Hola, sé que esto es algo muy trillado, pero es un tipo de juego, ¿no? Bueno, me estaba pasando por varias historias en ingles de varios fandoms y me di cuenta de que hay muchos fics del tipo "IPod challenge", así que me dije, ¿Por qué no? Vale, pues puse aleatorio en el IPod e iba escribiendo mientras una canción X sonaba, solo puedes repetir la canción dos veces, así que el resultado es muy corto. Pequeñas viñetas, me atrevería a decir.
Este es el primer OS. Dejo en claro que en general todo será dramione, pero a lo mejor se me va algún Luna/Neville, o Ginny/Harry. No estoy muy segura. Por último, no son Songfics, para nada, solo se escribe lo que la canción inspira.
No es necesario escuchar la canción, aun así, aquí les dejo el enlace:
/ HoRkntoHkIE
Eeeeeeen fin, gracias por leer. Espero que les guste.
Disclaimer: los personajes, escenarios, hechizos, etc., pertenecen a Rowling
Home
Phillip Phillips
– Señor Malfoy, señorita Granger, su avión está listo para que aborden, despegaremos en media hora. Por favor, síganme. –
Hermione miró por el rabillo del ojo al hombre que caminaba a su lado. Estaba raro, verdaderamente raro, y callado. Freddy, el nuevo becario de su departamento, avanzaba enfrente de ellos, indicándoles el camino al avión que tomarían.
Se trataba del avión privado que el ministerio de magia tenía para los viajes de su departamento. El ministerio estaba tratando de que el mundo mágico se familiarizara con cosas muggles, para promover el trato entre magos y personas no mágicas.
Cuando llegaron a la puerta de abordaje, Freddy les dejó pasar a ella y a Malfoy, y se aseguró de que todo estuviese listo para abordar.
Hermione tomó asiento frente a Draco, en los sillones que había en la salita de televisión del avión.
–Estaré en la sala de videojuegos– dijo el chico y desapareció por el pasillo.
.
.
.
En un principio pensó que Malfoy se negaría a viajar en un avión, siempre se quejaba de que era más rápida y fácil una aparición o tomar un traslador. Y eso, sumado a que estaba callado, le daba mala espina.
No por Malfoy, no, la etapa de desconfianza e insultos entre ellos había pasado hace seis años, cuando comenzaron a trabajar juntos.
Pasaron la etapa de odio y aversión entre hurones saltadores y bichos sabelotodo. Entraron en peleas sobre la sangre, corrupción, magia, y traiciones. Después, tomaron el camino de la indiferencia, se ignoraron hasta que casi arruinan a todo el departamento de finanzas y negocios internacionales del ministerio de magia de Londres. Todo en un año y medio.
Entonces, ambos, como personas adultas y maduras que decían ser, tomaron conciencia de que no podían seguir así. Por el bien de ambos, y si es que deseaban conservar sus empleos.
Silenciosamente, formaron un pacto, una tregua. Trataron de adoptar una postura diplomática el uno con el otro. Hacer como si no se conocieran, como si no fuesen conocidos desde los once años.
Y así, poco a poco, se fueron haciendo buenos compañeros de trabajo.
Empezando por tolerarse, comenzando por conocerse.
Y después de seis años de convivencia juntos, hombro con hombro; burlándose de sus compañeros de trabajo, haciéndole la vida imposible a los becarios y espantándolos para que se cambiaran de departamento–nunca duraban más de cuatro meses–, y murmurando por lo bajo sobre su imbécil jefe; se volvieron verdaderos amigos.
Encontraron pequeñas situaciones diarias que les hacían cada vez más cercanos. Compartieron sus similitudes y aceptaron sus diferencias.
¿Cómo? Ni ellos mismos sabían. Draco siempre le decía "Granger, no eres mi amiga, entiéndelo", pero lo decía sonriendo ligeramente, y entonces Hermione entendía que él estaba mintiendo.
A ella le gustaba pensar que fue algo lento, pausado, algo que tardo tiempo cocinándose.
Eso le hacía más feliz que nada. Saber que algo que estuviste cosechando por tanto tiempo tuvo fruto era maravilloso. Al principio de la tregua, su relación era delgada, frágil, pero ahora era fuerte, más de lo que se imaginaba.
¿Qué si no recordaba los tiempos del colegio? Por supuesto que recordaba. Perfectamente. Recordaba los insultos, las peleas y los desprecios. Recordaba que él era un chico grosero, racista, envidioso y cobarde. Que era narcisista y corrupto, siempre despreciando a niños mestizos, o hijos de traidores a la sangre. Recordaba que ella era su pasatiempo favorito, su más odiada sangresucia y sabelotodo. Recordaba que él era hijo del hombre que la quiso matar tantas veces, sobrino de la mujer que la torturo, seguidor del hombre más despreciable. Recordaba que él tenía la marca tenebrosa en el antebrazo izquierdo.
