Naruto y sus personajes no son míos.

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Juguete

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En silencio, la contemplaba, desde la profunda oscuridad de la noche, siendo preso de algo que no podía seguir negando. Por muy orgulloso que fuera, esa chica lograba enloquecerlo. Cuánto deseaba apoderarse de su cuerpo… de toda ella.

Tuvo que relamerse los labios, sin poder apartarle la vista ni un segundo. Esa chica deshacía todas sus neuronas y hacía explotar sus hormonas.

Mordió su labio inferior con lujuria. Tenía que tenerla pronto o de lo contrario terminaría siendo como un perro manso, y él no era ese tipo de persona. Ninguna chica antes se había burlado de él como lo había hecho ella, todas lograban caer a sus pies; pero aquella rubia era otra cosa.

Sasuke Uchiha, siempre obtenía lo que quería, se divertía una vez y luego votaba a sus víctimas sin ninguna consideración o señal de remordimiento.

Pero siempre era por saciar su soledad, no por amor.

Y ahora la jugada le salía torcida. Tal parece que el jugador resultó ser el juguete. Ino Yamanaka aparte de bella, era inteligente y no se dejaría engatusar tan fácilmente.

Uchiha saltó desde el árbol en el que se encontraba al balcón que daba a la habitación de la mujer. Quería a esa chica sólo para él.

Abrió la ventana del balcón para entrar. No le importaba si la despertaba, pero ya no podía seguir mirándola desde la distancia. Entró a la habitación haciendo el mayor escándalo de todos. Ino abrió los ojos de par en par con una velocidad a tiempo record, acompañada de un grito ensordecedor. Tapada con sus cobijas dirigió la vista hacia el frente, buscando nerviosamente el ruido que la despertó. No encontró nada.

Suspiró agotada, pensando que se trataba de un mal sueño. Se incorporó en el suelo camino hacia el ventanal, pero su camino se interrumpió…

—Hmp —susurró de una manera lenta y sensual en el oído de la joven, la cual espantada gritaría de nuevo, mas Sasuke se anticipó al sujetar su cintura y tapándole la boca con una de sus manos—. ¡Shhh! No hagas ruido o los demás se despertarán —le volvió a susurrar, aspirando el perfume de su cabello. En su distracción, ella logró liberarse.

—¡Estúpido Uchiha! —frunció el ceño—. ¿Eres un demente? —sonó más como una exclamación furiosa—. ¡Largo!

Uchiha no respondió, se acercó a ella.

—¿Q-qué haces? —titubeó, y esto le agradó a Sasuke. Ino retrocedió—. ¡Aléjate! ¡Que te largues! —juntó ambas cejas—. No soy como con las que has estado… no seré tu juguete.

Y el camino se acabó. La pared se interpuso en su camino, llegando Sasuke a acorralarla, aprisionando sus brazos para evitar su escape. Juntó su cuerpo al de ella, como si buscara fundirse.

—Estaría loco si me alejara —habló con firmeza mirándola fríamente a los ojos—. No eres como con las que he estado, es obvio —habló cerca de sus labios, y ella sintió un cosquilleo extraño—. Tú eres muy diferente a todas ellas.

—¿Q-qué? Sasuke no seas payaso y su-suéltame —forcejeó.

—Te dije que no lo haré.

Se aproximó aún más, amenazando sus labios, pero antes de besarla quería provocarla. Necesitaba estar seguro si ella no sentía nada por él. Con la punta de su nariz tocó la línea horizontal de su cuello. Ella reaccionó al tacto, explotando mentalmente ante la agitada respiración que percibía y la cercanía de su cuerpo. No podía negarse a sí misma, ella también lo deseaba con locura, pero debía de guardar su compostura que muy pronto se le iría al desagüe si Sasuke continuaba. Y de hecho, eso fue lo que pasó.

El azabache lamió, recorriéndola en un camino húmedo que se dirigía a su escote. Ella soltó un gemido involuntario, Sasuke le provocaba sentir un enjambre de mariposas en el estómago.

Él sólo sonrió con cinismo. Sus planes daban frutos.

—¿Por qué me rechazas? —mordió el lóbulo de su oreja—. ¿Por qué enloquezco cuando te veo? Esto está acabando conmigo.

Sin esperar más, la tomó con brusquedad del rostro y la besó con desenfreno. La besó como si el mundo se fuera a terminar en cualquier momento. Ella correspondió, entregándose finalmente a los placeres de sus labios, capturando al hombre por la cabeza para jugar con su cabello y profundizar el beso.

Él, sin pedir permiso, se adentró a la boca de ella, lo que originó una campal de lenguas. Los dos perdieron todo uso de razón, y por toda la noche descubrieron juntos cosas nuevas, gimiendo sus nombres hasta acabar.

Sin embargo, más que una noche de hambre carnal, fue la manera que se demostraron amor. Al final, los dos terminaron ser juguetes de su propio juego.

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FIN

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NA:

Gracias por leer!

(PD: Este fic es un asco. Más que editarlo como debería de ser, corregí ortografía. No quise cambiar cosas de redacción... creo que leer cómo escribía antes, y compararlo con mis trabajos actuales, me hace pensar que sí he mejorado como escritora).

Fecha de publicación: Nov 12, 2010

Editado: 2018