Notas de autor: Aquí les traigo una pequeña historia que se me ocurrió, es un personaje por lector... con Tsuna como protagonista.

*_ es donde va tu nombre~

*Universo alterno

-Disclaimer: los personajes de KHR pertenecen a Akira Amano-.


¿Se podía llegar a estar más nervioso y feliz?

Realmente no lo sabía, pero estaba seguro que esa extraña mezcla de emociones era muy grande y la razón de ello era porque justo en ese momento estaba caminando junto a ella.

Su maestra de música o mejor dicho, taller de música, había llegado con un nuevo proyecto y para hacerlo debían trabajar en parejas; había pensado en unirse a su mejor amigo pero antes de que pudiera hacer cualquier cosa la peli rosa fue quien las asigno. Para su suerte, esa que nunca creyó tener, lo había emparejado con la chica de la que estaba enamorado.

¡Dios bendiga a Bianchi!

Al principio creyó que sus oídos lo engañaban pero al oír a "su" chica hablarle y quedar para hacer el trabajo lo convenció y ahora caminaban lado a lado para ir a su casa.

Movió levemente su cabeza y la vio de soslayo, sus ojos se encontraron con un perfil de rasgos extranjeros. _, como era conocida en la Universidad, era una chica esbelta y alta, pero un poco más baja que él, su piel blanca y su sedoso cabello castaño que se encargaba de enmarcar su rostro, rostro del cual destacaban un par de preciosos ojos pardos y unos labios de un tierno color cereza. Si, era un aspecto bastante común pero para él era simplemente hermosa.

Regreso la vista al frente y rememoro el como la conoció, no fue un suceso especial o un encuentro de "telenovela" que lo hizo enamorarse a primera vista, por el contrario, había sido por la "interacción" diaria, que mas bien consistía en su observación.

La castaña era mestiza, de madre latina y padre japones, al parecer había vivido toda su infancia y adolescencia en América pero ahora que comenzaba la Universidad había decidido, junto con sus Padres ir a estudiar a Japón. Después de todo su Padre y sus hermanos, medios hermanos mejor dicho, vivían ahí.

Y el ser mestiza fue una de las cosas que la hizo convertirse en una de las chicas más populares de la escuela, aunque a ella no parecía importarle en lo mas mínimo. Ella era una chica bastante extraña, la mayoría del tiempo se mostraba seria, fría y distante, especialmente en clases y cuando estaba sola; con sus amigos y seres cercanos era completamente diferente, sonreía y reía sin reparos, sus expresiones se suavizaban y mostraba un lado infantil y cariñoso que era difícil de creer. Pero bueno, eso solo hacía que su interés y amor por ella aumentara.

Él nunca había tenido algún tipo de interacción con ella, solo encuentros ocasionales en los pasillos, toparse en las filas de la cafetería y estar en el mismo taller de música. No sabía a que se debía pero simplemente se sentía incapaz de acercarse. Fuera del hecho de que él era un año mayor y que ella desprendía un aura distante estaba el hecho de que no se consideraba un chico apuesto como para acercarse.

Castaño de un metro ochenta, cuerpo normal a su parecer, ojos color avellana y un rostro bastante comun, además de que siempre usaba ropa holgada y que le cubría todas sus extremidades… un vago a simple vista, eso sin mencionar que era conocido como Dame-Tsuna, apodo que ostentaba desde la secundaria, bastante patético ¿no?

Si no fuera porque el taller de música aceptaba a estudiantes de cualquier grado su interacción con la castaña seria casi nula, y decía "casi" debido a que su mejor amigo, Gokudera Hayato, era su amigo. Y aun tenia la gran incógnita de cómo entablaron esa amistad, despues de todo el peli plata no era alguien muy sociable ni amigable.

Increíble ¿no? Que tu mejor amigo y la chica que te gusta sean amigos y tu simplemente nada. Ah, llegaba a ser bastante patético.

-Oye – salió de sus pensamientos al oírla hablar - ¿aún falta mucho?

-¿Eh? – volteo a verla topándose de lleno con sus ojos pardos – n.. no, solo un par de cuadras mas – informo.

-Hum – musito en comprensión la castaña regresando la vista al frente – pensé que vivías más cerca, Tsunayoshi – comento.

El castaño quedo ido por segundos, era la primera vez que la oía decir su nombre y aun mas, que quisiera entablar conversación con él.

-Tampoco esta tan lejos – dejo sus nervios y emoción a un lado para contestar normalmente.

