La Hija De Un Ángel

El 28 de Noviembre fue hallado el cuerpo de la joven escritora Allison Douling, esposa de Dallas Douling empresario exitoso en Miami. Dez Johnson antiguo amigo de la fallecida empieza a investigar un asesinato aunque las evidencias demuestren lo contrario. Cuando sus sospechas se vean confirmadas, Dez deberá adentrarse en el extraño mundo secreto en el que vivía su amiga. Capitulo experimental.


Capítulo 1: La Princesa de Canciones

¡Qué raro! Algunas veces cuando se encontraba sola y sin hacer nada no podía parar de moverse, pero las cosas cambian con el tiempo, las personas comienzan a mostrar su verdadero yo y a dejar en ridículo todo lo que nosotros creemos que son. Pero mejor dejar de pensar cosas tristes, lo mejor para todos es dejar los errores en el pasado, o eso fue lo que le dijeron hace media hora por teléfono. El cuarto estaba en penumbras, como la mayor parte del tiempo. Pero parecía no importarle, existía algo que alegraba sus días pero al pensar en los momentos que acababan de pasar, su corazón se sentía triste con mucha extrañeza. Sabía bien lo que estaba a punto de suceder. Soñaba con lo triste que sería ese momento, no mejor no pensar en ello, existen cosas más bonitas en este mundo.

Últimamente sus pensamientos eran el único lugar donde su conciencia se hallaba tranquila. La soledad resultaba su único consuelo. Nunca había hecho algo tan horrible, nunca había decepcionado, pero aquella vez se dejó llevar por lo que sintió momentáneamente. Gran error. Porque las personas en las que más creemos son aquellas que nos decepcionan más fuerte. Observo detrás de la ventana antes de sentir unos brazos rodearle. Los únicos brazos amigos en los que podía confiar. Sin embargo, conocía muy bien porque venía a su habitación, se levantó en silencio y tomo rumbo a la salida. Allí se encontraban ellos. Era momento de tomar una decisión. Cuatro personas que creían estar haciendo lo correcto. Se acarició el vientre fuertemente deseando que ellos no fueran más que un espejismo, observo a su mano amiga y la tomo con fuerzas antes de asentir. Solo hasta ese momento supo que había firmado su condena.


Trabajar en empresas Douling no parece lo mejor del mundo, a menos que tu trabajo se encuentre en la sucursal Sonic Boom. Una extensión de lo más extraña y única en su clase. La dirige nada más y nada menos que la esposa del señor Douling. Allison Douling dirige la extensión musical de la compañía de electrodomésticos. La única sucursal ubicada en el centro comercial de Miami Beach.

Allison es sin duda una de esas personas que cuesta creer lleva ya dieciséis años de casada. Su carisma la hace partícipe de aparecer en los más bellos eventos, la mayor parte del tiempo sola. Aunque claro nunca falta un guapo actor o cantante que le invite un trago y una pieza de baile. Sus respuestas siempre son una negativa pues de hecho ella está felizmente casada, su esposo Dallas Douling no es de hecho la persona con la que más contacto quisiera uno tener. Su mayor objetivo era sin duda alguna el trabajo, la empresa que con mucho esfuerzo logro fundar. Dallas no es el tipo de hombre que sale a fiestas.

Tampoco es como si una aventura no se le hubiera antojado a la joven escritora de canciones. Solo que algo dentro de ella no se lo permitía, de paso tenía más cosas en las cuales pensar que revolcarse con un niño mimado de Hollywood. Hoy en la tarde era un gran evento, uno de los más importantes, la venta de una de sus canciones a una magnifica disquera. Todo debía estar impecable. Razón por la cual Mary Mason había arribado temprano a su trabajo como secretaria.

Mentalmente se repetía la misma frase, aún es temprano así la jefa haya llegado desde las cinco de la mañana. Se instaló en la entrada del establecimiento como todos los días acomodando los instrumentos. Su jefa seguramente llego desde muy temprano como todos los días, así que no se preocupó por esperarla. Bebió un café moka bien cargado hasta quedarse realmente despierta. Subió la escalera que la llevaría al despacho.

Llegando se encargó de tocar tres veces sin recibir respuesta. Sería posible que la señora no hubiese llegado, de ser así su deber era entrar a revisar que todo estuviera en orden para la venta de la canción esa tarde a las cinco. Mary suspiro, adoraba su trabajo, pero a veces sentía que ella hacia mucho más que su jefa. Abrió la puerta para terminar pegando un grito aterrador.

Frio, en pleno Miami con una temperatura mayor a los treinta grados, pero aquel cuarto estaba helado. Mary observo el escritorio con ojos desorbitados. Una pequeña capa de nieve cubría la espalda y el cabello de una mujer de cerca de treinta y cuatro años. Sus ojos seguían siendo igual de hermosos que siempre solo que sin vida observaban la gigantesca montaña de papeles que se alzaban a un lado del escritorio. La mayoría de esos papeles estaban manchados por la sangre coagulada que salía de su maltrecha garganta. De verdad que parecía una princesa, una maravillosa princesa, su cabello caía dulce sobre su pecho, cubriendo el cuchillo con el que su vida se había acabado. Una de sus manos reposaba en el escritorio mientras que la otra era el claro ejemplo de su pecado, del momento en que se arrebató la vida. El aire acondicionado estaba al máximo haciendo que el frio se sintiera realmente congelante.

