Disclaimer: bleach y todos sus personajes son propiedad de Tite Kubo.
El perfecto orden que la sociedad de almas había logrado mantener durante cientos de años había caído de la noche a la mañana cuando un par de Ryokas atravesaron las barreras del Seireitei, dispuestos a enfrentarse hasta el mejor de los Shinigamis.
Habían triunfado, rescatando a Kuchiki Rukia de su sentencia a muerte, volviendo en contra del Gotei 13 a varios tenientes y capitanes.
Era incompresible como pudieron hacer todo esto sin un castigo, rompiendo todo tipo de reglas.
Cualquier lección que les enseñara el poder de los capitanes del Seireitei habria bastado para detenerlos.
Eso hubiera pensando Soi Fong si no hubiera terminado de su lado...
Por mucho que se había repetido a si misma que ahora ella era la capitana de la 2º división, la responsable de sus hombres y la encargada de imponer respeto ante las normas, al perder a manos de su ex capitana Yoruichi Shihoin, sintió como todo volvía hacia atrás.
No pudo evitar seguirla, sin importar el supuesto odio que guardaba en su corazón, su mente fría y recta o los malos recuerdos que inundaban su cabeza al verla después de cien años.
Pero luego de que todo resultara bien, ella volvió a irse con un simple adiós y una sonrisa.
Soi no se permitió pensar si algún día volvería a verla aquella misma noche.
Se sentía tan confundida, por fin le había demostrado todo su poder, lo mucho que había cambiando sin su ayuda, el rencor que aun guardaba. Pero todos los sentimientos que expreso atraves de su pelea no borraron la sonrisa del rostro de su antigua maestra.
"Yourichi-sama… ¿por qué te has ido?" volvió a preguntarse aferrándose a la almohada intentando no pensar en ella.
Pero más recuerdos despertaban en su pecho, haciendo imposible que durmiera con un corazón latiendo tan fuerte.
Había tantas cosas que quería saber, ¿Dónde había estado?, o ¿Cómo la recordaba?
Era una de esas pocas veces donde se permitía sentir y dolía saber que el fuego que había despertado en su interior, los años volverían apagarlo sin ninguna de esas preguntas resueltas.
Al día siguiente Soi Fong, se prometió pensar solamente en su escuadrón aun si la idea de gastar tan solo un pensamiento en Omaeda le revolviera el estomago.
-¡Todo listo Taicho!- grito su teniente delante de la formación de Shinigamis preparados para el entrenamiento.
La capitana los miro fijamente a cada uno. Parecía que aun le temían con tan solo una mirada, ninguno estaba listo para una verdadera guerra, si es que eso eran los planes de Aizen.
No podía quedarse de brazos cruzados, no cuando nadie superaba sus expectativas.
- Me dan vergüenza ¿Listos? ¡Ni siquiera pudieron encontrar a unos inútiles Ryokas! Y eso te incluye a ti Omaeda- replico enojada -¿Acaso se creen dignos de pertenecer bajo mi mando?-
Blandió su zanpakuto y la apunto directo al rostro de su 4º oficial.
- Adelante, quiero ver si su entrenamiento ah servido de algo, ¡Muéstrenme lo que son si me equivoco!
El escuadrón se quedo congelado, ¿Acaso su capitana buscaba pelear contra ellos?
- T-Tai-cho- murmuro Omaeda confundido y temeroso ante la sola idea de ver a Suzumebachi.
- Divídanse, ¡Rápido! –
Sus palabras no fueron mentira, pronto se encontraba cruzando espadas con una entera división.
Todos tenían puntos débiles, quería enseñarselos para volverlos más fuertes, para que no cayeran en manos del enemigo sin dar una buena pelea.
El severo entrenamiento duro toda la tarde, nadie pudo hacerle frente por demasiado tiempo aun llamando a sus zanpakutos.
-¡Protege tu espalda mientras atacas!- grito al 6º oficial mientras este se dirigía a toda velocidad hacia ella.
Con un rápido movimiento desapareció de su vista en un instante, el Shinigami no tuvo tiempo a reaccionar hasta sentir un golpe seco en su espalda que lo hizo caer al suelo rendido.
-El siguiente – ordeno la capitana mientras recuperaba el aliento.
-Que dura eres Soi… ¿No ves que nadie sigue en pie?-
Los ojos de la joven se abrieron de par en par al escuchar esa vos, sin creerlo se dio vuelta para verla.
-Y-Yo-Yoruichi-sama…- murmuro nerviosa al ver los ojos dorados de la diosa de la velocidad tan cerca
-¿Eh Yoruichi–sama? ,¿Sigues con esas cosas?- rio su ex capitana divertida- mira lo que has hecho aquí, no creo que alguno de estos hombres sirvan durante un par de días-
Soi miro hacia otro lado avergonzada, tratando de calmar sus nervios.
-Puedo hacer lo que quiera con mi división – dijo retomando la compostura.
- Je suerte que no eres mi capitana, si no estaría pasando un mal momento si...-
El comentario de su ex maestra no paso desapercibida ante la pelinegra...ella ya no pertenecía al Seireitei.
-¿Que es lo que buscas Yoruichi-sama?- la interrumpió con un tono más severo de lo que buscaba, pero no lo suficiente para intimidar a la morena.
-¿Es que no puedo visitar a una vieja amiga?-
-¿Amiga?..- Soi estuvo a punto de reprochar pero pronto se dio cuenta de que un nudo en la garganta no le permitía hablar.
Aun las emociones del día de ayer seguían vivas en su mente. Se sintió de golpe indefensa ante la mirada de la diosa.
Odiaba ese sentimiento, no podía mostrarse tan débil frente a ella.
Sin decirle palabra alguna. Dio media vuelta y comenzó a irse pero una mano tomo con fuerza su brazo.
-Espera Soi…-
Yourichi dudo de lo que decir al sentir como el cuerpo de su antigua guardiana temblaba ante su agarre.
Realmente no había esperado que se largara a llorar luego de su pelea, pero sabía que la vida de Ichigo y los demás peligraba en el Sokyoku, no podía detenerse a hablar en ese momento.
-Era muy peligroso, Kisuke podía morir y yo no quería que nada malo le pasara a nadie y…- comenzó a soltar a gran velocidad pero Soi se zafo rápido de sus brazos deteniéndola.
-Está bien, lo entiendo, solo necesito estar sola un momento…-
La morena no supo que responder y se quedo quieta mientras observaba a la capitana alejándose una vez más, solto un suspiro largo, y se apoyo sobre uno de los arboles del patio de entrenamiento del gotei13.
Hacía mucho que no entrenaba en aquel lugar con su aprendiz.
Era cierto en que había cambiado, antes era más fácil de tratar, ahora parecía fría y distante.
Alguno de sus subordinados seguían inconscientes en el suelo, otros se levantaban confusos para ir a descansar o en busca de Unohana.
"Soi… debe haber otra forma de acercarme y pedirte perdón" pensó cansada.
No tardo mucho hasta que una sonrisa se poso en su rosto.
A/N: mi primer historia en ff, con tan solo un reviews estoy dispuesta a continuarla, si no..la voy a continuar de todos modos XD.