-Me has hecho caminar ocho cuadras ya – se quejo, no es como si le molestara caminar, lo que le molestaba era que el sol le diera de lleno.

-Supongo que es mucho para alguien que siempre traen en coche – resultaba bastante fácil estar cómodo con ella, ya hasta estaba dejando salir su personalidad.

-Eso es porque mi casa si está lejos – se defendió mientras le daba una mirada acusadora al chico.

Y eso le recordaba que su Padre era uno de los más ricos de Japón, otra de las razones de porque era popular en la escuela.

-Igual no debiste despachar a tu chofer – dijo al momento que se detenía frente a una modesta pero hermosa casa – es aquí – le indico mientras sacaba sus llaves para abrir la puerta.

-Solo quería caminar contigo – comento como si nada mientras entraba a la casa.

Tsuna quedo sorprendido por sus palabras pero antes de que pudiera decir algo la chica ya había entrado y su Mamá se acercaba por el pasillo para recibirlo.

-Bienvenido a casa, hijo – una mujer castaña y con una amable sonrisa se acerco – oh, has traído a tu novia – sonrió traviesa.

-No.. no es mi novia – replico sonrojado.

-Soy su compañera en el taller de música – comenzó a hablar la castaña – soy _, mucho gusto – sonrió.

-Mucho gusto, yo soy Nana – se acerco y tomo la mano de la chica – eres muy linda, lamento haber confundido las cosas – dijo apenada.

-No se preocupe – correspondió el gesto.

-Está aquí porque tenemos un proyecto – informo Tsuna un tanto extrañado por la reacción de su Madre, nunca la había visto comportarse así con nadie.

-¿Eres extranjera? – pregunto Nana – por cierto, pareces ser menor que mi hijo – comento seguidamente.

-Soy mestiza y sí, soy menor – respondió divertida.

-Ya veo… y ¿Cómo es que… - se vio interrumpida por el castaño.

-Deja de atosigarla Kaa-san – Tsuna se acerco separándolas delicadamente – nosotros debemos empezar con el trabajo – dijo mientras caminaba escaleras arriba y le indicaba a la castaña que lo siguiera.

-Bueno, bueno. Más tarde les subiré unos bocadillos – comento la señora mientras los veía desaparece por las escaleras.

-Gracias – dijeron ambos chicos.

-Este niño - comento divertida la Señora tomando camino a la cocina, había visto la forma en que Tsuna miraba a la chica y no se le escapo su reacción ante su primer comentario, conocía bastante bien a su hijo, no por nada lo llevo nueve meses en su vientre.

-Tu Mamá es bastante curiosa – comento una vez adentro de la habitación.

-Es la primera vez que se comporta así -dejo su mochila sobre su escritorio – toma asiento donde quieras – ofreció un tanto apenado, su habitación no era muy grande.

-¿Qué se te ocurre para el proyecto? – tomo asiento en la cama dejando la mochila a sus pies.

-No sé, los estándares de la Maestra son muy extraños y volubles – se dejo caer desganado en la silla.

-Lo sé, Bianchi es rara – sonrió ante su comentario.

El castaño solo se quedo en silencio, bastante azorado por las sonrisas que _ le daba sumado a que estaban solos… en su habitación… más cerca de lo que nunca estuvo. Sacudió la cabeza para alejar pensamientos extraños.

Entre algunos comentarios más, ponerse de acuerdo en que hacer y que Nana les llevara algunas galletas y refresco por fin pusieron manos a la obra.


Las horas pasaron y cada uno daba los últimos detalles al trabajo, Tsuna terminaba de escribir algunas notas en su escritorio cuando sintió algo extraño. Volteo el rostro y se encontró con la mirada fija de _ sobre él, se sorprendió un poco y sintió como los nervios lo atacaban, su mirada era profunda y analítica, hasta le daba la sensación de que se lo estuviera comiendo con los ojos.

-Tsunayoshi – llamo sin cambiar un ápice su expresión ni apartar la mirada.

-¿Si? – atendió su llamado volteando por completo en su dirección.

-¿Yo te gusto? – pregunto directa y sin vacilación.

El castaño estaba en shock sin saber que responder.

-Dime… ¿te gusto? – repitió.

-¿Qu… que? – salió de su estupor - ¿co… como? ¿por… porque lo preguntas? – dejo salir de golpe por culpa del nerviosismo.

-Hayato me lo dijo… que yo te gusto – respondió tranquila.

