Glee no me pertenece. Lost Girl tampoco.
Todos los derechos a Fox y Ryan Murphy. A Showcase y Michelle Lovretta. Respectivamente.
Prólogo.
Todo el mundo dice que la vida es complicada. He escuchado como la gente maldice su existencia más de lo que me gustaría. Se quejan porque no tienen el auto que esperaban tener, porque el color de cabello no les quedó como querían, porque fracasaron en la cita con la persona que les gustaba. Y luego están las personas que viven a base de dudas existenciales. Yo quiero patearlos a todos en el rostro, pero luego recuerdo que ya he hecho suficiente daño.
Yo no sé quién soy, exactamente, porque no sé quiénes son mis verdaderos padres, ni sé de dónde vengo, mucho menos para dónde voy. Pero la peor parte no es esa, la peor parte es que, en realidad, no sé qué soy.
Tengo 28 años y he vivido los diez últimos años de mi vida recorriendo el mundo. Estuve en tantos lugares que ya se me confunden, pero lo que nunca voy a olvidar, es porqué los dejé.
Soy un monstruo, una aberración, una violación natural.
He intentado entenderme durante todos estos años, he intentado buscar tantas explicaciones como autocontrol, pero no he obtenido ninguno de los dos.
Y aquí estoy otra vez, en un nuevo lugar que se transformará en mi refugio hasta que tenga que escapar nuevamente. Ontario es una provincia grande, lo que la hace un lugar muy fácil para pasar desapercibida, eso me gusta, aunque, desapercibida o no, sé que tendré que largarme en cuanto me entre hambre y deba saciarla.
Está bien, creo que a esta altura se están creando una idea algo confusa de mí, o tal vez no tanto, les explicaré: Mi significado de hambre es algo diferente al de ustedes. Me alimento de comida, como todos, pero también necesito algo más para sobrevivir. No sé lo que es, pero sé que es más fuerte que yo. Al final, todo nos volvemos primitivos cuando nos falta lo esencial, ¿no?
El punto es que yo… me alimento de otras personas… o algo así. Ni siquiera yo puedo explicarlo, pero tiene que ver con el deseo, más específicamente el deseo sexual. Yo logro que la gente me desee sólo con un suave toque de mi mano y una vez que he implantado ese deseo en ellos, se los succiono del cuerpo hasta quitarles la vida.
Lo sé, a mí tampoco me gusta, pero es lo que soy. Ojalá pudiera controlarlo.
Como sea, no me gusta darle muchas vueltas a ese asunto, como ya vieron, no es nada lindo. Cada vez que me alimento le quito la vida a alguien, por lo tanto, cada vez que me alimento, debo escapar hacia otro lugar.
Como lo estoy haciendo ahora.
Acabo de llegar y con un poco de mis "habilidades" he logrado encontrar un trabajo, un lugar donde vivir y un viejo auto amarillo descapotable que con algo de arreglo quedará decente. Les explicaré nuevamente: A veces tiene sus ventajas ser yo. Esa capacidad extraña de crear deseo en otras personas con sólo tocarlas, no sólo se puede ocupar cuando necesito alimentarme, también la puedo ocupar como un método de persuasión, y eso es lo que acabo de hacer para conseguir un trabajo como camarera en un bar. Lo sé, no es mucho, y sé que podría conseguir algo mejor, pero la idea, como ya dije, es pasar desapercibida. Lamentablemente, mi apariencia no me ayuda mucho.
No sé si es por lo que soy y todo este martirio con el que cargo, pero soy excesivamente atractiva. No, no estoy diciendo que soy linda, es otra cosa a la que me refiero. Mi tez morena tiene el aspecto de haber sido cautelosamente bronceada, pero en realidad, es así por naturaleza. Tengo el cabello castaño, muy largo, terminado en ondas que se mezclan con las puntas rubias que le teñí hace poco, cuando llegué a la última ciudad en la que estuve. No creo que mi rostro sea demasiado bonito, yo no lo creo así. Tengo enormes ojos café y mis carnosos labios rojos son una de las cosas que más me gusta de mí, pero mi nariz es demasiado prominente, y le da un aspecto algo tosco a mi cara, según yo. Sin embargo, creo que de todas formas le gusto a las personas. Mi cuerpo es menudo, soy bastante pequeña, pero mis atributos están todos correctamente puestos. Me enorgullezco del par de piernas kilométricas y tonificadas que me pertenecen, son lindas, siempre lo pienso cuando descanso sobre la cama y las alzo en el aire. En fin, a eso me refiero cuando digo que soy excesivamente atractiva. No es sobre cómo luzco, sino sobre cómo la gente me ve, y como la hago sentir con el meneo de mis caderas, o con el suave recorrido de mi lengua sobre mis labios.
Hm, dejaré de hablar sobre mi apariencia ahora porque me pone un poco incómoda, tal vez alguien les pueda contar esto de una forma más objetiva.
Me río sola, porque no dejo que nadie se me acerque lo suficiente como para que pueda contarles a ustedes sobre mí. Mucho menos sobre mi cuerpo, todos aquellos que lo han conocido están muertos ahora.
