A/N: Antes de empezar, comunico que esta historia pertenece al usuario de "upback" que, por motivos personales ha tenido que dejar inacabada y que me traspasa para que pueda continuarla haciéndole los cambios que pueda necesitar a la base ya escrita de la historia.

Capitulo 1: Chosing The Legend

Inferno

Las llamas familiares que rodeaban el trono del gran dominador se alzaban a su alrededor como un baile furioso y lo más hermoso que alguna vez había visto tras años de cansada tortura, sangre y destrucción.

Aquella casa a la que le habían condenado muchas veces era más de lo que podía soportar, pero este era su hogar, como Phoenix había nacido para servir siempre a quien eligiera, fuera del lado de la bondad o del lado de la bondad.

-¡Detenedlo!

Miro hacia los lados de su preciosa celda de llamas, buscando a quien osaba adentrarse en sus dominios y obligaba a sus pobres guardianes a detenerlo. Sintió las carreras y cerró los ojos dolorido cuando la sangre salpico sus paredes.

Están matando a mis guerreros.

Las llamas se encendieron con su furia, quien quiera que fuera el causante de todo aquello merecía morir como solo se podía morir en el Inferno, torturado hasta pedir la muerte tu mismo y condenado a vagar por la eternidad alrededor del mundo de los humanos.

-¡Phoenix! ¡Debes salir de aquí!

Unos de sus más fieles guerreros, alguien al que consideraba un hermano a pesar de no ser nada apareció por la sala principal, corriendo y con evidente angustia, la sangre golpeaba su armadura mientras se acercaba a él con tono suplicante.

-¡Sal de aquí, amigo! ¡Busca otro lugar!

Phoenix negó con la cabeza aún cuando su amigo le cortó las cadenas, dándole la opción que muchas veces él había pedido hasta el cansancio, sus alas se abrieron de par el par mostrando las heridas que los años le habían hecho pero aún así se negó a moverse.

-¡Vete de aquí!

Phoenix volvió a negarse haciendo que su amigo se colocara a sus patas y acariciara una de sus alas doloridas con cariño.

-Tienes que irte o todo estará perdido.-dijo el muchacho.-...tú eres bueno, debes servir al bien.

Pero tú morirás si me voy y yo no quiero eso.

-No te preocupes por mi.-contestó.-...estaré bien, busca a alguien que valga la pena y concedele tu poder antes de que sea demasiado tarde y él domine la Tierra.

¿Quien es él?

-¡Phoenix!-escucho cerca de ellos.-...¡vas a ser mío!

El muchacho miro a Phoenix una vez más suplicándole al animal que se marchara, esta vez, consiguiendo que el testarudo ave le hiciera caso.

-Buena suerte, compañero.-dijo el muchacho.-...se libre.

No te olvidare nunca, Thobias.

-Yo tampoco, Phoenix.

Las puertas finales se abrieron, enfrentando a la criatura con forma de lagarto y ojos de sangre con el único humano en Inferno que había sido amable con él.

-Tú, estupido insolente.

-No lo tendrás, Xytar.-dijo Thobias.-...jamás dejare que le hagas daño.

Miro una vez hacia arriba, donde Phoenix los observaba con preocupación y sonrió a su amigo levantando una mano en forma de despedida mientras Xytar corría hacia él.

Te vengaré, Thobias, te lo juro.

. . . . .

Reffside, 2013

Conner Mckight bajó del autobús respirando el aire fresco de su ciudad natal, Reffside. Él era de aquellos pocos que había conseguido irse de allí para disfrutar su vida como jugador de fútbol profesional y ahora, después de una dura temporada y los constantes recuerdo de aquel lugar, había decidido tomarse unos meses de vacaciones para volver y hacer unas cuantas visitas.

-¡Conner Mckight!

-¡Míralo, míralo!

-¡Es mi ídolo!

Todas las voces que le rodeaban le hacían sonreír y amablemente se paraba con la gente a hacerse fotos y firmar autógrafos, incluso a aquellos que recordaba diciéndole que no llegaría jamás a nada más que a recoge pelotas.

-¡Hasta luego!

-Adiós y gracias.-contesto Conner.

