Disclaimers: Ben 10 y los Sábados Secretos no me pertenecen, uso los personajes para este fanfic que hago por diversión y sin una paga.
La instructora de manejo.
Era una tarde soleada en el encantador pueblo de Bellwood, y el joven Ben Tennyson, de dieciséis años, se encontraba en la oficina del Departamento de Control Vehicular, esperando en su recién obtenido auto, un precioso vehículo color negro con detalles verdes y vidrios polarizados, para realizar su examen de manejo. Era un muchacho a su propio parecer guapo, de pelo castaño chocolate alborotado, ojos verde tóxico, y piel blanca, iba siempre con su uniforme de camiseta negra con detalles verdes, pantalones cafés y tenis verdes.
Había estado desde que su amigo Kevin Levin le había regalado su increíble auto por su cumpleaños pidiéndole a sus padres que le dejaran tomar las clases de manejo, y tras seis semanas de diligente estudio, cosa sorprendente viniendo de el por cierto, Ben esperaba pasar el examen en su primer intento. Él la verdad esperaba que fuera su abuelo Max, quien le había estado dando sus clases de manejo, quien le hiciera el examen, pero los de Control Vehicular habían sido muy claros de que debía ser alguien de la oficina quien lo inspeccionara para hacerlo valido.
-Esto es fantástico-se quejó Ben por lo bajo-podría hacer este examen con el abuelo, alguien de confianza, pero seguro me va a tocar con un gordo pelón, de cincuenta y tantos y aún soltero que seguro se desquitará conmigo por eso, buscando cada idiotez por la que quitarme…-inmediatamente quedó mudo al ver a la mujer que se acercaba a su auto.
Era de pelo blanco largo, atado en una coleta alta, piel blanca, ojos azules y cuerpo escultural. Lo que embobó a Ben no era solo la apariencia física de la mujer, sino como iba vestida, pues usaba una camisa a botones ajustada de manga corta, falda tableada a cuadros, pantimedias y sandalias de tacón de aguja negros, con un bolso de mano negro al hombro. Por el sujetapapeles de plástico plateado que llevaba en las manos, a Ben no le costo adivinar que ella era la que le haría el examen.
-¿Esa es la examinadora?-pensó Ben un poco shockeado por la sorpresa, pues por como venía vestida la mujer parecía sacada de la revista para adultos que le robó a su papá cuando tenia once años.
-Hola, ¿eres Benjamin Kirby?-preguntó la mujer con una sonrisa tras abrir la puerta del auto. Tenía una voz que a parecer de Ben le iba de maravillas con el cuerpo.
-Si… emm… si, soy Ben-se presentó el joven.
-Buenas tardes, soy Drew Sábado, Control Vehicular me asignó para supervisar tu examen de manejo-explicó la peliblanca mientras se subía al auto.
-Genial, me gusta oír eso-declaró el castaño, mientras sentía su cara arder, pues la verdad la bella mujer lo ponía nervioso, y más por como estaba vestida.
-Si gustas, podemos empezar ahora-sugirió Drew.
-Si, claro, ahora-fue la respuesta del muchacho, antes de ajustar los espejos, activar la ignición y empezar a conducir.
Ben hacía lo mejor para conducir según las reglas que había pasado semanas memorizando, pero la verdad que cada que miraba de reojo y veía a Drew se ponía nervioso, más cuando la mujer cruzaba y descruzaba sus piernas, pues cada que lo hacía Ben podía tomar una buena vista de sus piernas.
-Y, dígame, señorita Sábado…-empezó a decir Ben.
-Señora, soy casada-dijo Drew un poco divertida.
-¿De veras? Parece muy joven para ser casada-dijo el muchacho algo nervioso. Drew rio por lo bajo.
-Aunque no lo creas, con esta apariencia tan joven tengo un hijo como de tu edad-explicó la mujer.
Acto seguido, ella extrajo de su bolso una cartera negra, y de ella sacó una foto que Ben, aprovechando un alto, tomó para revisarla mejor. En la foto se veía a la mujer, vestida con un elegante vestido negro, con un hombre alto de piel oscuro, pelo salpimentado y ciego de un ojo, al parecer de una herida de guerra, vestido con un traje negro con camisa blanca y corbata naranja, y un muchacho en efecto de la edad de Ben, de piel bronceada, pecas, pelo largo salpimentado y ojos naranjas, vestido de igual manera de su padre. Ben soltó un silbido mientras, aprovechando que las calles se hallaban vacías, reemprender la marcha.
