Kagome (1)

Con la muerte de Naraku, Kagome decidió que era tiempo de irse a su época, no sabía con certeza que pasaba entre Inuyasha y ella, sabía que lo amaba, pero… ¿Él? ¿La amaba? ¿Había al menos una pizca de amor, agradecimiento o algo? Desde que todo había vuelto a la normalidad, no había indicios de nada, ni una mirada, ni un roce, nada, decidió no preguntar, no empujar a una respuesta, ya que internamente temía que la contestación no fuera nada agradable, el día que ella decidió partir, se lo comunicó a Inuyasha y recibió una gran sorpresa, ya que Inuyasha le informo que iría con ella a la época actual y no acompañarla, si no a quedarse a vivir ahí.

El motivo, aunque no se lo había dicho a Kagome era simple, ya no quería estar ahí, con la muerte de Kikyo, lo que veía a su alrededor se la recordaba, era un gran tormento, necesitaba un cambio y le pareció buena opción ir a la época de Kagome y por supuesto ella no lo dudo dos veces en aceptar. Partieron ese mismo día, no sin antes despedirse de sus amigos y de todos aquellos que los ayudaron en esa odisea.

Antes de saltar al pozo, donde empezarían una nueva vida en la época actual, ella le pide un deseo a la perla, hacer a Inuyasha humano, pero la perla no lo hizo, no cumplió el deseo que Kagome pidió, hizo a Inuyasha en forma humana pero con sus poderes, su físico cambio: sus orejas, sus uñas y sus colmillos ya no estaban; Era un humano, pero aún seguía con su cabello plateado, sus ojos miel, sentía como su fuerza sobrehumana aún estaba ahí fluyendo por sus venas, aunque por el cambio sentía un poco de debilidad y alguna que otra ausencia de sus poderes como el olfato, sabían que era momentáneo por el deseo.

El tiempo paso e Inuyasha aunque tuvo algunos inconvenientes al principio se acoplaba poco a poco a la época, empezó asistir a la escuela de Kagome, con el tiempo se hicieron novios, Inuyasha aprendía muy rápido tanto en la escuela como en la vida y el amor por Kagome lo hacían tener muchos celos y en especial con Hoyo, ya que él siempre estaba detrás de Kagome. Eso causo grandes problemas en su relación ya que tanto los celos de Inuyasha hicieron que un día él estallara.

Kagome y él se encontraban en el cuarto de ella, cuando una acalorada discusión tenían, ella se encontraba sentada en la cama, mientras que el apretando sus manos caminaba de un lado a otro mientras le gritaba.

- ¡Estoy harto Kagome de que pienses que me puedes ver la cara de tonto!, ¡me largo de aquí! Fue estúpido de mi parte pensar que podría estar contigo, ¿crees que no sé qué me engañas con Hoyo? y mira que estoy siendo amable para no tener que preguntarte con cuantos más habrás estado, pero no fueras tú con una de tus tontas escenas de celos porque ahí yo tendría que pedirte perdón ¿no es verdad?

La mirada de Inuyasha estaba llena de rabia, había odio, algo que Kagome no entendía, las manos de Kagome apretaron su falda – ¿De que estas hablando? ¿No entiendo porque estas así? - Inuyasha se acercó rápidamente donde estaba Kagome, la tomo por los hombros muy bruscamente - Crees que no te vi - mientras continuaba gritándole – Hoyo y tú, los dos besándose, atrás en la escuela, acaso me crees tan estúpido y pensaste que no me iba a dar cuenta que ustedes son amantes- apretaba con gran fuerza sus manos en sus hombros de Kagome - ¿Desde hace cuánto tiempo estas con él? ¿Hace cuánto tú y el me ven la cara de idiota?

Kagome lo miro con mucha confusión en realidad no sabía cómo explicarle a Inuyasha, pero temía que si no lo hacia este la lastimaría más de lo que lo estaba haciendo, así que armándose de gran valor y rogando que al momento de que saliera su voz, no saliera con tono miedoso, su boca se abrió – Inuyasha yo…

Grave error, su voz no ayudo mucho, el miedo que le invadía y las piernas que aun temblaban, hicieron que Inuyasha no tuviera duda y explotara - ¡Que! Ahora me dirás que lo que vi no fue real- comenzó a zarandearla con mucha violencia – ¿Que me vas a decir Kagome?, de que mentira te vas a llenar tu estúpida boca- Inuyasha estaba verdaderamente enojado, Kagome no sabía que hacer, ella trataba de explicarle lo que en realidad ocurrió, pero él no la dejaba, al contrario Inuyasha hizo algo de lo que se iba a arrepentir toda su vida. La aventó a la cama, se subió en ella, tomo sus manos con fuerza, mientras le decía al oído.

