¡Hola chicas! Estoy de regreso después de tanto tiempo, pero esta vez traigo conmigo una historia que yo misma escribí :)

Nos leemos más abajito, mientras tanto disfruten del primer capítulo :D!

Naruto y sus personajes le pertenecen a Masashi Kishimoto-sensei.

-Kyuuketsuki o Aisuru-

Capítulo 01

Un golpeteo de nudillos en la puerta de la habitación le distrajo de su lectura. Se levantó del sofá rogando que no fuera su hermano que venía a molestarlo.

— ¿Quién es? —preguntó Sasuke acercándose a la puerta de su habitación.

—Vengo a entregarle un mensaje de parte de Tsunade-sama, Uchiha-san —respondió la voz.

Sasuke abrió la puerta, encontrándose con uno de los empleados de Tsunade.

—Disculpe la molestia, pero Tsunade-sama quiere verle en su oficina del hospital en este momento.

—Dile que no moleste, estoy ocupado —dijo el pelinegro a punto de cerrar la puerta. El empleado inmediatamente uso su pie para que no cerraran la puerta.

—Es importante, Uchiha-san.

— ¿Qué tanto?

—No me dieron los detalles. Pero Tsunade-sama, no estaba bebiendo sake en esos momentos.

Sasuke enarcó una ceja, si Tsunade no bebía en ese momento, supuso que era algo serio.

—De acuerdo. En un momento salgo hacia allá —dijo Sasuke.

El empleado asintió y se retiró del lugar.

Itachi entró a la oficina de la doctora Tsunade. Una vampira mayor. Una de tantas que existían y la que estaba a cargo de él y su hermano menor. Sin contar a los demás vampiros que estaban bajo su cuidado. Ellos se encontraban viviendo al lado del hospital dónde Tsunade era directora. Un edificio privado con departamentos lujosos, dónde se alojaban él, su hermano, y otros vampiros más. Sasuke y él estaban con Tsunade debido a que sus padres le habían confiado su educación a ella antes de morir. Tsunade les pagaba todo a cambio de que realizaran unas cuantas tareas en su lugar. Cómo proteger a su gente querida, el hospital, sus empleados y asesinar a cualquier vampiro que osara a dañar a alguno de ellos. Era una mujer bastante soberbia. Defecto de todos los vampiros.

Se dio cuenta de que su hermano menor también estaba en la oficina. Pero hubo un acontecimiento aún más extraño; Tsunade no tenía ninguna botella de sake en su escritorio.

—Bien. Explícanos porque nos mandaste a llamar con tanta urgencia —dijo Sasuke.

—Uno de mis doctores sabe de la existencia de los vampiros. Al parecer, ayer por la noche fue atacado junto con su esposa que también trabaja para mí. Milagrosamente lograron escapar. Pero ustedes saben muy bien que a los vampiros no nos gusta dejar ni una sola presa viva. Sospecho que los que les atacaron anoche lo volverán a hacer. Quiero que los cuiden y aseguren, de preferencia tráiganlos aquí, junto con su pequeña hija Sakura. Ya que supuestamente uno de los atacantes era hermano del doctor Haruno, saben la dirección de su hogar. En este momento están ahí ya que hoy es su día libre. La dirección está en ese papel —dijo entregándoles la hoja de papel—. Por favor, no me fallen. Ellos son personas que aprecio mucho.

—De acuerdo, Tsunade —contestó Itachi. Sasuke sólo se limitó a asentir con la cabeza.

Los dos se dirigieron a la puerta.

—Tengan cuidado por favor —susurró Tsunade después de que la puerta se cerró.


Los dos hermanos Uchiha subieron al auto. Ambos iban armados. Sasuke leyó la dirección que les habían entregado y arrancó el coche.

Ya era de noche y aún llovía. Todo el día había estado lloviendo, por lo que muy pocas personas caminaban por las calles.

—Sasuke, será mejor que te apresures. Tengo un mal presentimiento.

