Era una tarde nublada en el centro de Londres, hacia días que apenas y salía un pequeño rayo de sol por entre las nubes negras y grises, siendo envidiosas apenas dejando salir aquel diminuto rayo de sol unos pocos segundos luego ara volver a juntarse y ahogarlo.
era una tarde como cualquier otra en el centro de Londres, con la mayoría de sus habitantes caminando con prisa, todos absortos en sus pensamientos, sus negocios, sus trabajos, sus rutinas indispensables de vida , con los paraguas ya listo para la inminente lluvia que cada tarde caía sobre la capital.
No muy lejos del corazón del centro, escondida entre el laberinto de callejones, en los que cualquiera que no conociera aunque fuer aun poco la zona era propenso a perderse con gran facilidad, incluso alguien que la conociera, estaba una pequeña cafetería, escondida justo entre dos edificios habitaciones que le triplicaban en altura, lo único que la delataba era el embriagador aroma a café que ya estaba impregnado a los alrededores. Pese a estar escondida, dicha cafetería, siempre estaba llena en cuanto a los clientes, su interior era muy pequeño, con todas las mesas apretujadas, con pisos y paredes de madera, dándole un aspecto rustico y reconfortante, pero llegaba a ser sofocante, y la mayoría de las veces tenías que gritar para que tu acompañante te lograra escuchar aunque fuera la mitad de lo que decías entre todo el ruido que se encerraba junto con el calor, y era esa una de tantas razones por las que Ginny Weasley prefería sentarse en las pequeñas mesas que estaban acomodados justo afuera de la cafetería.
Ginny miraba distraída su café sin tocar, absorta en sus pensamientos como de costumbre. Los mismo pensamientos que tenía a diario en aquel lugar… siempre tratando de resolver , de encontrarle sentido a ese vacío que sentía a diario… no se podía explicar el por qué. Siempre recapitulaba su vida una y otra vez…Había tenido unos padres maravillosos, una familia maravillosa, una infancia maravillosa junto a s su único hermano Charlie. Había terminado Hogwarts graduada con honores siendo la mejor de su generación. había hecho una carrera, anqué fuera corta, había sido maravillosa y satisfactoria como jugadora de quidditch con las Arpías, y… había conocido a un hombre maravilloso, era el hombre perfecto...salvo...
Ginny suspiro jugando un poco con su café, moviendo distraídamente la cuchara…aunque hombre del cual estaba perdidamente enamorada era un muggle, pero eso no evito que se enamorara perdidamente de el. en cuanto se conocieron, ella estaba en el apogeo de su carrera pero pese a todo, su amor pudo más, dejando todo por el… su carrera. su familia...su magia. No se arrepentía de haber dejado toda su vida, estaba segura de eso, pero, no podía evitar extrañarlo todo.
Había sido muy difícil adaptarse a la vida de un muggle, tantos aparatos tecnológicos, tantas costumbres raras, tanta monotonía...
Pero, pese a todo ella era feliz gracias a ese hombre al que estaba esperando, pero, por eso no podía comprender su vacío, siempre sentía que le faltaba algo…como si faltaran personas en su vida. A venturas. ...amantes...
Ginny se sacudió la cabeza molesta consigo misma. Sonrojada tomo un poco de café y saco su celular de última generación tan solo para mirar la hora.
Aun no podía comprender para que los muggles necesitaban tantas cosas en un simple aparato, pudiendo hace tantas cosa por ellos mismo tan solo con un poco más de esfuerzo, había logrado compararlo, en cierta medida, con una varita, tan indispensable para la vida moderna de los muggles como toda la historia de los magos lo era una varita.
Pero, aunque para ella fuera algo inútil aquel aparato, lo usaba o al menos trataba de usarlo, ya que había sido un gran detalle por parte de Henry.
7.28 miro Ginny en la pantalla del celular, en exactamente dos minutos vería a Henry doblar la esquina caminando en dirección hacia ella con una gran sonrisa, como cada viernes por la tarde.
Sí Henry tenía una característica sobresaliente era su puntualidad, y, su rutina, esta última perteneciente, en opinión de Ginny, a todos los muggles, pero eso siempre le cautivo a ella, y eso solo provocaba que lo amara más… ya con 5 años de matrimonio.
