ACLARACIONES: Los personajes NO son míos.
Naruto/Hinata
CATEGORÍA: K
Capítulo I: Los padres de Naruto.
Ese día particularmente estaba demasiado nublado para el gusto de Hinata. Esas nubes y esos truenos solo auguraban una sola cosa: Lluvia. Le encantaba la lluvia y hasta se atrevía a decir que, aun con la edad de diecinueve años, le encantaba salir a mojarse bajo las nubes.
Le encantaba demasiado y por eso mismo, odiaba el hecho de que ese día no podría salir a mojarse un poco.
¿Por qué?
El estúpido consejo de su Clan.
Ya hacía más de tres años de que la guerra había acabado, siendo ellos los victoriosos. Todos estaban de maravilla, estaban felices por haber triunfado pero... Hinata solo pensaba en una cosa. En la muerte de Neji.
Paso días y días sin comer, sin salir de la cama e incluso (y vergonzosamente) sin ducharse. Hasta que su padre, la mandó a llamar un dia para una junta muy importante con todo el concejo. Sin ganas, recordaba que se salió de la cama y se dio un largo baño. Se puso sus mejores ropas y se adentró a la sala de juntas.
Todo lo que le dijeron ahí, la había dejado boquiabierta.
La alagaron por su destreza en la guerra, la reconocieron, le pidieron disculpas por desconfiar de sus habilidades y por fin, le dieron el mando del Clan.
De eso hacia un mes. Cuyo mes era no mas que una práctica antes de hacer público su liderazgo.
Desde ese día no paraba de entrenar con los viejos del clan, de aprender a utilizar los pergaminos de la familia y sobre todo estudiarlos.
No decía que no estuviera feliz ¡Claro que lo estaba! Le habia prometido a Neji que ella se encargaría de deshacer los linajes entre los familiares y estaba cada vez más cerca de lograrlo pero... estaba muy ocupada.
No recordaba la última vez que había visto a su equipo, o a sus compañeros de generación. A Hanabi la miraba todos los días, vivían en la misma casa, pero poco podían hablar. Y además, tenía más de dos meses sin ver a Naruto.
Suspiro y llevo sus ojos hacia la ventana que estaba aún lado de ella.
Naruto.
El chico al que admiraba desde pequeña, el chico que era su primer y único amor, el que nunca... el que nunca la había visto o prestado atención más de dos minutos.
El que solo la consideraba como una buena amiga.
Hinata en el fondo ya se había resignado. Sabía que ella no era lo suficientemente buena para Uzumaki Naruto.
Sabía que Naruto merecía a alguien mucho mejor que ella. Como Sakura por ejemplo. Merecía que un día Sakura se enamorara de él. Que la pelirosa se diese cuenta de que era una estúpida al no ver el amor tan puro y lindo del Uzumaki. Él se merecía eso, y más.
Bajo la mirada con tristeza.
—Hinata-sama.
Hinata alzo la vista con rapidez para encontrarse con un rostro muy familiar. De inmediato quito su expresión de tristeza y sonrió con dulzura.
—Ko-san, ¿Pasa algo?
—Hiashi-sama me mando para decirle que la necesita en la sala de reuniones. Es algo muy importante. —informo rápidamente.
Hinata parpadeo confundida.
—¿Reunión? — pregunto más para sí misma.—Hai, estaré ahí en unos minutos.
Ko asintio con una sonrisa e hizo una leve reverencia antes de marcharse.
Hinata se preguntaba con un poco de temor el para que la junta. Regularmente las juntas siempre se hacían cuando el asunto era muy importante. ¿Qué habría pasado? ¿Se habrían arrepentido de cederle el cargo? ¿Querrían regañarla por algo? ¿Habia echo algo mal?
Trago saliva mientras sentía como su estomago comenzaba a revolverse.
Seria mejor apresurar lo que estaba por venir.
—Bienvenida Hinata-sama —dijo un miembro del consejo, abriéndole la puerta a Hinata —.La estábamos esperando.
Hinata asintió.
—Lamento hacerlos esperar.
—Para nada Hinata-sama, pase.
Hinata agradeció la caballerosidad del anciano y se encaminó dentro de la sala. Alzo su vista y observo por unos segundos la familiar mesa de madera, la cual era rectangular y muy larga. Con un total de doce sillas.
