Shaman King ni sus personajes nos pertenecen, solo este fic que es un final alternativo ideado por unas fans, nos reservamos los derechos...
Disclaimer: (los personajes tienen 17 años, excepto Pilika que tiene 16 y Tamao que tiene 15, imagínense a todos ya mas crecidos)
: cambio de escena
"...": pensamientos.
Lo que puede hacer el amor "Una doncella y la descendiente"Dos largos años habían transcurrido desde que el torneo de shamanes había finalizado, desde la muerte de Hao Asakura, shaman cuya única menta era construir un mundo solamente con shamanes fuertes. Pero Yoh junto a todos sus amigos lo enfrentaron, y luego de una larga batalla, habían conseguido la victoria; y puesto a que el torneo fue cancelado y ninguno pudo convertirse en el shaman king, Yoh y sus amigos tomaron rumbos distintos, dispuestos a cumplir sus sueños ellos mismos.
Por una parte, Yoh y Anna volvieron a Fumbari, volviendo a su clásica rutina, claro estaba, con algunos cambios. Uno de ellos, fue que la pareja, luego de lo vivido en el torneo, comenzaron a demostrar mas lo que sentían el uno por el otro, demostrándose en cada momento del día lo mucho que se amaban, consiguiendo así, su tan deseada vida tranquila, llena de paz, siempre los dos juntos.
Por otra parte, Manta también volvió a Fumbari, sin ningún cambio en su vida, solo que ahora rendía exámenes para poder ingresar en la mejor universidad en Tokio, así poder asumir el cargo de jefe de "Oyamada company" en un futuro no muy lejano.
Mientras, Ryu apenas llego de Norteamérica recorrió con su moto junto a sus amigos todo Japón, en busca de su tan anelado lugar favorito; pero luego de un año volvió a Fumbari y comprendió que su lugar favorito estaba allí, junto a todo sus amigos. Por lo que se dispuso a abrir una tienda junto a su pandilla, en medio de la carretera, cerca de la ciudad de Fumbari; un lugar como en cierta ocasión le comento a Manta, donde venden alimentos y un refugio a todos los viajeros.
De Chocolove no se sabía mucho, dado a que se separo de sus amigos en Norteamérica, solo se sabía que el chocolatín trabajaba como comediante en un restauran, en el que al parecer le iba bien. Y Tamao se encontraba en Izumo, continuando con su entrenamiento para convertirse en una fuerte Onmyouji.
Por otra parte, Horo junto a su hermana, Pilika, volvieron a Hokaido donde construyeron con mucho esfuerzo, una extensa plantación donde los kropokus podían vivir tranquilamente. Mientras que Lisserg había vuelto a su país de origen, Inglaterra; al igual que Len que regreso a China.
En la bella Hokaido el sol comenzaba a hacer acto de presencia sobre las cabañas de la aldea de los Ainu, acompañado de una suave brisa refrescante, propia de la región. Los rayos de ese imponente sol atravesaron la ventana de una de las cabañas, posándose delicadamente sobre la piel blanca, como la misma nieve, que poseía una joven, de larga cabellera castaña; quien al sentir al sol, abrió perezosamente los párpados, rebelando unos bellos ojos profundos de color miel. Lentamente se levanto de su cama y se cambio su camisón blanco, por un vestido de color celeste cielo, con forma de solera en la parte superior y con signos de los Ainu bordados en la parte inferior.
- buenos días Luz –saludo la joven al hada que había ingresado a su habitación por la ventana.
- "buenos días doncella" –la saludo telepáticamente.
La joven se sentó en una silla frente a un inmenso espejo mientras que el hada comenzaba a cepillar su cabello y luego, hacía una pequeña trenza en uno de los dos mechones de cabellos que caían sobre su cara, terminándola con un bello lazo azul. Tsukasa Kouji, ese era el nombre de la joven doncella de los Ainu, quien desde que nació, fue escogida para convertirse en el sacrificio para el espíritu de la naturaleza al cumplir los 17 años, edad que cumpliría dentro de un mes. Tsukasa desde muy pequeña había sido entrenada para convertirse en una fuerte miko y para convocar las fuerzas de la naturaleza, pura en su totalidad, preparada para el sacrificio; pero la joven nunca había salido de su cabaña, por lo que no conocía la aldea ni a ningún humano, mas que sus padres.
