Disclaimer: Shingeki no kyojin/Attack on titan no me pertenecen. Son propiedad de Hajime Isayama. Créditos de la imagen de portada a quien corresponda.
Advertencias: Riren/Leve Jeren/Mpreg/Vocabulario explicito/Lemon/Lime/Drama/
Nota de la autora:
….
Esto es lo que hace el efecto de la cafeína a las tres de la mañana…
¡Lo sé! ¡Estoy con un fic en proceso y me atrevo a subir otro! Soy una mierda…
¡En mi defensa! Este fic ya lo tenía preparado desde antes de "Pasiones de París", pero no había podido plantear un proceso de este fic, pese a que tenía unas enormes ganas de hacerlo.
Este fic está basado en una novela llamada "Recuperando la Pasión". Esta novela la leí por primera vez en la biblioteca escolar de mi secundaria. (Sí, ni yo entiendo como una novela tan porno llegó ahí y los directivos lo permitían) Nunca la volví a ver…Y ni el gran sabio Google sabe del autor ni de que pinche novela hablo.
Así que nada más una aclaración. No creo que sea muy conocida.
Me callo un mes y les dejó con el prólogo y el primer capítulo.
Nos leemos abajo.
Recomendación musical: "Moonlight"- Grace Vanderwaal.
.
"El sexo es el consuelo que uno tiene cuando no le alcanza el amor"
-Gabriel García Márquez.
.
Prólogo
A Eren no le sorprendió demasiado ver al pequeño ferri embarcar en el puerto la noche anterior. No le sorprendió el hecho de que otra persona decidiera vivir en una isla apartada en medio del Golfo Pacífico.
Eren, más que nadie, sabía perfectamente la necesidad de querer huir del resto del mundo para ocultar su propio pasado. Y aquella isla casi olvidada era el lugar perfecto para huir...o para esconderse.
Habían pasado casi tres años desde que había llegada a aquella isla pequeña y normalmente calurosa. Viviendo una vida tranquila y casi monótona dentro de ella, pero no podía quejarse. Era como una pequeña jaula de oro a la que se había acostumbrado a vivir y de la cual no tenía intenciones de salir. Tenía una vida hecha, había formado lazos e incluso había echado raíces. Todo lo que necesitaba estaba en su pequeño mundo apartado de los demás.
Tampoco le sorprendió que llegara solo una persona en el único ferri cuando, naturalmente, iban en pequeños grupos de tres o cinco personas.
Pero lo que sí le sorprendió, fue escuchar aquel timbre de voz que se le había hecho inconfundible.
—Hola, mocoso…
Capítulo 1
Preludio
Eren llevaba la canasta de huevos que había sacado esa mañana de los gallineros que tenía en su patio trasero. Tuvo que sostenerla con fuerza para que no se le cayera de las manos.
No se habían visto en un largo tiempo.
Eren lo recordaba menos llamativo.
Levi y él habían compartido su vida durante unos cuatro años antes de separarse. Antes de que Eren tomara la decisión por su cuenta y se fuera sin ninguna explicación bien hecha.
Levi no había parado de buscarlo desde entonces, no solo por amor, sino porque había sido herido en su orgullo. En su tiempo juntos, había aprendido que Eren era un chico sumamente impulsivo, pero incluso para él tomar la decisión de irse dejando todo atrás-incluyéndolo-era ya demasiado. Quería saber.
Su corazón estaba lleno de incertidumbre ante la repentina fuga de Eren y su indudable desaparición. Quería saber que había ocurrido, que no había hecho para que Eren se marchara.
Y ahora lo tenía ante él. Con ese cabello achocolatado que tanto recordaba, más largo de lo que recordaba, con esa piel bronceada en ese cuerpo que conocía de memoria. Y esos profundos ojos dorados que lo habían cautivado desde el momento en que lo vio.
Se veía tan maduro y tan Eren al mismo tiempo.
—Levi…
Eren había pronunciado su nombre en un tono de voz asombrado y ciertamente lo estaba. De todas las personas que pensó en volver a ver, Levi no era incluido en la lista, siendo él una de las principales razones por las que decidió tomar esa nueva vida. Ni en su peor pesadilla pensó en volver a verlo.