Al extremo de esta mesa, se hallaba su padre, quien la miraba estoicamente.
—Siéntate Hinata —ordenó Hiashi.
Hinata asintió torpemente para después sentarse en el otro extremo de la mesa. Una vez que se acomodó y su espalda se puso recta, aclaro su garganta.
—¿A qué se debe la reunión?— habló lo más profesional posible.
Hiashi asintió satisfecho.
—Lo has logrado. Te has ganado mi puesto, hija.
Hinata abrió los ojos desmesuradamente.
—Felicidades. El nombramiento será mañana mismo — Hiashi, por primera vez en mucho tiempo, sonrió con orgullo.
Hinata sentía que los ojos le picaban, pero se aguantó las lágrimas y solo pudo sonreír con felicidad.
—Arigatou, a todos.
Todos los viejos asintieron también sonriendo.
Hiashi se aclaró la garganta.
—También te informo que, debido a este gran suceso, mañana en tu nombramiento como líder habra un evento. Me he tomado la molestia de mandar una invitación a tus colegas más cercanos y a tus maestros. También asistirá el Hokage, asi que me gustaría que dieras un pequeño discurso ya que, al tener control del clan, también participaras en muchos asuntos con el Hokage.
Hinata se sobresaltó al escuchar todo eso.
—A-así que, un discurso.
Hiashi asintió.
—Tienes hasta mañana en la tarde para escribir un buen discurso — Hiashi tomo aire profundamente.—Viste elegante Hinata, no asistiremos con ropa ninja.
La Hyuga asintió con rapidez.
—De acuerdo.
—Bien, eso es todo. Felicidades, Hinata.
Hinata sonrió temblorosamente mientras escuchaba las felicitaciones de parte de los ancianos del consejo.
—Ya casi lo logro, Neji-niisan.
Frunció las cejas mientras golpeaba su labio inferior con el lápiz que tenía en mano.
En ese momento se encontraba acostada de panza en su cama, mientras frente a ella estaba una hoja en blanco, esperando a ser llenada con letras de un buen discurso.
Pero ¡Mierda! Sí que era difícil escribir algo como eso.
Si fuera otro caso, podría llegar y decir "¡Gracias por venir! ¡Juro que seré una buena líder!" Pero no, ella quería impresionar con su discurso. Quería dar confianza a su gente, quería que los demás también la reconocieran como una digna heredera de uno de los clanes más importantes del mundo Ninja.
Quería reconocimiento de las demás personas. Quería quitar esa imagen de niña débil e insegura.
Conocerían a la nueva Hinata Hyuga... pero...
Hizo un puchero y sus ojos soltaron cascadas.
¿Cómo tendría un impresionante discurso de la noche a la mañana?
—Deberías empezar agradeciendo a unas cuantas personas...
—¿Tú crees?— murmuró por inercia. Pasaron unos segundos antes de que saltara de su cama para tomar un kunai de su buro. Lo alzó con mirada desafiante pero, lo que vio la dejó helada.—Cu-cuarto...— balbuceo sorprendida antes de caer desmayada al suelo.
—¡Idiota! La asustaste.— gritaba una voz femenina.
—Solo quería ayudarla a hacer su discurso.
Hinata al oír voces, parpadeo un par de veces. Sintió como bajo de ella era blando y cálido.
De golpe recordó lo que había pasado antes de caer desmayada. Comenzó a respirar agitadamente y trato de tranqulizarce diciendose que tal vez había sido un sueño. Tal vez se había quedado dormida sin siquiera darse cuenta, y esa era una respuesta muy razonable ya que ella casi no descansaba debido a sus deberes.
Con un poco más de tranquilidad, se incorporó en su cama.
—Qué sueños tan locos...— susurro riendo quedamente.
—¿Qué soñaste Hinata-chan?
La piel de la peli negra se erizo al escuchar esa voz de fémina. Rápidamente volteo su cabeza hacia donde provenía dicha voz, para encontrarse con la dueña de esta a escasos centímetros de ella.
—¡Kyaaa!—grito, enredandose entre las sabanas para despues caer duramente al suelo.
—Ahora tú la has asustado.
—¡Oh, calla!
Hinata se llevó las manos a la boca y a como pudo se pego en la pared para observar con incredulidad la escena.
—Cu-cuarto Hokage... y... y...
—¡Soy Kushina! — exclamó una mujer peli roja —¡Mucho gusto Hinata-chan!— dijo con una gran sonrisa.