-Espero no se ofenda, señora Sábado…-empezó a decir Ben, antes de ser interrumpido de nuevo.
-Puedes llamarme Drew, Ben-dijo la mujer con amabilidad.
-Bueno, Drew, espero no se ofenda, pero seguro a su hijo le molestan señalando lo bella que es-declaró con una sonrisa de medio lado.
-La verdad, sentiría pena del que intentara molestar a Zak con eso, mi hijo es muy sobreprotector conmigo, incluso más que su padre-confesó la mujer.
-¿De veras?-preguntó Ben algo divertido.
-Creo que le crea una especie de complejo que yo parezca no envejecer con los años-explicó Drew mientras sacaba otras fotos de su bolso, que Ben observó aprovechando la luz roja.
Como indicaba Drew, en las tres fotos que le mostró al castaño se veían a la peliblanca con su hijo, pasando el muchacho desde su tierna infancia hasta al parecer mediados de su adolescencia, y mientras en cada foto se veía como los años hacían su magia en el joven, la mujer parecía congelada en el tiempo.
Aunque la verdad Ben se guardó el pensamiento para sí, no pudo evitar comprender por qué el hijo de Drew era tan sobreprotector con su madre. Con un aspecto tan juvenil como el que ostentaba la mujer, era de esperarse que incluso al chico le tocara lidiar con desgraciados que por ganarse popularidad afirmaran haber dormido con su madre. El mismo vio como Kevin, en uno de sus escasos momentos de chico bueno, había molido a golpes a Cash Murray cuando éste, por querer humillar a un chico "matadito" de su clase, había corrido el rumor de ser el padre del bebé que la madre del otro chico esperaba.
Durante el resto del examen, Ben se esforzó por impresionar a Drew, y la verdad el muchacho hizo valer las semanas de arduo estudio tanto en teoría como conduciendo el viejo coche del abuelo, que gracias al cielo no colapsó antes de siquiera llegar al primer alto. Para gusto de Ben, Drew parecía cómoda no solo por cómo conducía, sino también por la plática que a parecer del castaño se volvía muy amena. Para sorpresa de Ben, Drew le pidió que pasara por una calle poco transitada, por no decir desierta, y lo que más lo extrañó fue que le pidiera detenerse justo en esa calle. Pensó que tal vez sería parte del examen.
-Y, dime, Ben, ¿tienes novia?-preguntó la peliblanca de pronto, y para Ben eso fue que pisara hielo quebradizo.
-Bueno, hace unos dos meses terminé con mi novia Julie, pero fue algo mutuo, ella es tenista profesional y bueno, tenía que pensar en su carrera-empezó a explicar el ojiverde, esperando no quedar como un total bobo ante la mujer.
-De verdad, ¿y estás soltero?-preguntó la mujer con sonrisa de medio lado, como interesada.
-Si, la verdad si-confesó el muchacho sonrojado, pues la mirada de la mujer lo intimidaba.
-Pero seguro tienes montón de pretendientes, ¿no es así?-preguntó la peliblanca, inclinándose ligeramente hacia el muchacho, quien se sonrojó aún más por la cercanía.
-Drew… ¿a dónde quieres llegar?-preguntó Ben muerto de la vergüenza.
-Creo que es bastante obvio a donde vamos a parar-declaró la mujer, mientras estiraba la mano y la posaba en la entrepierna del muchacho.
La sonrisa de Drew aumentó al ver la reacción que su caricia causó en la entrepierna del joven, pues inmediatamente sintió como algo empezó a cobrar vida en los pantalones del castaño. Sin quitar su sonrisa y ante la mirada atónita de Ben, manipuló el pantalón del chico para abrirlo, bajó ligeramente el pantalón y el bóxer verde, y dejó al aire el miembro largo y blanco del ojiverde, con una mata de pelo castaño en la base y coronado con un glande rosado. Lo que más sorprendió a Ben fue que Drew, sin siquiera pedir permiso, de hecho sin quitar la mirada del miembro de Ben, se inclinó más hacia su lado del vehículo e introdujo el falo del muchacho en su boca.
