Al final

Reset y el primer rencuentro.

La Tierra temblaba y se habría en dos, rocas enormes caían del cielo, fuego salía de las montañas y volcanes, los animales corrían sin posibilidad de salvación, los mares se agitaban violentamente, tornados, huracanes azotaban todo a su paso y el mundo se transformaba en caos puro.

Los sentimientos de odio y rabia se hacían sentir, sentimientos acumulados en el dispositivo de reset mundial, se dejaban caer sobre un mundo herido y cansado, más estos eran nada ante los sentimientos surgidos del amor, un amor real por quienes te rodean y tu mundo que no tardo en hacerse presente y tomar el control, sanar a los heridos, traer a aquellos que no debieron irse, devolver a quienes nunca debieron estar aquí a su verdadero hogar, sanar la tierra, los mares y los cielos, trayendo amor, paz, felicidad, una segunda oportunidad y dándole lo que merece a quien había trasgredido las leyes de la naturaleza y traicionando a sus amigos, familia y especie por poder y una falsa inmortalidad. La luz cubrió al mundo y selló al dragón con sus siete agujas, luego todo seso y el planeta guardo silencio.

Los aldeanos se miraban unos a otros, se encontraban en un gran prado y no habían rastros de aquella sucia ciudad New Pork City, se sentían como salidos de una pesadilla, de alguna especie de transe y ahora que podían ver al pasado con la mente clara se daban cuenta de cómo habían sido utilizados, como la confianza se había perdido y como se habían traicionado por el propio interés, los trajes del ejercito pigmask ya no estaban con ellos y tampoco el inútil y estúpido afán por el lujo, cerca de ellos se encontraba un pequeño grupo de personas, eran Flint y su familia junto a un encontrado Duster y una chica de pelo Rosa, mas algo extraño había en dicha imagen, era la familia… completa y reunida. Madre, padre, hermanos y perro todos juntos, Flint un padre ausente, un miembro del pueblo que no habían visto en tres años, Lucas el niño solitario y autista sonriendo, Claus el hijo prodigo, perdido por tres años y… Hinawa, la madre asesinada por aquel Drago, todos juntos y felices.

Un ruido se sintió desde el Sur, desde donde debía esta Tazmali Village, eran el resto de los aldeanos que venían a buscarlos, al parecer también habían visto la escena y parecían querer hablar con la familia que acaba de reunirse y ¿cómo no? ¿quién no?, tantas cosas que decirles, la alegría y las preguntas, tantas emociones y dudas que chocaban y se mezclaban, pero sobre cualquiera de estas cosas, la alegría, la confianza y el compañerismo que los unía como pueblo era palpable y estaba de vuelta. Todos saludaron a quienes no habían visto en mucho tiempo o les habían echo daño, todos tenían algo que decir, algo que perdonar y por lo que pedir disculpas, pero gracias a Dios aquí tenían su oportunidad para empezar de nuevo. La charla sin embargo no duro mucho cuando Lucas cayo inconciente, aunque tras el susto inicial y la familia de Lucas y sus amigos algo histéricos habían confirmado que se encontraba bien, solo estaba cansado.

Se acordó volver al pueblo y el viaje como el camino fueron tranquilos, aunque muchos seguían algo preocupados por Lucas, más aún después de enterarse de que era lo que había ocurrido en todos estos años.

Leder les confeso los secretos del mundo al resto de los ciudadanos, ya no había caso en seguir escondiéndolos, ese mundo los había encontrado de una forma u otra, pero todos estuvieron de acuerdo en conservar sellado el huevo Hummingbird, después de todo esta lucha fue para conservar la buena vida que tenían y no volver a las costumbres del pasado que Porky había traído de vuelta, ya con su misión más que cumplida, inútil Leder podía vivir sin secretos con los demás y continuar su carrera con el bell ringer. El huevo seguiría sellado hasta que realmente se necesitaran.

