lo de su futuro matrimonio, el motivo era que querían que las cosas en la casa de su novia se tranquilizaran un poco, en especial con el hermano de ella que era todo un problema.

Uy, al parecer mi querido primo está tratando de ocultarme algo… me preguntó que habrás hecho, ya no trates de ocultarlo que sé muy bien que ibas a decir algo… no creo que seas capaz de guardar secretos a tu prima favorita… - indicó con un gesto malévolo la muchacha china que ya no podía controlarse… la idea de que su siempre tan correcto hubiera hecho algo fuera de lo normal le enloquecía… la curiosidad comenzaba a carcomer todo su ser.

Lo que sucede Meiling es que anoche le pedí a Sakura que se casara conmigo… - dijo finalmente el jefe del Clan Li después de unos segundos de meditar la situación… era consciente de su promesa sin embargo no quería ocultárselo a su prima, le debía tanto que no era justo que no le dijera nada, además estaba casi seguro que ella de una manera o de otra lo iba a descubrir y lo mejor era que lo supiera de su propia boca.

La prima de Shaoran se quedó pasmada por unos segundos… había escuchado con suma atención lo que le dijo su primo, pero aun no podía dar crédito a lo que había escuchado, pues ella no se esperaba una noticia de ese tipo, por lo menos no en esos días bueno en realidad en esos meses pues conocía como era su primo, pero su reciente confesión la había tomado por sorpresa.

Sí que me has tomado por sorpresa, podía esperar cualquier otra noticia, pero lo tuyo si me tomó con la defensa baja, aunque déjame decirte que estoy molesta contigo… ¿Por qué no me lo dijiste antes? Si no vengo a verte de seguro no me entero de nada… - reprochó la muchacha cuando al fin asimiló la noticia que le dio su primo, la muchacha le miró con resentimiento… últimamente las cosas entre ellos habían cambiado drásticamente… antes compartían todo, pero desde que llegaron a Japón, su primo hacía las cosas sin consultarle y mucho menos comentarle el motivo de sus acciones… cosa que le hizo sentirse poco útil, sentimiento que de cierta forma la deprimió.

Lo siento de verdad Meiling, no es nada personal… lo que pasa es que quedamos con Sakura mantenerlo en secreto por su hermano, tú ya sabes cómo es ese tipo y lo que menos quiere Sakura es tener problemas con él por culpa de sus celos enfermizos – trató de excusarse el muchacho de ojos color miel que bajó la mirada, en cierta forma se sentía avergonzado, su prima tenía toda la razón de increparle pues ella era una de las causante de su actual felicidad y lo menos que le debía era no ocultarle nada.

La muchacha observó como su primo había bajado la mirada, entendió a la perfección que él realmente se sentía apenado por eso, aunque realmente no debería él sentirse así pues no tenía ninguna obligación de contarle todo lo que hacía, tal vez ella se había malacostumbrado a eso, sería algo que tendría que meditarlo a solas pues era momento de dejar a su primo seguir su propio camino y dedicarse más a ella misma.

No me hagas caso Shaoran, eso ya no tiene importancia… lo único que realmente importa es que al fin te decidiste, me alegro mucho por ti aunque aún no sé si felicitarte o no, aún no me has dicho que te respondió – se apresuró a decir Meiling que le sonrió a su primo mientras esperaba que le respondiera a su interrogante, sin darse cuenta clavó su mirada en la de su primo que había levantado el rostro, la muchacha no podía dejar de sentir que a cada segundo que pasaba su corazón latía con más fuerzas… la emoción había llegado a un punto crítico…

Bueno ella me dio una respuesta, pero como se lo propuse de forma inesperada, ella… - el muchacho de ojos color miel no pudo evitar hacer una pausa, a pesar de todo quería darle un poco de emoción al momento, pero de esa forma no fue interpretada por su prima que no le dejó terminar y le interrumpió abruptamente…

Ay Shaoran no me digas que te dijo que no, eres un caso perdido, no puedo creer que no seas capaz de hacer algo tan simple… en fin, no te preocupes yo hablaré con ella y trataré de arreglar las cosas – se apresuró a decir Meiling que había sacado sus conclusiones, en cierta forma no le sorprendía que su primo hubiera arruinado eso… para algunas cosas él era bastante torpe… la muchacha comenzó a pensar en las cosas que le diría a la novia de su primo para arreglar esa situación mientras tanto la cara de horror de su primo era evidente, las cosas se habían salido de control.

