Disclaimer: Todo lo reconocible de Yu Yu Hakusho es propiedad de Yoshihiro Togashi
Los personajes originales así como la trama de esta historia es de mi propiedad intelectual
Las notas están al final del capitulo
El mercado negro
0.-Prologo
—¡Yusuke! ¡Yusuke! —gritaba Keiko, mientras corría a él con una carpeta amarilla en la mano, sosteniéndola en alto.
—¿Qué? —preguntó el chico, enarcando una ceja. A su lado estaba Kuwabara.
—¡Me aceptaron! —declaró emocionada, dando un salto para abrazar al que oficialmente era su prometido desde que había vuelto del Makai.
—¿En serio? —preguntó el de cabello naranja, primero ingenuo y luego esbozando una enorme sonrisa—. ¡Felicidades!
—¡Eso es genial! —apoyó Yusuke, demostrando verdadera felicidad por el hecho de que su prometida fuese admitida en la Universidad que tanto quería.
Habían pasado ya dos años desde que había el antiguo detective del mundo espiritual había regresado del Makai. Acostumbrarse a la vida común y corriente fue difícil para el chico, pero por Keiko él estaba dispuesto a hacer lo que fuese necesario. Además, ahora que la barrera que dividía a los mundos había sido retirada, no le resultaba un problema ir y venir para cerciorarse de que las cosas estuvieran bajo control.
Mientras intentaba graduarse de la preparatoria a duras penas por todo el tiempo perdido, Yusuke había abierto un puesto de ramen. Debía admitir que no le dejaba grandes cantidades de dinero, pero ayudaba a cubrir sus gastos. Por su lado, tanto Kuwabara como Keiko seguían estudiando y tras la preparatoria venía la Universidad. La futura señora Urameshi aspiraba a ser abogada y con ese carácter, era seguro que nadie le ganaría ni una pelea, mientras que Kuwabara aún permanecía algo indeciso. "Tanto de donde escoger y en todo seré bueno" decía el chico cuando se tocaba el tema.
—¡Celebraremos tu admisión en la reunión! —declaró Kuwabara, levantando su puño con animo.
La castaña se limitó a sonreír ante el apoyo y aún abrazada a Yusuke, comenzó a caminar con sus amigos hacia la estación del tren. Genkai les había mandado una carta a principios de semana, pidiéndoles que fueran a las montañas, apenas y se desocuparan el viernes. La invitación sonaba informal, por lo que ninguno la había interpretado como nada más que una excusa para reunirse todos los que hace buen tiempo no se veían.
Por ejemplo, Kurama, pese a vivir a no mucha distancia de ellos, mantenía un itinerario muy apretado. Era casi imposible verlo, entre la Universidad y trabajar medio tiempo en el negocio de su padrastro, apenas encontraba tiempo para salir con sus amigos. El pelirrojo estudiaba para ser doctor y como de costumbre se esforzaba por distinguirse como el mejor de su generación, no quería decepcionar a su madre.
En cuanto a Hiei, solo se podía decir que tenía sus razones para permanecer a un lado de Mokuro y continuar en la patrulla que se encargaba de rescatar a los humanos que accidentalmente caían al Makai. Aunque de vez en vez aparecía en algún árbol para observar a distancia, asegurándose que tanto su hermana como amigos, siguieran en una pieza.
Sin duda alguna, los antiguos detectives habían encontrado paz y equilibrio en sus vidas. Koenma había cumplido su palabra de no molestarlo más después de haberlos despedido, así que hasta donde tenían entendido, nada malo había pasado o estaba pasando en ninguno de los tres mundos.
Cada uno de ellos ignoraba por completo lo que apenas una semana atrás había ocurrido en la oficina del príncipe:
—¡Señor Koenma! ¡Señor Koenma! —gritaba Ogri.
—¿Qué pasa? —preguntó molesto el pequeño niño, sellando papeles que ni siquiera estaba leyendo.
—Son noticias terribles —murmuró la criatura, con un tono de voz que llamó la atención del otro.
—Señor Koenma —intervino una mujer de kimono negro—. Encontraron el cuerpo de Toudou y está muerto —informó con tono neutral pese al horror que reflejaba el rostro del príncipe—. Lo extraño es que no hay registros de que su alma llegara a nuestro mundo —finalizó.
—No puede ser... —el pequeño se quedó helado y dejó caer el sello de su mano—. No nos queda otra opción.
—Pero señor, no creo que a su padre le agrade —comentó Ogri, sabiendo de sobra lo que pensaba su jefe.
—Si no hacemos algo pronto, ésto se volverá un caos total —dijo Koenma, con esa expresión seria que no iba con su apariencia de niño—. Son las únicas personas capaces de hacer el trabajo y sé que no me van a fallar o al menos, eso espero...
No espero recibir muchos reviews, porque sé que en general el Fandom anda flojo con los fics y por lo que visto en la sección de YYH, también anda floja la audiencia, sin embargo, me doy por bien servida si me leen c:
Éste fic es una versión mejorada de un antiguo fic mío que originalmente había sido nombrado como "El mercado negro" y lo podéis encontrar aún entre mi repertorio. Lo dejé inconcluso por varias razones, entre ellas mi crecimiento como escritora. Decidí no borrarlo y guardarlo como experiencia con el nombre de "Youko Sophie" para publicar éste trabajo bajo el nombre que desde el principio quería.
Al principio no pensé en volver a publicar nada así, pero tras estar releyendo y sentir vergüenza de como escribía en aquellos tiempos, me entró también la nostalgia. Logré conseguir el anime en Youtube (pese a que todos los que estaban en español me salían bloqueados) y como a principios de semana me hicieron un trabajo dental, me la he pasado sin hacer nada más que estar viendo capitulo tras capitulo esta serie de mi infancia que tanto amé. Por ello es que decidí tomar la idea de antaño y pulirla lo más posible para volverla a presentar ante ustedes.
No les quito más tiempo, finalmente éste es solo el prologo y me gustaría mucho que me hicieran saber si os agrada la idea de que haga algo así (aprovechando que tengo relativamente tiempo de sobra ahora que estoy de vacaciones).
¡Un beso y gracias por tomarse la molestia de leer! ^^