- ¿Y dime Kagome cuanto te paga hoyo por hacer tu trabajo de prostituta?, ¿te paga bien?, por qué yo le podría decir algunos amigos la clase de mujer que eres y podríamos ganar un poco de dinero con eso. ¿No crees maldita zorra?-

Sus miradas se cruzaron, la sorpresa de Kagome fue grande y dolorosa, se notaba, Kagome sabía que al momento de abrir su boca, no había marcha atrás, el dolor por aquellas palabras cegaron su mente y su alma. Quería que sufriera como ella, aunque lo amaba, aunque muchas veces dio su vida por aquel hanyou en un pasado, ahora todo había cambiado, no sabía desde cuando Inuyasha se había transformado en esa persona, tan lleno de malicia, de veneno en sus palabras, tan certero e hiriente, pero ella no se iba a quedar atrás, ella quería venganza y la iba a obtener.

No supo cómo, su mente y su boca confabularon, haciéndose grandes cómplices, conocía a Inuyasha, sabia sus puntos débiles e iba a actuar, su cara de miedo cambio a una mujer segura y fuerte, mientras se encontraba bajo de Inuyasha y con las manos agarradas, comenzó a reírse y para Inuyasha eso fue desconcertante – Debería de aplaudirte por tan excepcional discurso, pero desgraciadamente tú, mi querido novio imbécil, te tardaste mucho en enterarte que estaba con Hoyo, al parecer aun tu pasado de cavernícola te precede – la cara de Inuyasha cambio totalmente, se apartó de ella dejándola aun acostada en la cama, mientras que el, la veía con sorpresa, Kagome levanto su cabeza para verlo, mientras recargaba gran parte de su cuerpo en sus codos.

- Me aburrías tanto, yo necesitaba un hombre a mi lado, no un niño que apenas aprendía a tomar leche en un vaso entrenador- Kagome comenzó a reír de nuevo – gracias por la oferta, pero como veras no necesito a otros hombres si tengo a Hoyo para satisfacerme- Kagome se paró y se puso en frente de Inuyasha, sabía que estas palabras le dolerían, sabia como llevarlo al cielo, pero también al infierno; - Así que ya lo sabes tú no lle… - Pero no termino de hablar ya que Inuyasha le soltó una bofetada, tirándola de nuevo a la cama.

- Eres una…

- ¡Una que… !, no tengo nada que demostrarte, no tengo nada que decirte, esto Inuyasha, este golpe solo me demuestra lo poco hombre que eres.- Kagome de nuevo se paró y camino hacia la ventana, no le dolió la bofetada, tal vez por el calor del momento todo su cuerpo estaba al cien, pero eso no quería decir que olvidaría sus palabras, quedando a espaldas de él, dio el tiro de gracia – Pensé que te quería, pero ahora me doy cuenta que hubiera escogido a Koga en vez de a ti.

Hubo un gran silencia en la habitación, Kagome no sabía que estaba pasando con Inuyasha, pero este sorprendentemente camino hacia ella, la abrazo por la espalda, acerco sus labios a su oído y con un tono sereno le contesto. – ¿Tú crees que eso me causara dolor?, al fin nos quitamos las máscaras, ahora puedo decir libremente que tú fuiste solo una salida para olvidar a mi verdadero amor, sabes de quien hablo ¿verdad?- el vidrio de la ventana los reflejaba, ella veía como Inuyasha movía los labios y sonreía, pero él no volteaba a verla, para ella estaba bien, ya que si volteaba a verla en esos momentos, se daría cuenta, que tan grande dolor causo sus palabras. Acto seguido Inuyasha beso la mejilla de Kagome, la empujo mientras caminaba hacia la puerta, tomo una mochila y sin voltear dijo.

- Te parecías tanto a ella, que pensé que la podía remplazar, pero sé que solo fue el físico porque su esencia no es la misma- Inuyasha metió su mano en el bolsillo de su pantalón, busco un poco y al fin saco una moneda, acto seguido la tiro en la cama mientras decía

– Este es un pequeño detalle por tus servicios todos estos años, fui un tonto al tratar de respetarte, lástima que Hoyo fue más inteligente que yo. Hasta nunca Kagome Higurashi.

Dichas esas palabras azoto la puerta dejando a una Kagome sola, con el corazón roto, entendiendo que sus pensamientos eran verdad el, la veía como un remplazo de Kikyo, los abrazos, las caricias y los besos, nuca fueron para ella, siempre fueron para esa mujer, alguien por la que no podía competir, como competiría con un muerto.

