¡Hola! Bienvenidos a mi primer Ichihime ténganme piedad por eso XD
Hace tiempo que la comencé a escribir y por fin me animé a publicarla
La historia será situada en un mundo alterno
Si les gusta o no, o tienen alguna sugerencia, espero sus reviews :3
¡Espero que lo disfruten!
Era octubre, y aquel era día de ensayo. Todos en el teatro corrían a todas partes afinando los detalles de la escenografía.
Las mas estresada, era una chica de cabello largo y naranja. Ese día sería su debut, apenas había logrado un papel secundario en la obra, pero eso era suficiente para ella. Le había costado mucho entrar a aquélla escuela de actuación, y el que por fin después de 6 meses se hubiera ganado un puesto en una de las obras mas importantes de la escuela, era todo un logro.
-Inoue-san, por favor, asegúrese de tener listo todo su vestuario.
-Ah… Si claro profesora, ya está todo listo.
-Será su debut, de esto dependerá mucho el resto de su carrera. No se le está permitido fallar.
La profesora de mirada severa, era la favorita de Inoue, podía ser muy rígida casi siempre, pero había significado todo un apoyo para ella desde que ingresó a la escuela.
-Lo sé Takeda sensei, ¡le prometo que haré mi mejor esfuerzo!
Pronto, después de toda la mañana de ensayos, la hora llegó.
Se reunió junto con todos sus compañeros de la obra, para desearse suerte y éxito entre todos.
La obra era autoría de uno de los estudiantes más prestigiosos de la preparatoria de artes a la que asistía. Se llamaba "El llanto de la princesa" y era una historia muy hermosa sobre una antigua princesa que se sacrificaba en la guerra para salvar a su pueblo, se entregaba como anzuelo a los enemigos en plena batalla, y aquello significaba un importante distractor que su ejército aprovechaba para replegar al enemigo, con su último aliento, la princesa atacaba al rey enemigo, y ambos morían.
Era una historia terriblemente triste, pues la princesa, quien estaba enamorada del más fuerte de sus guerreros, nunca pudo confesar sus sentimientos.
Pero aún así era de las favoritas de Inoue. Ella admiraba a la princesa de la obra, que sacrificó su propia felicidad por el bienestar de otros. Aspiraba a poder interpretarla alguna vez. Pero ese día tenía que conformarse con el papel de una de las nodrizas de la princesa. Le gustaba porque la nodriza cantaba una canción de cuna muy bella cuando era aún una niña.
Serían cinco minutos de actuación, cinco minutos en los que tendría que volcar su alma en la interpretación de dicha canción.
Cuando por fin llegó el momento de su salida a escena, sentía que le temblaba hasta el alma, pero al pisar el escenario, todo fluyó.
El teatro estaba repleto, después de todo, aquella era una obra por la que su escuela era famosa. Mucha gente iba a verla.
Se movió con agilidad por el escenario, e interpretó su canción. Se metió tanto en el personaje, que sintió cómo unas lágrimas le comenzaron a rodar por la cara en el último verso de la canción.
"Y a ti mi dulce retoño, la felicidad llegará, cual primavera que borra el invierno, tu corazón se entibiará, y a través de los años, mi amor te quedará"
Su personaje era asesinado, (la obra era bastante dramática) por lo que esa canción era la despedida de la nodriza para la princesa. Le ponía bastante sentimental, pues le recordaba a su fallecido hermano.
Cuando llegó la parte en la que era atacada por el espía enemigo, antes de cerrar los ojos para marcar su muerte, alcanzó a divisar entre las primeras filas del público a un chico.
Un chico de cabello aún mas naranja que el suyo, que la observaba con ojos terriblemente angustiados. Eran de un chocolate hermoso, afilados. ¿Estaría angustiado por la muerte tan trágica de la nodriza? ¿O habría algo más que perturbara a aquél chico de mirada intensa? No lo sabía… Quería saberlo… Pero tal vez nunca lo averiguaría, pues era sacada de escena para continuar con la obra.
Después de una hora y media, la obra concluyó, todo había salido perfecto y su profesora la había felicitado ampliamente.
Todos se abrazaron y salieron a agradecer al público. Y lo buscó, buscó al chico de cabello naranja entre el público, pero ya no estaba.
Un poco decepcionada, regresó al camerino que compartía con otras de las actrices secundarias.
-¡Orihime! Estuviste encantadora, y ¡Dios! Esas lágrimas, conmoviste a todos en el lugar. ¿No vendrá Tatsuki a felicitarte?
La chica que le hablaba era Amy, una de sus amigas más cercanas en la escuela de artes, y Tatsuki era su mejor amiga de toda la vida. Pero ese día no había podido acompañarla.
