Disclaimer: Naruto y sus personajes son propiedad de Masashi Kishimoto.

Autor: Miriko Aoi.

N/A: pequeño drable, espero que sea de su agrado, Editado.

El ritual del sol y la luna

Bajo una ráfaga de mariposas baila mi hermosa y perfecta luna, su cabello largo y sedoso de color negro con leves destellos azulados se mecía furioso al compás de un fiero viento. Sus ojos perlados cual luna llena brillaban con ansiedad y su cuerpo ni se inmutaba ante mi presencia como en antaño solía hacerlo.

No me cansaba de mirarla; ella era simplemente perfecta.

La emoción invadió mi ser de solo verle y el ya muy conocido hormigueo invadió mi cuerpo. Sabia de sobras que mi rostro se debía encontrar sumamente sonrojado ya que mi sol sonreía dejando ver su perfecta dentadura blanquecina que tanto me encantaba. Suspirando solo podía pensar en cuan perfecto era mi sol de piel rosácea, cabello dorado y ojos color de cielo todo un ángel de luz debía admitir.

Mi luna ángel oscuro que irónicamente irradiaba luz corrió a mi encuentro con una sonrisa plasmada en su delicado rostro.

En medio de aquel prado de flores silvestres mí sol abrió sus brazos como una invitación abierta para recibirme entre ellos.

Con ansiedad mi luna se aferró a mi pecho, su suave perfume me hechizaba y el calor que emanaba su cuerpo me calmaba, cuan reconfortante era tenerla de esta manera.

Mi sol beso mi frente y sonrió, luego me alzo en el aire y comenzamos a dar vueltas juntos en el aire, su risa picara me emocionaba.

Mi luna reía, su rostro carmín y sus ojos brillantes me contagiaban de aquella risa que ella reproducía.

Mi sol cerro sus ojos color cielo y me bajo al suelo su rostro se tornó serio y mi corazón se oprimió.

Al abrir mis ojos vi que los perlados ojos de mi luna me miraban preocupados.

Mi sol rio a carcajadas y me tumbo junto a él cayendo los dos al suelo de aquel prado.

El olor de mi luna era dominante ante aquella mescla de las flores de el prado.

Mi sol lleno de besos mi rostro y yo no pude evitar el sonrojarme y sonreír cual niña chiquita con paleta recién comprada.

Mire a mi luna encima de mi pecho y le sonreí creo que comprendió el porqué de la seriedad de hace algunos minutos.

Mi sol estaba triste porque ya era hora de partir.

Mi luna me miro y sonrió esa era mi señal.

Mi sol se acercó a mis labios y los beso con ternura para luego abrazarme fuertemente contra su pecho.

—Adiós mi sol — susurre bajito.

—No mi luna hasta dentro de un par de horas.

Mi sol volvió a besarme pero esta vez la ternura se mesclaba con la pasión y la devoción.

Para posteriormente desaparecer en un destello de luz.

Hinata Hyuuga era la hija del rey de la luna por lo tanto era la encargada de abrir el ritual del manto oscuro aquel que despedía al ritual de la luz infinita que era realizado por Naruto Uzumaki el hijo del rey sol.

Llevaban siglos conociéndose y esperando ese momento del día en el que se encontraban en el prado sagrado donde sus caminos se unían por un par de horas.

La luna es luz clara que emana tranquilidad pero a la vez sobriedad.

El sol emana luz inquietante y alegre.

Por qué no importaba cuan distintos fueran.

La luna amaba al sol.

Y el sol amaba a la luna.

Fin