Mary termino tan asustada que no tardó mucho en salir del establecimiento como alma que lleva el diablo. Al llegar a donde se encontraban los policías, con la cara blanca como la de un fantasma, enferma es una forma más sencilla de describir su aspecto.

– ¿Qué sucede señorita, se encuentra bien? – la pregunta no tardó en llegar por parte del policía que la intercepto en su huida.

–Está muerta – susurro Mary. El policía le hizo una señal de que continuará – ¡Esta Muerta! Allison Douling está muerta – grito entre sollozos.


El celular volvió a vibrar y él no pudo más que gruñir ante el sonido. Vio pasar a Catalina quien sonreía sin más ante su frustración. Esa mujer sí que era rara, no importaba cuantos novios tuviera solo se interesaba por una persona, aquel que en este momento huía del tono del celular. Muy extraño. Sus curvas atraían a todo mundo sin duda alguna, aunque por más que abrazara por la espalda al detective este no parecía tener ni el más mínimo interés en su persona. Ella también estaba muy frustrada. Aunque no se daría por vencida, podía estar comprometido pero por su tono muy seguramente comenzaba a darse cuenta de quién era en realidad su chica. No faltaba mucho para que terminaran y ella podría volver al juego.

Él, en cambio, trataba de calmarse sin lograrlo en realidad. Maja, su prometida, pedía demasiado. A decir verdad, esperaba tener mucho trabajo para no tener que enfrentarse a la avalancha de deberes que acarreaba un casamiento. Sin duda alguna comenzaba a arrepentirse de su decisión. En cualquier momento, Dez Johnson dejaría a su prometida tirada en el altar para reafirmar su decisión de permanecer soltero toda su vida. Catalina se rio de él detrás de la puerta y este último carraspeo para invitarla a entrar.

–Cata, ¿porque quieres sacarme de quicio tan temprano? –rio Dez cuando su compañera se sentó entre risas en la silla de visitas de su despacho.

–Es solo que te ves muy gracioso – respondió ella muy feliz – entonces compañero, ¿no hay nada de nada el día de hoy?

–Gran observación, parece que los asesinos no tienen muchas ganas de trabajar últimamente – hablo con alivio y sarcasmo en la voz.

Pasar un buen rato platicando de cosas sin sentido es lo mejor que se puede hacer en un día sin trabajo. Aún más cuando te encuentras con personas con las que platicas tan a gusto. Catalina y Dez siempre han tenido esa magnífica conexión. Desde la academia de policías que son amigos, y después cuando se encontraron en la misma comisaria y se volvieron compañeros fue magnifico.

Catalina conoce a la prometida de Dez desde mucho antes de que se volvieran novios. Maja Hedström, sueca de nacimiento, había sido compañera de escuela de Cata y, de hecho, había sido en uno de los tantos intentos de cortejo por parte de la actual detective que Dez y Maja se conocieron. Como lamentaba Catalina aquella reunión escolar que decidió compartir con Dez, pero eso es error del pasado. Dez comenzaba a conocer a la verdadera Maja y sin duda no le iba a gustar.

La televisión se encontraba encendida. Uno de los populares programas de chismes llamo momentáneamente la atención de Dez, y a la vez la de Catalina. Aun sin el volumen, sin duda se veía de qué trataba la noticia. Dez subió el volumen y la noticia de hecho lo hizo crispar. Catalina se dio cuenta de eso y decidió que era momento de regresar al despacho propio.

El teléfono de su despacho sonó apenas arribo a él, claramente que hoy tenía mucha suerte para las noticias. Recibió la noticia con bastante espanto. Pero, aunque suene extremadamente morboso de su parte, era una clara oportunidad para sacar de su ensoñación a su compañero. Lo llamo en la puerta haciendo que este último desviara su atención de la televisión para posarla en su exuberante compañera.

El camino se le hacía extrañamente conocido a Dez hasta que alcanzaron el estacionamiento del centro comercial de Miami Beach. El corazón se le detuvo al ver el lugar donde había pasado tan bellos momentos en un pasado que se le antojaba lejano. Observar el lugar de donde había salido el primer hit de su mejor amigo. Pero se obligó a dejar eso de lado, era hora de trabajo, no de melancolía. Aunque por dentro deseaba con todas sus fuerzas que no estuviera ahí por trabajo, que más bien, se tratase de un día inhábil. Que se le hubiese ocurrido de pura casualidad pasarse por la antigua tienda Sonic Boom. Deseo poder entrar a la tienda sin mostrar su placa.

