¡Hola Hola! Probando, uno… Dos…
¿Cómo están? Este es mi primer fic, espero se diviertan mucho leyéndolo. Acepto todo, comentarios buenos, críticas constructivas, tomatazos, grillos, en fin… :D
DISCLAIMER:
Diabolik Lovers no me pertenece, créditos de la historia original y de los personajes a los respectivos dueños. La historia que viene a continuación si es de mi propiedad, y la redacto con fines de diversión sin ánimo de lucro.
En otras noticias, ¡Empecemos!
Capítulo 1: Yui, y las piedras preciosas.
Caminaba después de clases por el área comercial de la ciudad. Está abierta las 24 horas, de forma que decidí salir a caminar un rato por allí para distraer mi mente con algo que no fuera vampiros, demonios y demás. Pensé que podría tener un rato para mí y mi "yo interior", cosa que no se pudo porque los Sakamaki venían detrás cautelosamente. Así fue como el "paseo relajante" se convirtió en lo de siempre, una persecución controlada.
Seguí mi camino, intentando no prestar mucha atención a su –no tan- secreta presencia, y me encontré toda clase de artículos entretenidos. Música, libros, ropa, accesorios y videojuegos. ¡Había de todo un poco!, aproveché que llevaba dinero suficiente para darme gusto, y compré algunas cosas con las que pensé distraerme durante mi estadía en la mansión.
Cuando pensé en irme a la mansión, pase al frente de una tienda de esoterismo… ¡Sí! De esas dónde venden cosas de hechicería, y te leen las cartas y… y… Sí, todas esas cosas raras.
- La curiosidad mató al gato, y a Yui. Pensé mientras buscaba las razones de porqué estaba entrando a dicha tienda.
Ahí, encontré muchas cosas locas e interesantes, hasta que me topé con una promoción de "Amuletos efectivos". Se veía bueno, así que lo compré creyendo después que fue una pérdida de dinero.
Los Hermanos vampiro seguían detrás de mí, y eso me molestaba porque según parecía, ellos aún no notaban que yo ya no quería escapar. Porque no tengo a dónde ir, y porque de a pocos, me fui encariñando con ellos, así mi persona no fuera más que su delicioso alimento.
Intenté ignorar la situación nuevamente y me encaminé hacia la mansión, que no quedaba muy lejos por suerte. Cuando llegué todas las luces estaban apagadas, así que como pude, subí hasta mi habitación, encendí la lámpara de mi escritorio, me senté y abrí la bolsita de amuletos. De ella, salieron unas piedras muy hermosas, y un manual de instrucciones pequeño, el cual decía lo siguiente en su primera hoja:
"¡Felicidades!, acaba de adquirir un Kit de Amuletos mágicos. En la bolsa, podrá encontrar siete piedras preciosas, las cuales regalará a seis personas especiales que las puedan necesitar, y dejará una para usted.
Debe repartirlas iniciando un día lunes, dando una por día hasta el sábado de la misma semana. El domingo será especial para que haga contacto con la piedra que dejó para usted.
No tiene efectos secundarios malignos, pero si otorga grandes dones de éxito, amor y tranquilidad.
¡Buena suerte!"
- Qué extraño… - Pensé mientras observaba las piedras – Bueno, están lindas, así que si no sirven de nada, al menos las podré conservar.
Aprovechando que ninguno estaba para molestarme, empaqué de nuevo las piedritas, guardé la bolsa dentro del cajón de mi mesa, me cambié y me fui a descansar.
Suelo ser muy escéptica con ciertos temas, pero al vivir con seis vampiros me doy cuenta de que en esta vida, cualquier cosa puede pasar. Hoy era viernes, tendría que esperar hasta el lunes para ver si funcionaría o no. De momento me venció el sueño, y lentamente me quedé dormida.
¿Qué tal?
¿Reviews?, ¿Tomates?, ¿Plantas rodantes? ¡Ustedes eligen!
Gracias por leer, recuerden que la lectura es esencial en la vida.
¡Nos leemos en el siguiente capítulo!