Pero también recordaba que en el colegio, no le conocía lo más mínimo. En Hogwarts ella estaba acostumbrada a ver al Draco Malfoy que él quería que todos conocieran, al caprichoso, malcriado y arrogante hijo de papi. O tal vez no lo que él quería mostrar, sino que de verdad era así. Entonces, Malfoy maduró.
.
.
.
Sin notarlo, Hermione se encontró mirando fijamente al hombre sentado frente a ella.
–Tómame una foto, dura más– le comentó burlón.
Hermione le ignoró y frunció el ceño un poco preocupada. – ¿Qué no me estas contando, Draco?–
El rubio jugueteó el control remoto entre sus manos.
–No quiero ir a New York. Ni un poquito – Explicó Draco, temiendo una reprimenda por parte de la castaña. El entrecejo de Hermione se hundió más.
– ¿Qué pasa, realmente?–
Draco suspiró y huyó de su mirada. –Es solo qué, no lo sé. Cancelemos, vámonos a Las Vegas, a embriagarnos y perder unos cuantos millones– una sonrisa traviesa apareció en sus labios. Hermione entrecerró los ojos, tratando de notar si Draco estaba bromeando.
–Draco…– le susurró.
Draco esbozó una media sonrisa por la cara preocupada de Hermione.
– Estoy cansado, castaña – Hermione sonrió un poco. –No tengo ganas de ir al extranjero para sentarme tres horas viendo a cincuenta personas gritar como locas por un simple objeto–
–No iremos a Las Vegas y lo sabes– su sonrisa se esfumó. –esto es algo importante, Draco. Para ti especialmente, reafirmará tu postura con todo este asunto de estrechar lazos entre hijos de muggles y magos sangre pura–
–Pensé que nosotros representábamos bien ese punto– contestó el con una mueca de disgusto, sus ojos se oscurecieron momentáneamente.
–Sí, pero aun así eres un Malfoy. Las personas no olvidan tan fácil–
–Estoy cansado… En Las Vegas no se interesaran por quienes somos– le dijo, moviendo las cejas sugestivamente. – Vamos Granger, portémonos mal–
Hermione rio divertida, dándose cuenta de cómo había cambiado el chico.
–Estás loco si crees que te seguiré la corriente con una de tus locuras –
Draco volteó la cara hacia el pasillo. –Cuanta elocuencia–
–Es raro que aún no hayamos despegado, ya quiero verte sufrir por la altura–
Hermione torció el gesto al recordar que, en efecto, sufriría mucho al momento del despegue, y cuando estuvieran en el aire, y cuando llegaran a su destino. En fin, el volar en avión era toda una tortura para ella.
–Cierra la boca– le gruñó.
Draco carcajeó socarrón. Sus ojos brillaron por un momento, dio una palmada y se levantó de un enérgico brinco.
– ¿tienes hambre? Iré a ver que hay en la cocina– Hermione negó con la cabeza. –Volveré para el momento del despegue–.
Hermione le vio marcharse, tratando de calmar el sentimiento de angustia que Malfoy sembró en ella. Algo estaba mal.
.
.
.
Hermione dio un ligero jadeo de sorpresa cuando abrió la puerta de la habitación en la que se hospedaría junto a Draco y Freddy. Era absolutamente hermosa, simple pero hermosa.
La puerta principal estaba al final de un ancho, pero corto pasillo. Entonces, ante ella se abría una extensa sala de estar, había uno de esos sofás que eran como medio circulo, con muchos cojines. Estaba de espaldas a la puerta y frente a él estaba un televisor tamaño gigante. Detrás del televisor, la pared era de vidrio, ofreciendo una magnifica de la ciudad neoyorquina.
Había un mini bar, y una puerta del lado derecho, y otra puerta del otro lado. La primera era el baño, la segunda era la habitación donde dormirían.
La habitación consistía en un largo y amplio rectángulo. Habían tres camas de dos plazas cada una, y una pequeña salita de descanso en el final, pegada a la pared de vidrio.
–Genial, absolutamente genial– expresó Freddy mirando las camas. Se veían absolutamente cómodas. –Bien, me tomare una ducha–. Tomó su maleta y salió de la habitación.
–Malfoy, deberías ver esto–
Las paredes, al igual que el resto del piso, eran color beige con detalles guindas y distintos tonos grises; la ropa de cama era del mismo color.
–Creo que esta vez, la cama si te agradará– Hermione recordó la vez que Malfoy y ella fueron a Venecia, y Draco se la pasó quejándose de lo pequeñas e incomodas que eran las camas del hotel.
Draco se había quedado en la sala, desparramado en el grande sofá. Hermione se empezaba a preocupar en serio, Draco era demasiado quisquilloso sobre donde dormiría, y en lugar de andar fisgoneando las camas, se echaba en el sillón sin interesarse ni un poquito.