El menor asintió y acelero la marche del auto. La casa estaba un poco retirada de su posición, sin embargo no les tomó mucho tiempo llegar.

Se bajaron del coche. La residencia estaba totalmente a oscuras y había demasiado silencio. El ambiente se sentía pesado y tenebroso. Justo como cuándo ocurría un ataque de vampiros. Itachi miró a su hermano y éste asintió entendiendo el mensaje. Los dos se separaron para entrar a la casa.

Sus ojos de vampiro les permitían ver perfectamente, inclusive en esa abismal oscuridad. Sasuke se dio cuenta de que la puerta principal había sido forzada, pero no era tonto como para entrar por ahí. Busco alguna ventana abierta u otro entrada. En el segundo piso había una ventana abierta de par en par. Saltó ágilmente y cayó con gracia en el borde de la pared. Se cercioró de que no hubiera nadie cerca y entonces entró.

Las luces estaban apagadas, pero por los adornos se dio cuenta que era el cuarto de una niña, posiblemente la habitación de la niña de la que Tsunade había hablado.

Desenfundo su katana lentamente para no producir ningún sonido innecesario y camino con pasos sigilosos por los pasillos de la casa. Al pasar por una de las habitaciones, el olor a sangre le inundó las fosas nasales inmediatamente.

—Mierda —dijo una voz detrás de él. Sasuke inmediatamente atacó con su espada, pero el ataque fue detenido.

—Tranquilo hermanito, soy yo. Parece que hemos llegado tarde. Ya están muertos. Pobres, mira, murieron abrazados.

—Falta la niña, sólo están los padres —dijo Sasuke retirando la mirada del cuarto. La escena le era extrañamente familiar.

—Tienes razón. La había olvidado. Separémonos y busquémosla por la casa y los alrededores. Espero y siga viva.

Sasuke asintió y salió de la casa, dispuesto a buscar en los alrededores. La lluvia le empapo de nuevo gracias a que seguía cayendo con fuerza, a pesar de que ya había llovido todo el día.

El jardín estaba rodeado de arbustos y árboles, tenía que buscar por ahí, ya que a simple vista no había nadie.

Itachi revisó cada una de las habitaciones de la casa, piso por piso, pero no había nadie más. Toda la casa estaba sumergida en la oscuridad y en un sepulcral silencio. En definitiva los vampiros que habían atacado a esa familia aún se encontraban cerca. Tenía que buscar a Sasuke para cerciorarse de que todo iba bien. Pero primero necesitaba que encontrar a esa niña.


Sasuke se acercó a los arbustos y comenzó a buscar. Ahí no había nada. Se dio media vuelta y comenzó a avanzar para ir a buscar a otro lado, pero un ruido proveniente de los arbustos le hizo regresar. De repente un duende vestido de blanco salió de ellos y corrió a la salida. Inmediatamente le persiguió para atraparle, hasta que se situó delante de él. No, no era un duende, era la mocosa que estaba buscando.

Observó a la niña de pies a cabeza. Su estatura era pequeña, el cabello color rosa, del cual chorreaba agua por las puntas. Estaba descalza y solo tenía puesto un corto camisón blanco. La lluvia la había empapado por completo por lo que el camisón se adhería a su blanca piel transparentando su frágil y delgado cuerpecito.

La niña temblaba y le miraba con miedo. Se acercó a ella con pasos lentos y se arrodillo para mirarla mejor. Los ojos de un vampiro sabían apreciar la belleza, por lo tanto, esa niña no pasó desapercibida.

Su rostro se encontraba totalmente pálido y salpicado con sangre la cual se mezclaba con el agua de lluvia. La expresión que tenía su cara en ese momento demostraba el terror y el miedo que sentía. Miró sus ojos color jade y se quedó hipnotizado. La inocencia reflejada en la mirada de la niña le había atrapado por completo.

Sasuke sintió como su garganta se secaba y la sangre empezaba a hervir en sus venas. Él conocía perfectamente esa sensación. La deseaba. Deseaba tomar la sangre de la niña. Deseaba beber de aquel pequeño y frágil cuerpo. Fue un deseo inusual. Nunca había deseado la sangre de alguien con esa intensidad.

