LA VIDA DA GIROS INESPERADOS

Prólogo

Edward Masen es un joven empresario exitoso con una reputación envidiable. Es él típico hombre que juega con las mujeres, nunca creyó hasta que conoció a Isabella una chica muy hermosa y muy buena ella lo hizo de verdad, pero él solo jugó con ella, cuando se dio cuenta de su error la buscó pero ella había desaparecido


Narra Edward

Estaba conduciendo hacia mi oficina, estaba muy distraída que no me di cuenta que casi arrollo a una mujer, la miraba más de cerca y ella, ¡Isabella! ! ! , no lo puedo creer, salgo del coche para el encuentro, ella me miró fijamente al parecer tan sorprendida como yo.

-¡Isabella! - grité acercándome a ella, me dio una bofetada tan fuerte que perdí el equilibrio.

- Aléjate de mi! - gritó entre lágrimas.

- Isabella, por favor espera, déjame explicarte como fueron las cosas.

- Yo no tengo por qué escucharte, todo está más claro.

Se dio la vuelta rápidamente, pero sí lo impedido tomándola de la cintura.

- Te amo - susurre

- Jajajajajajaja ... por favor, ve a decirle eso a otra cosa que crea - se ha soltado rápidamente de mi agarré, intención de seguirla pero no pude y que haya un montón de personas invadieron la calle y la perdida de vista.

- Maldición! ! - gruñí

Bueno me lo merezco, no puedo contenerme más las lágrimas, "soy un idiota" me dijo a mi mismo.

Flash back

Estuve conduciendo muy alegremente mientras me dirigía hacia mi apartamento, estaba tan distraído que no me dio tiempo de frenar cuando vi a una chica parada en el medio de la calle, rápidamente a urgencias, pasé la noche en el hospital, no quería meterme en problemas, así que decidí esperar hasta que despertará.

Al día siguiente, miré que ella estaba sentada en la cama, y al parecer muy confundida.

- Qué hago aquí? - preguntó en cuanto me miró.

- Tuviste un accidente - le expliqué.

- Ya lo recuerdo, tú me arrollaste.

- Lo lamento.

- ¿Cuándo podré irme?

- Mmmm ... no lo se.

En ese momento, el médico entro con una enfermera.

- Bueno, ¿Cómo se siente señorita Stewart?

-Bien, algo abrumado, pero bien - contestó - ¿Cuándo podre irme?

- En unos cuantos minutos - dijo mientras escribía algo en la tabla que tenía en sus manos, luego salía de la habitación, la enfermera se quedó para revisar que todo estaba en orden.

- ¿Como te llamas? - preguntó Isabella

- Edward Masen, ¿y tú?

- Isabella Stewart

- Que bonito nombre - dije Tal y como lo había dicho el doctor en unos minutos le dieron de alta a Isabella, ella me gusta mucho, creo que ya la vas a la próxima víctima. Conversamos todo el camino de vuelta a casa, ella era una niña muy interesante, inteligente y sobre todo muy hermosa.

3 meses después

Isabella y tú nos hicimos muy amigos, nos visitábamos con mucha frecuencia.

- Isa, mmm ... ¿te gustaría venir a mi casa mañana? - pregunté algo nervioso.

- Claro - contestó sonriendo. Era mi oportunidad para tener una Isabella entre mis sábanas, se despidió con un abrazo y besó mi mejilla, acercó más mi rostro al suyo, nuestras narices se tocaron, mis labios rozaron suavemente los suyos, una extraña corriente registró mi cuerpo, era como una punzada de electricidad inyectada directamente a mi corazón.

- Te quiero - susurró cuando separamos nuestros labios.

- Yo también - dije volviendo a besar sus labios luego me marché.

El día tan esperado por fin llegó, Isabella estaba sentada en el sofá y yo estaba sirviendo una copa de vino.

- Aquí tienes cariño - susurre en su oído.

- Gracias - se estremeció ligeramente, empecé a besar después de beber el vino, la acosté lentamente en el sofá.

- Te amo - susurró mientras besaba su cuello.

- Yo también - había dicho las mismas palabras millas de veces, pero al decirlas las a ella me hizo sentirme especial, me hizo sentirme amado, "no eso no es posible" pensó.

2 días después

Bueno, yo salí con la mía, después de esa noche, Isabella no paraba de llamarme o buscarme ya estaba empezando a irritarme. Había empezado a salir con una chica muy hermosa, estaba con ella en el centro comercial, en plena cita, ella se acercó a besarme y yo le cedía sin ningún inconveniente.

- ¿Eduardo? - preguntó Isabella

- ¡Isabella! ! ,¿Cómo estás? - pregunté alegremente.

- Eres un maldito mentiroso - ella comenzó a llorar - te odio Edward Masen, ¡desearía jamas haberte conocido! - gritó desapareciendo.

Fin del Flash Atrás