Aun en su memoria, después de tanto años y tantas batallas, resonaba el eco de su recuerdo, tan añejo y cercano a la vez. Sus pupilas dilatadas vagan por el contorno de aquel humo negro, perverso, circulando en oscuras espirales en sutil contraste a la fiel y ferviente brillante luna llena, engalanado dios Tsukuyomi-no-mikoto rindiendo homenaje.
Abstraída en sus recuerdos; tantas noches a su lado, la entrega permanente a su infantil modo de discutir, a su audaz e intrépido estilo salvaje de pelea. Sin darse cuenta él la observa, suaves pasos la extraen de su hilo de pensamientos, brillante silueta recortando las sombras en contraste a la pira, que aun después de horas, ardía. Su voz melodiosa y extrañamente suave se escucho – Después de todo viniste a demostrar tu respeto hacia él, dime Sesshomaru ¿Recuerdas nuestra primera conversación bajo esta misma luna? –
Pupilas como oro líquido, tan parecidas y a su vez diferentes a las de su hermano por un instante disueltas en el fulgor del recuerdo.
Su apéndice moviéndose ante el extraño olor, sal, oxido, sangre y mugre, lagrimas "Patético" pensó ignorando el eco de los sollozos y su desagradable olor "humanos" en su andar tranquilo su brillante y suave cabello plateado oscilaba en su avance, un nuevo eco de sollozos y maldiciones entrecortadas de una voz juvenil despertaron en el recuerdo de su custodia "RIN" el aullido de su bestia detuvo su andar y dirigiéndose a la fuente del desagradable olor su mente recordó "Rin" y con su rostro imperceptiblemente inclinado clavo sus pupilas en ella – Sacerdotisa, un ser incompleto como el hibrido no merecede nada, ni siquiera las lagrimas y el dolor de una humana como tu - sus sollozos pararon abruptamente y dentro del pánico reflejado en las pupilas color zafiro él se sintió satisfecho, le temía, la altanera sacerdotisa humana exudaba pánico por cada poro de su piel, sin embargo un suave susurro se escapo de sus temblorosos labios – Sesshomaru – Orgullo y Ego se instalaron y crecieron en el pecho del príncipe demonio y su característica mueca de desprecio se presento en su rostro – Así que, y finalmente luego de tanto tiempo, has aprendido tu lugar humana. ¿Le temes a este Sesshomaru sacerdotisa? - Risa, una suave y sutil risa se escapo de sus labios entreabiertos, y en las pupilas de el estallando en sangrienta furia se escondía la incredulidad. En un rápido movimiento sus venenosas garras, goteando su verduzca ira, aprisionaron el cuello de aquella insolente e insufrible humana – espera…- susurro que se entrecorto con la presión en aumento de sus dedos – por favor… - suplico y el borde del llanto nuevamente la presión cedió lo suficiente para dejarla articular sus pensamientos en suaves palabras - siempre he querido preguntarte algo y antes de morir gustaría que me respondieras porque – su flujo vocal en conjunto con su respiración fue cortado nuevamente y un sonido gutural se escucho, pánico, su cuerpo entraba en shock, sus pulmones buscaban desesperadamente el vital oxigeno por medio de su boca abierta, sus ojos exorbitados, llorando, suplicaban en silencio mientras el recordaba "Rin" suavizo su agarre lo necesario para que ella respirara y acercando sus cuerpos gruño nuevamente molesto, irritado ¿Qué tenía esta humana que le hacía perder tan rápido la paciencia y su control? .
