Donde se pierden los sueños.

Cap. 1: La prisión Candlehead

Prisión Candlehead. Complejo exterior – 4 de octubre.

Las nubes se deslizaban sutilmente en el cielo nocturno y la luna se encargaba de volver inútiles las luces artificiales que iluminaban la ciudad, pues su brillo albo rasgaba totalmente el delicado manto de la noche. Una joven de ojos perlas contemplaba por última vez su esplendor cuando entraba en un gran edifico, lúgubre y deslucido; una gran barda de concreto de no menos de 10 metros de alto se encargaba de cercarlo a modo de fortificación. Su aspecto era similar al de una cuídela. Una estructura escalonada, dividida en niveles provista de torres para vigilancia, muros gruesos y fuertes, con pocas y pequeñas aberturas a modo de ventanas. Pero ella ignoraba que no había sido construida para impedirle a alguien entrar. Estaba construida para evitarle a algo salir.

Comenzó a caminar por un largo pasillo. Las paredes desnudas de aquella fortaleza desprendían un olor a roca húmeda que inundaba su nariz, disfruto de aquella sensación hasta llegar a una puerta metálica como la de cualquier ascensor. Apenas se paró frente a la puerta este se abrió y dentro de el, una chica de cabello rosa y ojos verdes se mantenía de brazos cruzados con una mirada fija, en una postura amenazante.

-Llegas tarde -le dijo secamente.

-Perdón, no volverá a suceder -le respondió de manera tímida. Sakura la miró detenidamente sin perder ningún detalle de la chica que le regresaba la mirada tímidamente.

-No has cambiado en nada Hinata -el semblante de la pelirosa cambio inmediatamente y esa postura agresiva se convirtió en una sutil sonrisa que termino en un abrazo mutuo. Habían sido amigas de casi toda la vida y hace mucho tiempo que no se veían, sus caminos se separaron hacía ya mucho tiempo, pero el sentimiento de hermandad no había menguado. Dejaron el abrazo de lado y Sakura apretó el botón del elevador para cerrar las puertas, tecleó unos números en el panel y el ascensor inicio el descenso, tardaron exactamente 15 segundos en llegar justo a donde querían, 20 pisos bajo tierra. Durante ese breve momento, en el que el vacío en el estómago de Hinata la tomaba por sorpresa, observo con mayor detenimiento a su amiga. Sakura vestía un uniforme y unas botas militares, una chaqueta blanca con con un símbolo medico en el costado izquierdo del pecho y otra insignia que no reconocía justo a un lado. Caminaron juntas un largo trecho, la construcción subterránea no se parecía en nada a la superior. No era vieja y de aspecto tétrico, era moderna, casi futurista. Pisos pulcros, luces de neón a cada metro, paredes inocuas y en una puerta al fondo de otro largo corredor, el cual recorrieron para llegar a ella. En aquella puerta había un letrero que decía.

-"Mariscal". -susurro Hinata para si misma.

-No te preocupes, no muerde - dijo la pelirosa a su amiga que estaba claramente nerviosa.

-¿Segura? - respondió ella queriendo hacerse la valiente. La situación le parecía altamente estresante, ella solo era una chica común a la que el azar había llevado a ese punto. No sabía pelear o curar como Sakura y sus ojos no eran como los del resto de su familia, ella carecía de esa visión mística, en ese momento pensó que había sido un error ir a ese lugar.

Sakura titubeo un poco antes de tocar aquella puerta, no porque ella sintiera temor, sino que veía que su amiga estaba dudando de sí misma, entendía que Hinata tuviera dudas, e incluso miedo, pero ya no era momento para ellas. Alzó el brazo para tocar la puerta e imediatamente se escuchó la respuesta.

-¡adelante! -se escuchó una voz femenina que parecía molesta. No habían tocado todavía.

Lentamente Sakura abrió el portal como si algún animal salvaje fuera a saltarles encima y a devorarlas. Contemplaron un despacho amplio, circular y bien organizado, limpio, adornado con cuadros de paisajes.

-¿Señorita Tsunade? -dijo la pelirosa mientras caminaba al interior de la oficina.

-Hola, Sakura -respondió una mujer de edad madura, con largo cabello de color rubio cenizo y un tatuaje en forma de diamante en su frente.

La mujer ni siquiera se molestó en observar a aquellas chicas, estaba demasiado concentrada en unos papeles que estaba leyendo sujetos por su mano izquierda y escribiendo en un teclado que desplegaba una pantalla híper delgada con la otra.

-Más vale que sea importante Sakura –aseveró sin dejar de lado su actividad.

-Ya ha llegado Hinata, señorita Tsunade -inmediatamente dejó de lado lo que hacía y levantó la mirada para verlas a ambas. Sonrió levemente.