Pero hoy, hoy sería diferente, hoy deseaba con toda su alma conocer la aldea, solo le quedaba un mes de vida y deseaba conocer y experimentar todo lo que en su vida no había echo, mientras era encubierta por su amiga de toda la vida, Luz. Así que, muy sigilosamente, se escabullo por los pasillos de su hogar, dirigiéndose a la puerta trasera, por donde salió rápidamente, y se introdujo al bosque para evitar ser atrapada.
Por fin sentía el césped en sus pies Sentía la brisa mezclarse con todo su ser! y el sol posarse cuidadosamente sobre todo su cuerpo!, por fin podía ver el mundo de un ángulo mas cercano que el de su ventana!.
- Es hermoso, nunca me dijiste que era tan bello el exterior, Luz –dijo, con una gran sonrisa la joven de ojos miel, al estar adentro del bosque.
-"Doncella camine con cuidado, no valla a pasar que se tropiece y se rompa un tobillo" –le dijo Luz algo preocupada.
-No te preocupes tanto Luz, yo estaré bien -.
-"Pero Doncella, usted no conoce estos lugares, es mejor tener cuidado" –dijo el hada.
-Te veo muy tensa Luz, tranquilízate, no creo que nos pase nada malo- exclamo Tsukasa, muy despreocupada, saltando en unas enormes raíces de árboles.
-"Doncella, hágame caso, si sigue así se cae…" –no pudo terminar su frase, ya que su querida Doncella se había tropezado con una de las raíces, y su cabeza se dio de bruces contra el suelo- "Se lo dije Doncella, de que tuviera mucho cuidado"
-Ay, Luz, eso me dolió mucho –dijo Tsukasa, levantándose y limpiando un poco su vestido.
-"Ha sido entrenada toda su vida para ser mas fuerte, pero nunca cambiara en lo distraída que es, sigamos nuestro camino Doncella, o es acaso que quieren que la atrapen" –dijo Luz acercándose a Tsukasa y posándose en su hombro.
-Esta bien Luz, lo que tu digas –y emprendió su camino.
No sabía a donde se dirigía, solo caminaba sin rumbo aparente, hasta que llego a una extensa plantación, que desde cualquier ángulo se notaba llena de vida, en ella habitaban miles y melis de kropokus, todos conviviendo armoniosamente, convirtiéndose en uno con la naturaleza de su entorno; nunca había visto nada tan maravilloso.
Recorrió cuidadosamente toda la plantación, observando detenidamente las actividades de los kropokus, como estos llenaban de rocio toda la plantación, sin siquiera notar su presencia. De repente, se detuvo súbitamente, al escuchar un casi inaudible sollozo, rápidamente busco a lo que provocaba aquel sollozo con la mirada, y lo encontró, a sus pies, una pequeña kropoku lloraba. Se puso a la altura de la kropoku y la tomo entre sus manos cuidando de no hacerle ningún daño.
- ¿que sucede linda? –pregunto Tsukasa con un tono dulce.
La kropoku volteo la mirada hacía la joven, y al ver su sonrisa llena de cariño y bondad, sintió una gran confianza hacía la joven. Luego, levanto su pie, revelando un pequeño raspón en el...
- ah, ya veo, te lastimaste –dijo la joven, por lo que obtuvo un movimiento de cabeza en forma afirmativa como respuesta –yo te curare - –pronuncio colocando su mano sobre el pie de la kropoku, de donde salió un destello- espíritu de la naturaleza, yo te invoco para que ceses el dolor de esta noble criatura.
Cuando el destello desapareció, la kropoku abrió los ojos y vio su pie dándose cuenta de que este ya estaba curado. Esto provoco que la kropoku sonriera abiertamente en forma de agradecimiento.