Espera Mei ni siquiera se te ocurra hacer eso, no es necesario que hables con ella pues la respuesta que me dio… - el muchacho estuvo a punto de decirle a su prima la respuesta de su novia, pero nuevamente una cierta incertidumbre se apoderó de todo su ser…

No sé en qué estarás pensando Shaoran pero yo estoy segura de que puedo hacerle cambiar de opinión… son cosas de mujeres que tú no entiendes… - repuso la muchacha china mirando a su primo incrédula, ¿Qué le estaba pasando últimamente? Hacía que las cosas más simples se complicaran de una manera caótica.

Déjame terminar Meiling… hace un buen rato que trató de decirte que ¡Sakura me dijo que si quería casarse conmigo! - exclamó en casi un grito el estudiante de arqueología que respiraba con dificultad y es que a veces su prima hacia una tragedia de algo que ni siquiera había pasado y que no pasaría aunque de cierta forma él tenía algo de culpa por dar tantas vueltas al asunto y no ir directo al grano.

Oh... Shaoran, ¿Por qué no me lo dijiste desde un comienzo? Hiciste que me preocupara innecesariamente, pero bueno ya no importa… me alegro mucho por ti – indicó la muchacha que se levantó del sofá junto a su primo para luego abrazarlo fuertemente como si no lo hubiera hecho en años, se sentía feliz por él y por su amiga sin embargo no podía evitar sentirse algo triste, aunque en el fondo era consciente de que su tristeza no tenía sentido alguno por lo menos no ahora, ellos eran felices y eso era más que suficiente razón como para que ella lo fuera, el resto solo eran tonterías suyas.

Los primos siguieron abrazados por unos minutos, durante ese tiempo los dos no se percataron de la repentina aparición de Wei que sin habérselo propuesto escuchó la conversación de los primos, la noticia también alegró al anciano mayordomo que no pudo evitar derramar unas lágrimas de la emoción… con sumo cuidado salió de la habitación sin llamar la atención de los muchachos que ni se habían dado cuenta que él había entrado, Wei no quiso arruinar el momento, ya habría otro momento de felicitar al muchacho chino…

El mayordomo se había acercado a la sala de espera para preguntarles si les apetecía un poco de té, pero al llegar se dio con la sorpresa de que los primos se habían exaltado más de lo normal y prácticamente gritaban en vez de hablar… así fue como escuchó la noticia de que su joven amo al fin le había pedido matrimonio a su novia y aunque el buen Wei sabía a la perfección que ese día iba a llegar pues el muchacho le había pedido consejo, no se imaginaba que fuera tan pronto… se encontraba tan feliz por él, había cuidado del jefe del clan Li desde niño, el anciano quería al muchacho como si fuera su hijo…

Minutos después que el mayordomo abandonó la habitación, los primos se separaron y ambos con una sonrisa en sus rostros tomaron nuevamente asiento en el sofá, la muchacha china aun tenía que preguntarle algunos detalles a su siempre despistado primo.

Y bien Shaoran ¿para cuándo es el gran momento?, ¿por qué imagino que ya lo decidieron? - preguntó Meiling que miró incrédula como su primo le mostraba una cara de sorpresa, como si no supiera de lo que le estaba hablando, cosa que le demostró casi al instante de que el muy tonto ni siquiera lo había decidido y para peor ni siquiera se había puesto a pensar en eso, ¿por qué siempre tenía que hacer las cosas de esa forma? Esa manera suya de complicar las cosas a veces la sacaba de quicio.

Aun no hay fecha Mei… la verdad pensé que no era necesario apurar las cosas, por lo menos no por el momento – atinó a contestar el líder del comité de magos de oriente que no se le ocurrió otra cosa que decir, ¿cómo podía ser tan distraído? ni siquiera se la había pasado por la mente lo de la fecha, ahora entendía porque su prima le decía que era un lento, el muchacho se resignó a recibir el sermón del día, un sermón bien merecido…

La muchacha escuchó la respuesta de su primo y no supo que hacer, si reírse o enojarse con él, hubiera esperado cualquier otra excusa, pero ésa… su primo si que era todo un caso, pero lo mejor sería seguirle la corriente, el pobre ya tenía suficiente problemas para cargarle otros más.