Hinata tragó saliva y comenzó a temblar más fuerte.
—Us-ustedes ¡Son transparentes!
—Uh — observó como Kushina llevaba una de sus manos frente a sus ojos y la miraba detenidamente.—Hai, tal vez es por el echo de que somos fantasmas Hinata-chan.
—Espíritus. —corrigió un hombre rubio.
Hinata observo al hombre y rápidamente cayo en cuenta de algo.
—Usted es el padre de Naruto-kun... y usted es su madre.— dedujo mirando que ambos sonreían.
—Si.
Hinata se removió inquieta.—¿Es-esto es un sueño?
Kushina negó.
—No lo es, debbatane.
Hinata quiso sonreír al averiguar de dónde Naruto había sacado su típica frase.
—En-entonces ¿Qué hacen aquí? ¿Quieren ver a Naruto-kun?
Minato y Kushina se miraron de reojo antes de negar con la cabeza.
—Queríamos verte a ti Hinata.— dijo Minato con una sutil sonrisa.
—¿A mí?— pregunto con incredulidad y desconcierto.
Ambos asintieron al mismo tiempo.
—Es a ti a quien queríamos ver, Hinata — hablo Minato con una sonrisa.
Hinata, aun en el suelo, no podía acabar de creer lo que estaba mirando. En su habitación había dos espíritus, y no eran unos espíritus cualquiera, eran los espíritus de los padres de Naruto. Ella no creía mucho en eso. Bien, sabía que el cuerpo solo era el hogar de un espíritu y que después de la muerte este se iba al paraíso. Oh bueno, eso era lo que ella sabía. Pero, ver a dos "personas" transparentes y que flotaban ligeramente sobre el suelo, le hacian replantearse su creencia.
—Pe-pe-pero, ¿Qué buscan de mi? —farfulló al armarse de valor.
—Bueno — comenzó Kushina —, lo que pasa es que acabas de morir y nos llevaremos tu alma al mas haya.
Al escuchar eso, Hinata abrió los ojos grandemente. Estaba... estaba ¡¿Muerta?! Sus ojos comenzaron a inundarse de lagrimas y despues de unos segundos salieron abundantemente. Comenzó a sollozar y escondió el rostro en sus manos.
—¡Kushina! ¡No le digas eso! — exclamó alarmado el rubio mientras Kushina miraba con culpa y angustia a la chica.
—¡No-no pensé que se lo fuera a creer! —exclamó moviendo sus manos de un lado a otro.
—¡Somos espíritus! ¿No pensaste que viniendo de uno era imposible que no te creyera?
Kushina gimió alterada. Se acercó con rapidez hacia Hinata.
—¡Hinata-chan, lo siento! Era una broma — parloteo con nerviosismo y culpa.
Hinata levantó su llorosa mirada hacia Kushina. Sorbió su nariz y con su ante brazo seco sus lagrimas.
—¿No vie-vienen para llevarme al infierno? — pregunto entre hipidos, a lo que los dos espíritus negaron rápidamente.
—No, Hinata-chan. Kushina solo bromeaba.
Kushina asintió con rapidez.
—Es que siempre quise hacer eso — se excusó mientras miraba a otro lado y rascaba su cabellera roja.
Minato frunció el ceño y negó con la cabeza.
—Por favor disculpala, Hinata-chan.
Hinata sorbió una vez más su nariz y después asintió. Eso fue algo cruel pero ella podía llegar a ser muy tolerante. Lo único bueno es que en ese momento no tenía ganas de hacer del baño, o de lo contrario...
Se sonrojo sutilmente.
—¿Y entonces por qué están aquí? — pregunto en un musito.
Minato miro a Kushina, esta le asintió. El rubio suspiro y después miró a Hinata con calidez.
—Después de observarte por un tiempo, nos dimos cuenta de que eras la indicada, Hinata-chan...
Hinata parpadeó sorprendida. ¿La habían estado observando? trago saliva. ¿La habian visto bañarse o esas cosas? Los colores subieron rápido a su rostro.
—¿Me-me espiaron?
Ambos se mostraron confundidos por un momento antes de negar frenéticamente.
—¡No es lo que piensas! — exclamó Kushina. Despues de unos segundos frunció el ceño y miro a Minato con acusación —¡Mas vale que no le hayas echo nada de eso a Hinata-chan!
