La Familia de Seto Kaiba
Seto Kaiba se hallaba sentado en su escritorio tranquilamente, estudiando sus cartas. Detuvo su mirada en el Dragón Blanco de Ojos Azules.
-¿Seto? – Mokuba entro a la oficina sin previo aviso-. Hermano, hay una mujer al teléfono.
-Vale – Cogió él teléfono, Mokuba se sentó frente a él-. Habla Kaiba, ¿Qué quiere?
-Seto Kaiba... hace años que no escucho esa voz... – La mujer al otro lado de la línea sonó sorprendida-. La recordaba más... ya sabes, infantil.
-No ha respondido mi pregunta – Seto perdió la cordura-. ¿Quién es? ¿Y qué quiere?
-¡Agh! No te amargues – Ella también perdió los cables, luego se calmo-. Relaja, Seto.
Pronuncio el nombre con gran rigidez, Kaiba negó.
-Si no respondes, trancaré y no te contestaré.
-Vale, ya... - La mujer sonó resignada-. De todos modos no me importa.
-¿Quién eres? – Dijo con voz fría-. Eres amiga de Maximilian Pegasus.
-No – Ella sonó insultada-. No soy amiga de ese gilipollas.
-Hagamos algo – Kaiba habló-. Si no me dices quien eres rastrearé tú llamada.
-Haz lo que quieras Kaiba – Dijo con toda calma-. No me importa.
-Lo haré ahora mismo – Seto tiro el teléfono. Dejando a la mujer hablando sola-. Mokuba rastrea la llamada.
-Si
Mokuba fue a su habitación anotando en su computadora el número de teléfono.
-¡No puede ser! ¡Seto! – Grito Mokuba desde su habitación, el mayor corrió al lugar.
-¿Qué pasa, Mokuba?
-La mujer con la que has hablado es la Presidenta de Ilusiones de las Cartas – Seto tragó saliva-. La misma empresa que creo Los Dragones Blancos de Ojos Azules.
-¡Oh por Dios! – Seto corrió por hacia la puerta, bajo las escaleras hasta la sala cogió el celular. Marcando apresuradamente el número de la Empresa-. Guardia, dile al chófer que prepare la limusina.
-¿Dirección? – Pregunto el hombre listo para marchar.
-Empresa Ilusiones de las Cartas.
-Si señor – El Guardia se fue.
Luego el móvil de seto sonó de nuevo. El atendió.
-Cariño, veo que has cumplido con tú promesa – Dijo una voz que obviamente Seto reconoció.
-Te dije que lo haría – Sonrió-. ¿Y cómo te enteraste?
-Estoy en todos lados, Kaiba – La mujer al teléfono rió-. Ven... que te espero.
Seguido de un sonido agudo. Seto furioso guardo su Samsung galaxy s6 y caminó fuera de la Mansión.
En un abrir y cerrar de ojos ya estaba en su limusina de camino a la "Empresa Ilusiones de las Cartas". Llegaron a un extraño portón negro, un guardia vestido de uniforme plateado con una rosa roja se acercó.
-¿Quién es?
-Soy Seto Kaiba y quiero entrar – Dijo y él guardia sonrió.
-La Señora lo está esperando, vaya cuanto antes – El guardia les permitió el paso, a lo que Seto le pareció sospechoso.
El auto se detuvo frente a la Empresa gigantesca y lo hicieron entrar. Entró en el Elevador con un guardia y este marco el piso treinta.
Cuando hubo llegado, el hombre lo condujo hasta una puerta doble con los pomos de oro y completamente blanca. Al lado había un código de números y el hombre marcó el código, inmediatamente las puertas cedieron y mostró una oficina.
De paredes blancas y pulcras, con una caja fuerte gigante al final y estantes con millones de libros. Al fondo estaba un escritorio con una silla volteada hacía el ventanal, que dejaba entrar la luz del atardecer.