¿Cómo que no es necesario apurarse? ¿Qué cosas dices Shaoran? Tú sabes muy bien que si mi tía supiera que ya tienes prometida, ella te casa mañana mismo… porque estoy completamente segura que no le has dicho nada aun, ¿verdad Shaoran? - preguntó algo molesta la prima del hechicero oriental que no entendía porque había optado por esa posición, si él sabía muy bien las obligaciones que tenía con el clan y sobretodo con su madre.

Si ya sé que mi madre quiere verme casado aunque no entiendo porque está tan empecinada con eso… hasta hay momentos que pienso que oculta algo tras todo eso de mi matrimonio – expresó un poco dubitativo el estudiante arqueología que no entendía del todo la actitud de su madre, había momentos que le daba la impresión que lo iba a forzar a casarse de ser necesario… cosa que le hizo pensar si su madre se imaginaba el motivo por él cual había decidido quedarse en Japón más tiempo de lo debido, aunque hasta la fecha había sabido dar según él una excusa razonable, comenzaba a sospechar que su madre no le estaba creyendo…

Bueno no te niego Shaoran que a mí también me sorprende un poco la insistencia de mi tía con respecto a ese tema, aunque también tienes que considerar que el hecho que seas el único hijo varón te da una responsabilidad que no puedes eludir, ya que si no dejas un heredero varón harías que contigo se terminara la dinastía Li – repuso con suma seriedad la muchacha china que vio como su primo desviaba la mirada… de cierta forma comprendía que le molestara todo ese asunto de sus obligaciones con el clan, sin embargo era algo que se escapaba de sus manos, no dependía de ellos… era un deber mantener la descendencia del famoso mago Clow Reed y sus enseñanzas.

No es necesario que me hagas acordar todas esas cosas que me las sé ya de memoria, lo único que deseo es no presionar a Sakura con esas cosas, ella aun no sabe acerca de las responsabilidades que tengo con el clan… - atinó a decir con bastante desgano el muchacho de ojos color miel que tenía la mirada clavada en el suelo… conocía a la perfección ese asunto del heredero, no obstante no entendía el motivo por el cual su madre lo apuraba con tanta insistencia…

En fin Shaoran creo que no ganamos nada pensando en esas cosas pues al final de una u otra forma tendrás que decirle a mi tía de tu relación… aunque… - Meiling se detuvo abruptamente para que dejara salir una gran carcajada que dejó confundido a su primo que no entendía el motivo de su risa, cosa que interpretó rápidamente la muchacha.

Discúlpame Shaoran, no pude aguantarme… la sola idea me volvió loca, me imaginé como sería cuando le digas a tus hermanas de tu futuro matrimonio, eso de seguro va a ser todo un suceso – indicó entre carcajadas la muchacha que se imaginaba las diferentes reacciones de las hermanas de su primo… sus primas sí que eran harina de otro costal por así decirlo.

Ni lo digas Mei, si mis hermanas se enteran de esto no dejaran a Sakura en paz ni un momento, algo tendré que hacer para alargar lo más posible eso, no sé como lo haré pero ya algo se me ocurrirá… aunque la verdad no quiero pensar en esas cosas, solo me importa que Sakura y yo al fin estamos juntos y nada nos podrá separar - indicó el descendiente del mago Clow al comienzo algo fastidiado pero al final le mostró una enorme sonrisa… el solo pensar que ya no habría ningún obstáculo que lo separara de la mujer que amaba lo hacía enormemente feliz.