—¿Qué? ¡No digas tonterías, Kushina! — voceo Minato, jurando que si estuviera vivo seguro su rostro parecería un gran tomate.
Kushina lo miro con enojo. Suspiro y contó hasta diez para después voltear hacia Hinata mientras le regalaba una tierna sonrisa.
—Hinata-chan, no es lo que te imaginas. Solo... — vaciló un poco, pensando en su respuesta por unos segundos. Básicamente si la habían espiado, pero no había sido una expiación enferma, si no una con la que pudieran conocer bien a Hinata. La conocieron tanto que pudieron darse cuenta de que Hinata era la adecuada — solo te observamos lo suficiente como para poder conocerte.
Hinata la siguió mirando sin entender.
— No qui-quiero ser grosera pero, ¿Para que alguien como ustedes querria conocerme?
Los dos espíritus suspiraron. Sabian que el tema sería algo extenso así que se sentaron cerca de Hinata.
Hinata apego mas su espalda contra la pared.
—Veras Hinata, hace más de medio año que Kami-sama soltó nuestras almas en la tierra — comenzó a explicar Kushina.
—Rápidamente supimos el por que de su acción. Nosotros vigilamos a Naruto cada vez que podemos, solamente para cerciorarnos de que este bien y que viva feliz.
—Desafortunadamente, nuestro hijo no es feliz al cien por ciento — continuo Kushina mientras a tristeza invadía su rostro.
—Puede ser el futuro Hokage y puede ser el heroe del mundo ninja pero... — Minato bajo el rostro — el sigue siendo Naruto. El niño que nunca tuvo una familia.
—Cla-claro que la tuvo. Tal vez no físicamente, pero él sabe que ustedes lo amaron desde el primer instante en el que supieron de su existencia — alegó la ojiperla mientras veía con las cejas alzadas a los dos mayores.
Minato y Kushina sonrieron tiernamente. Por eso la habían escogido.
—Pero el necesita una familia ahora, Hinata. Sabemos que tiene a grandes amigos, que tiene a los mejores mentores y que juntos forman una gran familia. Pero, el sigue sintiéndose solo —explico Kushina mientras recordaba a su hijo, sentado al filo de la cama mientras miraba su departamento sintiendo soledad.
—A lo que queremos llegar, es que Naruto necesita una familia — continuó Minato — y para eso necesita una pareja de vida.
—Ah — exclamó Hinata mientras bajaba la mirada —. Entonces ustedes están tratando de ayudar a Naruto a encontrar la felicidad.
Ambos asintieron a la par.
—Entonces se equivocaron de persona — dijo mientras se levantaba del suelo —. Si gustan puedo llevarlos con Sakura-chan.
Minato y Kushina miraron con sorpresa e incredulidad a la chica.
—No entendiste —Minato se levantó del suelo seguido de Kushina —. No necesitamos a Sakura ni a nadie más de la aldea, solo a ti.
Hinata los miró con incredulidad.
—¿Quieren que yo le encuentre pareja a Naruto-kun?
Los espíritus golpearon sus rostros con las palmas de sus manos.
—¡Queremos que tu seas la novia de Naruto! ¡Que tu seas a la que le haga hijos, Hinata! — vociferó Kushina ya cansada de la situación.
La habitación quedó en un silencio tenso mientras Minato se palmeaba de nuevo la cara. Al parecer Kushina nunca aprendería.
Hinata tragó saliva pesadamente. Un tic se hizo presente en su ojo izquierdo y la sangre se le subió completamente al rostro. Balbuceo un par de cosas inentendibles antes de caer desmayada al suelo.
—¡Kushina!
—¡No fue de adrede! — lloriqueo, sintiéndose culpable por haber echo que la futura esposa de su hijo desvaneciera en el suelo.
—¿Cómo están tan seguros de que yo soy la indicada? —pregunto en un susurro, sosteniendo la compresa de hielo que estaba sobre su cabeza. Cuando se desmayó se había pegado demasiado fuerte así que no tuvo más remedio que atenderse mientras los fantasmas se ofrecían a cuidarla.
—Veras, cuando llegamos al mundo de regreso no dudamos ni un segundo en ir a con Naruto — comenzó Minato, sentado frente a Hinata —. Al pasar de los días pudimos deducir lo que a nuestro hijo le hacía falta así que nos dimos a la tarea de encontrar a "eso que le hacía falta".
