N/A: ¡Hola gente bonita! Como comenté anteriormente, aquí va su nueva versión. Está basada en el libro de John Katzenbach: El Hombre Equivocado. ¡Espero les guste!

Soundtrack: Infinity (Wicked Game) por Carolina Wallace.

Prólogo

"Todavía pienso en ti. J.M."

Brennan escondió el trozo de papel en el último cajón de su escritorio, suspiró y ocultó el rostro entre las manos.

Jim Morales, un hombre con el que se había encontrado en un bar perdido en las calles de Washington y había seguido a su apartamento en una noche nublada de alcohol, un hombre que casi había logrado sepultar en su memoria, resurgía de las cenizas con esa nota.

A pesar de que la nota en sí no contenía ninguna amenaza discernible, ella no podía sacudirse la sensación de que algo andaba mal con ese hombre. Era algo indescriptible y poco razonable, razón por la cual ella intentaba empujar la sensación al fondo de su mente, en un lugar donde no pudiese molestarla.

Con una inhalación profunda, la doctora se recostó en el asiento y observó al techo en busca de respuestas.

Está bien. ¿Ahora qué hago?

Evalúa las posibilidades y elimina las menos posibles.

A ver. Un encuentro de una noche. Una cita en alcohol. Una nota dos semanas después, ¿Qué significa?

Opción uno: el hombre se siente solitario y decide invitarte a salir. ¿Entonces por qué no ser más específico en su carta? ¿Qué significa su mensaje? ¿Cómo supo en donde trabajaba?

Bueno, llegué a una solución posible y tres preguntas nuevas. ¿A dónde me lleva eso?

A la opción dos: un acosador.

Aunque era posible, no creo que sea cierta.

¿Y qué si lo es?

Pues bueno… ya veré entonces.

Lejos de estar satisfecha con sus conclusiones, la doctora dejó su oficina y se dirigió al Limbo. Necesitaba trabajar para alejar su mente de la nota y enfocarse en algo productivo.

Dispuso los huesos en la mesa, restándole la importancia debida al aparentemente inofensivo trozo de papel que reposaba en un cajón de su escritorio.

- ¿Está seguro de que desea hacerlo? –preguntó el hombre robusto mientras veía a su cliente con escepticismo.

- Solo hágalo.

- Va a doler.

- No me importa. Vale la pena.

El tatuador se encogió de hombros y desinfectó su área de trabajo. Decir que el lugar era poco común era quedarse corto, pero después de todo, a él le pagaban por tatuar, no por preocuparse por sus clientes.

- ¿Y quién es la afortunada chica?

- Alguien que me pertenecerá pronto.

El hombre alzó las cejas, confundido, pero al ver que el cliente no le daría más respuestas, siguió tatuando Temperance en la piel del hombre.

Jim Morales salió una media hora después del taciturno local, con el pie adolorido y un nuevo tatuaje en el talón.

Cada vez que apoyaba el pie para caminar, el dolor ardiente le taladraba el talón y subía por su pantorrilla, pero no le importaba porque le recordaba al amor que sentía por Temperance: un amor profundo, fuerte y tintado con odio.

N/A 2: ¿Les gustó? ¿Lo odiaron? Por favor háganmelo saber en un review.

Intentaré actualizar lo más pronto posible, a ver si el genio que tengo por presidente no decide quitarnos el internet también.

Siempre suya,

Babi.

#PrayForVenezuela.