-Señora, Seto Kaiba está aquí – La voz del hombre tembló.
-Al parecer estar en su presencia es horrible... ¿Por qué será? – Pensó Seto.
-Vete – Exclamo una voz femenina y el guardia, luego de una inclinación se fue-. Toma asiento, Kaiba.
-No estoy para juegos, ¿Quién eres?
-Tan arrogate como siempre Kaiba... en eso te pareces a tú padre.
-Gozaburo no es mi padre – Dijo-. ¡Dime de una vez quien eres!
La silla dio vuelta y mostró a una hermosa mujer, tenía la melena castaña clara y los ojos de un azul intenso. Se levantó y mostro su uniforme de empresa, nada especial. Solo unos pantalones negros, una camisa blanca manga larga y altas botas blancas.
-Bienvenido, Kaiba – Dijo ella y le indicó que se sentara.
-¿Quién eres? Tú voz se me hace familiar – Luego de pensarlo, abrió los ojos como platos y la miro. Ella sonrió-.
-Tú eres...
-Si, Seto – Volvió a comentar, divertida-. Yo soy aquella mujer que juraste proteger antes de que naciera Mokuba, soy aquella mujer que abandonaste en medio de la Guerra por Kaiba Corp. Soy la mujer que amaste.
A Seto se le vinieron miles de recuerdos a la cabeza. Mientras la miraba desconcertado.
-Te busqué luego de tomar en control de Kaiba Corp, desapareciste del mapa.
-Fui herida por ti – Respondió la castaña-. ¡Tú casi me dejas morir!
-Te dije que corrieras y no hiciste caso – Replicó él y ella rió, era una risa falsa y amargada.
-Lo hice, y cuando corrí hacia ti. Tomaste de la mano al mocoso de Mokuba y me dejaste sola... ¡Fueron 5 malditos años!
-¡¿Por qué no me buscaste?!
-¡Porque creí que yo no te importaba!
-¡Naomi, claro que me importas! ¿No lo entiendes? Juré protegerte, a ti y a Mokuba – Dijo él y se le acercó, le acarició la mejilla con suavidad-. Nunca apareciste y eso nos puso tristes. Ganar un duelo sin ti animándome... fue una tortura.
-¿Lo dices en serio?
-Naomi, yo nunca mentiría – Eso no era del todo cierto-. Por lo menos a ti no – Susurro lo último, con algo de suerte ella no lo escucharía.
Y no lo hizo.
-Seto, lo sabía – Susurró ella y él la cubrió con sus brazos, en un tierno abrazo que duraría eternamente-. Sabía que no me dejaste de querer. Te quiero Seto, te quiero tanto – De alguna manera, el pecho de Seto se humedeció, él bajo la mirada y la vio, ella estaba llorando de felicidad-. Luego de años, nuevamente nos encontramos.
Seto se sintió mal, muy mal... le había echo daño a ella esa mujer que le había jurado al mismísimo Dios proteger con su vida. Le había fallado.
-Lo siento, Naomi – Replico él-. Fue mi culpa.
-Fue de ambas – Alegó ella con una sonrisa dolida-. Tú por dejarme y yo por no buscarte.
-Te quiero, Seto.
-Yo también te quiero, hermana – Y luego de decir eso, a Seto le entró la calidez del amor, por fin... ¡Ella era su hermana! Su hermana gemela.
Naomi Kaiba, hermana gemela de Seto Kaiba y por ende, hermana mayor de Mokuba. Desapareció en la lucha de Kaiba Corp y luego de años, sin que nadie lo supiera, ella tomó el control de la Corporación Ilusiones de las Cartas y de esta manera. Supo que Seto Kaiba, estaba vivo.
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¡Yupi! Se que está corto, pero... es falta de inspiración...
Dedicó este fic a mi tía María Cenen Hernández, ya que es TREMENDA OTAKU y seguidora de Yu-Gi-Oh!
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