Si comprender que Drew intentaba seducirlo lo descolocó, el ver como la mujer sin ningún pudor le practicaba el sexo oral terminó de hacer que su cerebro se desconectara del mundo. Cabía decir que era la primera mamada que le daban en su vida, pues ni siquiera cuando salía con Julie habían llegado más allá de los besos, y luego esta mujer, que bien podría ser su madre, a solo media hora de conocerlo le practicaba el sexo oral como si nada. Ben sentía como su temperatura corporal subía gradualmente, y el mismo sentía como en su frente se empezaba a acumular el sudor.
-Si tienes calor, puedes quitarte la camiseta-fue todo lo que dijo la mujer durante el breve descanso que se tomó antes de volver a su faena. Ben siguió el consejo de la peliblanca y se sacó la camiseta, que fue a parar al asiento trasero del auto.
Tras quince minutos de felación, Drew decidió ir al siguiente nivel con Ben, por lo que tras enderezarse, subió las piernas al teclado del auto para mostrarle al castaño como se retiraba el tanga de tela blanca, bastante mojado, de su intimidad, antes de tirarlo a la parte de atrás del auto, y acto seguido moverse con habilidad para quedar sentada en el regazo de Ben, quien por impulso la rodeó con los brazos.
-Drew, no esto seguro de que debamos hacer esto, además, ¿no eres casada?-preguntó dudoso el castaño.
-Si supieras que a mi marido le encanta la idea de que me sienta atraída a hombres jóvenes-dijo divertida la peliblanca, al tiempo que tomaba el miembro del chico y lo dirigía a la entrada de su vagina-de hecho, ¿te puedo confesar un secreto?-preguntó divertida.
-S-si, claro, Drew-dijo el muchacho nervioso al sentir su hombría adentrarse en el cuerpo de la mayor.
-Cuando mi hijo Zak cumplió los trece años, yo fui su primera vez, y de hecho fue idea de mi marido-susurró la mujer al oído del joven, mientras empezaba a moverse.
Ben, quien empezó a sentir muy bien el cómo Drew se movía, se dejó llevar por el placer y, queriendo mostrar que sabía algo de cómo complacer a una mujer, tomó a Drew de la cintura y aceleró el paso, cosa que lejos de molestar a la mujer le encantó. Aprovechando que tenía las manos libres, Drew se abrió la camisa y se levantó el sostén, dejando sus senos de buen tamaño al aire, y acto seguido abrazó a Ben de forma que el rostro del castaño quedara entre sus senos, que el no desaprovechó para besar y lamer los blancos pechos de su amante. Finalmente, tras treinta minutos de sexo desenfrenado, Ben sintió llegar el clímax.
-Drew… me vengo…-fue todo lo que pudo decir el chico, preso de la excitación.
-Esta bien, Ben, suéltalo, déjalo salir-fue la respuesta de la peliblanca, y en respuesta el ojiverde apretó su agarre y dejó salir su carga en el interior de la examinadora.
Tras recuperarse de su apasionado encuentro, retomaron el examen y, para alegría de Ben, lo pasó con excelencia… y según Drew, fue más por su habilidad al volante que otra cosa. Aún acabado el examen, Drew no se separó de Ben mientras el castaño recibía su licencia, y cuando el subió al auto ella se despidió de él.
Luego de unos diez minutos en el auto, Ben pensó en ir por su prima Gwen y Kevin e invitarlos al Señor Smoothy a celebrar por que él pasara su examen de manejo, pero fue cuando recordó algo: cuando él y Drew tuvieron sexo en su coche el la vio sacarse su tanga y tirarlo a la parte de atrás del auto, pero no la vio recuperarlo, y aprovechando un auto revisó la parte de atrás del vehículo y, en efecto, ahí encontró la prenda intima de la mujer, y junto al tanga una nota que al parecer Drew echó al auto mientras él no veía. Y no hace falta decir que la nota lo hizo sonreír enormemente:
#234 Avenida Ripley, mi marido y Zak saldrán todo el fin de semana, te espero, XOXO Drew
Fin
El primer fic de Ben 10 que hago, de una pareja poco común que hice por petición de un amigo muy estimado, quien espero le guste cómo quedó.