Reaccionó cuando sintió unos pequeños y delgados bracitos rodear su cuello.

— ¡Señor por favor sálveme! ¡No deje que me atrapen! —Sasuke se quedó mudo. El aroma que emitía esa niña era exquisito.

Sin pensarlo dos veces, acercó lentamente sus labios hacia la curva del cuello de la pequeña. Necesitaba probar su sangre. Era urgente. Su cuerpo ardía y se lo pedía a gritos.

— ¡Hey Sasuke! Veo que la encontraste— Su hermano Itachi salió de la nada y observo la extraña escena—. Hey, no pensaras vaciar a esa niña, ¿verdad? Recuerda que la tenemos que llevar con Tsunade. Aleja tus colmillos de esa pequeña, pervertido, tenemos que irnos.

Sasuke se tensó al escuchar eso y pareció despertar, ¿de verdad estaba planeando matar a esa mocosa?

Se deshizo del agarre de la niña y se levantó del suelo. La pequeña pensó que la dejarían sola y volvió a abrazar a Sasuke.

— ¡Por favor no me deje aquí! —imploró gritando con todas sus fuerzas.

—Mierda, esos tipos regresaron—susurró Itachi — Sasuke tenemos que irnos ya.

Una sombra salió de la nada y golpeó a Itachi mandándolo lejos.

—Oigan, dejaron a una viva —dijo una voz grave y masculina, perteneciente al hombre encapuchado que acababa de lanzar lejos a Itachi.

—Oh—otro hombre encapuchado salió también de entre las sombras—, pero si es mi pequeña sobrina Sakura. Pensé que ya se habían hecho cargo de ti—dijo el hombre quitándose la capucha.

—Tío… —susurró la niña reconociendo el rostro del hombre— ¡Tío Takeshi! ¡Qué bueno que estás aquí, tenía tanto miedo!

Sakura inmediatamente salió corriendo en dirección a su tío y en cuanto llego a él le abrazó. El hombre la tomó en sus brazos y la cargó. La pequeña pelirosa miró el rostro de su tío y se dio cuenta de que había cometido un gran error. No, ese no era su tío, no era aquel hombre amable que siempre le daba dulces y regalos. Su mirada era feroz y diabólica y ese rostro amable ahora estaba tenso por el odio. Intentó soltarse de su agarre con todas sus fuerzas pero era en vano.

Sasuke reaccionó y se lanzó en dirección a aquel hombre que tenía a la pelirosa, pero fue sujetado por otros dos hombres. Uso todas sus fuerzas para deshacerse de aquellos tipos, pero fue superado.

—Sólo quédate quieta pequeña, prometo que seré rápido—dijo Takeshi clavando sus colmillos en la yugular de la pelirosa.

Sakura gritó con todas sus fuerzas al sentir los colmillos clavarse en su carne. Sintió como la poca fuerza que le quedaba se iba desvaneciendo y su cuerpo se iba debilitando poco a poco. En un lapso de segundo pudo escuchar dos sonidos. Eran como golpeteos, uno que se iba haciendo cada vez más lento y débil y otro que iba acelerándose más y más. Reconoció los golpeteos, uno de ellos era el latido de su corazón y el otro pertenecía al corazón de su tío.

Sasuke enfureció al ver como desangraban a la pequeña y esta vez logró zafarse de los dos tipos que lo tenían atrapado. Antes de que llegara hasta donde estaba Takeshi vio como el cuerpo de la pelirosa caía como un costal de papas al suelo.

—Siempre imagine que la sangre de esta niña era deliciosa, y no estaba equivocado —dijo Takeshi limpiándose los restos de sangre de las comisuras de los labios.

Sasuke desenvaino su katana y sin pensarlo más dos veces atacó al hombre. Takeshi ni siquiera lo vio venir y cuando se dio cuenta, Sasuke ya había enterrado su katana en su pecho. Entonces soltó una fuerte carcajada.