Se despidió de sus fans que todavía lo saludaban mientras él se alejaba de la parada del autobús en dirección a su casa, sus padres andaban de viaje y ya era muy tarde para ir a visitar a Hayley así que decidió que lo mejor sería una noche de relajación antes de aparecer por el Ciber Café y tener ese café con Hayley que le había prometido por e-mail.

Y esa charla de la que no me voy a poder escapar...

Conner sacó su MP4 y se colocó los auriculares, el aparato procedía de la cadena de empresas técnologicas más importante del país, la "Enterprise" cuyo dueño era Ethan James, su mejor amigo en el instituto y en sus días de Rangers.

Rió al pensar en su situación, su mochila de fútbol estaba diseñada con los dibujos del famosisimo Trent Fernandez, sus botas eran negras con los cordones rojos, el talón era blanco y los tacos verde oscuro como recuerdo a su mentor, Tommy Oliver y las canciones de su MP4 eran de la estrella del pop-rock del momento, Kira Ford.

Mientras que ellos no saben nada de mi ni por mis propias palabras ni por Hayley.

Así lo había decidido después de una de sus noches donde la nostalgia lo había invadido más de lo normal, pensaba que era lo mejor ya que su carrera necesitaba todo su tiempo y jamás habría conseguido compaginarlo con ellos, por no hablar de una floreciente pero imposible relación entre él y Kira, sus mundos eran distintos y jamás lo podrían lo haber conseguido.

-Por mucho que me duela...-murmuro en voz alta.

Descubrir su amor por Kira le había llevado tiempo y mucho pensar, aunque finalmente Krista le había hecho ver quien era la persona que de verdad quería ver a su lado por mucho tiempo, aunque por desgracia, para cuando se había dado cuenta ya había sido demasiado tarde, Kira ya estaba fuera de Reffside realizando su sueño y no sería él quien le creara una distracción o un problema.

Un mes después, tras la ruptura con Krista, Hayley se había puesto en contacto con él para ver como estaba después de enterarse de su separación e invitarlo a Reffside cuando él necesitara aire fuera del ambiente de la fama y de paso, contarle como les estaba yendo a todos en sus proyectos, después ella le había dicho que intetaría hacer una reunión y le comentó las posibles fechas que había hablado con el resto.

Y ahí fue cuando supo que, por mucho que quisiera, su agenda nunca le dejaría hueco para nada más que no fuera el fútbol.

-¿Ninguna de las fechas te va bien?

-No, Hales...-susurro.-...pero no pasa nada, espero que os divirtáis.

-No será lo mismo sin tí.

-Lo mismo digo, nada es igual sin vosotros.

Dos meses después, Hayley le había llamado de nuevo y le había contado todo sobre la reunión, destacando sobretodo la parte donde todos le echaban de menos y recordaban las muchas bobadas que solía decir de joven sin saber que por al otro lado de línea, Conner sonreía mientras gruesas lágrimas adornaban su cara.

Ese mismo día fue el día que tomó la decisión y le comunicó a Hayley que no debía contarles nada sobre él ni lo que hacía, jamás debería decirles que él se comunicaba con ella ni como le iba en su vida y, a pesar de que ella no lo entendía, aceptó la petición solo por unas palabras que él le dijo antes de colgar.

-...cuando no puedes hacer las cosas que más deseas, debes dejarlas ir...-susurro.-...y a pesar de que me encantaría ir allí y disfrutar con todos, no puede ser. Hales, es mejor que se olviden de mi.

A partir de ahí, solo se comunicaba con Hayley de tanto en tanto y ella le contaba todo lo referente a los demás y a su vida mientras él escuchaba con atención y alegría cada palabra de éxito hacia sus amigos, luego él le contaba como iba su vida, como intentaba que su entrenador dejara de ser tan obsesivo con él y como le advertía de que si no lo dejaba descansar acabaría con él.

Justo lo que había conseguido al final de la temporada, a pesar de ser el pichichi de su liga y el campeón de liga de su país, el desgaste de Conner había provocado que el presidente del equipo actuara a su favor y le diera tres meses de vacaciones, haciendo así que descansara incluso la pretemporada.

-Tú juego es fantástico.-le había dicho.-...pero tú vida no es solo fútbol, ve donde quieras y te veo en Octubre.

Y allí estaba, justo donde quería, en su hogar.

. . . . .

Xytar bramó furioso en Inferno, después de matar a Thobias y a todos los guardias de Phoenix el ave se había escapado de él y con sus alas, habían volado también sus esperanzas de convertirse en el dios del universo.