—Buscamos por toda la aldea —se apresuró a continuar la pelirroja —, pero por más que buscamos nadie era lo suficiente buena para nuestro hijo — para ella, su hijo merecía lo mejor. No unas niñas enamoradas de su nombre, de su nivel ninja. No. Ella quería a una mujer que amara al pequeño Naruto, al que se metía en problemas, al escandaloso y peleonero, al tierno y tonto Naruto.
—Conocimos a las chicas más allegadas a él — levantó su mano y fue enumerando con sus dedos —. Conocimos a Tenten, una chica con la que casi no tiene nada en común. Es buena chica.. algo ruda y no tan femenina, pero es buena. Conocimos a Ino Yamanaka, la chica que vende flores y que es hija de mi viejo amigo Inoichi. Tampoco es mala pero… es demasiado ¿comunicativa?
—Chismosa — corrigió la peli roja, mirándolo con los ojos entre cerrados.
—Además ella ya está saliendo con un tal Sai —ignoró a su esposa y siguió enumerando —. Después conocimos a Sakura. Pensamos que sería buena para el, ya que somos conscientes del amor que le tiene — el corazón de Hinata se comprimió al escuchar eso — así como también estamos conscientes de que no es un amor correspondido y que además Naruto no está realmente enamorado.
Hinata parpadeó repetidas veces antes de verlo con confusión e incredulidad.
—¿Cómo?
—Naruto no ama a Sakura, es obvio — Kushina rodó los ojos —. El solo "siente" eso por un falso amor. El solo quería ganarle a Sasuke en todo y quiso ganar el afecto de Sakura. Así como fue Sakura pudo haber sido Ino también.
—Y-yo no creo que sea un falso amor.
—Si lo es —reiteró Minato —. Fue sólo una competencia que tuvo de niño, una que no pudo ganar por obvias razones. Hoy de adulto lo sabe, sólo que falta que lo acepté al cien por ciento.
—Pero aun no entiendo por que yo… —musito cabizbaja — el jamás se fijará en mí, yo soy consciente de eso y he aprendido a sobrellevarlo bien. No quiero hacerme falsas ilusiones.
—Hinata-chan, por favor comprende que tu eres perfecta para el — Kushina acercó su mano a la suya y sorprendentemente pudo sentirla.
—¡Pu-puedo sentir su mano! — exclamó impresionada.
—Vaya, eso nunca había pasado — dijo también sintiendo sorpresa. Si había acercado su mano fue más por inercia que por otra cosa pues sabía que ella no podía tocar a los seres vivos.
—Sorprendente —musito Minato, mirando las manos entrelazadas de las mujeres —. Esto sólo confirma que tu eres la indicada, Hinata-chan.
Hinata negó repetidas veces, soltando el agarre de Kushina.
—¡Me duele tremendamente decirlo, pero no puedo! —soltó la compresa y se levantó de golpe del suelo. Cerró los puños al igual que sus párpados, conteniendo las lágrimas que estaban férreas por salir —¡Amo a Naruto-kun y se que jamás me correspondería! — agachó la mirada y cruzó su brazo conteo su vientre. Las lágrimas ya corrían con libertad sobre su terso rostro — Lo comprueba el que nunca haya correspondido a mi declaración.
Kushina frunció el ceño y miró con tristeza a la chica. Minato hizo lo mismo, recordando que por ese motivo el pudo ver a su hijo convertido en hombre por primera vez. El había visto todo. Su declaración, la sangre que escurría por su rostro, su mirada llena de amor y de decisión, sus fuerzas y su aferramiento incansable. Ella estuvo dispuesta a morir por su hijo, y esa fue una de las razones por las que ella se ganó todo el respeto y agradecimiento posible.
—Hinata-chan — Kushina junto ambas manos frente a ella —¡Por favor! — pegó su frente contra el suelo, sorprendiendo a Hinata. Minato, al ver su acción, hizo lo mismo y pego su frente contra el suelo.
Hinata los vio con alteración antes de negar frenéticamente e ir hacia ellos para levantar a ambos de los hombros.
—¡No hagan eso! — exclamó avergonzada.
—Entonces por favor, Hinata-chan. Ayúdanos a hacer feliz a nuestro hijo —pidió Minato con mirada suplicante.