Vaya esto si no lo esperaba, el serio jefe del Clan Li y líder del Comité de magos de oriente se ha convertido en un romántico soñador sin control, ¿quién lo diría? si lo contara en Hong Kong nadie lo creería… - expresó Meiling que volvió a sonreír, era un hecho que su primo estaba enamorado hasta la saciedad de esa muchacha de ojos verdes que le robó el corazón hace ocho largos años, el muchacho miró a su prima y comenzó a sonrojarse, en cierta forma ella tenía razón, en ese momento las responsabilidades con los demás estaban en un segundo plano, inesperadamente el sonido del timbre llamó la atención de los dos primos…

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La mañana transcurría como de costumbre en la preparatoria Seijyu, los alumnos se encontraban en sus respectivos salones recibiendo las clases del día por parte de sus maestros… por los pasillos de la preparatoria caminaba uno de los nuevos miembros recién adheridos a la preparatoria… era un joven profesor de unos 26 años que tenía la peculiaridad de siempre mostrar una sonrisa ante cualquier cosa.

El profesor caminaba con dirección a su casillero en el salón de profesores, tenía que guardar unos libros de historia que llevaba consigo, era una cantidad bastante alarmante y más si pensaba leerlos en tan poco tiempo pues los había sacado de la biblioteca y solo los había pedido prestado por algunos días, sin embargo para él no era ningún problema, mientras más se acercaba a su casillero, el docente se preguntó si esta vez encontraría nuevamente cartas de amor… cosa que se había vuelto una rutina diaria, pues nadie podía negar que él gozaba de popularidad entre las muchachas de la preparatoria ya que no había un día en la que su casillero no estuviera atestado de cartas de sus muy ilusionadas alumnas, además sus alumnos le tenían mucha estima y aprecio, no había duda que el profesor Tsukishiro se ganó el cariño del alumnado desde el momento que pisó la preparatoria.

Todo el alumnado y plana de docentes conocían bien una de las características más representativas del docente de historia, para nadie era novedad que el maestro era muy amante del buen comer ya que con sus aperitivos podían dar basto a dos personas sin ningún problema, cosa que extrañaba a todo el mundo en la preparatoria pues con semejantes cantidades de comida el maestro no engordaba… ese hecho se había vuelto un misterio en la preparatoria Seijyu.

Después de un rato de caminar al fin el profesor de preparatoria llegó a su casillero que se le había asignado cuando ingresó a trabajar, unos segundos antes de abrir el casillero el maestro se preguntó si esta vez las cosas serían diferentes… esa pregunta siempre se hacía cuando se disponía a abrir el casillero, sin demora el docente se dispuso a abrirlo, ni bien había terminado de abrirlo cuando una gran cantidad de papeles le cayeron encima… nuevamente se había equivocado… las cosas seguían iguales; resignado se agachó y comenzó a recoger todas las cartas con tranquilidad… lo único que podía hacer era mostrar una buena cara ante la ocurrencia del alumnado, la falsa identidad de Yue regresó a la realidad cuando una sonrisita leve llamó su atención, sin demora el muchacho se levantó y dirigió su mirada hacia donde creía haber escuchado la risa y su mirada chocó con la figura de una hermosa mujer no mayor que él, ella lo miraba fijamente con una gran sonrisa.

Lo veo muy ocupado profesor Tsukishiro, veo que el día de hoy no ha sido la excepción y nuevamente se le ve agobiado por tanta correspondencia… - indicó la mujer que no pudo evitar mostrar una sonrisa sarcástica al ver al profesor en el suelo recogiendo papeles.

Buenos días señorita Ogai, tan solo son algunas… ¿Cómo decirlo?... muestras de simpatía del alumnado – atinó a responder con una sonrisa el mejor amigo del doctor Kinomoto, era consciente que sonaba muy infantil su respuesta, pero qué más podía decir… Yukito trató de no darle mucha importancia al respecto y regresó a seguir recogiendo las cartas que ahora estaban regadas por todos lados.

Veo que mis muchachas de literatura están haciendo trabajos extra… y no necesariamente por una nota – expresó nuevamente entre risas Kasumi Ogai, ella al igual que Yukito era profesora de la preparatoria Seijyu, pero ella estaba especialidad en la rama de la literatura, Kasumi era un muchacha de 26 años de sedoso cabello azabache que acostumbraba amarrar con un listón celeste y que tenía unos hermosos ojos verdes muy parecidos a los de la antigua card captor, ella fue una de las primeras personas con quien la falsa identidad del juez de las cartas habló al llegar a la preparatoria Seijyu, era muy alegre y espontánea pero sobre todo amaba leer, escribir era su pasión y tenía el sueño de que algún día sería una gran novelista reconocida por todos.