-No Amy-chan, Tatsuki tuvo una competencia justo hoy, vaya que tengo mala suerte. ¡Mo pero no me desanimo! Porque estuve aquí con todos ustedes Amy chan.
-¡Ay Hime! ¡Sí que eres un amor! Ya sé, vayamos con todos a celebrar, vamos por un café o algo.
-Lo siento Amy chan, pero hoy debo volver a casa, tengo muchas cosas pendientes por hacer.
-Ay Hime… A veces olvido lo difícil que debe ser vivir sola… ¡Pero sabes que si necesitas algo puedes llamarme!
La chica la abrazó fuertemente.
-Lo sé Amy chan, gracias por apoyarme siempre.
Después de agradecer y despedirse de todos, se apresuró a regresar a casa. Aún estaba muy emocionada por toda la obra y decidió caminar para tranquilizar su corazón. Sin embargo, a mitad del camino comenzó una fuerte lluvia. Corrió por la calle en la que iba y vio una panadería aún abierta. Decidió entrar para encontrar refugio y tal vez comprar algo para cenar. Pero no fue capaz de frenar la velocidad con la que corría, y chocó de lleno con la persona que iba saliendo.
Cayó al suelo, aunque la otra persona seguía de pie.
-¡L-lo siento! No me fijé que alguien salía yo…
-Tranquila, no pasó nada, pero ahora estás más empapada.
Era verdad, había caído justo en un charco de agua. La persona contra la que había chocado le extendió una mano para ayudarla a levantarse, era un chico. Y cuando alzó la vista, casi se cae de nuevo al notar que era el chico del teatro. Su cabello naranja se notaba aún bajo la capucha de la sudadera que llevaba, y su mano, la que la sostenía, era grande y fuerte.
El chico llevaba una bolsa llena de pan, y Orihime pudo notar en sus ojos cafés una amabilidad enorme, eran hipnóticos. Casi estaba segura de poder mirarlos sin pestañear al menos una vida.
-¡Ah! ¡Eres el chico de la obra!
El peli-naranja abrió mucho los ojos, Inoue dijo aquello sin pensar, tal vez era raro que ella lo hubiera notado entre tanta gente… Tal vez era raro que ella pudiera recordar tan bien su rostro… Tal vez el no podría reconocerla, pues durante la obra iba caracterizada. Pero no pensó en todo eso antes de decir lo que acababa de decir.
-Y… ¿Tú eras la chica que cantó?
¡La recordaba!
-¡Sí! Jeje , fue algo vergonzoso, era mi primera salida a escena desde que entré a esa escuela…
-Pues a mi me convenció bastante tu actuación… Oye creo que no deberíamos estar aquí mientras estás mojada, mi casa está a unas pocas cuadras, puedes venir si gustas, tengo algo de ropa que te vendría bien…
¿Su casa? El rostro de Orihime se volvió completamente rojo, toda esa escena parecía sacada de una película romántica de esas que a ella no le gustan tanto.
-¡No! Espera, no lo tomes a mal, mis hermanas y mi padre están en casa, no soy un acosador o algo…
Amable. Él era amable, y ella pudo notarlo desde el principio. Nunca pensaría mal de él.
-Ah… ah ¡no hace falta! Vivo muy cerca y no quiero causarle más molestias.
La chica soltó la mano del peli naranja, y se llevó las manos a la cabeza para sacudirse el cabello, era lo que hacía cuando estaba nerviosa.
-No es ninguna molestia, pero como quieras.
-Si… será mejor que me apresure jejeje, etto… gracias. Soy Inoue Orihime.
-No hay nada que agradecer, por mi culpa caíste al agua después de todo. Uhm, soy Kurosaki Ichigo.
Ichigo.
Qué nombre tan adorable, contrastante a la fachada de ese imponente chico.
Inoue se despidió y se apresuró a correr a su casa, sin importarle si se mojaba más, esperaba que la lluvia pudiera refrescarle la cara, pues la sentía ardiendo.
Al llegar a su casa, se apresuró a meterse al baño, pues no quería enfermarse. Preparó la bañera con sus hierbas favoritas y comenzó a tararear mientras hacía el recuento del día.
Pero no pudo pensar en otra cosa que no fuera el chico de cabello naranja, Kurosaki, ¿Por qué se sentía así? No lo entendía, la cabeza le daba vueltas y tenía ganas de reír y cantar.
Al salir del baño, le encendió veladoras nuevas a su hermano fallecido, contándole que le había ido muy bien en su debut. Después de eso se fue a intentar dormir.
Pero no consiguió hacerlo, la cabeza le seguía dando vueltas. Tal vez estaba enferma, tal vez debería ir al doctor para asegurarse.
