Skinship
Resumen: Tal vez, sí Ohta fuera una chica, Shiraishi realmente tendría motivos para preocuparse de no tener una oportunidad con Tanaka.
Historia beteada por G. Mauvaise.
Sus ojos se entrecerraron ligeramente. Una mueca de disgusto empezando a formarse en su rostro, pero enseguida se corrigió y puso el mismo gesto gentil que siempre ponía cuando estaba en la escuela; aun así, sus ojos no abandonaron la escena frente a ella.
Ohta estaba terminando de poner una servilleta de papel en el regazo de Tanaka. Pero incluso aunque la mesa estuviera entre ella y esos dos, sus ojos pudieron ver con claridad la palmadita que el rubio dió a la pierna del apático chico. Ohta tomó los palillos de la charola de Tanaka y con cuidado se puso a separar el pescado de las espinas. Ella podía hacer eso por Tanaka, pero sería incómodo para todos en la mesa si se ofreciera a hacerlo; después de todo era Ohta quien siempre lo hacía.
Tomó sus propios palillos y empezó a comer su Kitsune Udon. Mordió sus palillos de madera… con fuerza.
Ohta estaba realmente alimentando a Tanaka en la boca. ¿No era demasiado? Posiblemente a Tanaka no le gustara que su mejor amigo lo alimentara en la boca. Seguramente preferiría que una chica linda lo hiciera, posiblemente su novia.
Sí él tuviera una, claro.
Pero Tanaka no lucía especialmente molesto. De hecho, parecía ligeramente satisfecho, mientras Ohta tomaba otra servilleta de papel y le limpiaba un poco de salsa de soya que había manchado la comisura de su boca. Ella podía hacer eso por él también sí tuviera la oportunidad, aunque claro, sería terriblemente vergonzoso hacerlo enfrente de todos en la cafetería, incluso sus amigos, pero si comieran ellos solos en algún lugar… Un sonrojo cubrió ligeramente sus mejillas y se concentró de nueva cuenta en su comida.
Mantuvo su mirada fija en su plato todo el tiempo que pudo, evitando mirar a Tanaka, en su lugar concentrándose en Miyano, que hablaba hasta por los codos como de costumbre, solamente sonriéndole a la pequeña chica de vez en cuando solo para mostrarse cortés.
La campana sonó y por reflejo se giró para mirar a los chicos sentados frente a ella: la cabeza de Tanaka estaba en el hombro de Ohta. Apretó los dientes, pero la risa de Miyano evitó que más pensamientos invadieran su mente.
—Realmente Ohta-kun y Shishou son muy buenos amigos —Shiraishi abrió los ojos como platos ante la palabra "amigos", luego una sonrisa apareció en sus labios casi imperceptiblemente. Tanaka no respondió —ni dió señales de haber escuchado—, pero Ohta le sonrió a Miyano.
Shiraishi no pudo ver segundas intenciones en su sonrisa realmente, y es cierto que ellos son buenos amigos. Tal vez, si Ohta fuera una chica, Shiraishi realmente tendría motivos para preocuparse de no tener una oportunidad con Tanaka.
Una sonrisa llena de confianza apareció en su rostro, y tomó la bandeja de su almuerzo para luego ponerse de pie con la intención de entregarla. Al girarse, la mano de Ohta se deslizó lentamente en la mano de Tanaka, y el perezoso chico restregó lentamente cual gato mimado su cabeza contra el hombro en el que descansaba.
Era agotador siempre estar cuidándose de los agudos ojos de Shiraishi…
Lenta, pero constantemente estoy escribiendo sobre ellos. El OhTana es precioso, ya saben.
¡Besos!
