Mi primer James Lily. Espero que os guste. Es un poco UA, por lo que todo es posible. Si no os gusta no leais.
Just attraction
Tres meses después de aquel pequeño "incidente" se arrepentía como nunca jamás en su vida. No podía negar que se lo había pasado en grande durante toda la noche, pero por aquel entonces, su problema, había aumentado de volumen. Y el problema de sus amigas también.
Todo empezó el 31 de Octubre de ese año, cuando ella cursaba séptimo curso...
Una muchacha muy bella, de diecisiete años bajaba la escalera del Vestíbulo.
Era alta, delgadísima, pero con un cuerpazo lleno de curvas, voluptuosas e insinuantes. Las piernas sobresalía de una pequeñísima y corta falda de los colores de Gryffindor, su casa, y un generoso escote se entreveía a través de la ajustada y medio desabrochada camiseta del uniforme. Pero, lo que más resaltava en esa muchacha, era su sedosa y brillante melena roja, a la vez que unos brillantes y hermosos ojazos verde esmeralda.
Pero, la pobre muchacha lloraba, despechada. Acababa de encontrar a su novio, tirándose a una criatura de segundo curso. Eso había sido muy bajo por ella, así que lo había dejado al momento.
Continuó su camino hasta que llegó a los jardines del colegio, donde deberían estar sus amigas. No quería contarles lo sucedido, pero con ellas se sentiría mejor.
Alice Stanford y Mary McDonald la vieron llegar y se levantaron, para acercarse a ella.
La primera era rubia, con perfectos bucles hasta media espalda, algo más bajita que Lily, pero con unas curvas todavía más sensuales y probocativas, unos ojos azules como el cielo, y unos lavios rosas luminosos. Era dulce, como el azucar.
La segunda, era tan alta como Lily, pero todavía más delgada, con una silueta muy estilizada. De cabello azabache, ondulado, ojos grisaceos y unos lavios curvados y carnosos, de color carmín. Era peligrosa, como una visión prohibida.
Las tres eran conocidas en Hogwarts por su belleza incomparable, la mitad de los alumnos babeaban por sus traseros, pero solo la primera, la muchacha pelirroja, lucía por su inteligencia.
Cuando vieron llegar a la muchacha, con los ojos anegados de lágrimas, se preocuparon y se acercaron a ella.
-Cielo¿Qué te ocurre?- le preguntó con voz suave, claramente preocupada Alice.
Ella no pudo responder, solo se abrazó a ella. Mary, imaginó lo sucedido y habló.
-¿Ha sido ese capullo, verdad?- inquirió, con una voz libidinosa, siempre suya- ¿Qué te ha hecho?
La muchacha se mordió el labio inferior, preocupada. Sabía que Mary estaba al corriente de las palizas que le había pegado su ahora ex-novio a la muchacha, y si sabía que ahora le había metido los cuernos con una criatura, iría a matarlo. Pero no había vuelta atrás.
Le contó a sus amigas lo sucedido, y ellas escucharon atentas. Al terminar, solo pudieron abrazar a su amigas, hasta que ella dejó de llorar.
-¿Te sientes mejor?- le preguntó Alice, con una amable sonrisa.
La muchacha asintió, y todas tres se dirigieron en silencio hasta la sala común de Gryffindor, pues se había hecho muy tarde, y faltaba poco para el toque de queda.
Al llegar allí encontraron la sala llena a revosar de alumnos ¡¿Cómo se habían olvidado de que esa noche era Halloween?! Mary y Alice intentaron convencer a la pelirroja para que se quedara a festejar con ellas, pero ella se resistía. Entonces, una vos masculina la llamó.
-¿Lily?- le preguntó un muchacho de cabello pajizo, algo despeinado, rostro dulce y mirada dorada- ¿Qué te sucede?
Corrió hacia ella, entre el tumulto de gente, y la muchacha se lanzó a sus brazos. Remus Lupin era su mejor amigo, a él no podía esconderle nada.
Tras contarle la historia, que también fue escuchada sin molestia de Lily por los cuatro amigos de Remus, otro chico habló.
-Que le follen a ese capullo- dijo una voz a la derecha de Lily.
Ella se volteó para encontrarse con James Potter, moreno, musculoso, con una amplia sonrisa pícara y unas gafas que le daban un aire estudioso, aunque no lo tenía.
-Vente de fiesta con nosotros- propuso otra voz a su izquierda.
Sirius Black, elegante, aristócrata, de rostro fino y frágil, profundos y misteriosos ojos grises, y oscura cabellera negra.
-¡Venid todas!- exclamó el tercer amigo de Remus.
Pequeñito, rubio, pero no menos atractivo que sus amigos, Peter Pettigrew enternecía a cualquier chica con una simple mirada.
-Pero, si venís- dijo la última voz-, debéis estar dispuestas a todo¿Qué nos decís?
Frank Longbottom, el más mucsuloso y cuadrado de todos, los miraba con una sonrisilla provocativa y lujuriosa.
Lilianne Evans, la muchacha despechada, sabía como eran los juegos de sus compañeros de casa, sabía que seguramente infringiría muchas normas del colegio, que si su madre supiera lo que estaba dispuesta a hacer la metería en un convento, pero, sobretodo, que si no iba, se arrepentiría.
Miró a Alice y a Mary. La primera dudosa, escondiendo una mirada de curiosidad, la segunda con una mirada llena de lujuria.
-Venimos con vosotras- dijo, entregándole una mano a James Potter, y la otra a Sirius Black.