Bueno, avancemos con esto. Justo ahora, estoy tras la enorme barra de madera de este bar. No es tan malo, a decir verdad, no es un bar de mala muerte, es el bar de un hotel de tres estrellas de la ciudad. No me puedo quejar, aunque como en todas partes, hay un desagradable pervertido frente a mí.
Me pide dos vasos de Martini con limón y se los sirvo con mi mejor sonrisa fingida, es verdaderamente desagradable, es como si tuviera la palabra "depravado" escrita en toda la cara. Me giro un segundo y cuando me vuelvo, él y su sonrisa apestosa se dirigen a mí.
—Esto es para ti, preciosa. —Me dice y me extiende el vaso.
Me pregunto si creerá que soy idiota, es obvio que le metió algo. Le sonrío y lo rechazo gentilmente, diciéndole que la política no me permite beber en horario de trabajo y me alejo de él antes de que pueda responderme. Pero no le saco la vista de encima, los tipos como él son mi objetivo favorito, puesto que no me hacen sentir tanta culpa, sólo si los atrapo en el momento correcto.
Observo como una chica de clara ascendencia latina entra en el bar, es sólo unos centímetros más alta que yo, tiene la tez morena y lleva una peluca corta y castaña. Se dirige hacia el final de la barra y claro, el asqueroso tipo le pone el ojo de inmediato y agarra los dos vasos para acercarse. Miro detenidamente la interacción y… ¡mierda! Se ha bebido el vaso de un trago, ¿acaso su madre nunca le enseñó que no hay que aceptar cosas de extraños?
La chica se aleja por una de las puertas, me sorprende un poco, ha estado sólo unos minutos aquí, y el tipo la sigue, obviamente. Yo le doy una sonrisa a mi último cliente y tomo mi chaqueta para irme por el mismo camino que hicieron esos dos.
Cuando llego, el ascensor ya se ha ido así que bajo rápidamente por las escaleras, alcanzándolo dos pisos más abajo. Al abrirse la puerta, veo como la muchacha está algo desorientada, algo que me esperaba, entonces no lo pienso, me estoy muriendo de hambre.
Tomo al desagradable tipo por la solapa de su abrigo y le coqueteo un poco, lanzándolo contra la pared del ascensor mientras siento como detrás de mí la chica se desvanece en el suelo. Sin testigos, perfecto.
Pongo mis manos sobre su rostro y noto como su semblante cambia, como sus pupilas se dilatan y sus piernas flaquean ligeramente. No quiero perder el tiempo, ¿quién de ustedes perdería el tiempo si estuviera con un hambre atroz y tuviera un suculento plato de su comida favorita en frente? Nadie, lo sé. Yo tampoco.
Me acerco a su boca y lo beso, lo distraigo y cuando está completamente entregado su libido me abruma y ya no me puedo detener. Estoy succionando su alma. No hay control, no hay protestas, sólo satisfacción en mi cuerpo y una sonrisa idiotizada en su rostro inerte. Lo he vaciado hasta la muerte.
Su cuerpo cae al suelo y las puertas del ascensor de abren justo a tiempo para que salga caminando hacia mi auto y desaparezca de ese lugar. Pero las cosas no pretendían salir como siempre, al parecer.
Escucho un suave quejido y luego la adormilada voz de la chica que había olvidado estaba en el ascensor. Me pregunta si pienso dejarla ahí y yo maldigo, porque no necesito esto justo ahora, tengo que salir de esta ciudad cuanto antes. Pese a eso, no puedo dejarla ahí, lo sé. No importa lo que sea, no importa lo que debo hacer para sobrevivir, una parte de mí es un ser humano, o al menos un ser que siente.
Me devuelvo y con agilidad la cargo sobre mi hombro, nuevamente dormida, y la meto en el asiento trasero de mi viejo auto, el mismo que arranco a toda velocidad. Esto será sencillo: la dejaré dormida sobre el sillón mientras empaco todo de nuevo y me largo a otro lugar.
¿Qué podría salir mal?
Nota: Bien, este es mi primer fanfic. Para quienes hayan visto Lost Girl, la historia está BASADA en la serie, es decir, yo tomé la idea principal de la serie para escribir este fanfic, no es una fiel adaptación, por lo cual me tomaré la libertad de hacer bastantes cambios (como pueden haber notado en el resumen). Las razones para esto son pocas y sencillas:
- No quiero aburrir a quienes hayan visto o vean la serie y sepan lo que va a pasar.
- Y porque quiero fusionar algunas historias de Lost Girl con personajes de Glee, cosa que no sería posible si no altero ciertos argumentos.
Para quienes NO hayan visto la serie, no se preocupen, no es necesario que lo hayan hecho para entender lo que pasa, la misma historia les irá contando lo que necesiten saber. Y bueno, en el caso de que se pierdan en algún punto, siempre existen los comentarios o los PM para preguntar.
En fin, aclarado esto, espero que les guste. No habrá notas tan largas de aquí en adelante.
Si llegaron hasta aquí, gracias por darme una oportunidad. ¡Dejen un review!
