Disclaimer: Nada es de María. Solo la idea. Personajes y demases le pertenecen a JK. Rowling. Solo diversión.
Dedicado a una gran amiga. Loretta. Aunque ella odia el Sevmione.
Summary:
Severus Snape y Sirius Black, por fin pueden llevarse "bien". Luego de la guerra, todo acabó y estos dos hombres acordaron, luego de mucho tiempo, que intentarían entablar una "amistad". Snape se recupera de su herida y Sirius, bueno, él se recupera de muchas pérdidas en dicha rebelión.
Parece que nada podría arruinar esta nueva amistad que tantos años les tomó forjar, luego del incidente.
Excepto una cosa...
Creo.
Advertencia: decidan uds, el pairing :D
Severus Snape arqueaba una ceja, mientras Sirius Black reía a mandíbula batiente. Sí, se la pasaba porque ahora eran "amigos". "Compañeros" O por lo menos hacían un esfuerzo por dejar de pelear y llevarse bien.
Algunos podrían decir que era misión imposible, pero allí estaban. Lo había "prometido". De salvarse llevaría una vida menos incómoda tanto para él como para el resto. Permanecería bajo perfil, mientras el mundo y las horas continuaban.
Ya no tenía por qué vivir, pero si tenía que "hacerlo", al menos podía tener un poco de paz luego de tanta guerra. Y le había costado recuperarse de aquella vieja herida que de vez en cuando, cuando el viento soplaba, hacía arder hasta los confines de su alma.
Pero por los recuerdos que traía consigo. Aunque su contraparte dijera que tenía que olvidarlo. Que jamás debía volver pensar en ello nuevamente.
Era extraño cómo los dos se condonaban las deudas. Así como así. Pero era lo mejor. Resultaba serlo luego de que todo acabara.
Ya le daba igual que Sirius Black hiciera lo que hiciera. Ya no importaba. E igual para aquel hombre, luego de haber visto tantas muertes, tantas lágrimas.
Ver a tantos amigos caídos.
— Te estoy diciendo que fue un accidente, Snape. ¿No puedes solo aceptarlo? — dijo, mientras continuaba riendo y la ceja de Snape se curvaba más y más alto.
— Bien y sin embargo me pareció que había sido apropósito. ¡Te parecerá gracioso, pero no a mí! McGonagall creyendo cosas que no son ciertas.
— No dije que estabas desesperado buscando pareja, como para que ella insinuara semejante cosa. Además, ya ella sabe que es muy vieja para ti. Aunque sí te recuerdo que cuando estuviste en el hospital, ella se quedó a tu lado por un buen tiempo. ¡Bien por ese levante que has hecho con Minerva!
¡Levante! ¡Qué ordinariez acababa de decir! No se había "levantado" a ninguna mujer. Minerva era como una especie de amiga, de madre. No podía decir que era alguien a quien pudiera ver y amar de esa forma. Sirius continuó riendo en la antigua cocina de Grimmauld Place.
— Como sea, no vuelvas a insinuar algo así. Black.
— De acuerdo. Pero me ayudaría si cuando eso suceda, tú no te quejes de pronto de tu herida y comiences a desangrarte en medio del almuerzo.
— No tengo la más mínima idea de por qué se ha abierto de nuevo.
— Preocuparás a Minerva, si no arreglas eso cuanto antes.
Y eso pensaba, mientras Sirius colocaba platos y vasos en aquella vieja mesa del comedor, mágicamente. Recibirían visita.
Harry y los amigos. Esposa e hijos.
Bueno, ya Snape estaba acostumbrado. Eran familia de Sirius Black.
— Está todo listo y los invitados están un poco retrasados. Me parece.
— Potter tiene esa mala costumbre.
Sirius no dijo nada, mientras daba los últimos toques a la mesa. En cuanto había terminado, se dio la vuelta para escuchar que la puerta sonaba suavemente. Su madre ya no gritaba en aquella casa. Se había desecho de ese cuadro y su elfo ya se había muerto de viejo y seguro de cascarrabias. Inspiró y caminó hasta la puerta para abrir.
No distinguía quién podía ser, ante el frío vidrio de una tarde de invierno y nieve.
— ¡Hermione...pero...pero qué cambiada estás!
El color de su cabello era ligeramente más claro y estaba completamente liso. Al menos por ese día. Había crecido tanto. ¡Por supuesto que no podía reconocerla en la puerta!
— Hola, Sirius. ¿Cómo va todo?
— Granger...
— Profesor Snape, buenas tardes. ¿Cómo se encuentra?
Hermione Granger había cambiado bastante, sí. Sirius había sonreído apartando una silla para que ella pudiera sentarse, mientras Snape suspiraba y se preguntaba qué debía confesar al respecto sobre su vida.
Decir que estaba bien, quizá decir que estaba aburrido. Que no tenía nada mejor que hacer, que vivir con su antiguo enemigo.
Cualquier cosa.
Otro de mis locos sueños X_X qué enferma que estoy. Espero les guste la intro :). Besos.