Las llevaron a algún lugar del séptimo piso, en la oscura noche, sin hacer ruido. Vio como James Potter daba unas tres vueltas delante de un tapiz, que se convirtió en una puerta, por la que pasaron los ocho leones.
Y ella, boquiabierta, encontró una extraña sala, imposible de imaginar en el castillo.Estaba casi a oscuras, pero se podían apreciar tres cómodas camas, con sabanas de seda roja, grandes almohadones blandos, separadas por dos biombos de una rejilla dorada. El resto de la sala estaba decorada con almohadas de colores rojizos, rosados o dorados, llena de cortinas de tul semitransparentes de los mismos tonos, embriagada por una frangancia entumecedora y excitante.
Sin decir palabra, los muchachos les entregaron a las tres chicas diferentes piezas de ropa, y las condujeron hacia un tercer biombo, más tupido, donde se cambiaron.
Alice se puso su prenda, un tanga y un babydoll azul celeste, como sus ojos; Mary unas bragas tipo culotte y unos sujetadores de fantasia, negros; y Lily, unas bragas y un camisón que apenas le llegaba hasta por dejabo del trasero de un tono rojizo, como su cabello, semitransparente.
Las tres muchachas, entendiendo el juego que les proponian, se dirigieron hacia las tres camas, de derecha a izquiera, Alice, Mary y Lily. La pelirroja se tumbó en la cama, mirando el techo, donde miles de estrellas doradas brillaban al son de una suave música.
Al poco rato, escuchó com Frank Longbottom hablaba con Alice. Se imaginaba la escena.
Su amiga rubia, siempre había estado enamorada de ese muchacho, ahora sus sueños se convertirían en realidad. Él sería su primer hombre. Imaginó que el muchacho le susurraría palabrejas tranquilizadoras, mientras sus grandes manos acariciaban los generosos senos de su amiga, excitandola. Cómo luego, le arrancaria el babydoll, siguiendo acariciando sus pechos, mientras la besaba. Cómo le quitaría la minudez de tanga, y deslizaría un dedo hasta su entrepierna y...
Los gemidos de Alice empezaron a oirse por doquier, cada vez más potentes, más desgarradores, hasta que a ellos se juntaron los de Frank.
No supo cuanto rato habría durado aquellos, pero a Lily se le hizo eterno.
Mientras Frank y Alice seguían con lo suyo, fue el turno de Mary. Escuchó los pasitos de Peter Pettigrew, acercándose a ella. La imaginación de la pelirroja se desató otra vez.
Antes de que el rubio hubiera podido percatarse, Mary se habría sentado en zancadillas encima de él, para luego empezar un movimiento balanceante que lo volvería loco. Mientras, él la tocaba, por donde podía, la agarraba con fuerza a él, le arrancaba la ropa, antes de desnudarse él, voltearla, hacer que levantara el trasero, y...
Esta vez, los gemidos de Mary, más cercanos que los de Alice, se oyeron por toda la sala.
Ahora sería el turno de Lily.
Pero había un pequeño error de cuentas. Si Frank y Peter estaban con Alice y Mary¿Con quién le tocaría a ella? Quedaban Potter, Black y Lupin. Por el biombo, aparecieron los tres muchachos, vestidos aún con los pantalones. Potter la miraba divertido, Black lascivo, y Lupin embelesado.
Con un rápido salto, Potter subió a la cama y le vendó fuertemente los ojos a la muchacha, ella sonrió; unas manos frías, que solo podían pertenecer a Black, la hicieron estremeder mientras le quitaban el camisón; otras manos, cálidas y cuidadosas, las de Lupin, la despojaron con timidez de sus bragas.
Y allí empezó su perdición.
La lengua jugetona de Potter entró en su boca, bailando una danza infernal con la suya, mientras el cuello de Lily se retorcía hacia atrás para poder abastar más del moreno; las manos frías empezaron a acariciarle la espalda, desde los hombros hasta la cintura; las manos calidas jugaban con sus dedos de los pies, dandole caricias mientras subían lentamente por las piernas.
Las fuertes manos del moreno la obligaron a voltearse, sin dejar de besarla, apoyada en sus rodillas y sus brazos tendidos; notó como un cuerpo de se metía por debajo de ella y las manos frías volvieron al ataque, acariciandole los pechos con fruición; por detrás, las manos cálidas jugaban con sus nalgas, firmes y suaves, haciendo larga la espera deseada por la entrepierna de la muchacha.
El moreno la obligó a bajar, hasta que se encontró con su entrepierna, dura y caliente. Ella misma le bajó la cremallera del pantalon y los calconcillos, para empezar a lamer con deleite.
Al bajar, sus pechos quedaron justo encima de la boca del muchacho de manos frías, momento que el empezó a lamer y a mordisquear sus pezones.
El tercer muchacho, no pudo resistir más la tentación, y tres de sus dedos entraron con fuerza por el sexo húmedo de la pelirroja.
Gimió, ante aquel contacto. Y eso fue el detonante.
Potter presionaba la cabeza de la pelirroja contra él, quien gritaba de placer, mientras Black la penetraba por delante y Lupin por detrás.
Cada vez aumentaban más la velocidad, los cuatro estaban más mojados, y unas fuertes palpitaciones se apoderaban de ellos, cada vez más fuertes, más locas, más calientes.
Y los cuatro llegaron al orgasmo a la vez, corriendose descaradamente todos en Lily.
Y ahora, tres meses después, se arrepentía de que esa atracción por lo prohibido la hubiera dejado embarazada, a ella y a sus dos mejores amigas. ¿Qué hacer?
¡Reviews para saber vuestra opinión¡Si no os ha gustado prefiero no comentarios¡Gracias!