— ¿De verdad creíste que podías matarme solo con enterrarme tu cuchillo? —soltó seguido de una carcajada más histérica. Takeshi sonrió con malicia, pero su sonrisa se desvaneció en un instante al ver los ojos de Sasuke. Esos ojos sanguinarios color carmín con comillas negras, herencia de la sangre pura Uchiha— Un Uchiha… —susurró.

Ésa fue su última palabra. Sasuke sacó la katana del pecho del hombre y de un rápido y limpio movimiento le rebanó la cabeza, sintiendo como la sangre tibia tocaba su rostro mezclándose con el agua de lluvia que le empapaba a cada segundo. Dirigió su mirada asesina hacia los tipos que le habían atrapado antes, pero Itachi ya había acabado también con ellos.

Los dos hermanos se acercaron a la pequeña que yacía tirada en el suelo mojado. Itachi tomó su pulso.

—El latido de su corazón es débil e irregular, sin embargo, aún está a tiempo de recibir tratamiento. Llevémosla con Tsunade para que la cure.

Sasuke asintió y cargó a la niña.

—Entonces démonos prisa.


—La niña ya está bien. Le hemos practicado una transfusión de sangre. Va a necesitar algunos cuidados extras por lo débil que está, pero pronto se pondrá bien. Y ahora bien, explíquenme que fue lo que sucedió, creí haberles dicho que trajeran con vida a los Haruno.

—Lo sentimos. Llegamos demasiado tarde, los otros vampiros ya habían atacado y no pudimos hacer nada. Sólo pudimos rescatar a la pequeña— dijo Itachi mientras inclinaba la cabeza en señal de disculpa.

—Bueno, supongo que no hay nada que hacer. Un humano no puede estar seguro después de enterarse de la existencia de los vampiros. Los Haruno eran excelentes médicos y muy buenas personas. Personas bastante apreciadas por mí. Me entristece lo que les paso y el culpable pagara caro. Itachi, quiero que busques e investigues sobre los atacantes. Sasuke, te encargo a la niña, quiero que me avises cuando despierte.

— ¿Qué? Me pareció escuchar mal. Yo no soy ninguna niñera Tsunade. Que la cuide Itachi, yo iré a investigar— espetó molesto el Uchiha menor.

—Yo soy la que da las órdenes aquí, Sasuke. Además tú fuiste el que la trajo, te toca cuidarla.

—Tú fuiste la que ordeno que la trajéramos.

—Tú lo has dicho: yo soy la que ordeno. Ahora encárgate de la niña— finalizó Tsunade retirándose del lugar.

Sasuke estaba bastante concentrado maldiciendo a Tsunade y a su suerte hasta que Itachi le distrajo.

—Lo siento por ti, hermanito, ahora no podrás beber la sangre de la niña.

—No me molestes —susurro Sasuke más molesto que antes.

—Eres un jodido lolicon. Pensar que te gustan las niñas, ahora comprendo por qué nunca sales con ninguna chica de tu edad. Nunca creí eso de ti, Sasukito.

—Sólo piérdete Itachi —

Fue lo último que dijo Sasuke antes de entrar la habitación en la que estaba Sakura y azotar la puerta. Itachi rió con disimulo. Su hobby favorito era fastidiar a su hermano menor. Una actividad relajante y divertida, ya que Sasuke se enojaba con cualquier cosa.

— ¡Sasuke, regreso más tarde. No llores por mí ni me extrañes. Tu hermano mayor regresará pronto para protegerte. Y por favor no le hagas nada a la niña, ¡pervertido! —gritó Itachi desde afuera antes de irse.

Sasuke maldijo en voz baja al idiota de su hermano y se sentó en uno de los sofás de la habitación. Como si él fuera a extrañarlo. Puso su katana al lado de él y cerró los ojos. Que tarea más fastidiosa le habían asignado. Él era un Uchiha, un vampiro guerrero, no una maldita niñera.