La villa estaban casi en su totalidad como hace tres años, parecía haber conservado las cosas útiles, los caminos estaban pavimentados y las construcciones parecían renovadas, entre otras cosas. Ciertamente Lucas había sabido que conservar y que no, era un regalo del cielo que tuvieran una oportunidad como esta. Todos estaban asombrados y cada quien fue a ver su antiguo hogar, hablar sobre lo sucedido, explorar las villa… eran tantas las cosas las que hacer como las que hablar y pensar.

Había sido el día más largo de toda su vida, todas las agujas habían sido retiradas, las magypis ya no estaban, Duster se le había declarado, ella lo había aceptado, los aldeanos al fin la conocieron y su amigo Lucas se había reencontrado con su familia, luego cayo inconciente y finalmente la sorpresa de volver el pueblo.

La princesa Kumatora se dejo caer sobre el sofá, ahora estaba en casa de Wess y Duster.

- Todas nuestras cosas están tal y como lo recordaba.

- Por supuesto moron, que esperabas del pequeño Lucas.

- ¿Por qué aun me sigues llamando moron papá?

- Por que lo eres, desapareciste esa noche sin dejar una pista y tampoco regresaste, Lucas tuvo que encontrarte con ayuda de la princesa.

- Papá ya te dije que había perdido la memoria, no podía regresar aún si…

- MORON - Wess se dio la vuelta y se dirigió a la chimenea, allí se agacho y toco un ladrillo aparentemente normal el cual se introdujo en la pared y acciono alguna especie de mecanismo, dejando la puerta abierta a un agujero en la pared de donde saco un baúl no muy grande, pero tampoco pequeño – Eh esperado todo este tiempo para dártelas, te las iba a dar al regresar del castillo esa noche, pero cuando te vi arrastrado por la corriente… y luego de no encontrar rastro tuyo pensé que nunca podría hacerlo.

Duster tomó un baúl forrado en cuero - ¿Qué es?

- Ábrelo y no me preguntes más.

Duster se sentó junto a Kumatora en el sofá, ella los había estado observando con una sonrisa, por mucho que Wess no lo dijera en vos alta se notaba que quería a su hijo – Y bien, ¿vas a abrirlo o no? – Duster seguía mirando el baúl, como si mirándolo podría adivinar que había dentro.

- Eh, claro – Le temblaban un poco las manos por los nervios, habían pasado tres años desde que vio a su padre por ultima vez y luego cuando recordó quién era, bueno tuvo que seguir a Lucas por toda la isla para detener la locura que la infestaba y ahora… bueno lo ultimo que esperaba era un regalo de bienvenida, un abrazo no lo habría sorprendido, incluso ver a su padre llorar por su pierna después de todos estos años, pero un regalo, bueno… Ah, de todas formas no era el momento para pensar en eso.

Inhalo intentando calmarse y abrió el baúl, dentro de este habían… - Son, ¿son mis herramientas?

- ¿Qué? Tanto suspenso para esto, yo creía que le ibas a regalar algo mejor después de haberlo tenido escondido allí Wess.

- Lo es princesa. Duster esas no son cualquier tipo de herramientas, sí son iguales a las que tienes en tu bolsa ahora mismo, pero estas hijo son las herramientas de un verdadero ladrón y están echas con los mejores materiales en el mundo… esa noche cuando te vi actuar supe que ya estabas listo y que no había nada más que tuviera que enseñarte, estoy orgulloso hijo, aunque seas un moron.

- Papá… yo… gracias – Duster se levanto y abrazo a su padre, Wess sorprendido pero feliz también lo abrazo, eran una familia nuevamente.

- ¿Y para mi tienes algo Wess? – Ambos se separaron y miraron a Kumatora y luego Duster miro a su padre y este lo miro a él – ¿Y bien?


NA: Bueno, me gusta mucho este juego en particular, es muy fantasioso y eso lo admito, pero la historia en si me gusta y como es muy normal que todos escriban sobre lo triste o simplemente sobre las relaciones románticas quise traer algo más neutral, en donde hipotéticamente todo es "normal" o "como debió ser" Algo para cambiar la rutina, espero lo disfruten.