Kushina asintió con los ojos llorosos, ablandando más y más el corazón de la azabache.
Los miro por unos segundos y después bajo la mirada. —No quiero fallarles — musito. Sabía que corría el riesgo de que Naruto no la aceptará como algo más que una buena compañera de generación. Sabía que era más probable que la rechazará amablemente a que el la correspondiera. No quería fallarles a las "personas" frente a ella y tampoco quería ser más lastimada. Estaba entre la espada y la pared, pero como ella era demasiado noble no podía permitir que la espada los atravesará a ellos. Tenía que ayudarlos, no por nada regresaron del más allá.
—De acuerdo —susurró, bajando la cabeza. Perdió fuerza en los brazos y estos se deslizaron hasta sus costados —. Lo intentaré, haré todo lo posible por enamorar a Naruto-kun— prometió ahora con una mirada más decidida.
Kushina y Minato sonrieron a su estilo y miraron con infinito agradecimiento a la chica.
—¡Gracias, Hinata-chan! —chillo emocionada.
Hinata sonrió de medio lado y después dio brinquito al sentir la mano de Minato sobre su hombro.
—No sabes cuanto te lo agradezco.
Hinata sonrió temblorosamente y asintió, sintiendo un profundo miedo invadir todo su ser y cuerpo.
—No hay de que, Minato-sama y Kushina-sama.
—¡Hinata-chaaaaan~! —río cantarina y negó —, somos tus próximos suegros, no nos llames así. ¡Dime haha! — exclamó emocionada mientras Hinata negaba repetidas veces, con la cara sonrojaba hasta las orejas —¿Por qué no? —preguntó desilucionada.
—Ah, y-yo… —balbuceo sonrojada y apenada — n-no…
—Ella está avergonzada— Minato sonrió comprensivo —. Creo que no debemos de presionarla, Kushina.
La mujer hizo un puchero y miro ceñuda a Minato.
—Pero quiero que me diga haha.
—Lo hará más adelante, ¿Verdad Hinata-chan?
—¡Ha-hai! —se apresuró a contestar a lo que Kushina suspiro resignada.
—Pues que se le va a hacer — alzó los hombros y después cruzó sus brazos.
Minato río un poco y después giró su mirada hacia la Hyuga.
—Como muestra de nuestro agradecimiento quiero hacerte un favor, Hinata-chan.
Hinata lo miró confusa y sorprendida. ¿Le quería hace un favor? ¿Qué favor?
—Pudimos ver que estas preocupada por no poder hacer un buen discurso —aclaró Minato.
—¡Felicidades por cierto! — exclamó alegremente la pelirroja mientras Hinata le sonreía con agradecimiento.
—Quiero ayudarte con ese discurso, ¿Te parece?
Hinata se sorprendió aún más. Un discurso hecho por ella y por el ex Hokage, sería algo tan épico y fabuloso. No lo pensó dos veces y asintió. Si bien no lo quería tomar como un "agradecimiento" pues ella no creía necesario que le agradeciera pues lo hacía de todo corazón, tampoco podía negarse a algo tan genial como eso.
—¡Muchísimas gracias, me sacan de un gran lío! — dijo feliz y entusiasmada.
—Y tu a nosotros — le acarició la cabeza y después se estiró hasta la cama para tomar el cuaderno y el lápiz —. Bien, empecemos.
Eran las dos de la tarde y en el distrito Hyuga había una ola de Hyuga's de un lado hacia otro, acomodando y arreglando todo para que estuviera en perfectas condiciones. Ese día er uno de los más esperados y todos querían que todo saliera de maravilla. Y así parecía que sería pues el clima era bastante agradable, el sol brillaba, no había señales de alguna nube molesta, los arreglos estaban perfectos, la comida estaba para chuparse los dedos y la heredera estaba más que lista…
Espera.
¿Dónde estaba Hinata?
—¡No quiero salir! —vociferó al sentir los empujones de Kushina y Minato.
—¡No digas esas cosas! Saldrás, darás lo mejor y serás increíble — la regaño Kushina mientras la arrastraba hasta el baño y la metía a este —. ¡Lávate detrás de las orejas! —exclamó antes de cerrarle la puerta en la cara.