De golpe recordó el aroma de la pequeña pelirosa. Maldición, ese aroma lo había cautivado en un instante. Esa niña había provocado algo que ninguna otra mujer pudo. Y sólo era una enana que parecía un duende de pelo rosa. ¿Y si de verdad se había vuelto un pervertido? ¿Y si enserio le gustaban las niñas?

Borró de su mente esos pensamientos. Él de ninguna manera era un pedófilo.


Sakura abrió los ojos lentamente. Todo su cuerpo le dolía y sentía que el lugar no paraba de dar vueltas. No sabía dónde estaba ni cómo había llegado ahí.

Los recuerdos le llegaron de golpe. La sangre salpicando su rostro. Sus papás muriendo frente a sus ojos, protegiéndola hasta el último segundo de sus vidas. Recordó el diabólico rostro de su tío. Se aterro al recordar la sensación de los colmillos hundiéndose en su carne y soltó un gemido de terror. Sin darse cuenta, comenzó a sollozar y a soltar lágrimas sin poder controlarse.

Sasuke escuchó como un quejido salió de la cama, seguido de varios sollozos. No, no era la cama. Era Sakura que ya había despertado. Mierda. Lo que le faltaba. Los lloriqueos de una cría. Se levantó con pesadez del sofá y se acercó a la cama.

Sakura se dio cuenta de que no estaba sola en la habitación, y se levantó rápidamente de la cama, dispuesta a correr. Pero algo salió mal, sus piernas flaquearon al primer paso y estuvo a punto de caer al suelo, si no hubiera sido porque unos brazos la sujetaron a tiempo.

—No te levantes aún, tu cuerpo está muy débil —dijo Sasuke con voz monótona, recostando de nuevo a la pelirosa en la cama.

—Señor, es usted... —Dijo Sakura reconociendo el rostro del chico—. ¿Me ha salvado usted? Gracias por salvarme.

—No soy ningún señor.

—Lo siento, es por respeto. Me doy cuenta de que usted es muy joven.

—Ya veo. Eres muy educada y madura para tu edad.

—Sí, mis padres me enseñaron a serlo… —susurró Sakura. Una vez más no pudo contener el llanto y comenzó a llorar a mares, ante el recuerdo de sus padres.

—Supongo que es inevitable que llores. —Sasuke sacó una caja de pañuelos desechables de uno de los cajones de la mesita nocturna y se lo entregó a la pequeña—. Toma. Ahora iré a avisar que ya despertaste. Que ni se te ocurra salir, en un momento regreso.

—Disculpe. ¿Cuál es su nombre?

Sasuke detuvo su marcha, pero no se dio la vuelta.

—Sasuke.

—Muchas gracias por todo, Sasuke-san.

El pelinegro salió de la habitación, en dirección a la oficina de Tsunade. Sonrió levemente.

"Sasuke-san" Que extraño sonaba.


Bueno, hasta aquí el primer capítulo de esta historia c: Bien, lo que quería comunicarles con respecto a las otras dos historias es que posiblemente ya no las continúe. Lo siento mucho, pero me han prácticamente amenazado que si las continúo me denunciarán con el FBI, la CIA, el Vaticano, etc, ect, para que me borren la cuenta. Me acusan de plagio. Cuando comencé yo nunca lo vi de esa manera, pero bueno... no quiero arriesgarme a perder mi cuenta. De verdad lo lamento mucho, pero no seguiré Mordiscos de Amor ni La Guía de Sakura para Citas con el Lado Oscuro. Las animo a que lean los libros, de verdad son muy divertidos y no se arrepentirán.

En fin, me he animado a subir esta historia que comencé a escribir hace mucho, pero no había tenido tiempo de continuarla. Espero y me den una oportunidad y sigan leyendo más adelante. Si les gustó o no les pareció la idea, quieren que me lance de un precipicio o decirme alguna sugerencia las invito a escribirme un review, sus críticas constructivas son bien recibidas. Recuerden que los reviews siempre nos animan para continuar la historia.

Saludos a todas. Cuídense mucho.

Nos leemos pronto... :D