El docente de historia solo atinó a sonreír ante el comentario de su colega, la verdad él no le veía algo muy grave el recibir misivas cuyo contenido mostraba el afecto del alumnado a su profesor, aunque claro todo era cuestión de ver de qué punto de vista veías el asunto…

A ver permítame ayudarle, es lo menos que puedo hacer por un amigo… - indicó Kasumi mientras se agachaba para ayudar a su colega que recogía las misivas con suma paciencia para no maltratarlas.

Muchas gracias, realmente necesito un poco de ayuda - dijo Yukito que aun se encontraba sobre un gran mar de cartas, durante un breve tiempo ambos colegas estuvieron recogiendo una gran cantidad de cartas en silencio, pero al cabo de una rato terminaron de recogerlas todas.

Siempre me he preguntado ¿Qué hace profesor Tsukishiro con todas las cartas que le llegan? - preguntó repentinamente la profesora de literatura que acomodaba todas las cartas con suma delicadeza y paciencia, hace días que había visto a su colega en la misma rutina de recoger las cartas y se preguntaba que hacía con toda la correspondencia que le llegaba.

Oh… por favor ya no llame Tsukishiro, dígame como todo el resto de mis amigos simplemente Yukito, tanto formalismo me hace sentir viejo y creo que aun me falta bastante para serlo - contestó el docente de preparatoria con una sonrisa a la vez que metía todas las misivas y cerraba finalmente su casillero.

Entonces Yukito te pido lo mismo… llámame por mi nombre… me sentiría más cómoda si ambos nos tuteamos y haber si ahora me contestas mi pregunta - recalcó con persistencia la mujer de cabello azabache que sonreía, la curiosidad comenzaba a ser más fuerte que ella.

Encantado Kasumi, la verdad es que pienso llevarlas a mi casa y guardarlas hasta que pueda leerlas todas aunque me tomara algo de tiempo pues ya en casa tengo varios lotes como éste - respondió con una gota en la nuca el profesor de preparatoria al recordar la gran cantidad de cartas que le aguardaban en su casa y con la cantidad de trabajo que tenía se preguntaba en qué momento las leería.

Me imagino que si te va a tomar un buen tiempo incluso más de lo que piensas - dijo la muchacha que tomó asiento en uno de las muebles que había en la sala de profesores, estar tanto rato en cuclillas la había cansado más de lo que se había imaginado, la próxima vez lo pensaría dos veces antes de ofrecer su ayuda tan desinteresadamente, pensar en eso le hizo sonreír…

Mientras ambos colegas se tomaban un merecido descanso, hizo su aparición en la habitación un hombre de cerca de 30 años, tenía un rostro implacable que dejaba ver que su carácter era de una persona muy seria, el hombre vestía un traje oscuro además tenía el cabello completamente negro al igual que sus ojos, los cuales los cubría con unas gafas muy finas que le daban un aspecto de temer.

Buenos días profesor Tsukishiro – atinó a decir el hombre al ver sentado a su colega, en la voz del profesor se sintió cierto cinismo que no había sido intencional, simplemente así era su forma de hablar, pero ese hecho le había ocasionado algunos impases en el pasado, lo que habían generado un gran impacto en su forma de tratar a la gente.

Buenos días profesor Tange - contestó Yukito con una sonrisa, a diferencia del resto de profesores, el docente de historia no tomaba mucha importancia a la forma de ser de su colega, el docente siempre trataba de ser cordial con todos los que lo rodean.

Tange miró de reojo a su joven colega, en cierta forma le molestaba esa actitud risueña de su colega, tal vez porque él no podía ser así… Kenzo Tange era profesor de Matemática y Física de la preparatoria Seijyu, entre el alumnado era el profesor menos apreciado por lo duro que era con los alumnos a la hora de calificar, sin embargo nadie discutía que era un excelente profesor aunque sí muy antipático.

Buenos días profesora Ogai - indicó Kenzo después de unos segundos al percatarse de la presencia de su colega de literatura, sin embargo la profesora se tomó su tiempo para responder el saludo.