- me alegra de que ya estés bien -
- oye tú!!!! Que le haces a ese kropoku??!!! –grito de forma acusadora un joven de cabellera celeste, quien se iba acercando rápidamente a la joven, subido en una tabla de snowboard que levitaba.
Cuando el joven alcanzo a la doncella, la pequeña kropoku voló desde las manos de Tsukasa y se acerco rápidamente al peli-azul, comenzando a hacer muchas señas con las manos.
- ah, ya comprendo; con que esta joven te ayudo –dijo el muchacho observando fijamente a la castaña- perdón por acusarla sin ningún sentido, yo soy el responsable de estos kropokus por lo que debo protegerlos.
- no se preocupe, yo fui la que entre sin permiso, espero me disculpe joven.
- Que descortés he sido, no me presente. Mi nombre es Horo-Horo y esta pequeña kropoku se llama Kurapika.
- es un placer joven Horo, mi nombre es Tsukasa -- dijo la joven, inclinándose en forma de respeto al joven de cabellos celestes y luego vio a la pequeña Kropoku, dándole un calida sonrisa dijo- espero que ya te sientas mejor Kurapika.
El ainu no pudo evitar sonrojarse al ver la sonrisa de la joven, vaya que era bella!, y aunque no la conociera, el solo verla le llenaba el alma de paz, mientras que su corazón comenzaba a latir como nunca... ¿quien era esa joven?... ¿por qué, si pertenecía a los Ainu, nunca la había visto? ¿Qué eran estos nuevos sentimientos y sensaciones que recorrían su cuerpo?
En la mansión que poseía la gran familia Tao, se encontraba un joven, con el pecho al descubierto, todo cubierto de delgadas gotas de sudor a causa de el levantamiento de pesas que estaba realizando en una de las tantas salas de entreno que poseía la mansión. Luego de terminar con esto, se coloco una toalla alrededor de su cuello mientras que el espíritu de antiguo guerrero chino hacía acto de presencia frente a su amo.
- señoriíto, sus padres desean hablar de un asunto muy importante con usted y solicitan su presencia.
- muy bien, diles que voy enseguida Bazon.
- a la orden! –dijo el fantasma desapareciendo tan rápido como apareció.
El joven se dirigió hacía la sala de la mansión, donde lo esperaban sus padres... ¿de que querrían hablarle?... pues en realidad, no le importaba, mas o menos se lo imaginaba...
- hijo, siéntate por favor –le dijo su madre apenas ingreso a la sala, señalándole con la mano un asiento que se ubicaba frente a ellos.
- a que me llamaron –dijo el joven sin dar rodeos al tema.
- pues veras Len, hemos pensado cuidadosamente, y con tu madre creemos que ya es momento en que debes comprometerte –hablo su padre.
Lo sabía!, sabía que tarde o temprano llegaría ese momento! Todos en la familia Tao, como en la Asakura, eran comprometidos con algún shaman, para continuar la dinastía; él ya estaba preparado para eso, así que no se oponía, no le interesaba ese asunto del amor y el matrimonio en lo absoluto, por lo que con quien lo comprometieran sus padres, le daba igual.
- ¿y bien? –pregunto Len.
- pues... me imagino que has oído hablar de la familia Li.
- no, no conozco ningún Clan con ese nombre.
- pues veras, es una familia de shamanes, tan conocida en China como la nuestra, muy privilegiada y poseedora de grandes tierras. –le explico su padre.
- y, que tengo que ver yo con esa familia? –pregunto el joven Tao.
- pues veras, esta familia tiene una hija, Shaoling, quien podrá convertirse en tu prometida si así ambos lo desean.-dijo la señora Tao.
- a mi me da igual, si esa tal Shaoling, quiera ser mi prometida o no –dijo Len.
- eso lo sabemos, pero aún falta la decisión de ella. Esta noche, Shaoling vendrá a nuestra casa, para pasar un mes con nosotros, así puedan conocerse a fondo y poder tomar una decisión sobre el compromiso –concluyo En Tao.