Estaba ahí, de pie, frente a él. Con ese cabello negro tan hermoso, pero con un nuevo corte militar. Una impecable camisa y unos jeans poco ajustados, vistiendo lo más casual que Levi podía vestir. No llevaba maleta, algo sorprendente.
Ninguno de los dos se movió. Estaban ocupados admirándose mutuamente, tratando de procesar lo que sus ojos veían y tratar de entender que era real.
Y fue Levi quién apartó la mirada, dirigiéndola al océano de forma ausente.
—Ha pasado tiempo.
Esa voz hizo que Eren saltara, como si hubiera sido despertado de una repentina ensoñación. Y fue cuando notó el leve temblor en su voz.
—Estas aquí…—murmuró.
Levi volvió a mirarlo a los ojos.
—¿Por qué?—Eren se limitó a preguntar solo eso, por miedo a la respuesta.
Levi no tardó casi nada en responder.
—Tengo trabajo aquí—comentó, comenzando a acercarse al porche de la casa.
Eren tragó saliva, intentando hablar con claridad, tratando de dejar a un lado la repentina sorpresa que su presencia le había ocasionado a su pobre mente.
—¿Sigues en lo de Bienes Raíces?
—Un poco de eso, un poco de leyes y un poco de todo lo legal—contestó, metiendo las manos a los bolsillos de su pantalón en un aspecto casual.
—Suena algo ocupado.
—Es limpiar mierda de los demás, pero te acostumbras.
Y Eren no pudo evitar soltar una risita natural ante el vocabulario del otro. Una risa que hizo que Levi se estremeciera, notando que incluso la había olvidado.
Después miró alrededor de la fachada de la casa, sin molestarse en verse muy obvio. Sí Eren lo recordaba, sabía que él normalmente no se andaba con rodeos y mucho menos apariencias.
—¿Y bien?
—¿Bien…?
—¿No vas a invitarme a pasar?—le incitó, subiendo los escalones del porche lentamente—Enserio, acabo de recorrer un maldito kilómetro de aquí a mi hostal y hace un calor de la mierda. Juro que si no me invitas a tomar algo me tiro al puto océano.
Eren se tensó, pero no dijo nada. Solo miro el cielo despejado, suspirando.
—Claro, pasa.
Eren le dio la espalda y abrió el mosquitero, la puerta se mantenía abierta durante los días calurosos. Lo invitó a pasar con un ademan que Levi tomó de inmediato.
Levi entro y se sacudió los pies en el tapete de entrada que decía "Bienvenido" en inglés. La casa era de madera, típicamente. En su mayoría tenía la fachada de casa de playa, aunque con un toque más hogareño de lo usual, sobre todo por el largo pasillo por el que Eren ya había recorrido casi la mitad, sabiendo que lo seguiría.
Levi notó las pinturas de acuarela colgadas en las paredes, la mayoría llenas de color.
—¿Aun pintas?—le preguntó.
Eren no se volvió para contestarle.
—Claro. El lugar ofrece paisajes muy bellos y siento que la inspiración nunca se acaba aquí.
—¿Vendes mucho?—le preguntó, llegando a una pieza adyacente por la que Eren había entrado—Este pueblo parece muy pequeño…
—Lo es. Pero la empresa de ArtCorp me permite enviarle mis pinturas y ellos se encargan de distribuirlas.
Levi notó que la sala y la cocina estaban una enfrente de otra, ambas a cada lado del pasillo. La sala tenía tres tipos de sillones, todos con diferente color. Una pequeña tv antigua y una alfombra con trazos triviales adoraban el piso. Tenía una gran iluminación gracias a las puertas corredizas que daban a una terraza y donde podía verse el mar en todo su esplendor.
Quería ver más, pero se giró al escuchar que Eren empezaba a mover cosas en la cocina.
Era pequeña.
Tenía una estufa vieja, junto al fregadero donde el cual estaba casi impecable, sin ningún trato sucio, junto una barra de cocina, también limpia, con aparatos electro-domésticos. Varias alacenas estaban arriba de ellos y le daban al lugar una pizca de casa campirana.
En el centro había una mesa de madera redonda con cuatro sillas disponibles.
—Puedes sentarte—le invitó Eren sacando una jarra de agua del refrigerador.
Levi tomó asiento, aun apreciando el lugar.
—¿No tienes aire acondicionado?—preguntó casual, mientras se quitaba los primeros botones de su camisa, para darse algo de aire.
