Soledad

Saint Seiya ni sus personajes me pertenecen, son de propiedad exclusiva de Masami Kurumada

Hola traigo otro drabble :)

Disfruten , nos leemos pronto.


¿Es que los dioses no pueden dejar de ser crueles?, hemos vivido la más cruenta de las guerras, perdimos a todos nuestros amigos en las incansables batallas, y aun así somos golpeados con la más dura de las torturas, la separación.

Shion ¿cómo podré distanciarme de ti, después de todo lo que hemos vivido?, ¿Cómo podré vivir en soledad?, sin cada día sentir tu dulce aroma, ver tu ingenua mirada y tu afable sonrisa.

Athena nos ha encomendado la seguridad de la tierra, pero el precio de esa tarea es demasiado alto, una eterna separación de la persona que más amamos. Todavía recuerdo el desconsuelo del día que nos separamos.

—Es hora de marcharme —fue lo que te dije, me miraste con desconsuelo, con angustia por todo el peso que estabas a punto de soportar como el nuevo regente del santuario. No deseabas que me marchara, pero no había otra salida, ese era nuestro destino.

—¿No puedes quedarte un poco más? —tu voz fue débil, mi corazón se acongojo, me mordí los labios para evitar enviar todo al demonio.

—Sabes que no, mis heridas ya están curadas y debo cumplir la tarea encomendada por Athena —te miró con todo el cariño del que soy capaz—. Sabes que debemos estar listos para el próximo regreso de Hades.

—Aun así… —lágrimas amargas recorren tus ojos, no puedo evitar sentir la misma tristeza que te agobia. Me cubro el rostro con mi sombrero de paja, mis ojos como los tuyos están cristalinos. Respiro fuerte, debo mantenerme firme, a pesar de mi desolación. Decido darte el último adiós, me aproximó hacia ti, todavía con el rostro cubierto, llevo una de mis manos a tus mejillas y la acaricio dulcemente, retiro el sombrero de paja y en un rápido movimiento tomo tus labios, este será el último beso, sé que no nos volveremos a ver, algo en mi interior me lo dice. Solo quedarán nuestros recuerdos del tiempo juntos.

Con renuencia me despego de ti y emprendo mi camino fuera del santuario, no volteo, porque sé que me arrepentiré. El viento sopla en la dirección que camino, me trae la esencia de tus cabellos, aquellos que besaba cada día al amanecer. Apresuro mi paso, el dolor asfixiante. Maldigo a los dioses por el destino que me ha tocado vivir, lejos de ti y tu calor, en completa soledad. Finalmente las lágrimas se derraman por mis ojos, son inevitables, ya que son la muestra de un corazón herido.

Ya estoy en los límites del santuario, lejos de tu presencia, y tu voz se hace presente en mi mente dando unas únicas palabras.

—Te amo.

No te respondo, solo avanzo hacia un futuro sin ti.