El Gato
Stiles nunca fue alguien de animales.
Su amor por aquellos seres se limitaba a verles en alguna tierna imagen o en una pequeña caja en medio de la calle, más allá de ello no era fanático y no es como si realmente importara; A sus 20 años-casi 21- a duras penas había logrado que su pequeño cactus pasara el mes. Su pobre Lithops no habría sobrevivido si no fuese por su adorable novio, quien sorprendentemente tenía un talento innato para la jardinería.
Verse como dueño de algún ser vivo más grande definitivamente se veía lejano y casi imposible, y eso era algo que Stiles tenía claro. Así que, cuando Derek entra en el pequeño departamento que compartían y ve un pequeño gatito acurrucado en una de sus camisetas, no le pueden culpar por sorprenderse demasiado.
Continuará...