A menos que fuera tras él a la Tierra donde la leyenda de sus guardianes, los Power Rangers, amenazaba con quitarle su magia y hasta su vida si finalizaba el plan que tenía en mente.

-Yo solo con este poder no podré hacer nada.-se dijo a si mismo.-...debería llamar refuerzos.

Necesitaba a enemigos poderosos, gente que odiara a esos terrícolas Rangers y pudiera vencerlos sin que él moviera un dedo, dejando a Phoenix a su disposición para cuando él quisiera, debía haber alguien que pudiera plantarle cara a los Rangers y él tenía que encontrar a esa persona.

-Señor...

El murmuro fue oscuro, poderoso, no tanto como él pero parecido provocando su interés en forma de llama que alumbrara a la persona que había hablado y sonriendo al reconocer a la demonio que se escondía tras las sombras.

-Bansheera.

-Xytar...-dijo ella.-...¿quieres ir a la Tierra?

-¿Como lo has sabido?

-El Inferno siempre tiene los oídos abiertos.-contestó ella con desdén.-...¿quieres o no?

-Si.

-Entonces escúchame, porque puedo ayudarte a cambio de mi libertad.

Xytar camino hasta el trono de Phoenix y se sentó en el esperando a la Reina Bansheera, la criatura más odiada incluso en el Inferno que podía encontrar pero a la vez, la única que sabía podía tener un plan para tener el poder que tanto necesitaba.

-Y según tu, ¿que debo hacer?

Bansheera camino hacia él, su cuerpo moviéndose con la gracia de una serpiente que amenazaba con morder en cualquier momento mientras lo rodeaba paseando y colocaba sus brazos alrededor de él.

-Si quieres ir a la Tierra, aquí están todos los enemigos de los Rangers.-dijo Bansheera.-...solo llévanos y los destruiremos.

-¿Cuantos?-pregunto Xytar levemente intrigados.

-Cientos que guerreros y monstruos a tu disposición.-susurro ella.

Xytar se apartó de ella bruscamente buscando la verdad en su cara y supo que era cierto, los Rangers tenían tantos enemigos como Phoenix y lo único que debía hacer era reunirlos a todos.

-Guíame hasta ellos, Bansheera.-dijo Xytar.

Y, con una sonrisa en sus labios, se dirigió a conocer a sus nuevos soldados, aquellos que le darían el dominio del mundo y del universo a cambio de sus vidas si era necesario.

. . . . .

Goldar, la bestia más temida durante siglos, ahora era reducida a comer carroña del Inferno acompañado de su adorada Vipra por las zonas más pobres de Inferno.

Su vida desde sus enfrentamientos con los Rangers habían sido tristes y aburridas, ya no tenía con quien pelear ni siquiera le servían los masillas o soldados que habían por la zona ya que eran demasiado fáciles para vencer.

-Cariño, no podemos pasarnos así el resto del esta miserable vida.

-Es lo que tenemos.-murmuro él.-...no podemos hacer más.

Él también estaba enfadado y mucho, le encantaría volver a la Tierra y enseñarles a aquellos idiotas quien era él y lo que podía hacer de verdad, sin seguir las ordenes de Zedd y Rita.

-Ahí están.

Goldar y Vipra giraron su mirada hacia Bansheera quien estaba acompañada de un monstruo que solo por su poder parecer mucho más de lo que ellos serían jamás. La mirada fría de Xytar se clavó en los dos sirvientes del mal mientras una pequeña y maliciosa sonrisa se formaba en su boca.

-El dorado.-dijo Xytar.-...ese quiero que me acompañe ahora.

-¿Estas seguro?-pregunto Bansheera.

-Si y ahora, reúne a los demás.-dijo Xytar.-...usaré mi magia para salir y conquistar la Tierra mientras vosotros destruis a esos humanos.

Bansheera asintió con una sonrisa y rápidamente llamó a Vipra a su lado dejando solos a las dos bestias que se miraban sin mucha confianza.

-¿Porque debería servirte?-pregunto Goldar.

-Porque yo puedo sacarte de aquí.-contestó Xytar.-...es lo que quieres, ¿verdad?

-Si, pero no se porque te importa.

-Porque...-susurro Xytar.-...os necesito para matar a los Rangers.