-Bien, muy bien -Se levantó de su escritorio y comenzó a caminar hacia ambas jóvenes que ya estaban en el centro de la habitación. Caminó en círculos sin perder de vista a Hinata y fingiendo que Sakura no existía. Esto hizo que la chica de ojos perlados se sintiera incomoda, como si fuera una presa y Tsunade el lobo que se le arrojaría encima en cualquier momento. Incluso contuvo la respiración sin darse cuenta de ello.

-He escuchado mucho de ti y tengo altas expectativas. Hasta ahora veo que eres todo lo que me contó Sakura y tal vez más, si fueras cualquier otra persona te pediría una demostración previa, haría una investigación de meses o quizá años... Pero las circunstancias son especiales y no contamos con ese tiempo. Confió en Sakura como si de mi hija se tratara y por esa razón tú estas aquí en este momento y espero que estés dispuesta a hacer los sacrificios que todos los que están aquí ya hicieron.

Hinata observó a aquella mujer que parecía luchadora, se veía demasiado fornida para ser alguien que se sentaba cada día tras un escritorio, su mirada era fija y penetrante, como si tratara de presionarla, pero ella no era nadie para juzgarle y asintió con firmeza.

-Haré cualquier sacrificio que se tenga que hacer -dijo mirándola a los ojos.

-Tienes carácter, eso me gusta, sígueme -Salieron del cuarto por la misma puerta por la que entraron y continuaron el camino del corredor. Un nuevo ascensor se manifestó ante ellas y descendieron algunos pisos más.

Hinata y Sakura se mantuvieron detrás de Tsunade en silencio. Luego de andar otros tantos minutos llegaron a una puerta metálica que tenía una cámara sobre ella y un panel de control a un lado. Tsunade tecleo un número en el panel, luego puso su mano sobre él y finalmente una luz roja brillo y ella le miro directamente. La puerta se abrió. Las tres cruzaron y finalmente habló.

-Muy bien Hinata, ¿qué es lo que sabes? –Tsunade volteo a ver directamente a la ojiperla.

-Solo lo que estaba en los documentos que Sakura me envió -respondió Hinata sosteniéndole la mirada.

-Correcto, entonces te diré el resto. Candlehead es una prisión hecha para seres con habilidades súper humanas, su actual población es de doscientos treinta presos. Todos sujetos al pacto de los 5. El nivel 1y 2 del complejo está lleno de los individuos considerados de bajo riesgo, en las clasificaciones "épsilon" y "gama" respectivamente pero que siguen considerándose súper humano y conforman el ochenta por ciento de la población. El nivel 3 es para aquellos que se encuentran en la clasificación "delta" sus habilidades entran en el rango de riesgo medio y son a partir de ellos donde los presos usan los inhibidores neurales. Los nivel 4 y 5 es la residencia de los presos "beta", donde las celdas son específicamente diseñadas para anular las habilidades de sus huéspedes. Ese sistema de clasificación anteriormente se manejaba del 1 al 10, pero hace unos años se profundizó en la investigación de los genes meta-humanos. No perderemos el tiempo viendo poca cosa y pasaremos directo a ver a los presos ubicados del nivel 3 en adelante.

-¿Y qué sucede con los "alfa" y "omega"? -escupió Hinata. Tsunade endureció su rostro y le dio la espalda a ambas.

-Los "alfa" se encuentran en el "limbo" -escupió Sakura ante la pregunta de Hinata, la ojiperla solo la vio de vuelta y supo que era un tema que no debía tocar de manera tan súbita.

-No te preocupes Sakura, creo que está bien, debe saberlo en algún momento –Tsunade rompió el silencio y apretó un botón en el panel del ascensor que lo detuvo –leíste los expedientes que te envió Sakura, había dos expedientes anexados, ¿no es así?

-Sí, así es –Hinata respondió sin entender a lo que se refería la mariscal.

-Dime que decían aquellos expedientes –ladró Tsunade.

- Preso número 23, Kiba Inuzuka, clase "gama" –Hinata comenzó a recitar lo que aquellos papeles contenían -Entre otras cosas puede hablar y controlar a los animales, sobre todo los caninos.

-Continua –respondió Tsunade.

-En base a una droga desconocida Kiba puede aumentar su masa muscular y alcanzar velocidades de 80km/h y fuerza suficiente para levantar un auto pequeño, pierde del concepto de dolor o auto preservación y se vuelve altamente agresivo.

- ¿Y él otro?

-Rock Lee. Clase "gama". Velocidad aumentada, fuerza factor 3, ha desarrollado un cuerpo increíblemente resistente y una habilidad marcial superior a cualquier humano.

-Bien, estás familiarizada. Adelantamos a lo interesante -La mariscal apretó una vez más el botón del panel y las puertas se abrieron. Caminaron por aquel corredor que se abría ante ellas y Hinata se mantenía viendo pasar una a una en las celdas vacías.

