Holaaaa! Este es mi primer fanfic (al menos el primero que publico) así que espero que no seáis muy duros conmigo… :P Ya sé que la pareja es un poco rara (un poco sólo? ‚), pero es que oí mencionarla en alguna parte y como tenía ganas de hacer un fic de Itachi… Al principio quería crear un personaje nuevo (una chica, porque para cada chica de Naruto, hay dos chicos… Es una injusticia, aunque las chicas son muy afortunadas, tienen para elegir), pero pregunté por ahí y todos me dijeron que cuando ven "OC" en el summary, ni tan siquiera lo abren… Así que, bueno, si a alguien no le gusta el Itachi-Hinata, que no siga leyendo… Y por favor, dejad review, porque si no lo lee nadie tampoco vale la pena que lo siga escribiendo…

Ah, por cierto, sé que este capítulo me ha salido un poco corto, pero es como la introducción, ya intentaré hacerlos más largos de ahora en adelante.

Disclaimer: Naruto no me pertenece (qué más quisiera) y Itachi… Itachi… Vaaale, Itachi tampoco… T.T (¿en serio te pueden denunciar si no pones esto?).

Hinata¿hoy también vas a quedarte entrenando hasta tarde? –Preguntó Kiba mientras miraba a su compañera darle golpes a un árbol.

S… Sí. Tengo… Que hacerme… Más fuerte… -Dijo la chica entre jadeos. Paró un momento. El flequillo le tapaba los ojos. –Mi pelo ha crecido demasiado. –Se lo echó hacia atrás, pero al poco volvía a tenerlo en la cara.

En los meses siguientes al examen de chuunin, Hinata había cambiado considerablemente. Ya era capaz de mirar a los ojos a la gente y hablarle sin esconderse tras gestos de nerviosismo. Claro que a veces volvía a hacerlos, sobretodo cuando hablaba con Naruto. Y seguía siendo tímida e introvertida, aunque menos que antes. Se había hecho amiga de Ino, quien más que ayudarla, la obligaba a cambiar, y se enfadaba mucho con ella cada vez que no se atrevía a hacer algo. Cuando se recuperó totalmente de la paliza de Neji, volvieron las misiones. Por primera vez, no se hizo atrás en el último momento y aunque siempre participase menos que Kiba y Shino, Kurenai siempre la felicitaba de todo corazón. Ella sabía que no era suficiente, su padre seguía sin reconocerle ninguno de sus méritos, y sabía que si volviese a enfrentarse a su primo en ese momento volvería a perder. Por eso debía entrenar hasta hacerse tan fuerte que las dudas se desvanecieran, pero no sabía ni siquiera si ese día podía llegar.

Bueno, siento dejarte sola, pero es que Shino ya se ha ido hace rato y a mí deben estar esperándome en casa… -Se notaba que no le gustaba dejar a Hinata sola.

No te preocupes, Kiba, estaré bien. –Declaró mientras volvía a sus entrenamientos.

De acuerdo, pues nos vemos mañana aquí mismo a las ocho¿vale? Dice Shino que no va a poder venir, seguro que tiene miedo de que les gane y eso no es más que una excusa… -Hinata sonrió ante su comentario: en esos momentos le recordaba a Naruto, tan seguro de sí mismo…

Hasta mañana, pues.

Kiba no corrió hasta su casa como el ninja que era. Se fue andando y mirando a su compañera de equipo de vez en cuando: tenía un mal presentimiento. Cuando al girar la cabeza ya no pudo verla, desapareció corriendo.

En aquel momento, el sol se estaba poniendo. Estaban en verano y la chica de ojos blancos aprovechaba esto para entrenar muchas horas al día, y también solía quedarse un rato por las noches porque la temperatura era entonces más agradable. Sin embargo, cuando ya ningún rayo de sol la iluminaba, se dio cuenta de que esa noche era demasiado oscura para entrenar, así que se sentó al pie de un árbol para recuperar el aliento.

"Ufff… No sé si voy a poder resistir este entrenamiento muchos días más, pero es que tampoco quiero estar mucho rato en casa, no me siento bien allí… Creo que mañana no voy a entrenar mucho, le pediré a Ino si quiere ir a algún sitio… Me merezco un descanso. Será mejor que active el byakugan para volver a casa, no me fío de este bosque tan oscuro". Pero cuando ya iba a levantarse, tuvo la sensación de que alguien la estaba observando. Por un segundo, la invadió el pánico y saltó para ponerse en pie. Entonces, sintió el filo de un kunai rozando su cuello.

Se quedó paralizada unos momentos, luego empezó a temblar.

La situación se mantuvo así unos segundos, con su cuello atrapado entre el kunai y el árbol hasta que una voz profunda dijo desde detrás de ella:

No te muevas ni intentes nada.

No hubiera sido necesario que lo dijese, porque Hinata tampoco se atrevía a hacer nada.

"‚?Por qué siempre tengo que ser tan cobarde¡Nunca tengo valor para hacer nada¿qué tipo de ninja soy! Pero… Es que puede matarme…"

El ninja de detrás suyo se movió, sin quitar el kunai de su sitio, hasta quedar delante de la chica, que no se atrevía ni a alzar la vista para mirarle a los ojos.

No puede ser… -Parecía sorprendido por alguna razón al verla. Le apartó el flequillo con una mano. –Y de la rama principal… Sí que me los han puesto fácil esta vez. –Susurró para sí mismo.

Hinata se asustó aún más al oír estas palabras y alzó la cabeza para ver a quien pertenecía esa voz justo antes de sentir un fuerte golpe en la nuca. Lo último que pudo ver antes de desmayarse fueron unos ojos rojos de sharingan que la miraban fijamente.