—No—contestó Eren, moviéndose para sacar un vaso de una de las estanterías—No hay tanto lujo en este lugar…Y tampoco hay una compañía que los haga aquí. La gente de aquí lleva mucho tiempo y se han acostumbrado al calor. Pero tengo un ventilador, ¿Quieres que lo traiga?
—Está bien, puedo soportarlo.
Eren le ofreció el vaso de agua, y Levi lo tomó con calma mientras Eren tomaba asiento en una de las sillas, quedando frente a frente, uno a casa lado de la mesa.
—…Llevas buena vida aquí, te va bien con las pinturas, entonces…
—Algo así—contestó él—También hago otros trabajos extras aquí…No tengo de sobra pero tampoco me falta demasiado.
—Pasas mucho tiempo en casa, imagino.
—¿Por qué dices eso?
Levi dirigió una mirada fugaz al fregadero de la cocina, donde solo había un par de vasos. No era solo eso, toda la casa se veía en general impecable, no encontró verdadero desorden como todo artista soltero viviría.
Eren se dio cuenta de esto y se sonrojó súbitamente.
—N-No es eso…
—¿Entonces?
—…Es la costumbre…—murmuró, haciendo un ligero puchero—Tu siempre mantenías todo limpio y ordenado…
—Porque tú eras un puto desastre, era como convivir con un cerdo.
—¡No es cierto!
—Eren, una vez encontré un pedazo de pizza en la bolsa trasera de tu pantalón…
—…Pensé que después podría tener hambre…
—No seas malagradecido. Si no hubieras vivido conmigo—
En ese momento el ambiente se cortó. Como si la sola mención del pasado hubiera sido una fuerte puñalada al corazón. Eren también lo sintió.
Levi suspiró cerrando los ojos un momento, tratando de averiguar cómo proseguir sin armar una escena. Había acumulado tanta rabia y resentimiento que temía no poder contenerla.
Quería mantener una conversación cordial. Una donde no terminaran en lágrimas y en gritos, pero sobre todo, quería respuestas. Y no había viajado tan lejos solo para nada.
Así que levantó la vista, afilando sus ojos en una mirada que no dejaba a nadie indiferente.
—Eren…—le llamó—Dime que sucedió.
Su voz había sonado firme y cruda, dejando en claro que no iba a aceptar excusas y mucho menos mentiras.
Eren también noto ese cambio de voz. Se sintió acorralado. Como si estuviera siendo presionado sin motivo alguno. Porque a su parecer no tenía motivos para sentirse así.
—Sabes que sucedió—empezó, desviando la mirada—Simplemente lo nuestro no estaba funcionando…Y…
—Eso lo entiendo—le cortó—Pero incluso así, irte sin al menos avisar fue…
—Te avise que me iría…
—Una puta nota diciendo: Lo siento, esto es lo mejor y más mierdas como esas no es una maldita explicación, Eren.
—Lo era para mí. Lo que tenía que decirte te lo dije en esa carta…Lo demás saldría sobrando.
—Dejaste una pintura, Eren—Levi había perdido la paciencia, se había inclinado sobre la mesa, ensanchando una mirada aterradora—Una maldita pintura fue lo único que me quedo de ti, antes de que desaparecieras del puto mundo.
—¡No necesitabas nada más! ¡Mi clara intención era no volver a verte!
—¡Ya lo sé, maldita sea!—Levi se había levantado bruscamente, arrastrando la silla—¡Lo que quiero saber es porque, carajo!
—¡Ya te lo dije!—contestó—¡Lo nuestro iba de mal en peor y—!
—¡Entonces porque el día anterior me dijiste tanta puta mentira!—gritó con más fuerza—"Podemos solucionarlo. Estoy dispuesto a todo por ti" ¡Qué gran mentira!
Eren se quedó callado ante eso.
—¿¡Porque no me diste la puta cara y me dijiste de frente que no querías estar conmigo?! ¿EH?
Eren abrió la boca, tratando de poner a trabajar su cerebro, que intentaba ayudarlo a decir ideas coherentes. Pero su corazón parecía decirle lo contrario. Que dijera la verdad.
—Y-Yo no quería…hacerte daño…
—¡Gran puta idea! ¡Maldito cobarde!—le recriminó con sarcasmo—¡Gracias! ¡Estuve todos estos años comiéndome la cabeza tratando de averiguar que hice mal para que todo se fuera al carajo!