Miro como Inuyasha salía de su casa y también de su vida, sin mirar hacia atrás, más específicos sin mirar hacia donde ella estaba.

Kagome se alejó de la ventana, se sentó en su silla y puso las manos en el escritorio, mientras daba un gran y fuerte suspiro – Es mejor así, como podría estar con alguien que no me deja explicarle, encima de todo me ofende y golpea- Lo decía mientras miraba sus manos, de pronto estas empezaron a verse borrosas, producto de las lágrimas que salían sin ser llamadas.

En esos momentos Kagome salió de sus pensamientos por culpa de un taxista que iba atropellar a un perro, ella suspiro y cruzo la calle, miro su reloj, era muy temprano, ya iban a dar las 8:00 am y no había desayunado, así que fue rumbo a una cafetería cerca, en el camino Kagome iba pensando.

- ¡Vaya!, Hace exactamente 5 años que te fuiste, 5 años que no supe más de ti, y pensar que nos separamos por tus tontos celos y los míos, por no creer el uno del otro, por tonterías de adolescentes, porque es verdad solo éramos unos adolescentes que jugaban a conocer el amor, al saber su significado. Si hubiera sabido que iba a pasar esa vez que nos peleamos, te hubiera explicado todo aunque tu no me escucharas, hubiera hecho todo a mi alcance para que las cosas se mejoraran, pero no fue así.

- Y ahora estoy aquí después de 5 años, pensado que hubiera pasado si no hubiéramos tenido esa pelea, si yo hubiera tomado otra actitud, si tú no me hubieras dicho que Kikyo era mejor que yo, que la amabas. En que fallamos, en que falle.

¿Qué estarás haciendo?

Kagome paro de nuevo y junto con otras miles de personas espero a que el semáforo pasara a rojo para así pasar la avenida.

- Después de un tiempo quise saber de ti, pensé que irías a tu época pero que equivocada estaba, ya que siempre preguntaba por ti y la penúltima vez que fui, encontré como siempre malas noticias.

Flashback

Kagome salió del pozo y fue rumbo a una aldea, al llegar vio a una mujer embarazada y con su hija regañándolo...

- Ya te dije que no le pegues a tu hermana, porque si te vuelvo a ver peleándote con ella yo voy a hacer la que te pegue, me entendiste.

- Pero mama...

- Nada de peros... ¿así que te quedo claro?

- Si mama, ¿puedo ir a jugar?

- No, estas castigada

- Veo que ¿es mucho trabajo ser mama no?- Sango volteo y al ver a Kagome sonrió y se acercó a abrazarla.

- Kagome ya hacía mucho tiempo que no venias por acá.

- Lo se Sango pero ya sabes el trabajo no me deja venir y por lo visto no perdieron el tiempo ¿verdad?

Sango se sonrojo un poco, acaricio su panza y le dijo:

- Bueno... ya sabes que queríamos tener muchos hijos.

- Si lo sé y por cierto ¿dónde está tu esposo?

- Mmmmmm... Me imagino y espero que este regañando a una de las gemelas por pegarle a su hermana pero... ¡ah! Mira ahí viene.

Kagome volteo a ver al hombre que se dirigía a ellas, vio como ese hombre llego a donde estaba Sango, le dio un tierno beso acto seguido acaricio la panza de ella, mientras miraba a Kagome. - Tanto tiempo sin verla Srita. Kagome –

- Lo mismo digo Monje Miroku.

- Y dígame ¿no ha sabido nada de Inuyasha?

- No de hecho también venía a decirles si Uds. lo habían visto?

- Nooo..soo..tros, este... noooo ¿verdad Miroku?

- Siii ees verdad.

- ¡Oh! Ya veo...

Kagome estuvo un rato con ellos, al final decidió despedirse e irse…

¡Oh Inuyasha! ¿Habrás ido en algún momento a la época antigua? ¿Sabrás que se casaron nuestros amigos?, Shippo es un guapo adolescente, Koga se casó, por aquel que siempre nos peleábamos.

Cuantas cosas te perdiste en 5 años, en 5 largos años.

- ¿Qué estarás haciendo?- Es la pregunta que me he hecho todos estos años, a veces me pregunto si te enamoraste de alguien más, si formaste una familia, trato de evitarlo, trato de decirme a mí misma que eso no me importa, que mi corazón no tiene un sentimiento hacia ti, pero sé que me engaño, el solo pensar que otra mujer pudo hacerte feliz, el solo pensar que yo no soy ella, me mata.