Los ojos de Goldar se abrieron de par en par como si acabaran de darle una gran sorpresa y sonrió, como si aquel tipo de verdad fuera a conseguir lo que nadie más había podido hacer.

-¿Y que tenemos que hacer?

-Ir a la Tierra...-dijo Xytar.-...y hacernos con los poderes del Inferno que tiene Phoenix.

Y entonces, la Tierra y todos sus habitantes, Rangers incluidos estarían bajo su mando y poder para toda la eternidad.

. . . . . . . .

Conner decidió hacer el camino hasta su casa a pie, necesitaba relajarse y tomar aire fresco de su hogar mientras pensaba en lo mucho que lo había echado de menos. Había sido el primero de ellos en salir, como quería, en busca de un futuro mejor y al final, se había dado cuenta de que la verdadera felicidad había estado allí con él durante sus años de adolescente, con sus amigos y sus aventuras.

-Pero como todo, aquello tenía que acabar.-murmuro para si mismo.

El callejón del parque detrás de su casa era justo como lo recordaba, incluso el viejo tobogán con el que jugaba de niño seguía allí esperando para ser otra vez utilizado.

¡Ayuda!

Conner se giro sobre si mismo al escuchar la voz que provenía desde el interior del parque, parecía angustiada y deprimida haciendo que sus instintos como Ranger se activaran y la necesidad de proteger a aquella persona creciera en él.

-¡Ya voy!

¡Date prisa!

Tiro su mochila al suelo y corrió hacia el lugar de donde venía la voz, pero al llegar descubrió que nadie lo esperaba, en su lugar, un ave transparente y roja lo esperaba tumbado en el césped, sus ojos parecían cansados y estaba herido, respirando de manera inusual.

-¿Estas bien?-pregunto Conner.

Estoy cansado, a sido un viaje largo.

Conner podía decir que decía la verdad, se acercó hasta él con cuidado observando las heridas en sus alas y sus ojos se ablandaron ante el pensamiento de lo que podía haber pasado con el pobre animal.

-Voy a por algo para ayudarte.

Vio la mirada desconfiada del animal pero decidió no hacerle caso, pues ahora lo que necesitaba era ayuda y no que lo dejaran allí solo, volvió de nuevo a su mochila y sacó el pequeño kit de emergencia que siempre llevaba con él por sus lesiones para volver minutos después con el ave herida.

-Vale, no se si esto te ayudara, pero vamos a probar, ¿de acuerdo?

Vale...

Conner saco un pequeño bote de alcohol y gasas, echando un poco del contenido del bote en una de ellas para después presionar las gasas sobre las heridas de las alas del ave, que apretó los ojos como gesto de dolor.

-Tranquilo, es solo un momento.-dijo él.

Eso es fácil decirlo, escuece.

-Lo se, créeme.-dijo Conner.-...ahora voy ponerte una crema para relajar la hinchazón y luego vendaré las alas, tardarás en volver a volar un poco pero te pondrás bien...creo.

Phoenix miraba al humano hacerse cargo de él, a pesar de que no sabía que era y que podría ser un peligro ahí estaba, curando sus alas para que pudiera volar lo antes posible mientras él descansaba en el fresco césped del parque.

Te pareces a un viejo amigo mio.

-¿Si?-pregunto Conner.-...bueno, entonces no estarás tan incomodo.

Y la verdad era que no lo estaba, la apariencia fisica del muchacho era muy parecida a la de Thobias, solo que este último tenía el pelo más largo mientras que el joven que ahora veía tenía el pelo algo más corto pero por lo demás, eran de lo más similar.

Hasta en la forma de tratarlo.

-Esto ya esta.-dijo Conner atando la última venda.-...¿sabes donde puedo llevarte para descansar?

No conozco la Tierra.

-Esa me la esperaba...-murmuro Conner.-...podrías venir conmigo, mis padres no volveran hoy y mañana buscaremos algún otro sitio, ¿de acuerdo?

De acuerdo, joven.

Conner rió mientras guardaba sus cosas de nuevo en el botiquín y en su mochila, la formalidad del ave le hacia parecer más mayor de lo que se sentía y recordó en el tiempo donde había pensado en tratar a Tommy Oliver de la misma manera.

-Soy Conner.-dijo él.-...Conner Mckight.