La habitación se quedó en silencio. Ambos tenían respiraciones erráticas y era lo único que se escuchaba. Ninguno bajó la mirada.
Eren tenía una incertidumbre enorme en el pecho, tapujándole la verdad por la garganta. Se negaba.
Quería decírselo, de verdad quería. Pero tampoco podía dar pie a algo que ya había terminado para él.
—Lo siento…—murmuró, sintiendo las lágrimas acumulándose en sus ojos—…Tenía miedo…Al final creí que lo nuestro no iba a funcionar…porque teníamos ideas distintas…
Levi apretó la mandíbula, tratando de calmar su respiración, pero sin bajar la guardia.
—¿"Ideas distintas"? Siempre hemos sido diferentes y eso no fue ningún impedimento para que estuviéramos juntos…Al menos no al principio…
—No hablo de eso—le cortó, secándose las lágrimas con el dorso de su mano—Me refiero a…el futuro…
Levi lo miró, enarcando una ceja, sin entender lo que trataba de decirle. Estaba confundido. Eren estaba sentado, entrelazando sus manos nerviosamente, sin poder mirarlo a la cara, asustado.
—…Llevábamos mucho tiempo juntos…Y…Tú nunca quisiste ir más allá.
—¿Más allá que un noviazgo solido?
—¡Hablo de matrimonio, Levi!—le cortó de golpe, molesto—…Una vida juntos por siempre…Casados…y con hijos…
Levi lo miro sorprendido.
Ahora lo recordaba.
Eren había sacado el tema tiempo atrás, poco antes de que sus problemas de pareja comenzaran, pero nunca le dio gran importancia y tampoco le dio un sí a sus peticiones. En ese entonces estaba con el trabajo a tope, intentando luchar por un puesto mejor y tratar de escalar en su carrera. Un hijo o una boda hubieran sido una distracción innecesaria en ese momento.
Eso y que tampoco dio una respuesta específica.
—No podíamos hacerlo en ese momento, Eren. No era el momento.—le aclaró, tratando de suavizar su tono de voz.
—…No lo era, pero no te molestaste en decirme eso—le recriminó—Yo hubiera entendido. Tampoco quería una boda o un bebé en ese momento. Solo quería saber sí estabas dispuesto a estar conmigo siempre…y al final la respuesta no llegó…
Levi se notó consternado, escuchando sus palabras con claridad, sin poder interrumpirlo o rebatirle aquella aclaración.
—…Y luego empezaste a trabajar demasiado y…Ya casi no nos veíamos y no nos tocábamos…Era como vivir con un extraño-hizo una pausa—Eso me hizo pensar que tal vez tú no estabas dispuesto a compartir un futuro conmigo…
Eren levantó la vista, aun con lágrimas en los ojos, pero con una fiereza que creía ya olvidada.
—…Sé que te mentí y te lastimé…Pero solo fue porque tenía miedo a que me dijeras directamente que no y que todo se acabara. En ese momento tomé una decisión…
—Una tonta decisión.
—Tal vez, pero era una cuestión de honor para mí. Terminar con todo antes de que tú lo hicieras.
Levi tampoco contestó a eso. Comenzó a relajarse notoriamente, al saber de una verdad que había estado frente a su cara todo ese tiempo. Se la había pasado culpando a Eren por lo que le hizo, pero tampoco se puso a pensar cual fue el factor decisivo para que simplemente se fuera. La verdad siempre estuvo ahí, pero no quería verla.
Se sentó de nuevo en la silla, soltando un suspiro cansado, tratando de asimilar la nueva información a su sistema. Eren no dijo nada tampoco, se mantuvo ausente, mirando a un punto muerto en la pared.
El sonido de las olas, las gaviotas, el viento y el claxon de otro ferri acercándose fue lo único que se escuchó durante un rato.
—…Esto ya había pasado—Levi rompió el silencio, ganándose la atención de Eren de inmediato—Durante el Festival de la Ciruela. ¿Recuerdas?
Eren levantó la vista, interesado, pero sin hablar, dándole la palabra.
—Yo te dije que te vería en el Centro de la ciudad. Tú creíste que era en el centro del parque. Te hablé y te dije que nos viéramos directamente en las gradas. Tú creíste que nos veríamos en la entrada…y nos la pasamos todo el puto día tratando de encontrarnos.