Al llegar al café, el mesero la llevo a una mesa, que daba la vista hacia la barra con unos bancos rojos, se sentó y puso sus cosas en otra silla, el mesero le tomo su orden, ella pidió un café con poca azúcar, el muy amable le dijo si gustaba algo más, a lo que ella nego con la cabeza y el contesto que en unos segundos se lo traía, Kagome suspiro, necesitaba un descanso, tomo de su bolso su libro, miro la tapa y este decía "El perfume", la abrió en donde se había quedado y comenzó a leerlo, mientras en el fondo se escuchaba una canción que comenzaba a reproducirse.

"Solo quería un café, con poca azúcar, quizá un crosant, no iba por la tertulia o el flirteo"

La mirada de Kagome se movió hacia enfrente, sonrió, la canción tenia voz de profeta, ya que unos segundos antes, pidió su café tal y como decía la canción, volvió a poner sus ojos en el libro, pero cerro los ojos un tanto molesta, una palabra en el libro la hizo acordar que debía de revisar unos documentos muy importantes, no por nada había llegado tan lejos como jefa de mercadotecnia, era estresante como excitante, sabía que más tarde habría mucho estrés, ya que tendría que entrevistar a varios modelos para hacer una campaña de ropa interior, eso y muchas cosas más que en su cansado cerebro le guardaba.

"Solo quería un café, quizá echarle algún vistazo a las malas nuevas de los diarios o sacudirme esa pereza crónica de mis amaneceres"

De las mesas de enfrente escucho como un hombre reía, Kagome subió y bajo los hombros en señal de no importarle y siguió mirando los documentos que tenía en sus manos, el mesero llego con su pedido, ella le sonrió y le dio las gracias a lo que él se fue, pero ella no se había dado cuenta que el mesero no le había traído una cuchara, cuando se disponía a revolver su café, miro algo decepcionada la situación y como vio que el mesero estaba atendiendo a otros clientes, decidió por ella misma ir a buscar la cuchara, no era gran ciencia, solo debía de pasar por dos mesas para llegar a la barra, ahí se encontraban algunas, se levantó y camino hacia enfrente, paso la primera mesa y ahí de reojo vio a una pareja besándose - ¡Genial!- pensó Kagome desde la mañana recordando a su amor de juventud y ahora tener que ver una escena romántica, siguió caminando y en la última mesa de igual manera de reojo vio a un hombre solo y leyendo el periódico Al menos, este es normal- Cuando llego a la barra, tomo la cuchara y al momento de voltearse para ir a su mesa, la canción dijo algo muy certero.

"Juro por mi que solo fui por un café, pero te vi..."

Kagome no quitaba la mirada de aquella persona que hace unos minutos paso a su lado, aquel hombre que leía el periódico, quien pensaría, quien en su sano juicio juraría que hoy, exactamente hoy, a esa hora, en ese lugar, el universo tenía preparado un encuentro con su pasado, con alguien al quien no veía desde hace 5 años y ese hombre no le quitaba la vista, el también parecía sorprendido.

"Y cambiaste mi vida, mi ritmo, mi espacio, mi tiempo, mi historia, mis sueños y todo y me agregaste risas, dos dudas, un duende, un par de fantasmas y este amor que te tengo.

Y juro por mi qué solo fui por un café pero, te vi..."

Era como si le hubieran pegado los pies en el suelo, no podía moverlos, su mente estaba en blanco, no sabía que decir, como comportarse, tomaba la cuchara como si fuera el único instrumento que la salvaría de caerse, aquel hombre que desde la mañana estaba en su pensamiento, se encontraba sentado frente de ella, se veía tan diferente, tan elegante y no podía negar, que los años habían hecho de él, un hombre sumamente guapo, pero sobre todo esos ojos dorados, esos ojos que ella jamás pudo olvidar.

Él fue el primero en reaccionar, sin apartarle la vista, dejo el periódico a un lado, se levantó y camino hacia donde ella se encontraba.

"Quien iba a imaginar que esa mañana, en el café yo iría a coincidir con el milagro de pisar el mismo espacio a la misma hora que tú y cómo si esto fuera poco, que tus ojos se fijaran justamente en mí."

Su corazón se aceleró al mirar como Inuyasha se acercaba a ella, tuvo un tiempo considerable para poder mirar como su traje que portaba, le quedaba realmente bien, como se encontraba tan alto, pero si lo ayudaba y sin olvidar que se veía con una tremenda personalidad, los sentimientos de Kagome revoloteaban, sintiendo como llegaban al caos, tan confundidos como ella, ¿Acaso debía de tomar una actitud enojada, por aquel sufrimiento que le hizo en su juventud? o ¿debía alegrarse por volverlo a ver?, tenía tantas preguntas en su mente, pero tal vez las más importantes, eran las que resaltaban, las que el punzaban en su cabeza.