Pero al llegar al despacho del segundo piso fue cuando vio una de las peores facetas de su profesión. Uno de esos momentos en los que desea haber seguido con su sueño de ser director de cine en vez de elegir una profesión más realista. Aunque claro, nada se compara al sentimiento de atrapar a un verdadero criminal a uno de mentiras. Escucho el informe preliminar antes de también salir huyendo de la escena del crimen seguido por Catalina.

–Dez, ¿A dónde vas? – la pregunta se pudo haber escuchado en todo el centro comercial.

–Ella no se suicidó – le dijo con un tono de voz tan confiado que le fue imposible a Catalina ponerse al brinco.

Dez camino hasta el carro. Parecía que la mejor opción sería irse en el pero no quería que su compañera se quedara varada en el centro comercial sin manera de irse. Tomo un autobús y al bajarse en los barrios altos de Miami, comenzó a buscar un solo lugar, el hogar de quien en el pasado, fue una gran amiga suya.


Comenzó a hacer gestos, pero no existía nada en el mundo que le hiciera hacerle el feo a la linda jovencita que tenía enfrente. A decir verdad, estaba realmente cansado de aquella chiquilla. Todo lo que decía era yo, yo, yo, y yo. Le dejo un mal sabor de boca y no tardaría mucho en explotar. Podía tener uno gigantescos pechos pero no logro compensar lo hueca de su cabeza. Rezo porque alguien lo necesitara en ese instante. Y sus rezos fueron escuchados. El celular sonó con una perfecta excusa para desaparecer un momento de la "estupenda" cita que tenía.

– ¡Martin! – se escuchó un suspiro – al fin contestas, te he llamado toda la tarde hermano.

–Sucede que estoy en una cita – respondió un tanto fastidiado.

–Pues termínala – un extraño tono de esperanza se asomó a los ojos de Martin – mamá dice que algo malo sucedió.

–espera ¿de qué hablas? – curiosidad fue lo que pensó la chica al escuchar el tono de su hermano.

–versión corta, mamá dice que tío Dallas no está en el país y que tía Allison no contesta su celular.

–Es posible que no sea nada –le restó importancia

–mamá cree que estamos en peligro, así que ven a casa o te voy a traer a rastras.

Ni modos, Martin se vio obligado a irse en ese momento, como iba a lamentar no poder besar a esa hermosura. Aunque fuera una cabeza hueca. Tomo su automóvil BMW serie 3 color rojo y tomo rumbo a Carey, el fraccionamiento en que su acomodada familia vivía.


– ¿desde hace cuánto que no ve a la señora Douling? –Dez lo sabía, tenía claro que Ally no se pudo haber suicidado. Estaba seguro. Lo único que debía hacer era encontrar las pistas, las primeras veinticuatro horas son cruciales no podía perder tiempo.

Se encontraba en casa Douling, la servidumbre le había dicho que Dallas se encontraba fuera del país y que por esa razón no podía comunicarse con él. Al fin y al cabo tuvo que darle la mala noticia a la servidumbre y obligarlos a darle sus respuestas.

El mayordomo, cuyo nombre es Mateo Arias, fue el primero en responder. Tal parece que el solo trabaja de lunes a viernes, y que el viernes había sido el último día que le vio.

–yo diría que el viernes – dos personas le habían dicho lo mismo, eso significaba que llevaba todo el fin de semana desaparecida.

– ¿Por qué nadie denuncio su desaparición? – pregunta obligatoria.

–la señora suele salir muy temprano de casa, no regresa hasta tarde. Casi nunca la vemos, solo que el viernes salió algo tarde y nos pudimos despedir de ella – en ese momento el rostro de la sirvienta cambio a una ira casi incontenible – esa es la razón por la que a sus sobrinos se les hace tan sencillo venir a hacer sus fiestas a esta casa. Les juro que si vuelvo a ver al tal Martin y su hermanita en esta casa me encargare de que les den su merecido.

Dez decidió no preguntar el porqué de ese odio. Se despidió de la servidumbre y salió del lugar pensando en que tal vez, solo tal vez. En realidad no fuese un asesinato. Tal vez, en realidad Allison, Ally, se hubiese suicidado.


Nihao…

Mi nombre es Angélica, pero llámenme Angie-chan. Está en mi primera historia de Austin y Ally. Empieza dieciséis años después de la separación de los chicos. Está escrita al estilo novela negra. Como dice en el resumen, es un capitulo experimental, la razón de esto es la dificultad con la que puede ser aceptada. Verán, no existen historias de este tipo en el archivo por lo que no se si les gustara. De paso, cuesta mucho hacer una novela de este tipo. A decir verdad esperare un par de semanas para decirles si la seguiré o cancelare pero díganme…

¿Creen que Ally se haya suicidado? ¿O será posible que la asesinaran? ¿Podrá Dez descubrir la verdad? ¿Qué tienen que ver ese tal Martin y su hermana? ¿Quién es la persona que hablaba al principio?

Eso es todo…

Sayonara.