La historia de Jane
Disclaimer: Los personajes NO me pertenecen… le pertenecen a una de mis mayores ídolos: Stephenie Meyer.
Capítulo 1: El inicio y problemas…
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Una joven niña, de aproximadamente quince años, se dirigía corriendo a la escuela acompañada por su hermano. Llegaban tarde. Corrieron lo más rápido que sus piernas les permitieron, pero para cuando llegaron las clases ya habían comenzado. Ella se dirigió a la primera clase y él corrió hasta el gimnasio.
-Llega tarde señorita Ricci.-le regañó la profesora De Transvall cuando ella entró al aula.
Jane, Jane Ricci; ella era una joven que vivía en un pueblecito pequeño, cercano a Roma. Su familia era reconocida en el lugar puesto que su padre era un gran científico y su madre la mejor modista del pueblo. A Jane no le gustaba eso, aquello implicaba tener que ir a la iglesia todos los domingos (y para ello levantarse temprano en un día de fiesta), ser obligada a sacar buenas notas en los estudios, no meterse en problemas, ser respetuoso con los demás y fingir delante de los compañeros de sus padres por pura cortesía…
Jane odiaba aquello. El único que la comprendía era su gemelo: Alec. Él siempre estaba ahí para su hermana, nunca se separaban si no era por cosas escolares o por una orden de sus padres. Ninguno de ellos hablaba sin venir a cuento, eran tímidos, aunque con entre ellos se portasen tal cual eran, ante los demás se mostraban callados y distantes, inexpresivos; en ocasiones fríos.
-Discúlpeme, Sra. De Transvall…-le pidió Jane mientras se sentaba en su silla. Las chicas ya comenzaban a cuchichear y a cotillear en las filas de atrás. Ese era otro punto que odiaba Jane, pero sabía controlar su ira debidamente (por suerte para sus compañeras).
-Abrid el libro de geografía por la página 163.-ordenó la profesora y los alumnos hicieron lo que mandó.
Después de horas de estudio, la campana sonó, indicando a los chicos que era la hora del recreo. Todos salieron disparados hacia el patio. Bueno, todos a excepción de Jane y Alec, el cual, la esperaba en el pasillo para salir junto a ella.
-Hola.-le saludó Jane a su hermano.
-Hola Jane.-le contestó este sonriendo.
Jane le devolvió una sonrisa cariñosa y ambos se dirigieron al patio, a la zona que ya tenían proclamada como suya, puesto que todos los días desde hacía cinco años se sentaban allí para charlar.
-¿Qué tal te ha ido hoy Alec?-le preguntó Jane.
-Bien… Hoy he hablado con dos personas, ¡todo un logro!-le contestó él riendo.
Jane también rió, su pequeña broma privada; dado que nadie solía hablar con ellos era todo un logro si alguien se les acercaba y les decía un "hola".
Dos chicos se acercaron algo… ¿temerosos? hacia ellos y el más alto preguntó:
-Emmm… hola… Esto, Alec, ¿Quieres venir a… jugar a la pelota?
Los gemelos abrieron los ojos sorprendidos ante su pregunta y Alec miró a Jane preguntándole si le parecía buena idea. Ella asintió a la pregunta no-formulada de su hermano y agregó:
-No te vendría mal divertirte un rato… Anda, ve con ellos.
Alec le sonrió agradecido y pasados un par de minutos de su ida, cinco chicas, las populares de la clase de Jane, se acercaron a ella con una mueca de asco y desprecio en la boca.
-Hola, Jane.-saludó la que parecía ser la líder pronunciando el nombre de Jane como si fuera una blasfemia- ¿ya no estás con tu hermano o qué?
-Ha ido a jugar a la pelota.-contestó ella manteniendo su rostro inexpresivo.
-Pues es una pena que tú estés aquí tan sola… ¿Acaso no tienes amigas?-preguntó Lisa, la chica que se sentaba detrás suyo en clase, e hizo que el resto se riesen de manera malvada.
-Estoy bien así.
-Y oye… ¿Es cierto eso que dicen, sobre que tu padre probó sus inventos científicos contigo?
-Todo lo que respecta al trabajo de mi padre y a sus inventos no os incumbe.-les contestó Jane resoplando y, levantándose del banco en el que estaba sentada… Esto ya estaba comenzando a molestarla.
-Sooo burro sooo…-rieron todas.
"Alec… ven por favor… no quiero perder los estribos con estas arpías" Pensó Jane y como si su hermano hubiera leído su mente, allí apareció; serio e inexpresivo.
Jane sonrió levemente y Alec se acercó a ella pasando su brazo por el hombro de ella. Inmediatamente Jane adoptó la expresión de su gemelo y ladeó la cabeza.