Buenos días profesor - respondió fríamente la aludida, la colega de Yukito no podía disimular el desagrado que sentía por el profesor de matemáticas… a diferencia de la falsa identidad de Yue, ella ya conocía hace buen tiempo a Kenzo y no lo soportaba pues le parecía odioso y prepotente porque siempre miraba a todo el mundo por encima del hombro como si fuera superior o algo así y ese tipo de gente no le agradaba en lo más mínimo.

Al parecer aun sigue recibiendo cartas muy expresivas profesor Tsukishiro… tendría que hacer algo al respecto, ya como juego fue muy lejos… ya es momento que le ponga un alto a todo eso, no es ético que un profesor reciba misivas de amor de sus alumnas - repuso Kenzo que había recogido una de las cartas que había volado lejos de la vista de Yukito y Kasumi, el profesor Tange miró detenidamente la misiva y luego extendió la mano para entregársela al profesor de historia, el hombre de 30 años dirigió su mirada con deleite, sin darse cuenta se había vuelto algo muy personal el desagrado que tenía por la forma de ser de su colega de historia, muchos pensaban que era celos… pero para Tange simplemente era una especie de rivalidad por lo que no desperdiciaba ninguna oportunidad para tratar de hacer quedar mal al profesor de historia ya sea frente a sus colegas o sus alumnos.

Que puedo decirle profesor Tange, mis alumnas le gusta demostrar su simpatía de una manera muy peculiar, pero usted tiene razón, veré que hago para que no se repita… - contestó la falsa identidad de Yue mientras cogía la carta y la guardaba con cuidado en su casillero para que el resto de las misivas no volvieran a salir de allí por lo menos no frente al profesor de física y matemática.

Me da la impresión que hay algo de celos profesor Tange, espero que sean solo ideas mías – dijo la profesora de literatura que rompió el silencio que se había formado segundos antes, el aludido miró con gran asombro a su colega, se encontraba sorprendida del repentino comentario… entre ellos nunca había habido algún impase y ahora solo por defender a Yukito se había atrevido a hablarle de esa forma… ese hecho hizo que el docente de 30 años sintiera más rencor a su colega de historia.

Bueno, nos disculpara profesor Tange pero se me hace tarde para mi clase… ¿vámonos por ahí Yukito? - preguntó la muchacha a la falsa identidad del juez al mismo tiempo que comenzaba a caminar en dirección a la salida sin mirar a Tange que se encontraba ahí parado sin decir nada, el hombre solo se encontraba aguantando su humillación.

Por supuesto que sí Kasumi, así que con su permiso profesor Tange nos vemos después - expresó el maestro de historia que aun se aguantaba la risa… el desplante de su amiga había tomado por sorpresa al profesor de matemática que solo se había quedado en silencio tragándose su vergüenza, sin demora Yukito salió detrás de su amiga y colega dejando a un boquiabierto Kenzo Tange parado en medio del cuarto.

"¿Yukito?, ¿Kasumi?, desde cuando ese sujeto se ganó la confianza de la profesora Ogai como para tutearse" - pensó confundido el docente de matemática que pronto sintió como la cólera y la ira comenzaban a recorrer cada una de sus venas…

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El día avanzaba con calma, era el mediodía cuando en una de las tantas cafeterías de la universidad de Tomoeda se encontraba un grupo de cuatro personas que conversaban amenamente… cada integrante del grupo comentaba sobre sus futuros planes y proyectos hasta que la noticia de uno de los integrantes tomó por sorpresa al resto y como reacción una de ellos se levantó de golpe llamando la atención del resto de mesas que miraron extrañados por la repentina reacción.

¿No creen que se están apurando demasiado?, personalmente pensé que un mes era bastante pronto… lo que nos acaban de decir es para volverse locos, no puedo creer que se van a casar en cuestión de días… - indicó Rika exaltada que volvía a tomar asiento, aun no comprendía porque sus amigos tenían la necesidad de apurar las cosas… ¿acaso había algo que esconder? Por un momento la mente de la estudiante de administración comenzó a llenarse de posibles situaciones…

Yo estoy totalmente de acuerdo con Rika, ¿están seguros de esa decisión? ¿o están ocultando algo? - preguntó la estudiante de literatura que aún no se recuperaba de la impresión, esa noticia realmente la había tomado por sorpresa, la muchacha clavó su mirada inquisidora hacia la pareja de novios que solo sonreían sin ningún sentido… no entendía cómo podían sonreír en una situación como esa…