Hinata hizo un berrinche, pero sin que darle de otra comenzó a desvestirse. Se metió a la regadera y aun mascullando cosas inentendibles se puso champú y tallo su cuerpo con jabón. Después de toda su rutina de baño, salió de la regadera y seco su cuerpo con una toalla lila. Se puso la ropa interior y después se enfundó un lindo kimono color negro con estampado de rosas rojas. Desgraciadamente para ella, pasó lo de siempre. El kimono no cerraba lo suficiente en la parte de arriba, dejando una pequeña pero notoria vista del inicio de sus senos.
Lloriqueo aún más, tomó la secadora y seco su largo y azulado cabello para después peinarlo con las manos temblorosas. Por culpa de su nerviosismo se quemó el rostro con el aire caliente, dejando algunas zonas un poco rojas. Sin verse al espejo, salió del baño.
Kushina, quien estaba sentada en la cama de Hinata mientras leía una revista, volteó hacia la peli azul y no pudo evitar que su mandíbula cayera hasta el suelo. Minato por su parte sólo veía a Hinata con una sonrisa de aprobación.
—Te ves muy bien, Hinata-chan.
—Gra-gracias…
—¡Ese enorme suéter esconde unas buenas curvas! —chillo Kushina antes de levantarse como resorte de la cama para caminar hacia la oji luna que se había sonrojada ante el comentario de Kushina —. Te haré un lindo peinado, un leve maquillaje y listo —tomó si mano y la arrastró hasta el tocador que Hinata casi nunca usaba. La sentó en la silla y comenzó a peinarla.
Minato solo suspiro ante la brusquedad de su mujer. ¿Cómo se atrevía a decirle semejante cosa a una chica como Hinata? La conocían lo suficiente como para saber que se ponía como jitomate por cualquier cosa y que no era sano decirle ese tipo de cosas ya que podría desmayarse. Pero, en fin, Kushina era así y ni la muerte podría cambiarla. Sonrió dulcemente mientras la veía tan entusiasmada.
—Dime Hinata-chan, ¿Te aprendiste todo el discurso que hicimos ayer?
Hinata se apresuró a asentir. Lo había repetido tantas veces que se sentía capaz de decirlo al revés. El único problema y el más grave eran sus nervios. Ellos eran capaces de arruinar todo a su paso, podría soltar alguna incoherencia, podría tropezar con algo y caer sobre alguien, podrían perder su puesto de heredera… podían pasar un sinfín de cosas por su nerviosismo.
—Hinata-chan, no te pongas tensa —pidió Kushina, sacándole de sus pensamientos.
—Ha-hai — respondió a la pregunta de Minato a lo que el asentía satisfecho.
—Entonces creo que no hay necesidad de revisarlo de nuevo.
—¡Claro que no la hay! La pobre Hinata te soñó mientras la hacías repasar una y otra vez el discurso. Y eso que sólo durmió tres horas la pobre — reclamó sin dejar de maquillar a Hinata. Pudo los últimos toques y después sonrió contenta ante su trabajo — ¿No se ve preciosa?
Le había hecho un a linda trenza de corona, atada a media nuca y dejando su flequillo y los mechones que enmarcaban su rostro. Le hizo un pequeño y sutil maquillaje, acentuando aún más sus lindas facciones. Todo en ella había quedado tan bien que hasta ella misma se atrevía a decir que se veía... linda.
Sonrió sutilmente al verse al espejo.
— Claro que si — Minato asintió sonriente mientras Kushina alzaba su puño en señal de victoria.
— ¡Si mi hijo no se atrae por ti hoy al verte entonces no cabe duda de que es gay y que gusta Sasuke!
— Kushina-san — pronuncio, avergonzada por la mención de una posible atracción del rubio hacia ella y quiso reír incomoda cuando menciono a Sasuke. Hasta ella misma pensó en varias ocasiones que Naruto sentía algo por Sasuke. Dejó sus turbios pensamientos cuando unas palabras arribaron en su mente y revotaron por todas partes. "¡Si mi hijo no se atrae por ti hoy al verte...!" "¡...hoy al verte...!
Chilló horrorizada y viró su mirada hasta ella.
— ¡¿Naruto-kun?! — llevo sus manos hasta sus mejillas sonrosadas — ¿E-el ve-vendrá? ¿Aquí? ¿Me vera dar mi discurso? — pregunto temerosa mientras temblaba como una gelatina.
