Se preguntaran que hago nuevamente molestando... es que adoro hacerlo :)

Solo les quería subir esta historia que es muy diferente de todo lo qeu escribo, quiero decir que nunca los habia escrito a ellos por encima de los 20 y pues se supone que aquí son maduros y todo eso. Ojala les guste.

"Carpe Diem" es una exprecion en latín que se puede llegar a traducir como nuestra actual: Vivir cada segundo como si fuera el ultimo. O mas estrictamente "Vive el momento"

Los personajes son J.K.


Capitulo 1

Abre los ojos y aun con la poca luz que entra a través de las cortinas cerradas logra ver la hora en el reloj. Las cinco cuarentaicinco. Se friega los ojos y aun con pereza se sienta despacio apoyando los codos en las rodillas luego de echar un rápido vistazo al lado vacío de la cama.

Baja las escaleras luego de darse una larga ducha con agua caliente y se dirige a la cocina, sube las persianas y abre las ventanas de toda la planta baja para dejar que la luz del sol asuste a las sombras de los muebles y a los fantasmas del pasado, el aire matinal también entra por las ventanas y refresca los rincones con brisas nuevas. Se coloca la sudadera azul que esta apoyada en el perchero y sale de la casa, parado en el pórtico mira hacia el horizonte a su derecha, suspira, desde hace algunos años esto es una rutina que le da alegría hacer. Se dirige a la panadería en busca de leche y pan y regresa con los mismos pasos tranquilos como los de un anciano conciente que lo que le tocaba vivir ya lo vivió y ahora solo espera su hora final.

Mira hacia las escaleras al escuchar pasos sobre esta y ve a su hijo mayor descendiendo con los ojos difícilmente abiertos. No podía parecerse mas a él, su desordenado cabello negro era innegable. James se sienta a comer mientras ve a su padre girar por toda la cocina.

-¡Me voy!- anuncia la voz que baja apresuradamente de las escaleras; Albus aparece en la cocina con un balón de rugby bajo el brazo y un bolso de deporte en el hombro, tomo uno de los beigel que Harry a comprado.

-¿No comes?- y sin esperar una respuesta toma a su hijo de los hombros y lo sienta junto a James, coloca un plato de cereal y un jugo de naranja frente Albus qué lo mira cejudo.

-¡Papá!- se queja- debo de estar en el campo dentro de 15 minutos.

-A la próxima levántate mas temprano. Pero de aquí no sale nadie sin antes desayunar- zanjó la conversación y se dirige al cuarto de lavado donde saca la ropa de la secadora y la dobla sin apuro.

Desde la muerte de Ginny ha tenido que desempeñar el rol de madre y padre a la vez. Puede ser que no lo haga bien, pero hace lo que puede. Y en verano, cuando sus tres hijos están en casa es cuando la extraña.

-Papi, creo que uno Nargle se robo a Ramona- se gira para ver a su pequeña Lily en su pijama de osos y con lagrimas en los ojos.

Se arrodilla en frente de ella y le seca las lagrimas con el índice, para luego atraerla hacia él y alzarla envuelta en un abrazo- tranquila amor, veras que Ramona aparecerá cuando menos te lo esperes- Lily sonríe- y si no es así, le preguntaremos a tía Luna como hacer para atrapar a ese Nargle ladrón, ¿Esta bien?

La pequeña se sacude de los brazos de su padre, forzando a este a bajarla. La ve correr feliz hasta la cocina donde escucha como le relata a James lo de su muñeca perdida.

Harry termina de sacar la ropa y la coloca en un cesto para poder llevarla hasta los cuartos. Al pasar por la cocina donde sus tres hijos desayunan escucha que lo llaman.

-Papá, esta noche me han invitado a una fiesta ¿Puedo ir?- Harry mira a James ceñudo y luego con un poco de duda asiste, el chico se baja del banco de un salto y le de un fuerte abrazo a Harry- gracias viejo- Harry le revuelve el pelo con la mano que tiene desocupada.

-No estoy viejo- se queja.