Ginny jugueteo un poco con su anillo en el dedo anular cuando una mano mucho más grande y elegante se posos sobre la de ella, sintiendo un calor acogedor con tan solo ese tacto Ginny sonrió levantando la mirada
y ahí estaba el…tan cautivador y atractivo como siempre, con su cabello rubio peinado ala perfección y unos ojos de un azul intenso. Ginny sintió como muchas iradas, en especial femeninas, se dirigían hacia su mesa, ya se había acostumbrado a ese tipo de eventos indiscretos por parte de la gente.
-Hola. - murmuro Ginny obteniendo como respuesta un cálido beso en los labios.
Henry le sonrió -¿lista?-pregunto el dejando una moneda junto al café casi intacto y haciendo el ademan de seguir caminando. Ginny tan solo asintió levantándose de su silla
Tomados de la mano salieron caminando de aquel callejón tan solo para entrar en otro, perdiéndose a su gusto entre las calles y callejones del centro, deteniéndose de vez en cuando para darse algún beso alguna caricia robada.
-Henry- Ginny se separó de Henry en uno de aquellos asaltos en las esquinas oscuras
-si…-murmuro, Henry, un tanto confundido por el estrepitoso cambio de Ginny
-Estaba pensando...-Ginny le lo tomo de nuevo de la mano para seguir caminando -me preguntaba, mejor dicho-prosiguió Ginny tras caminar varios pasos llegando a una esquina. Henry ya caminaba a lado de ella
Estaba por anochecer, el frio gris claro cedía ante una oscuridad azulada que se filtraba por entre las frías calles de Londres
-¿Por qué siempre hacemos lo mismo?-Soltó Ginny mirándolo de no se esperaba aquella pregunta, o al menos eso pudo notar Ginny con la expresión de su cara
-No comprendo Ginny-la miro Henry con una mirada que no era nada habitual en un hombre como el, que siempre entendía todo. Ginny vio como se acomodó la bufanda de lana al rededor del cuello.
-si...quiero decir...siempre tenemos una rutina, caminamos por el mismo lado, hacemos los mismo…
-si, entiendo ese punto, amor, pero... no entiendo por qué me haces esa pregunta, no veo que hay de malo en ser estables, ¿te abures estando conmigo'
Ginny lo miro dolida y enojada por ese último comentario-Henry… no se como te atreves a decir eso, pensarlo si quiera…
-Lo siento- murmuro Henry bajando la mirada un tanto avergonzado, deteniéndose en seco, dejando que Ginny caminara sola tres pasos.-Te propongo algo
Ginny lo miro confundida. Mientras que Henry la miraba con una pequeña sonrisa metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón de mar a negro.
-¿qué?. - soltó Ginny, aun enojada por el comentario. Lo miro con atención, de arriba abajo, estaban completamente solos en callejón que aislaba el ruido rutinario de la ciudad, pese a la casi completa penumbra de la noche podía verlo perfectamente y sin si quiera darse cuenta el enojo se vio remplazado por el deseo de saltar a los brazos de aquel hombre que la miraba, acompañada de y de una gran urgencia de llegar a casa...a la habitación… a la cama...
-¿Qué!?- grito Ginny esta vez impaciente.
Henry tan solo parecía divertirse con lo que veía
Ya fuera por el miedo de la expresión homicida que Ginny tenía en el rostro o por deseo mutuo camino hacia ella cerrando la distancia entre los dos.
Ginny ya solamente tenía una cosa en la cabeza
-Se acerca nuestro aniversario, podríamos hacer algún viaje...- se inclinó para besarla- no lo se...-otro beso- haremos lo que tu desees-otro beso- no importa que sea, que pidas, yo lo haré o te lo daré, Ginny.
Ginny lo abrazaba por el cuello, sintiendo el frio viento en la espalda, apenas sintiéndose protegida por su abrigo .-lo que deseo ahora es ir a casa.-dijo Ginny mas como una orden que como una petición.
Más tarde Ginny comenzaba a quedarse dormida sobre el hombro de Henry, completamente desnuda sentía su cuerpo recostado sobre el de el
Entre sueños y pensamientos una palabra inconsciente salió de los labios de Ginny, un nombre, un recuerdo inexistente…
-Harry