Con la cercanía de sus cuerpos sintió su aliento – Este no tiene nada porque explicar ni responder ante un ser inferior, ni ningún otro, menos a ti sacerdotisa - la presión aumento nuevamente – Quiero entender – su áspera voz resonó cortando su diatriba y su autocontrol luchando contra su bestia trataba de no perforar la piel con sus venosas garras– Existen cosas en el universo que un ser como tu jamás podrán entender – una súplica casi ahogada resonó en su mente con voz infantil – Por favor … - "Rin" su imagen parpadeo nuevamente en su memoria "La señorita Kagome es buena con esta Rin mi Señor Sesshomaru" y soltando a su presa sus orbes viajaron al cielo posándose sobre la brillante luna llena. Minutos, eternos y silenciosos minutos en los que la sacerdotisa de brillante cabello azabache acomodaba su espalda en el tronco del árbol abrazando sus piernas y suspirando mientras abrazaba sus piernas a su pecho. Observaban en silencio reconfortante la luna – Podre – susurro con sus ojos zafiros observándole, finalmente su mirada ambarina se poso en la figura de la joven y con un suspiro cediendo en su pecho tomo asiento a su lado esperando la pregunta.
-¿En que Radica tu odio hacia él?– inconsciente a su actuar su seño se frunció mientras le miraba incrédulo ¿Acaso no era obvio?, al parecer no. Durante horas en la misma posición ella espero su respuesta en estático silencio observando el cielo nocturno y justo cuando ; la princesa dorada que huía de su hermano nocturno asomaba su cuerpo caliente en el cielo; amaneció él se levanto, camino unos metros esperándola – te llevare a su encuentro – inexplicablemente y en silencio la alianza contra Naraku había iniciado – Gracias – respondió con una suave sonrisa. Caminaron durante horas hasta llegar al borde del pozo devorador de almas y justo antes de retirarse, a minutos de la llegada de Inuyasha el respondió - No es a él a quien este odia, es a su conflictiva existencia y su falta de control inherente al mancillamiendo de su padre a la sangre y honor de este y su clan - con agradecimiento reflejado en sus acuosos ojos ella le observo marcharse y sabiendo que le irritaría le grito. – Espero que traigas a Rin la próxima vez que vengas demonio - suaves y burbujeantes carcajadas llegaron a sus oídos mientras pensaba en las insolentes y molestas humanas que tenía bajo su cuidado.
-Sesshomaru- El susurró suave de su voz lo trajo de nuevo a la realidad – El murió protegiéndola, aun en su debilidad humana, el lo intento – calidez, liquido caliente, olor a oxido y toxinas se filtraron en el ambiente mientras su vista se dirigía a la segunda pira funeraria por fracción de segundo "Rin" sus ojos bestiales se posaron en la mujer mientras en un recuerdo lejano resonaba la dulce y cantarina voz infantil "Mi señor Sesshomaru ha vuelto, Señor Jaken", su brazo automático salió disparado hacia ella aun con la sangre y el veneno cayendo de las cicatrices que sus propias garras dejaron en su piel presionando, perforando aquel níveo cuello –Sesshomaro – susurro nuevamente – vuelve por favor – "Rin" otro recuerdo de su inquieta custodia "Señor Sesshomaru en esta aldea Rin estará bien porque la Señorita Kagome y el Señor inuyasha me Cuidaran" .
La suavidad con la cual era acariciada su muñeca y los leves susurros y sonidos de compresión le hicieron recordar a quien sostenía en su rabia – Ka go me – gutural, ronco, suave y lento susurro mientras le soltada con lentitud – Ella te espero hasta el final, sabía que vendrías, su esperanza y el amor que sintió por ti siempre fue el mismo, para ella tú eras su padre y ella se sentía como tu hija, nunca flaqueo y en sus últimos momentos me pidió que te dijera que te amaba y que no había nada que perdonarte porque siempre hiciste lo mejor para ella – tendió su pálida mano hacia el sosteniendo un collar de flores marchitas – lo dejo para ti, para que siempre la recordaras y supieras que todo estará bien- y mientras el tomaba entre sus temblorosos dedos aquel último gesto de ella "Rin" miro con ojos colmados de dolor a aquella mujer que había cuidado de su custodia "Hija" ella volvió a hablar – Busca tu futuro Sesshomaru, no lo desperdicies porque en el mío tu raza ya no existe – Le miro perplejo mientras ella se retiraba a pasos lentos, pesados, su cabello azabache ondulante ante el reflejo del nuevo amanecer.