James que aún lo abraza por la cintura alza sus ojos – ya tienes unos cuantas canas papá, no niegues lo inevitable- y con la sonrisa heredada de los Weasley le da un leve codazo en las costillas.

-Pero así te ves "sexy" papi- escuchan decir a Lily.

-¿Dónde escuchaste esa palabra Lily?- los tres hombre la miran realmente sorprendidos.

-Mamá lo dijo- dice sin alzar su mirada del plato de cereales, completamente ajena a las miradas sobre ella

-Ah esta bien, pero no la andes repitiendo por ahí- dice Harry un poco incomodo, por el rabillo del ojo pudo ver a Albus correr hacia la salida- alto ahí joven- el chico se para con la mano en la perilla de la puerta. Antes de continuar Harry hecha un rápido vistazo al plato medio lleno de Albus y decide que eso era mejor que nada- cuando regreses quiero que dejes tus zapatillas de deportes en el pórtico y te metas a la ducha de inmediato, nada de desviarte luego de la practica y si quieres salir, igual que ayer, esta vez me avisas.

-Si papá- responde mecánicamente- ahora ¿me puedo ir?- Albus salta impacientemente

-Primero- Harry señala su mejilla, Albus niega con la cabeza pero se acerca a Harry a darle un abrazo rápido- así esta mejor.

-Cuando vas a entender que ya estoy grande para esto- se queja Albus a pesar de no molestarle en realidad, pero todos los días es igual y la pequeña discusión es un ritual entre ambos y él debe seguir interpretando su falso disgusto.

-Nunca- sentencia Harry- vete que llegaras tarde- un bufido es la respuesta por parte de su hijo y una sonrisa de parte de Harry.

Sube las escaleras y deja la ropa de los chicos es sus habitaciones, sobre las camas. Tal vez es un padre fuera de lo común, tal vez ser viudo lo ha cambiado y ahora es, como bien lo había dicho James, un viejo. Pero sentimental. Tener un abrazo de sus hijos es la mejor recompensa para levantarse cada día.

Al llegar al cuarto de Lily con las nubes pintadas en las paredes y las mariposas colgando en el centro, sonríe, para luego dejar sobre la cama a la pobre Ramona, la muñeca de trapo que Hermione le ha regalado cuando era pequeña. Harry a tenido que secuestrar a Ramona luego que Lily cayo dormida la noche anterior para meterla a lavar y librarla de las manchas de comida, fango, pintura y todo material liquido que Lily derrama "accidentalmente" sobre ella. Y todo esa misión secreta es para que Ramona este presentable para el campamento al cual ella y Lily se irían hoy.

Eran las 10:28 de la mañana la última vez que ha visto su reloj y apenas a avanzado dos minutos. Esta solo en casa, James ha salido con unos amigos de Hogwarts y se quedara a dormir fuera, Albus regresa de su entrenamiento cerca de las dos de la tarde y Lily a inicio su campamento de exploradoras. La noche anterior ha preparado todo para que su pequeña tuviera todo listo, a pesar de hacerse cargo de ella todos los días del año, ya que aun le falta unos años para entrar a Hogwarts, no puede hacer todo por él solo. Cuidar de James y Albus ha sido más fácil, son chicos, les gustan las mismas cosas que a él le gustaban de pequeño, pero con Lily todo es más difícil, mas complicado. Gracias a la ayuda qué recibe de Hermione ha podido salir adelante.

La muerte de Ginny fue un trágico accidente, y a pesar de estar a punto de separarse porque no querían formar una familia llena de amargura y reproches, le dolió mucho perderla, no porque fuera la mujer qué amaba, sino porqué fue una buena amiga que lo ayudo mucho en el pasado y le regalo tres magníficos hijos. El dolor de ver a sus hijos llorando por una madre que nunca mas los volvería abrazar, lo derrumbo y lo sumergió en una fuerte depresión. No salía de su cama ni le sonreía a su pequeña Lily qué con solo 3 años lo llamaba desde la puerta de la recamara pidiéndole que se levantara, que salieran a jugar; no miraba como James había tenido qué asumir el rol del hombre de la casa con tan solo 7 años y de como había sostenido la mano de sus dos hermanos pequeños el día del funeral de su madre, fingiendo ser fuerte sin derramar una sola lagrima porqué su padre no era capaz de alzarse de la cama; no podía darse cuenta qué Albus no sonreía mas y que por las mañanas se despertaba con las sabanas mojadas, las mismas que James sin reproches cambiaba y lavaba cada mañana.