-Los prisioneros en los primeros dos niveles se encuentran tranquilos, hacen las cosas que cualquier otro haría en su casa, dormir, ejercitarse, al menos la mayoría –hablo Tsunade sin aminorar el paso –para ellos, es más como un hotel, muy pocos están confinados, solo los que han cometido algún crimen. –a Hinata le pareció extraña aquella información, ya que si no habían cometido algún crimen ¿por qué tendrían que estar ahí? Sin embargo no pudo realizar la pregunta debido a que Tsunade no dejó tiempo para que la hiciera –Hasta ahora no ha habido alguno en esas secciones inconforme ni agresivo, pero todo cambia a partir del nivel 3. Esos presos de los documentos fueron atrapados durante el intento de rescate a otros presos, no pudieron siquiera acercarse -Tsunade le dirigió una mirada a Hinata – ¿te sonaron familiares cuando leías los expedientes? –Hinata negó con la cabeza.

-Bien- Dijo Tsunade –ya habrá tiempo para eso. Empieza lo interesante –se encontraban paradas frente a varias puertas iguales a la que les llevó allí, pero con la diferencia de que cada una tenía un símbolo distinto y una de ellas era negra y su símbolo era una nube roja delineada con blanco.

Tomaron la primera que era igual, blanca y tenía un símbolo de lo que parecía ser un abanico como los que se usan para avivar las llamas.

Caminaron otro largo pasillo y llegaron a una pared de cristal y del lado opuesto las luces estaban apagadas.

-¡Luces! -gritó Tsunade, y las lámparas de luz fría despertaron ante su orden.

Hinata vio un gran cuarto del tamaño de una casa y en el centro había un gran contenedor transparente con un líquido verdoso que burbujeaba. Enfocó su vista en el tanque con forma de esfera y vio que un hombre estaba dentro.

-Sasuke Uchiha –dijo Tsunade finalmente- clase "beta prima" habilidades físicas aumentadas. Sasuke tiene habilidades psíonicas de alto nivel. Piroquinesis, las llamas pueden llegar a fundir el acero e incluso las rocas, electro manipulación, proyectar ilusiones en la mente, control mental de bajo grado y puede crear una barrera psionica impenetrable. El líquido en el que está sumergido es a prueba de fuego y no conduce la electricidad, la única fuente de aire que tiene es una máscara de oxígeno que sale del contenedor y si se la quita moriría ahogado en pocos segundos, ya que el líquido es demasiado denso para que se mueva con libertad. Está en estado de éxtasis a sí que no necesita la mayoría de sus funciones naturales, como comer o ir al baño. Sus ojos están cubiertos pues los necesita para usar sus poderes.

Hinata se quedó sorprendida, no sabía cómo era posible que alguien tan poderoso hubiera sido capturado y sintió un escalofrío recorriendo su espalda. Lo ignoró y sé puso a contemplar al hombre dentro del tanque. Sin ninguna duda para ella, era un ser ser capaz de una gran destrucción. Miró de reojo a Sakura, que tenía su mirada perdida en el tanque de contención. Observaba a Sasuke como niña mira su primer e inocente amor. Comprendió el sentir de su amiga y calló por respeto. Salieron de la habitación y regresaron a aquel lugar en donde se encontraban las demás puertas. Tsunade dio un respiro.

- Bien, continuemos- Avanzaron a la puerta inmediatamente frente a la de Sasuke y pasaron de largo la que se encontraba contigua a esta.

-Señorita Tsunade, ¿por qué no entramos en esta?- Pregunto Hinata. Tsunade se detuvo en seco, Sakura tragó saliva, no había tenido tiempo de decirle lo que era y no era bueno decirle a la mandamás de candlehead. Tsunade respondió.

-El area tras esa puerta está clausurada y fuera de operación hasta nuevo aviso, pero no hay nada adentro de igual manera –Hinata se quedó callada, ahora se arrepentía de haber hecho esa pregunta.

-Esta es la última parada de hoy Hinata -la puerta frente a ellas era una puerta de lo que parecía ser acero templado, se veía mucho más sólida que el resto. Esta puerta tenía el dibujo de un zorro de nueve colas en posición de ataque. Entraron y de inmediato se manifestó ante ellas otro largo corredor que bajaba y llegaba a una escalera circular que las condujo a una habitación aún más grande en donde una pared de cristal se levantaba frente a ellas, las luces estaban apagadas.

-¡Luces! -Gritó Tsunade otra vez y estas se encendieron y mostraron una celda parecida a las demás, pero mucho más grande, lo suficiente para que más de una tercia de casas estuviera dentro, pero dentro, en su mayoría había maquinaría.

Pero Hinata vio algo más tras ese cristal. Rozando lo patético y en la más baja condición de vida humana, se veía una figura al fondo, estaba arrodillada, sus brazos estaban encadenados al suelo y su torso expuesto donde cables similares a los de alta tensión salían de su estómago, y otros más gruesos de su espalda que se perdían en la pared detrás de él. Su cabello rubio desaliñado y tan largo que le cubría la cara solo servía para hacerlo ver más miserable. Tsunade hablo una vez más.

-Naruto Uzumaki, clase "alfa" el único preso de este tipo en el complejo.