Encantado, Conner. Yo soy Phoenix, por si no lo habías notado.

Conner asintió caminando junto con él ave hacia su casa, que fuera tan tarde le daba la opción de no tener que esconderlo y en cierta manera agradecía la noche para poder moverse con aquel animal por las calles de su ciudad tranquilamente.

-Y dime, Phoenix, ¿de donde vienes?

De Inferno, en el subsuelo.

Conner se detuvo en sus pasos y miro al animal que parecía recordar algo doloroso ya que su mirada estaba agachada y su pico se abrió levemente para soltar un suspiro.

-¿Inferno?

Soy la representación del poder, hace mucho tiempo me secuestraron y torturaron para que les diera fuerza para dominar al mundo, pero negué y he vivido toda mi existencia entre cadenas, solo con la amistad de Thobias, el amigo del que te hablé y que murió por hacerme libre.

Conner podía sentir las ondas de pena y dolor venir del animal decidiendo que si fuera malvado, no tendría ni un gramo de dolor en su cuerpo, además, el ave parecía sincero y tan solo como él mismo se había sentido alguna vez.

-Siento lo que te paso.

No te preocupes. Ahora un tipo llamado Xytar quiere mi poder para dominar el universo y he venido a la Tierra buscando a alguien para darle mi fuerza y destruirlo salvando así toda la vida que conocemos.

-¿Has encontrado ya a esa persona?-pregunto Conner.

Quizá...

De pronto, Phoenix se detuvo y miro a sus lados sintiendo la oscura energía de Xytar cerca de él, pero no venía solo, había traido un enemigo también temible.

-¿Que pasa?

Xytar esta aquí, tenemos que irnos.

-¿No podemos pelearlo?

No a menos que me una a ti, pero esa unión podría matarte si abusas demasiado de mi poder y entonces, nada podría salvar el universo.

-Mira que agradable sorpresa, Goldar.-murmuro una voz delante de ellos.

Conner reconoció al tipo que andaba con el tal Xytar en seguida, Goldar era uno de los villanos a los que su mentor se había enfrentado siendo más joven, cuando Rita y Zedd atacaron la Tierra para dominarla.

-Goldar.-dijo Conner.

-¿Y tu de que me conoces?-pregunto la bestia.

-Soy un Ranger.-murmuro Conner.

Goldar ardió de furia, aquel muchacho lo conocía y era un Power Ranger además tenía la misma mirada cargada de sinceridad y nobleza que una vez había tenido uno de sus peores enemigos, el Ranger Verde que luego fue el Ranger Blanco.

Thomas Oliver.

Conner, no les provoques, parece que la bestia tiene serios problemas con los Rangers y si eres uno...

-Que venga.-dijo dejando su mochila en el suelo.-...estoy listo.

Sonrió sintiendo su cuerpo cargado de energía como nunca antes, Conner sabía que ya no tenía la misma fuerza de antes, ni siquiera tenía su poder de la dino gema pero su voluntad era fuerte y tendría que vale para esta batalla.

-Goldar, todo tuyo.-dijo Xytar.

La bestia sacó su espada con un grito de furia y se lanzó a por Conner y cerró los ojos a la espera del ataque y cuando por fin su espada comenzó a bajar, Conner se apartó dándole una patada en el estomago y saltando sobre si mismo para alejarse de él.

Goldar caminó unos pasos hacia atrás, ofendido hasta el extremo volvió a la carga con otro golpe que Conner apenas esquivo esta vez devolviéndolo con un puñetazo en la cara.

-Casi no he perdido la forma.-sonrió Conner.

Phoenix lo miraba sorprendido de que un humano pudiera pelear de esa manera, esquivando por segundos y devolviendo el golpe obligando a su oponente a caminar hacia atrás y dándole tiempo de recolocarse. Pero aún así, podía sentir que a Conner le faltaba algo o mejor dicho, alguien en aquella batalla.

-Parece que todo lo tengo que hacer yo.

La voz de Xytar obligó a Phoenix a mirarlo para ver como levantaba sus manos en el aire y, al mismo tiempo, a Conner también lo alzaba del suelo sin que el muchacho pudiera hacer nada.

-Ahora, Goldar.-dijo Xytar.-...mátalo y acabemos con esto.