Entiendo su posición chicas… si fuera el caso de alguna de ustedes de seguro habría optado la misma posición en que están ustedes ahora, pero en mi caso las cosas son diferentes… han sucedido algunas cosas que han cambiado nuestro planes… ya no podemos dilatar más el tiempo… Takashi y yo nos tenemos que casar en la semana que se viene ya que mis padres van a venir a Tomoeda dentro de unos días, tienen pensando quedarse unos días para luego volver a viajar sin fecha de retorno… si no nos casamos ahora no sé hasta cuando tendremos otra oportunidad para casarnos… - exclamó Chiharu que imprimió en su voz un tono suplicante… esperaba convencer a sus amigas, ellas conocían a la perfección sus sentimientos y que amaba con todas sus fuerzas a su novio, se querían desde niños por lo que no era tan descabellada la idea de casarse en días…

Ya veo, al parecer las circunstancias se han prestado para que se acelere aún más las cosas, si lo pones de esa forma creo que no hay más vueltas que darle... tendremos una boda en menos de una semana – respondió la estudiante de literatura con su peculiar seriedad, sin embargo la muchacha sentía que algo no se había considerado en toda esa historia, sin embargo no lograba dar qué era eso…

Como dice Naoko no hay más vuelta que darle… me alegro por ambos, me imagino la sorpresa que se debieron llevar tus padres cuando se lo dijiste - expresó Rika entre sonrisas que se dejó llevar por su imaginación, sin embargo la estudiante de administración vio la cara de preocupación de su amiga de trenzas… lo que provocó que dejara de sonreír.

Todos se quedaron en silencio al ver que la novia de Yamazaki se había quedado en silencio ante el comentario de su amiga, por un momento la situación se volvió un poco tensa sin nadie que se atrevía preguntar lo que era obvio…

La verdad muchachos ese es un "detallito" que me había olvidado mencionar, lo que sucede que cuando ellos me llamaron tenía toda la intención de decirles que me iba a casar, pero luego pensé que sería mejor darles una sorpresa… además es una noticia que se tiene que dar en persona ¿no lo creen? – preguntó en voz baja la muchacha de trenzas que mostró una sonrisita nerviosa mientras a todos le salía una gran gota en la cabeza, ¿Cómo podía decir tan suelta de huesos que se había olvidado de ese "detallito"?

¿Por qué no me dijistes eso antes Chiharu?, ¿ellos no se molestaran, verdad? , ¿no son violentos, verdad? – preguntó rápidamente el estudiante de derecho que comenzaba a imaginarse lo peor, en ese momento sintió un escalofrió que le recorría la espalda, la idea de que sus futuros suegros se pusieran violentos al ver que su única hija se casaba con un desconocido para ellos le preocupaba de sobremanera…

Este… no tienes que preocuparte por esas cosas Takashi, mis padres no son ningún tipo de ogros, tal vez les sorprenda al comienzo pero estoy segura que no se opondrán - respondió Chiharu que abrazó a su futuro esposo con todas sus fuerzas para animarlo y quitarle ese nerviosismo que se apoderaba de él a cada segundo que pasaba.

En fin al parecer ya nada se puede hacer… solo es cuestión de esperar, pero asumo Yamazaki que ya has encontrado un lugar en donde quedarte o por lo menos estás buscando ¿verdad? - preguntó la muchacha de anteojos que vio como el rostro de su amigo mostraba que no entendía el motivo de su preguntaba… lo que le dejó claro que el tonto no había pensado en eso…

Pues la verdad ni siquiera he pensado en eso, ¿Por qué tendría que hacerlo? O ¿ya no me quieren con ustedes? – preguntó Yamazaki sin entender la pregunta de su amiga de gafas… no entendía el motivo de mudarse si dentro de poco sería el esposo de su querida Chiharu y vivieron juntos… las muchachas al escuchar a su amigo solo movieron su cabeza de un lado a otro… no sabían si se hacía el tonto o si realmente lo era…

¿Cómo preguntas eso Takashi?, ¿aun recuerdas que no estamos casados, verdad?- ¿Qué crees que piensen mis padres cuando sepan que vivimos juntos? - indicó Chiharu que soltó la mano de su novio de golpe, a veces él lograba enloquecerla… por un instante tuvo el impulso de tomar su cuello con sus dos manos y apretarle con "cariño" como lo hacía cuando era una niña.

