PRÓLOGO:
Shimizu Ayumi. Mi família lleva largas generaciones en la labor de la pesca, pero lo especial que tenía mi família en esto era que no solo cazaban peces, sino que también buscaban reliquias bajo el mar. Nunca entendí realmente el sentido de esto, pero si que me fascinaba el entusiasmo que sus caras representaban cuándo hablaban sobre el agua, y todo lo que esté relacionado con ello.
Un día mis abuelos encontraron un colgante que se supone que existía desde hacía ya años, y quisieron que yo me lo quedara. ¿Por qué? A mí nunca me interesó esto y no encontraba ninguna razón para ello. El colgante tenía forma de ola, bañada en plata con pequeños zafiros sobre ella.
Desde que me dieron ese colgante, algo cambió dentro de mí. Empecé a interesarme mucho por el agua, hasta el punto de pensar que estaba adicta a ella. Si me buscabas en casa, posiblemente estaba en la bañera, y si no estaba en casa, estaba en la playa o una piscina pública. ¿Qué significaba esto?
Nunca me había dado cuenta. No sabía que, gracias a este colgante sin significado alguno, podría darme tantas cosas que ahora amo tanto.
