Capitulo 1

El cumpleaños de Jacob: La pesadilla

Salía del cine con un balde de palomitas en las manos, Jacob estaba a mi lado, me puso su brazo sobre los hombros, me atrajo hacia él y me dio un beso apasionado. Cuando nuestros labios se separaron, nos miramos y unas pequeñas carcajadas salieron de nuestras bocas. Caminamos hacia el aparcamiento para buscar el auto, estaba todo muy oscuro, mientras abría la puerta sentí un olor a humano, no me sorprendió, ya que creí que era alguien que venía a buscar su auto, pero me voltee a ver por curiosidad, al hacerlo, un hombre de unos 30 años me tomo del cuello y apunto a Jacob con un arma calibre 22, este se dio vuelta y levanto las manos para que el ladrón se diera cuenta de que el no lucharía, pero el malviviente le disparo de todos modos, me empujo contra el suelo y se escapo con el auto de Jake. Me levante y me acerque a gatas hacia Jacob, al tocarlo me di cuenta de que estaba muy quieto, apenas si respiraba, al ver su herida me di cuenta que no sanaba, sino que cada vez sangraba más… entonces lo comprendí, la etapa de lobo había pasado, Jacob ya no era un morfo, era humano, y estaba muriendo.
-Jacob, Jacob- grite desesperada.
Pero ya era demasiado tarde, su corazón había dejado de latir, comencé a golear sus costillas con la esperanza de que volviera a correr sangre por sus venas.
-¡No, no me abandones!- suplique entre sollozos- ¡Por favor, por favor! Jacob, Jacob…
Desperté, con el toque de una fría y amorosa mano en el hombro.
-Renesmee, ya, ya paso- dijo con su voz tranquilizadora- todo está bien.
-Es que fue demasiado real- solloce, limpiando mis lagrimas con el dorso de mi mano.
-Lo sé, lose pero…
-No, no lo sabes- la interrumpí furiosa- tu no lo has visto.
-Entonces muéstramelo- dijo con inmensa comprensión.
Toque su cara y le mostré con lujo de detalle la horrenda pesadilla. Todos los años tenía los mismos sueños, con distinto escenario, distintos personajes y accidentes, pero siempre el mismo resultado: Jacob moría. Siempre en su cumpleaños, para recordarme que con cada año que pasaba Jacob se acercaba mas y mas al momento de su muerte. En algún momento de su vida, estaría lo suficientemente en paz como para abandonar su espíritu lobo, dejaría de ser inmortal, y yo, lo perdería para siempre.
Aleje la mano de la mejilla de mi madre y la mire a los ojos, vi todo el terror y la angustia en ellos, ella también temía que ese día llegara, después de todo Jake es su mejor y más leal amigo de toda la vida. Me seco una lagrima del cachete, en ese momento me di cuenta de que había comenzado a llorar nuevamente.
-No llores- me dijo con un tono consolador- vuelve a dormir que todo estará bien- prometió.
Pero yo estaba muy nerviosa como para volver a dormirme.
-Si quieres toco el piano para ti- dijo mi padre, esto hizo que me sobresaltara, se movía tan despacio que no podía oírlo nunca, y tampoco podía dejarme llevar por su olor, ya que lo tenía impregnado en mi piel.
-Eso me gustaría- respondí algo esperanzada, tal vez la nana de mi madre lograra calmarme lo suficiente para dejarme dormir un rato mas, a las 10 me encontraría con Jacob para celebrar juntos su cumpleaños, ¿y si solo quedaban unas cuantas horas? ¿Que hora era?
-Son las 4 am.- dijo mi padre contestando a mi pregunta mental- deberías dormir un poco- sugirió, y se fue a tocar.
La melodía era hermosa, pero inútil, cada vez que lograba cerrar los ojos, revivía la escena, rodeada por sangre, en que le disparaban a Jacob.
A las 7 am. Decidí que era completamente estúpido intentar dormir; por lo que me levante a desayunar. Al terminar me puse un conjunto de vestido y zapatos sin taco blancos, que servían para toda ocasión, ya que no sabía que tenía planeado mi novio (llamaba así a Jake desde los 5 años, cuando tenía la apariencia de una chica de 15) para el día de hoy.
Al terminar fuimos a la casa de mis abuelos. Todos nos saludaron, mis tías Alice y Rosalie elogiaron mi conjunto, mis abuelos nos abrazaron y mi tío Emmett nos invito a ir al día siguiente a jugar béisbol, ya que mi tía "duende" vio que llovería muy fuerte por la noche. El único que no se acerco a mí ni a mi mama fue Jaspe, no hacía falta tener el poder para leer las mentes que tenía mi padre para saber que mi clima emocional hacia que él se pusiera mal.

A las 8:30 fui a la casa de Jacob para estar allí a las 9 en punto. Al llegar toque la puerta y Billy salió a atenderme.
-Hola Renesmee, ¿como estas?- dijo con tono cortes.
-Hola Billy, bien ¿y tú?- salude- mm, ¿esta Jacob?- pregunte señalando un escaleras que quedaban enfrente de la puerta.
En el tiempo que paso desde la llegada de Rachel, y ella decidiera mudarse, la convivencia se torno algo incomoda, ya que reich no tenia habitación ni intimidad, construyeron la parte de arriba, que consistía en una pequeña habitación y un baño, Jacob se quedo con eso, y su hermana con su habitación.
-Si, se está cambiando- contesto como si no tuviese importancia- si quieres sube.
-Gracias.
Subí y toque la puerta de su cuarto.
-Adelante- se oyó su voz.
Entre y vi todo su dorso desnudo, mientras miraba dos camisetas, decidiendo cual usar. Mis ojos recorrieron y admiraron cada centímetro de su increíble figura. El volteo a verme y quedo sorprendido al ver que era yo.
-Creí que llegarías en 10 minutos- se excuso.
-Si, lo siento, no calcule bien el tiempo que tardaría en llegar,- le dije- es que quería estar contigo, ¿acaso te molesto?-hice un puchero teatral.
Soltó una risotada ante mi expresión.
-Tu nunca me molestarías- dijo abrazándome.
-¿Que haremos hoy?- le pregunte curiosa
-Pensaba en ir a Port Angels a almorzar, ver una película y luego si nos queda tiempo ir a la playa- menciono cada punto alzando los dedos.
-No quiero ir al cine,- solté recordando la pesadilla- refiero pasar todo el día en la playa
-Entonces playa será- asintió.
-Pero… sigue en pie la invitación a almorzar, ¿verdad?
-Claro- rio entre dientes

Bajamos las escaleras luego de que le hiciera a Jake ponerse una camiseta negra con rayas gris claro, nos despedimos de Billy y salimos de la casa. Jacob hizo que me quedase parada frente a la puerta y se interno en el bosque y en un instante volvió arrastrando una motocicleta.
-Iremos a Port Angels... ¿en esto?- pregunte señalando el vehículo.
-Eres inmortal, ¿y te da miedo subirte a una moto?- se mofó.
-Algo- reconocí.
-Tranquila, no pasara nada- prometió.
Me subí a la moto y partimos a Port Angels.


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