Goldar sonrió mientras Conner luchaba sin éxito por liberarse de la trampa de Xytar, empuño su espada y con un grito de guerra se lanzó a por el muchacho directo a darle su golpe final.

¡No! ¡Conner!

Phoenix intentó moverse pero las heridas lo obligaron a detenerse y mirar con horror como la espada atravesaba el estomago de Conner Mckight con fuerza ante la mirada complacida de Xytar y las risas de Goldar.

Tengo que hacer algo...pero...

-Phoenix...-susurro Conner.-...vete...

El ave miro a Conner bajando al suelo, la espada de Goldar salió de él con la misma fuerza con la que antes había entrado y ahora el muchacho se desangraba sin que él pudiera hacer nada, justo como había pasado con Thobias.

Otra vez...no...

-Huye...-murmuro Conner antes de cerrar los ojos.

El cuerpo de Conner se quedo paralizado mientras una lágrima caía por la cara de Phoenix haciendo que sus dudas sobre la unión con el humano desaparecieran tan rápido como lo había hecho su vida.

Tú eres mi elegido para llevar los poderes del Hell Ranger, Conner Mckight.

Xytar miro al Phoenix ahora con cierta sorpresa mientras el ave desplegaba sus alas y lanzaba su grito al aire convirtiendose lentamente en polvo rojo que entró en el cuerpo de Conner aún cuando este no se movía.

-¿Que esta tramando?-pregunto Goldar.

-Esta uniéndose al humano.-dijo Xytar don desgana.-...ahora para obtener su poder tendré que eliminar al humano totalmente.

Xytar alargó su mano creando una bola de fuego entre sus dedos, listo para eliminar el cuerpo de Conner Mckight de la faz de la Tierra y por fin, llevar a cabo el plan que llevaba tanto tiempo creando.

-Adiós, humano.-murmuro.

Lanzó la bola de fuego que impacto en el cuerpo de Conner envolviéndolo en llamas mientras Xytar miraba tranquilamente con Goldar a su lado que esperaba ver que iba a pasar después de que el cuerpo se consumiera.

Levántate ahora, Hell Ranger.

Conner abrió los ojos sintiéndose muy distinto a lo que era antes, las llamas envolvían su cuerpo pero no le quemaban, era más como si fueran parte de él y le estuvieran curando las heridas.

Ahora estoy unido a ti, Conner. Úsame para vencer a Xytar y a Goldar.

El muchacho sonrió y con un movimiento de su mano hizo que las llamas desaparecieran mostrándose ante las dos criaturas que lo miraban cargados de sorpresa y algo de temor.

-No es posible.-dijo Goldar.-...te maté.

-Mala suerte, bestia.-dijo Conner.-...soy muy resistente.

Movió su mano hacia Goldar que fue lanzado lejos de Xytar hacia unas cajas con las que chocó duramente mientras el joven se centraba totalmente en la criatura que tenía frente a él.

-¿Crees que por eso me ganaras?-pregunto Xytar.-...¡voy a dominar el universo empezando por la Tierra!

-Seguro...-murmuro Conner.

Xytar levantó su mano al mismo tiempo que Conner y las dos energías chocaron haciendo que los dos tuvieran que retroceder algunos pasos pero sin dejar de mirarse a los ojos.

-Esta vez se quedara así, Ranger.-murmuro Xytar.-...pero dentro de poco llegaran refuerzos y la Tierra será mia.

-¿Refuerzos?-pregunto Conner.

-Ya lo verás.

Xytar miro a Goldar y con un chasquido de dedos los dos desaparecieron del callejón dejando a Conner otra vez solo con Phoenix dentro de él, algo nervioso.

-¿Pasa algo?

Creo que Xytar tiene un plan, deberíamos ir a un lugar tranquilo para investigar. No me a gustado nada la seguridad que tiene con que va a dominar la Tierra, se que esta tramando algo y quiero saber que es cuanto antes.

-Asumo que no es mi casa.-murmuro Conner.

No, vamos a ver a Ninjor, un viejo amigo mio y de los Power Rangers, él sabrá que debemos hacer y lo que esta pasando.

Conner suspiro cerrando sus ojos mientras sentía la energía arremolinarse alrededor de él y en un segundo desaparecer de Reffside dejando solo tras de sí su mochila, el MP4 y la charla pendiente que debería tener con Halyley al día siguiente.