— ¡Si! Espiamos a tu padre cuando estaba haciendo personalmente la lista de invitados y miramos el nombre de nuestro hijo — le dijo Kushina mientras alzaba sugestivamente ambas cejas.
Hinata entró en pánico. Naruto mirándola mientras ella hablaba ante un montón de gente. Todos prestándole toda su absoluta atención a ella, Naruto centrando su atención en ella. ¿Y si decía una estupidez? ¿Y si tartamudeaba? Sintió que su corazón comenzó a latir desenfrenadamente, juraba que estaba por salirse de su pecho.
No, no pasaría esa vergüenza.
Minato y Kushina observaron con confusión la risa nerviosa que salió de los labios de Hinata. Antes de que pudieran reaccionar, esta retrocedió lentamente, sin quitarles la vista de encima, antes de huir de su cuarto.
— Parece que esta apurada, ¿A dónde ira? — pregunto curiosa la mujer mientras rascaba su barbilla.
Minato golpeo su frente antes de tomar la muñeca de su esposa.
— ¡Está escapando! ¿No es obvio? — no dejo que le respondiera y comenzó a arrastrarla tras la Hyuga, quien se hallaba corriendo por los pasillos de la gran mansión, la cual estaba solitaria pies todo el mundo se encontraba preparando todo.
Hinata corría como si su vida dependiera de ello, corría con todas sus fuerzas y con todas las intenciones de desaparecer del país del fuego. ¡No! ¡Del mundo mejor dicho!
Solo en pensar recibir la penetrante mirada azul de su amado sobre ella en todo momento la hacía temblar del nerviosismo. Sentía que cometería algún disparate y que quedaría en vergüenza delante de él. Simplemente no tenía valor suficiente para...
— ¡Hinata-sama, cuidado! — Ko alcanzo a tomarla por los hombros antes de que cayera abruptamente al suelo.
— ¡Ko! — exclamo aliviada al no haber caído — ¡Mu-muchas gracias! — exclamo mientras se para bien.
— No hay de que — respondió con simpleza y serenidad —. Pero, dígame ¿Qué hacía corriendo por los pasillos?
Hinata tragó saliva y miro hacia otro lado, incapaz de decirle que los padres de Naruto la estaban persiguiendo para que diera un discurso que no quería dar por cobarde.
— Y-y-yo — miro al suelo con tristeza —… tengo miedo Ko — confesó, sintiendo que si no lo sacaba de su interior explotaría en cualquier momento —. Temo en defraudar a mi padre, en defraudarlos a ustedes...
— Hinata-sama — articulo con voz comprensiva y puso su mano sobre el hombro de la chica de metro sesenta —, en ningún momento usted nos podrá defraudar. Confiamos en usted y diga lo que diga nosotros estaremos orgullosos de sus palabras. No tiene que ponerse nerviosa, todo el mundo la apoya y yo también la apoyo. Estoy seguro de que lo hará genial — le sonrió sutilmente mientras Hinata lo miraba con impresión y agradecimiento.
Aunque ya muchas veces Ko le había dicho ese tipo de cosas, ella nunca dejaba de sorprenderse ante la efectividad de sus palabras. Sin duda la había hecho sentir mejor.
— Muchas gracias, Ko.
— Gracias a usted por confiar en mí y decirme lo que le afligía, Hinata-sama — acarició sutilmente su cabeza y después recobro su compostura serena y casi inexpresiva —. Es hora de su gran discurso, así que apresure su paso. Eso sí, no corra o podría caerse.
Hinata asintió con una sonrisa, sintiéndose más segura de sí misma. Le dio una leve reverencia al castaño antes de apresurar su paso hacia el jardín de la mansión. Mientras tanto, Minato, Kushina y Ko miraban con orgullo a la chica.
— Se que hará un gran trabajo, Hinata-sama — susurro al viento el castaño antes de caminar lentamente hacia el mismo lugar por donde se había ido la Hyuga.
Continuará...
N/A: Holiwis, aqui esta tipa con una nueva historia siendo que aún tiene historias pendientes. Lo lamento, pronto actualizare las que me faltan. Ya había explicado que cuando se me mete una idea en la cabeza no sale hasta que me pongo en marcha para darla a conocer al mundo. Espero que les guste, ya que a mi parecer es una trama interesante, la cual, se me ocurrió ya hace tiempo. Ustedes diganme en los Review si quieren que la siga o no ;) ¡Nos leemos!