Entonces entendió todo – ¿¡Gokudera-kun!?– gritó, nunca espero que su mejor amigo le fuera con el chisme a la chica, por su culpa ahora estaba en esta situación.

-¿Entonces es verdad? – sus ojos no se apartaban de los contrarios.

-Bue… bueno – se paró de la silla y camino hacia un lado de la habitación, no estaba seguro de que decir, la respuesta era obviamente que si pero no sabía cómo reaccionaria ella si lo afirmaba, tal vez se burlaría de él y lo repudiaría.

-Tú me gustas – soltó sin reparo, ya que estaba en esa situación no hacía falta seguir guardándose sus sentimientos.

-¿Qué? – fue lo que alcanzo a decir, ¿acaso había escuchado bien?

-Dije que me gustas – se paró de su lugar y camino hacia el chico que no quitaba su expresión sorprendida.

-Pero… como… yo…tu – no sabía ni lo que intentaba decir, estaba bastante incrédulo y azorado como para pensar coherentemente y el ver como la castaña se acercaba a él no ayudaba.

_ solo sonrió por su actitud y sin vacilar abrazó al castaño, paso sus brazos alrededor del cuello del chico y pego su cuerpo al contrario – "ya me declare, ahora dejemos lo en claro" – pensó y dándole una mirada a Tsuna pego sus labios para iniciar un beso.

Tsunayoshi se tensó al sentir el cuerpo de la chica pegado al suyo pero lo que lo dejo más que ido fue la sensación de los labios de la castaña sobre los suyos. No estaba seguro si se trataba de un sueño pero que mas daba, lo que le importaba es que en el momento tenia lo que tanto había anhelado, probar los labios de _.

Imitando el gesto de la chica, cerró sus ojos y paso sus brazos por la estrecha cintura y correspondió el beso. Un beso tierno y suave en el que solo interactuaban sus labios.

-¿Entonces? – susurro con la respiración un tanto agitada tras terminar el beso, sus ojos se situaron en los del castaño y su abrazo se mantuvo.

-Es verdad, me gustas – dijo por fin aquello que siempre quiso decir, sostuvo la mirada para que _ no dudara de sus palabras y con cuidado pego su frente a la contraria.

Tras las palabras de la castaña y el beso dejo todas sus inseguridades a un lado y decidió ser sincero, ella lo había sido, lo sintió al besarse, y él debía serlo también.

La castaña no dijo mas, solo sonrió dulcemente mientras disfrutaba de la cercanía que mantenían en ese momento. Estaba segura de cuál sería la respuesta del castaño pero quería escucharlo decirlo.

Permanecieron algunos minutos más de aquella forma hasta que la castaña retiro sus brazos haciendo que Tsuna hiciera lo mismo pero guardando la misma cercanía.

-Bien, desde ahora somos novios – anuncio _ con una sonrisa.

-¿No… novios? – repitió Tsuna bastante sorprendido.

-¿Acaso no quieres? – su sonrisa se borro y su expresión cambio a una contradictoria.

-No, no es eso – se apresuro a decir al ver su expresión.

No es que no quisiera que fueran novios, solo que la forma tan directa en que la chica le decía todo lo aturdía, además de que debió haber sido él quien lo pidiera.

_ entendió de alguna forma lo que el chico pensaba pero le resto importancia, ella no veía nada de malo en tomar la iniciativa, no después de tanta "espera" y por lo mismo no pudo aguantar más y se abalanzo una vez más para atrapar los labios del chico con los suyos.

Fue tomado otra vez por sorpresa pero de inmediato siguió el ritmo, los labios de _ eran tan suaves y cálidos como siempre imaginó. El beso, al igual que el anterior, comenzó tierno para después pasar a uno más hambriento; en segundos sus lenguas comenzaron a batallar, tallándose suavemente hasta acelerar el ritmo, como si se estuvieran reconociendo. Sus manos, aun entrelazadas, servían como soporte para no separarse.

Cuando sintieron que el aire les faltaba se separaron, ambos agitados y acalorados pero con el sabor del otro presente. Quedaron mirándose fijamente, como tratando de decirse que realmente todo eso estaba pasando.

Fueron sacados de su ensoñación al oír la voz de Nana al otro lado de la puerta.

-Tsu-kun, hijo, un hombre ha venido a buscar a _-chan, dice que es su chofer.

-Está bien Kaa-san, gracias – contesto.

-Los esperare abajo – se oyó una vez más.