-Un placer hablar con vosotras, chicas. Pero como veis mi hermano ha vuelto así que, os dejamos tranquilas…-"…por ahora" pensó Jane y ambos entraron al edificio.
Alec llevó a Jane a una esquina para que pudiesen hablar tranquilamente y se disculpó con ella.
-¿Por qué me pides perdón, hermano?-le preguntó ella dulcemente.
-Yo… No debí haberte dejado sola… Si no llego a aparecer… Lo siento mucho Jane, no te volveré a dejar sola…-se disculpó él y agachó la cabeza.
-Alec, -le habló de nuevo dulcemente- no hace falta que te disculpes… No pienso dejar que me pase como a "Mary la sabelotodo"… Sé defenderme, no te preocupes il mio caro fratello… (N/A: Significa "mi querido hermano" en italiano).
Mary era una chica, que para su desgracia, no tenía un hermano protector como lo tenía Jane. "Las arpías" como las llamaba Jane, habían acorralado a "Mary la sabelotodo" un día en el baño, ellas le tenían envidia ya que era la más lista de clase como bien decía su apodo y por ello, la comenzaron a burlar y a maltratar psicológicamente… después pasaron a las manos y de allí a patadas y tirones de pelo y arañazos… Los padres de Mary la sacaron de inmediato de la escuela y pusieron una demanda contra las chicas pero nada se solucionó.
-Jane… Ellas "mandan" en todo el colegio, son como la realeza de los alumnos… Si quieren hacerte algo, no dudarán en actuar e ir a por ti… por eso es que debo mantenerme cerca de ti.
Jane abrazó a Alec.-Te quiero Alec… No se que haría sin ti…
Al acabar las clases, Jane y Alec se dirigieron a su casa rápidamente, aquella tarde tenían una merienda importante con los socios de su padre y tenían que prepararse.
-Ya hemos llegado.-dijeron ambos al unísono al entrar a casa.
-¡Niños!-los llamó su madre-¡Venid! Tenéis que vestiros.
Los dos subieron las escaleras y en su habitación encontraron los trajes. Jane tenía que ponerse un vestido rosa clarito, de cuello barco y mangas anchas, unas medias blancas, unos zapatitos blancos también y una cinta de pelo rosa.
Se pusieron la ropa sin rechistar y marcharon a conocer al nuevo socio de su padre… Jane comenzaba a hacerse preguntas cuando divisó una mansión a lo lejos… aquella enorme casa se le hacía conocido…
Bajaron del carruaje y al entrar a la casa Jane ahogó un grito: era la casa de Selenia, la líder de las arpías. Jane compartió una mirada con su hermano y él la tomó de la mano en señal de que estaría con ella en todo momento. Los adultos se dirigieron a una mesa para hablar sobre trabajo mientras que a ellos les obligaron a sentarse en unos sofás junto a Selenia.
-Bonito vestido, Jane…-rió la arpía una vez sus padres se habían alejado-… bonito si eres una niña de seis años.
Alec gruñó pero Jane lo tranquilizó.
-Lo mismo podría decir de tu peinado Selenia.-atacó Jane.
-Al menos mi cabello no parece el cepillo de una escoba.
-Al menos yo me lavo la cara.
-Al menos yo no tengo picaduras por todo el cuerpo por andar jugando en el barro.
-Al menos a mí las picaduras se me van a quitar, pero tú te quedarás con esa voz de pito.
-Al menos yo sé que mis padres son MÍOS.
Oh… eso era un golpe bajo, los señores Ricci habían adoptado a Jane y a Alec.
Jane abrió los ojos como platos de puro odio, se estaba agarrando con las uñas al sillón para no tirarse encima de la chica y hacerle un par de arañazos.
-Como te atrevas a decir eso de nuevo…
-¿Qué? ¿Me vas a pegar? Lo dudo mucho querida… Sin tu hermano no eres nada.
Jane apretó los puños y salió de la mansión, sin ni siquiera saber hacia dónde dirigirse… Llegó a un estanque. Vio su reflejo en el agua… Parecía una princesa de cuento de hadas con aquellas pintas. Tenía 15 años y vestía como una niña…
-¡AHRGG!-gritó ella y se tiró del pelo deshaciendo el complicado moño que le había hecho su madre. Se puso a llorar y se recostó en un árbol cercano para poder descansar.
Un conejo pasó por delante suyo y ¡vaya casualidad! se hizo caca encima de la pierna de Jane... Ella lo miró con odio y le susurró: Bicho estúpido... Dos segundos más tarde el conejo estaba muerto en el suelo, patas arriba.
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Seguro que las que leen mis otros fics os preguntareis porque escribo esta historia nueva y no actualizo…. Es que estoy atascada xDDD
Espero que os haya gustado mi primera historia triste xD
¿Review?