- esta bien, me alistare, pero no prometo nada –dijo el chino, saliendo de la habitación, en realidad ese asunto no le interesaba en lo mas mínimo, nunca había creído que esa cosa llamada "amor" existiera, pero pronto lo descubriría y vería lo maravilloso que era.
Ya caída la noche, en la mansión Tao, resonaron las puertas principales indicando que las visitas habían llegado, un par de zombis abrieron las grandes puertas de madera, dejando ver a dos personas, un adulto y una jovencita, el señor En Tao y la señora Ran Tao, recibieron a los invitados y los guiaron hasta la sala principal, para poder conversar un poco.
En la sala principal se encontraba Len junto con su hermana, ella traía un hermoso vestido chino, color negro y con bordes rojos, mientras que Len tenía unos pantalones chinos color negro, y una camisa manga larga color verde aceituna; sus ojos dorados se posaron en la puerta, al escuchar que era abierta.
-Pasen por aquí, estos son mis hijos, Jun y Len –dijo En Tao, e invito a los invitados a que se sentaran cerca de su gran silla- espero que este mes te sientas a gusto jovencita –pronuncio dirigiéndole la palabra a la joven de cabello castaño claro, hasta los hombros y de ojos azules, vestida con un fino kimono sin mangas de color rosa que llegaba hasta debajo de sus rodillas, con una abertura que dejaba ver su cuello y también sus piernas, mientras que ambas eran cubiertas por una tela sumamente transparente, que en la parte inferior llegaba hasta el suelo, dejando al descubierto sus sandalias rojas y su tobillera; en la cintura se encontraba una gruesa cinta de color rojo sosteniendo el kimono y un collar era lo único que decoraba su cuello.
-Si señor, estoy segura que así será- dijo apresuradamente el hombre, de profundos ojos verdes y cabello azabache, que acompañaba a la joven Shaoling.
-Veo que, lo que me dijo tu madre, no era mentira, eres una jovencita preciosa –dijo encantada, la señora Ran.
-Muchas gracias por sus cumplidos señora Tao –dijo Shaoling, dándole una reverencia a la que vendría ser su suegra, si es que ambos descendientes de cada familia, aceptaban el compromiso.
Len, al ver a la joven, no pudo evitar quedarse con la boca abierta, su belleza era incomparable a las otras chicas que había conocido, y se quedo hundido en sus profundos ojos azules y claros como el mar al ella voltear y verlo a la cara.
-Usted debe ser el joven Tao Len- dijo la chica, acercándose a Len sin desviar su mirada.
-Si soy yo- pronuncio reaccionando de pronto para volver a la realidad, y fruncir el seño.
-Al parecer tendré que estar contigo en este mes antes de decidir nuestro compromiso –lo miro de arriba abajo, muy seria, y luego dijo- esperemos no tener problemas en este mes.
-Si, eso espero Li Shaoling.
-Muy bien, un banquete nos espera en el piso de arriba –dijo la señora Tao, entusiasmada al ver el primer contacto de su hijo, con su futura prometida.
-Vamos Len –dijo Jun Tao, a su querido hermano menor, el cual reacciono a los pocos segundos.
-Eh, si claro…ya voy –concluyo Len, algo distraído, para luego voltear y seguir a los demás.
En la colina Fumbari, se encontraba un joven de cabellos castaños y ojos negros, corriendo por el parque al atardecer, escuchaba música con unos grandes audífonos anaranjados y cargaba pesas en sus tobillos y muñecas, el chico se detuvo para tomar aire y se sentó en un banco.
-Amidamaru –llamo el chico, y al lado de el, apareció un espíritu.
-¿Si amo Yoh? –pregunto el samurai acercándose a su amo.
-Mientras corría, se me ocurrió, que podríamos invitar a todos para que se queden una temporada en la pensión, tengo muchos deseos de volver a ver a mis amigos –dijo Yoh
-Me parece una buena idea amo Yoh, pero… –el samurai lo pensó un poco y le dijo a su amo- ¿que pasara con la Señorita Anna?.