- ¿Dónde fuiste?, ¿Que has hecho de tu vida?, ¿Te enamoraste?, ¿Te casaste?-

Pero su pensamiento fue interrumpido por la voz de Inuyasha, que estando cerca de ella, con una hermosa sonrisa le hablo.

- ¡Hola Kagome! cuanto tiempo sin verte.

Esas palabras exactas, pronunciadas tan varonilmente, tan llenas de energía, hicieron que Kagome lo mirara con nervios, sabía que su cuerpo había temblado de estremecimiento al escucharlo, pero con todas las fuerzas que aún le quedaron trato de calmarse, necesitaba que no se notara el impacto que tuvo en ella. Aunque su mente seguía con tantas preguntas y sabiendo que tal vez no tendrían respuesta.

- ¿Te enamoraste?-

Necesitaba responderle, con fuerza, con seguridad, necesitaba que su respuesta se escuchara que el pasado ya no le afectaba.

- Lo mismo digo Inuyasha- ¡Vaya respuesta que el di! Se reprochaba por tan vacía, tan insignificante respuesta, Inuyasha con una sonrisa en sus labios, hizo una señal con su mano, indicándole que fueran a sentarse en su mesa, a lo que Kagome acepto, llegando ahí, Inuyasha como todo un caballero, jalo la silla de Kagome para que esta pudiera sentarse, Kagome disimulando su sorpresa ya que Inuyasha jamás en su juventud hizo tal acto, se daba cuenta que él había cambiado, sintió un poco de esperanza ya que hablarían como gente madura y no lidiaría con un Inuyasha celoso, histérico, impaciente; Tal vez, solo tal vez todo quedaría en el pasado y todo se olvidaría.

Se quedaron viéndose frente a frente, sabían que había muchas cosas que aclarar y preguntar y tal vez las dudas que tenían el uno al otro se pudieran aclarar, había tanto que hablar entre ellos, que tal vez por eso ninguno de los dos hablaba.

"Juro por mi qué solo fui por un café, pero te vi...

Y cambiaste mi vida, mi ritmo, mi espacio, mi tiempo, mi historia, mis sueños y todo y me agregaste risas, dos dudas, un duende, un par de fantasmas y este amor que te tengo."

Los dos sonrieron, era obvio que la canción confabulaba en su contra, tan certera, Kagome vio como Inuyasha iba a ser el primero en romper el silencio, pero un mesero los interrumpió, comentando si no quería que le trajera sus pertenencias a esta mesa, Kagome acepto. Al poco rato el mesero regreso con las cosas de ella, Kagome puso sus documentos y sus otras cosas en una silla, al final puso el mesero su café en frente de ella.

Tomo la taza de café y con la cuchara lo revolvió un poco, después dejo su cuchara a un lado y prosiguió a subirla a su boca no sin antes pensar.

- En el pasado los dos nos hicimos daño, lo sé y soy consciente de ello. Estoy dispuesta arreglar todo, sacarnos nuestras dudas, para así cerrar este capítulo tan doloroso. Eres tan diferente y no sé qué pensar, que decir, ni que sentir, creo que jamás deje de quererte y ahora que estas frente de mí, tan cerca de mí, siento que el mundo ya tiene sentido pero... ¡no! No puedo pensar eso, me lastimaste... ¡aunque! Yo también te herí, espero que el habernos encontrado sea por algo.

Cuando iba a tomar un sorbo de su café, escucho lo último de la canción.

"Y juro por mi qué solo fui por un café…

Se detuvo unos instantes la canción.

-Dios cuanto te eh extrañado, ¿que habrá sido de tu vida?, ¿en que trabajas? ¿Con quién estarás?, son tantas preguntas que me gustaría hacerte, pero todavía no me atrevo, espero tener tiempo para saber las respuestas, aunque tengo una pregunta más importante que las anteriores.

Al terminar de darle un sorbo al café, Kagome abrió los ojos, se quedó mirando a Inuyasha y con eso la canción dio su última frase.

pero te vi."

Bajo el café, lo puso en la mesa y jugando con la taza, un pensamiento empezaba a crearse en lo más profundo de su mente.

- Inuyasha tu... tu...

Miro de nuevo el café, sintiendo como se acobardaba por ese pensamiento, miro de nuevo a Inuyasha, mientras que internamente sus palabras fueron pronunciadas, en lo más profundo de su pensamiento.

- ¿Me sigues queriendo?