Y otro más. Esta vez de otra de mis parejas favoritas más recientes. Es lo que tiene pasarse una noche roleandolos, les coges cariño.


·

Discusiones de matrimonio

·

-Esp'sa –dijo sobre él Suecia. El mayor le abrazaba, rodeando su cintura mientras el más pequeño estaba sentado entre sus piernas, mirando con ojo crítico su boina.

-No soy tu esposa –dijo de inmediato el finlandés sin apartar la vista de la boina. Estaba seguro de que se le había roto en alguna parte cuando se le había enganchado afuera en aquel árbol, pero ahora no encontraba en dónde había sido exactamente.

La réplica a Suecia le había salido tan automática que ni se volvió hacia él.

-L' er's –insistió el sueco, sin hacer caso a sus negativas. Ya debía ser la trigésimo novena, solo de aquella semana. Y estaban a miércoles.

-No soy tu esposa –repitió Finlandia-. Soy un hombre, no puedo ser tu esposa –trató de explicarle. Porque cuidasen a un niño y a un perro no significaba que fuera una "esposa" por mucho que se empeñase en ello el otro.

-L' er's –dijo otra vez. Finlandia suspiró entre sus piernas, negando de nuevo-. T' qui'ro c'mo a un' esp'sa –le respondió el sueco, mirándole fijamente.

Algo sorprendido por aquellas palabras Finlandia levantó la cabeza hacia él. El rostro del sueco estaba tan serio como siempre. Era imposible saber si mentía o no, pero Suecia no tenía costumbre de mentir.

No supo que responderle, notando que se sonrojaba. Inmediatamente los brazos de Suecia se ciñeron un poco más entorno a su pequeña cintura.

-Esp'sa –insistió. Esta vez no le replicó.