-Me voy ya, se pondrá histérico si no llego en el tiempo que calculó – soltó un suspiro resignado y soltando sus manos se dispuso a recoger sus cosas.

-¿Quién se pondrá así? – pregunto viéndola cerrar su mochila, en realidad no quería dejar que se fuera, no después de lo sucedido, pero no es como si pudiera retenerla.

-Mi hermano – contesto y una vez todo arreglado se colgó la mochila y volteo de nuevo hacia Tsuna – es bastante sobreprotector – agrego con una sonrisa.

-Ya veo – había escuchado algo sobre eso por Hayato, la vio y no pudo evitar que su inseguridad, por llamarlo de alguna forma, saliera a flote - ¿no veremos mañana? – pregunto, sabía que se verían pero se refería a que si se "verían" como la pareja que ahora eran.

-Claro, somos novios.

-Mmj – sonrió ante sus palabras.

-¿No me vas a despedir? – cuestionó al ver la inmovilidad del chico.

-Oh, sí, te acompañare – comenzó a caminar hacia la puerta.

-No me refería solo a eso – hizo un leve puchero mientras avanzaba a donde el castaño que la veía sin entender – sino a esto – y por tercera vez en la tarde, lo beso.

Pero esta vez de una manera hambrienta desde el principio.

El beso terminó y tras sonreírse ambos salieron de la habitación y bajaron hasta la puerta principal donde la Señora de la casa los esperaba con una sonrisa demasiado sospechosa.

-Gracias por todo Nana-san – agradeció mientras avanzaba.

-No hay de que, querida – sonrió – espero tenerte otra vez de visita – desvió su mirada por unos segundos al castaño que la vio nervioso y luego sonrió, una sonrisa que daba a entender que sospechaba algo.

-Si – correspondió la sonrisa sin percatarse de nada – nos vemos mañana Tsuna, no se te olvide llevar el proyecto – se despidió del chico rozando levemente su mano.

-No lo haré, hasta mañana – le sonrió como solo el sabia hacerlo sintiendo el hormigueo provocado por el contacto de la chica.

Con un último saludo a Nana la castaña salió y se subió al coche que la esperaba.

Tsuna solo quedo viendo como el coche se perdía por la calle.

-Es una jovencita muy linda, espero que desde ahora la traigas más seguido – dijo Nana mientras ingresaba a la casa – sin duda su Kaa-san era más intuitiva de lo que parecía y eso sin dudad le causaba escalofríos.


El coche avanzaba por la calles de la ciudad y _ mantenía su vista perdida en el panorama a través de la ventanilla, después de tanto tiempo por fin tuvo el valor de enfrentar al castaño y confesarse. Claro que todo después de las "clases" de cierto pelinegro que la hizo deshacerse de su inseguridad y vergüenza, y ahora solo esperaba no haber sido tan atrevida, aunque si lo pensaba bien, eso no había sido nada comparado con lo que pasaba por su mente y que tenía planeado hacer.

Ah, Reborn y su mala influencia que la corrompía.

El sonido de su celular la saco de sus pensamientos.

-¿Bueno? – contesto la llamada, hasta parecía que la había invocado con el pensamiento.

-¿Y bien? ¿Qué tal te fue? – escucho la voz gruesa del mayor.

-Lo hice – dijo refiriéndose a la confesión mientras una sonrisa boba se formaba en su rostro.

-Ya era hora – pudo oir un bufido - ¿y que mas? ¿Lo atacaste… lo besaste… lo hiciste tuyo? – fue el montón de preguntas que soltó de una vez, con la única intención de molestarla.

-¡Hey! – replico sonrojada - ¿por quién me tomas? – se hizo la desentendida.

-Oh vamos _, estás hablando conmigo – y ese era el problema, que Reborn podía leerle la mente.

-Lo sé, lo sé – y valla que lo sabia, después de todo ella la había convertido en la desvergonzada que ahora era, claro que con la influencia de una persona mas – pero tampoco fue para tanto – se mordió el labio al recodar los besos.

-_ – llamo con un tono de advertencia, era obvio que no le era.

-¡Ya, está bien! Pero te lo contare cuando llegue a casa – después de todo tenía planeado contárselo.

-Lo quiero todo con lujo de detalle – prácticamente ordenó.

-Sí, si… nos vemos allá – y con eso colgó.


¿Que les pareció? ¿se merece review?

Si veo que les gustó subiré la segunda parte~

Nos leemos!