N/A: Buenas (: La verdad es que debería actualizar 'Hogar, dulce hogar', pero ayer vi El Viaje de Chihiro y estoy demasiado obsesionada ahora mismo. AMÉ la película con todas las letras, cada imagen, cada pasaje. Todo. Pero una escena que realmente me marcó, fue la del tren. No sé por que, pero me dan ganas de verla una y otra vez : D. En fin, pequeño y absurdo drabble sobre los pensamientos de Sen mientras va en el tren, camino a casa de la Abuelita.

Disclaimer: El viaje de Chihiro no me pertenece, es de Hayao Miyazaki y Estudios Ghibli.


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Chihiro no puede evitar pensar —¿o debería referirme a ella como 'Sen'?—, en que toda la situación es bastante absurda. Sentada en el vagón de tren, rodeada de espíritus tranquilos y silenciosos, la mole de metal corre sobre las vías que se hunden en el mar. El tren surca un azul profundo, y tan grande que parece no tener fin, ni horizonte alguno. Pues allí donde debiera separarlos una linea, los dos azules —cielo y mar—, luchan para entremezclarse sin contorno borroso que los pueda definir. Hay nubes suaves decorando la inmensidad, que luego reflejándose en el agua crean copias difuminadas. Bebé y el cuervo de Ya-babba se sientan en el alfeizar de la ventana, de espaldas a Chihiro, absortos por el paisaje. Para alguien como Bebé, que nunca ha salido de su cuarto, es maravilloso. ¡Cuantas cosas querría preguntar! Pero calla, básicamente, porque es un ratón.

En cambio, los pensamientos de Chihiro son muy dispares. Están plagados de miedo, dudas, de una soledad atroz que la carcome por dentro. De la horrible sensación que la invade, susurrándole con malicia 'Haku se va a morir', advirtiéndoselo una y otra vez. Le dan ganas de llorar, pero sostiene las lágrimas, pues debe ser fuerte. Haku la ayudó cuando nadie más lo hizo, y le dio una razón para seguir adelante. Así pues, es su deber responder a tal favor. Pero...hay algo más. Un sentimiento que la empuja a hacer tan largo y peligroso viaje.

No puede decidirse sobre el nombre del sentimiento, aunque su parte racional sería feliz llamándole 'amistad'. Sin embargo, su corazón es más violento. Entre el miedo que palpita va insistiendo con la palabra 'amor'. Es una palabra grande, dura, difícil, hasta complicada de entender a su edad, pero eso no impide que martillee su cabeza, buscando una respuesta. '¡Toc, toc! ¿Te gusta Haku?'. Recuesta la cabeza contra el vidrio traqueteante de la ventanilla, y cierra los ojos. Algunos pasajeros se bajan, moviéndose como sombras sin dueño, en silencio, y dejando el compartimento desierto a excepción de Sin Cara, Bebé, Cuervo y ella.

Todo está quieto.

¿Todo? No.

El tren avanza, imparable ante el infinito azul, dejando tras de sí, solo una estela de espuma blanca.


Bastante tonto, lo sé. Pero me da igual, y quería escribirlo, ala.

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