–Demonios, Draco, me estás preocupando– renegó, sentándose al lado de Malfoy en el sofá. Él se incorporó un poco y apoyo su cabeza en el las piernas de Hermione.
–Bien…mi madre quiere que me haga cargo de las empresas–
– ¿Qué empresas?– preguntó Hermione.
–Empresas Malfoy, por supuesto. Hasta ahora, desde que mi padre está en Azkaban, mi madre se ha hecho cargo de todo, pero ahora quiere que yo asuma el puesto de director ejecutivo– Draco cerró los ojos mientras Hermione le rascaba suavemente la cabeza con las yemas de los dedos. –Dice que quiere que me acostumbre para cuando ella ya no pueda encargarse –
Hermione no dijo nada, solo siguió ahí, tratando de tranquilizarle. Sabía que Draco no quería, para nada, ser el CEO de las empresas de su familia.
El muchacho había luchado mucho después de la guerra. Para remendar su camino, limpiar su nombre; su apellido. Hermione fue testigo de cómo Draco soportó estoicamente el odio de las personas, encarando las groserías e insultos.
Una vez Hermione vio a la señora Malfoy, solo una vez, en una comida con Draco, cuando fue un momento al baño, la Narcissa le dijo:
"¿Sabe, señorita Granger?, cuando Draco me contó que era usted con quien almorzaríamos, dudé que me estuviese contando la verdad. Sé que en el pasado no eran amigos precisamente, pero me alegra que esto pasara. No estoy diciendo que usted me agrade, para nada. Pero usted es buena para Draco, él ha tomado todo con mucho más entereza de la que creíamos. Y no puedo dejar de pensar en lo duro que es estar en el ministerio, o en esas reuniones y viajes a los que van. En el pasado, Draco ya hubiese renunciado, o por lo menos ya hubiera hecho una rabieta, y tengo la sensación de que Draco sigue en ese trabajo por usted. Así que, gracias señorita Granger, por todo. Por Draco"
Hermione escuchó cada una de las palabras que salían de la boca de la rubia con una expresión de pasmo. Pasó el resto del almuerzo en completo silencio.
Narcissa Malfoy le había dicho que no le agradaba, pero también le dejó claro que aceptaba su amistad con Draco.
.
.
.
Freddy salió del baño con el pijama puesto, mientras caminaba hacia la habitación miró a Hermione y Draco que se habían quedado dormidos en el sillón, ella estaba sentada en un hueco entre los almohadones gigantes del sofá, con Draco dormido en su regazo. Freddy solo sonriso dulcemente, había visto demasiadas veces esa misma escena para que le pareciese extraña o fuera de lugar.
Él tenía nueve meses siendo becario del departamento de finanzas y negocios internacionales del ministerio de magia de Londres.
.
.
.
Cuando Hermione se despertó era aun de madrugada, las luces de los automóviles se colaban por las persianas de la pared de vidrio. Quiso levantarse pero algo en su regazo se lo impidió, bajó la vista y ahí estaba Draco usándola de almohada.
Sonrió sin darse cuenta. Era una imagen rara el que ellos dos estuviesen juntos, más en esas circunstancias.
Le vio fruncir las cejas entre sueños, y por un momento Hermione temió que las pesadillas hubiesen vuelto.
Cuando Malfoy y ella comenzaron a hacerse cercanos; cuando ambos sentían la confianza en el otro para apoyarse, él le confesó que seguía teniendo pesadillas sobre los tiempos de la guerra.
Y a Hermione le encogía el corazón saber que Draco se sentía demasiado culpable como para llevar una vida sana.
Por eso le ayudo. Fue su apoyo por meses, hubieron noches en que se las ingeniaba para mantenerle despierto, hubieron otras noches en que se quedaba a velar su sueño. Y cuando el despertaba, ella estaba ahí, abrazándole, dándole consuelo.
Según ella, las pesadillas tenían tres años sin aparecer, y le asustaba pensar que todo el asunto de Empresas Malfoy comenzara a recordarle malos momentos.
Y él también la ayudó. En tantas cosas, como a superar su rompimiento con Ron solo una semana antes de su boda, le apoyó en todo momento, la defendió de los ataques de El Profeta, incluso de Ginny y algunas personas del ministerio.
Hermione cerró los ojos dispuesta a dormir de nuevo.
No importaba en cuantos hoteles, a cuantas ciudades, o cuantos ministerios visitara, con Draco era como estar en casa.
Inesperadamente, Draco se había convertido en su hogar.
.
.
.
¿Cómo estuvo? ¿Tan mal, como para enterrarme seis metros bajo tierra? ¿Debo seguir?
Personalmente, la canción me encanta y me trae muy buenos pensamientos, así que… ¡genial!
Si gustan pasar a dar un review se los agradeceré mucho.