-De eso no nos preocupemos mucho Amidamaru, tratare de convencer a Annita que los deje venir.
-Amo Yoh no cree que podría convencerla dándole una rica cena esta noche –dijo el espíritu, al escuchar esto, el joven se levanto bruscamente del banco- ¿Qué sucede amo Yoh?
-Se me olvido comprar los víveres para la cena de hoy, Anna me matara si llego tarde, de seguro no aceptara mi petición T-T –dijo Yoh, muy exaltado- y ahora que haré.
-No es tan tarde amo, si se apresura lograra comprar todo para antes de que anochezca –dijo el espíritu, adaptando su forma al de una esfera
-Si, eso haré, andando Amidamaru –dijo emprendiendo rápidamente el camino, dirigiéndose al mercado más cercano.
A pesar de los años, Yoh no había cambiado en casi nada, seguía siendo el chico tranquilo y despreocupado que siempre pero una cosa si había cambiado y era que habían iniciado una nueva vida con alguien muy especial.
Después de comprar todo para la cena, Yoh se encamino para la pensión, al llegar allí escucho de la sala el ruido de la televisión, y se dirigió hacía allí.
-Ya llegue Anna –exclamo pasando por la puerta de la sala y yendo a la de la cocina a dejar todo lo que había comprado.
-Llegaste tarde –se limito a decir la rubia, que en sus brazos cargaba un pequeño bebe de cabellos amarillos iguales a los de ella- menos mal que Hana tomo su biberón, si no fuera por Tamao y por mi, este niño nunca comería.
-No digas eso, es que se me hizo tarde –pronuncio el castaño sentándose al lado de su querida esposa y de su pequeño hijo; el pequeño Hana se divertía al estar con sus padres y mas cuando su papa jugaba con él, a veces era muy tonto y distraído, como solía decir su mamá, pero lo divertía mucho- hola Hana, como estas? –ante la pregunta, el bebe le sonrió a su papá y este lo cargo.
-Distráelo mientras hago la cena –dijo saliendo de la sala y dirigiéndose a la cocina, mientras Hana e Yoh jugaban con una pelota roja
-Rueda la pelota hasta papá-dijo, pero el bebe no reaccionaba, solo se le quedaba viendo a la pelota, pero no se la daba- vamos Hana, dame la pelota.
Hana levanto la vista hacía su padre, y nuevamente la regreso a la pelota. Como se vería papá con la pelota incrustada en la cara? Pues... había una sola manera de averiguarlo.
- que haces Yoh? –pregunto su esposa al ingresar al comedor con una bandeja entre las manos.
- intento enseñarle a jugar a Hana con la pelota, pero es muy difícil.
- tenle paciencia, Hana todavía es un bebé.
Un poco mas, solo un poco mas y la pelota estaría en sus manos. Listo! Ya tenía la pelota! Ahora debía lanzársela a su papá!, pero.... donde estaba papá?
- vamos Hana, tu mamá quiere que nos demos un baño antes de la cena –exclamo el shaman tomando a su pequeño hijo entre sus manos; mientras que a este, por la sorpresa, se le cayo la pelota.
No era justo! El quería lanzarle la pelota a papá! Y ver como le quedaba la cara luego del golpe!! No era justo!
- pero que te pasa Hana-chan? Por que lloras –pregunto extrañado el castaño mientras su hijo lloraba sin parar.
Continuara...
Rocío: bueno, este es el primer capitulo y espero que lo hayan disfrutado, este fin lo escribo con mi gran amiga Tsukasa!
Tsukasa: hola! Esperamos que disfruten el fis y nos dejen muchos review onegai
Rocío: si no recibimos review no le vemos el sentido a continuar publicando.
Tsukasa: ahora la aventura comenzara, y esperamos que les guste.
Rocío: sin mas que decir, nos despedimos!
Tsukasa Li-JMS-02 y rocio-asakura
