Hola chicos... :) se ha acabo Ruta de Sangre y sobre la misma se me ha ocurrido este no sé si decir minific o pequeño fic, este será estructurado un epilogo y 3 cortos capítulos. La idea básica es una comedia de corte dramático al principio, pero luego cambia a comedia romántica.

Espero que les guste, me dejen alguna nota si les gusta o no y nos estamos leyendo :).

Capítulo 1 - El por qué

Entonces esto queda decidido, la fecha de la boda será programada según lo que diga el padre, dentro de dos meses Susana será tu esposa - esa frase de palabras que para mí eran inconexas, sentenciaban mi muerte en vida - Susana, ¿querida no estas feliz? - mi prometida sonrió a duras penas - si madre lo estoy, pronto seré la señora Grandchester - y la madre corrigió - Hija, la Duqueza de Grandchster, la duqueza, no lo olvides - aun no le explicaba a su madre que había renunciado al Título, sería una buena sorpresa para cuando se enterase, Susana ya lo sabía, ella estaba consciente de que yo no sería un Duque más en la dinastía de mi familia.

Terry estoy cansada, me podrías acompañar a mi habitación - ayudé a Susana a subir hasta el cuarto y la dejé en la cama - Aquí estarás mejor, el día de mañana vendré a verte de nuevo -le sonreí y ella se despidió de forma tímida - Terry yo... - Me di vuelta casi al llegar a puerta para atender a su llamada - Dime - le sonreí de forma sincera esta vez. La verdad era que ella no era la responsable de lo que me ocurría, solo salvo mi vida - Casarte conmigo ¿te ilusiona?- la pregunta me había tomado por sorpresa, en una fracción de segundo respondí por inercia - Si, me hace muchas ilusiones - volví a sonreír y salí de la habitación ante una mirada de ¿pena? de mi prometida.

Señora Marlow, volveré mañana - no esperé a la despedida de mi suegrita, cada vez que pensaba en eso mi piel se ponía de gallina, a veces pienso que una de las cosas que me adoro de Candy son sus madres, dulces, sinceras y preocupadas... Ellas habrían sido unas suegras perfectas, además que no las vería casi nunca, sonreí ante mi propio pensamiento, eso ya no sería posible.

Aquella noche me fui como un soltero más a un pequeño bar compré una botella de whisky y me fui a mi departamento, tenía la idea de brindar al lado de su nombre y su foto de enfermera recién graduada - Querida por tí, por nosotros.

Un rayo de sol llegó a su rostro, talló sus ojos y observó el nombre dulce de Candy. Se levantó de la cama, primero tendría que visitar a Susana y luego tendría que ir a Stanford a pedir las vacaciones por su boda, suspiró. Pasó por la floristería y compró unas lindas siempre vivas, adornarían bien el cuarto de su novia, para estas alturas ya se había hecho la idea de pasar su vida a lado de ella, dobló la calle para dirigirse a la casa de Susana.

Se sorprendido y corrió a la puerta, se encontraba un montón de gente fuera de la casa que no permitían que llegara a su destino, cuando logró salir de aquel tumulto de gente se encontró de frente con el cadáver de una mujer que era sacado de la casa, la madre de la rubia lloraba en la puerta - Tu Terrence Grandchester eres el culpable de la muerte de mi hija, solo tu - el dejó caer las flores y se precipitó a tomar a su "suegra" de los hombros - Dígame que pasó - la mujer apuntó a la casa y el entró corriendo, unos policías se encontraban en la habitación - Usted es Terry - El castaño afirmado en el marco de la puerta vio la sangre - Si lo soy - el hombre le extendió un sobre que estaba escrito con letra temblorosa.

"Querido Terry:

Sé que no me entenderás, sé que esto será muy repentino, pero necesito contarte algo...

Cuando vi la cara de Candy en la sala de hospital, supe que tú te quedarías cerca de mí sólo si ella te lo pedía y no me equivoqué... Los envidié a tal punto por el amor que se profesaban, yo no me quedaría sola y no pude renunciar a ti... Con el pasar de los meses y mi tratamiento para la prótesis, conocí a un médico Francés... Debo confesar que por fin supe lo que era amar de verdad... el también me quiso, lo hablé con mi madre y esta se negó, escudándose en que yo sería duquesa, cosa que ambos sabemos que no es así... Él estuvo en casa hace unas semanas y al saber que yo me desposaría contigo se enlistó a la guerra..."

Terry no podía creer esta historia, ella no lo quería y él la estaba presionando debido a la promesa que le hizo a su amada Candy.

"... Hoy me ha llegado carta del frente de guerra, mi querido doctor ha muerto y yo no puedo, no quiero vivir sin él, ayer te pregunté si esperabas con ansias nuestra boda, porque sabía que en el fondo no lo hacías... Ahora renueva tu promesa, la misma que le hiciste a Candy hace años, házmela y se feliz junto a ella y solo con ella, no hay mejor mujer para ti mi querido Terry, no la hay."

Dejó caer la carta en la piso y de sus ojos cayeron lagrimas gruesas de pena y frustración, le había prometido a la rubia que sería feliz con ella y ahora le prometía a su ex prometida que será feliz con Candy, la ironías de la vida, no había sido capaz de leer en sus ojos que la pena la estaba consumiendo, tenía que ser sincero, si lo había visto, pero no quiso hacer caso a eso, eran sus destinos vivir juntos en la agonía.

Un poco cabizbajo llegó a la puerta de aquella casa que ya no pisaría jamás y entre los gritos de la Señora Marlow, le extendió una carta que su hija había dejado para ella, esta la abrió y leyó en voz baja, las palabras "me quitaste lo que más amé" retumbaron en la cabeza... ¿Quién sabe Dios?... Por cuantos años.

Era mi oportunidad... Ahora o nunca, me dirigí a Stanford, di las escusas y les comuniqué lo que de Susana, luego pedí el retiro temporal de la compañía, me apresuré a la estación de trenes. Candy es el momento de ser feliz.