El estudiante de derecho se quedó pálido por un instante, las palabras de su novia era tan ciertas que se preguntaba como no lo había pensado antes… era momento de tomar decisiones drásticas.

No sé en que ando pensando… mañana mismo empezaré a buscar donde quedarme – expresó apenado el muchacho que comenzó a pensar en algún lugar en donde quedarse… aunque ya tenía en mente el lugar idóneo, solo esperaba que esa persona le pudiera ayudar.

Bueno chicas es mejor irnos a ver a Sakura, ya se está haciendo un poco tarde – indicó Chiharu tratando de socorrer a su novio que se le veía aun bastante avergonzado… las amigas de los novios asintieron con la cabeza en afirmación a lo dicho por la joven de trenzas.

Vayan ustedes, yo tengo que ir hacer un asunto… - se apresuró a decir el joven Yamazaki que mantenía la vista en el piso.

Bueno entonces nos vemos - dijeron las muchachas mientras Chiharu se despedía de su novio con un dulce beso y luego se perdían entre las calles de Tomoeda con dirección a la casa de su amiga…

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FIN DEL CAPÍTULO

NOTAS DEL AUTOR: Bueno ya estoy de regreso entregándoles esta nueva historia, este el primer capítulo de varios, así que espero que me tengan paciencia que esto irá mejorando poco a poco, ya saben que siempre estoy dispuesto a recibir nuevas ideas, como se puede observar a diferencia de la historia pasada, el capítulo es mucho más largo en contenido y en conversaciones, para dejar más claras las cosas, además como saben esté fic es la continuación del fic "El enviado del mal y la prueba decisiva", si hablamos cronológicamente les puedo decir que este fic continua al día siguiente de lo que se quedo el primer fic, es decir solo ha transcurrido un día entre el fin del primer fic con éste… bueno recapitulando un poco vemos a nuestros protagonistas disfrutan de su día como el mismo título del capítulo lo dice la felicidad está a pedir de boca ¿pero será cierto?, Sakura casi la malogra con su guardián que sospecha algo, pero una cosa es sospechar y otra que te la confirmen… quien sabe como reaccionara cuando sepa que su dueña se va a casar con ese tipo que odia tanto y peor aun la reacción de Touya si es de temer… y ya que hablamos de matrimonio Meiling se entera que su siempre lento primo al fin se armó de valor y dijo lo que tenía que decir, así que el secreto ya tan secreto no es… y al fin Yukito trabaja como profesor pues como sabrán en el fic pasado se lo pasaba en el hospital, y al parecer ya se ganó un enemigo como también una buena amiga…¿Cómo acabará todo eso? Y como si fuera poco, al parecer que en este fic el tema de los matrimonios suena con fuerza… Yamazaki y Chiharu se traen una bomba con que se van a casar en menos de una semana… ¿Cuál será la reacción de los padres de Chiharu cuando sepa que se casa? ¿Por cuánto tiempo más el matrimonio de Sakura y Shaoran será un secreto? ¿Cuál será la reacción de Touya cuando se entere? ¿Alguien más se casara en este fic? Todas estas respuestas serán respondidas probablemente en los siguientes capítulos así que atentos.

Criticas, ideas, bombas cualquier cosa que quieran comentar lo pueden hacer a mi correo recuerden que este fic es para ustedes y son los llamados para hacer que este proyecto avance y cada vez ir mejorando.

AVANCES DEL PRÓXIMO CAPÍTULO: Pues se vienen los preparativos de una boda, además nuestro siempre sufrido Shaoran tendrá una conversación que le dejara con bastante dudas, pero si de problemas hablamos quien los va a tener ahora será Eriol con la aparición de alguien que puede complicarle todo al joven inglés, esta son las cosas que veremos en el siguiente capítulo, así que los invito a acompáñame al segundo capítulo de esta historia El secreto de Sakura y los preparativos de una boda.