-Por favor Raven. ¿Hoy es el día? Es... – Dijo Starfire preocupada.

-El fin del mundo. – Dijo Raven dejando salir algunas lágrimas.

Raven cerró sus ojos fuertemente para retener un poco sus lágrimas, los chicos la miraban preocupados por sus palabras y por su estado.

Robin estaba preocupado pero en su mirada mostraba intriga. La última vez que vio esos símbolos fue en la biblioteca, la cual parecía ser la única construcción sin destruir. Ahora esos símbolos estaban implantados en el cuerpo de Raven, y parecían hacerle daño.

-Vas a estar bien ¿Si? – Dijo Robin tratando de calmar a Raven.

De repente Raven soltó un gemido y cayó inconsciente, los demás se acercaron a ella empezando a desesperarse.

-Raven, Raven, Raven. Reacciona. – Dijo Robin sacudiendo levemente a su amiga.

-Robin mira. – Dijo Chico Bestia.

Robin volteó al lugar señalado por Chico Bestia. En el cielo vieron los ojos de Trigon, llenos de ira y ganas de destrucción. Robin soltó un gruñido al cielo, luego un ruido hizo que devolviera su vista a Raven.

En la inconsciencia apretaba sus ojos y gemía fuertemente, sus símbolos empezaban a brillar más.

-Tenemos que llevarla a la Torre. – Dijo Cyborg.

-Vámonos. – Dijo Robin.

Cyborg se acercó a Raven y la levantó cuidadosamente. Puesto que la Torre de los Titanes estaba lejos, Chico Bestia se convirtió en un pterodáctilo y levantó a Cyborg por los hombros, Starfire levantó a Robin y volaron a la Torre rápidamente.

Chico Bestia no dejaba de ver a Raven con angustia, ni se fijaba bien en el camino; pero si quería ayudarla debía llegar a la Torre sin retrasos.

-Raven está despertando. –Informó Cyborg al ver a Raven abrir un poco sus ojos.

-Ya estamos cerca. – Dijo Star.

-Démonos prisa antes de que Trigon logre comunicarse con ella. – Dijo Robin.

Raven sintió que caería así que se aferró de los hombros de Cyborg, luego de un rato aterrizaron en la puerta de la Torre y entraron de inmediato para proteger a Raven...

Me gusta cuando Chico Bestia le da la moneda y ella se la queda.