Eren lo observo, entre sorprendido y confundido. Después de un ambiente tan tenso, sus palabras parecían haber amedrentado el dolor y las inseguridades mutuas. No pudo hacer nada más que seguirle en las palabras y reír ante el recuerdo.
—Cierto, cierto. Al final terminamos con las caras requemadas y nunca vimos el festival porque no tuvimos tiempo para encontrarnos…—se rio.
—Vaya forma de comunicación más cagada.
—¡Ni que lo digas!
Eren rio otro poco, mientras Levi se limitó a enarcar una ceja y levantar la comisura de su labio.
Ahora que todo parecía aclarado, el ambiente era más calmo, más tranquilo. Como si esas confesiones les hubieran dado algo de paz a los corazones de ambos.
—¿Todo bien ahora?
Eren tardó en responder un par de segundos.
—Todo bien.
Se observaron largamente.
Sin embargo, Eren dejó de sonreír cuando notó la intensa mirada que Levi le estaba dando.
Era la misma mirada que tenía cuando se habían enamorado. Llena de cariño pero de un deseo abrazador que lo hacía temblar y sucumbir ante el ardor del anhelo. Cada vez que Levi le miraba así solían terminar en la cama o por muy poco en una sesión de besos acalorados.
Esa mirada fue un factor importante para que se conocieran y se amaran de forma ardiente.
No pudo evitar un leve estremecimiento placentero al recordar esos momentos de pasión a su lado.
Había pasado largo tiempo desde que se vieron y ninguno podía negar la atracción que se había creado en cuanto se vieron. Tan cambiados pero tan iguales al mismo tiempo.
Eren estuvo a punto de abrir la boca, dejándose llevar por su deseo.
Morderse el labio inferior, incitarlo a acercarse, a devorarlo a besos y luego a caricias. Y luego terminar el encuentro en la cama…
O en la mesa.
O en la silla.
O en el piso.
Donde fuera, siempre y cuando ambos estuvieran juntos para darse ese placer que tanto habían añorado.
Levi también pareció notar ese cambio de temperatura, sobre todo cuando Eren había inclinado la cabeza y dejaba ver ese cuello tan apetitoso que de repente le dieron ganas de devorar.
Levi no pudo evitarlo. Con su pierna derecha acarició la pierna de Eren, rozándole suavemente.
Aquel movimiento hizo que Eren sintiera una corriente eléctrica en toda su columna, sintiéndose demasiado acalorado.
—Levi…
La forma en que Eren lo había dicho había sido como en un jadeo agónico. Levi estuvo a punto de enloquecer.
Estuvo a nada de levantarse, tirar la mesa a otro lado y tomar a Eren en ese mismo instante.
Hasta que el sonido de una puerta abriéndose súbitamente los alertó a ambos.
Enseguida se escucharon unas pisadas pequeñas y ligeras, pero veloces que corrieron por el pasillo hasta llegar a la cocina.
—¡Papi!
Una mata de cabello castaño apareció en la entrada de la cocina, con una voz pequeña e infantil que corrió hasta Eren y se aferró a él a un estando sentado.
Un niño.
—¡Erik!
Eren se puso totalmente pálido. Y aún más cuando vio el rostro de Levi, con una mueca de absoluta sorpresa.
Un hijo…
Continuara…
Nota final:
Eso es todo.
…
Sep.
Yo también me quedé shockeada cuando vi el final del primer capítulo. Tranquilos que todo tiene una explicación.
Ni idea de cuando actualizaré. Porque debo un One-Shot a Cotota y todavía tengo que terminar el capítulo de "Pasiones de París".
Estoy en la mierda.
Sobre el capítulo:
Eren esta un más en la mierda que yo.
Seguramente se imaginarán el enorme drama que pasará en el siguiente capítulo.
Debo advertir, que la novela en general es bastante tranquilita, con porno, amor y tal vez un poco de drama. Así que tal vez este fic termine en unos cinco capítulos, solo para resumir.
Pero el final les aseguró que se van a quedar shockeados. Tal como yo cuando lo leí.
.
Eso es todo por ahora.
Nos leemos en el siguiente capítulo. (Sí es que alguien se asoma para leer esto)
Saludos.
Atte. Ari