Nadia había sido capaz de sacarlo de su estado de pesimismo, hasta que un día luego de cinco semanas de reclusión y extremo aislamiento del mundo Hermione interrumpió en su cuarto, abrió las cortinas dejando que el sol lo cegara y con un fuerte jalon le quito las sabanas que tenia encima. Lo obligo a meterse en la ducha bajo un chorro de agua helada que le despejo el cerebro de la congoja que el mismo se había impuesto sin sentido. Le dijo que si se encontraba sufriendo en esa forma por el dolor qué sus hijos sentían, se estaba convirtiendo en un idiota, porqué los tres pequeños luchaban afuera de esas cuatro paredes ¡Solos! Porqué los había abandonado; que quien había muerto era Ginny y no él, la que ya no podía abrazarlos mas era ella, no él; que todo eso era un teatro qué hacia para qué el mundo se compadeciera de él, pero que el mundo no lo haría, admiraba y conocía al Harry Potter que sacrificaba todo por tener a los suyos bien y felices no al débil hombre de edad media que se quejaba dentro de su habitación sin razón.

Y desde ese día comprendió que Hermione era la mujer qué mas palabras correcta decía en todo el mundo.

Se levanto de la cama, se sacudió la pereza y la compasión por si mismo para ir hasta donde sus hijos y abrazarlos, pedirles perdón por haberlos dejado solos en los momentos que mas lo necesitaban. Hermione lo miro desde el marco de la puerta con lágrimas en los ojos, conmovida hasta la medula por la sinceridad en la mirada verde de Harry y en la de sus hijos que sin resentimientos lloraban de alegría porque habían recuperado a su padre y no estarían solos nunca mas.

Desde ese día Harry se convirtió en la madre que sus hijos necesitan y en el padre que siempre había sido y sigue siendo. Y así han pasado ya siete años, años en los que Harry ha tenido qué aprender a cocinar, a usar la lavadora correctamente, a remendar pantalones rotos, a sostener las manos de sus hijos cuando estos sufren algún accidente, a velarlos noches enteras cuando sufren de fiebre o alguna enfermedad y a asistir a muchas reuniones a Hogwarts por culpa de James y Albus qué al parecer han heredado la vena rebelde de su padre.

Se sienta en el sofá y cierra los ojos, el año próximo Lily se ira también y su corazón da un pequeño giro al pensar en lo solo que se quedara. Los vera solo para las vacaciones. Los extraña ya.

La puerta se abre dando paso a una ola de aire fresco y Harry se pone de pie para recibir a Hermione con un abrazo.

-Hola guapa- le da un beso en la frente. Ella le sonríe y tomándolo de la mano lo llevo hasta el sofá donde Harry ha estado sentado.

-Te tengo una buena noticia- sonríe haciendo que el moreno la imite sin saber el porque de la sonrisa- ¿Qué hacías antes de que llegara?- pregunta curiosa al recordar el rostro de él cuando lo vio.

-Nada, pensaba- dice recordando y bajando sus ojos hacia sus manos. Ella le alza el rostro sujetándolo de los costados y lo mira directamente- pensaba en todo lo que a pasado desde la muerte de Ginny- Hermione lo miro con pesar y le coloca una mano en la rodilla- pensaba en como me sacaste de la cama.

Ella sonríe y él no puede evitar hacerlo también.

-Fuiste la única qué me dijo lo que necesitaba oír, gracias por eso- la abraza fuerte contra el pecho.

-Ya me lo has agradecido mucho.

-No lo suficiente, creo que no te he dicho lo agradecido qué estoy de haberme enseñado a separar la ropa por colores antes de meterla a lavar, de haberme ayudado en las cenas de navidad, en los proyectos escolares de los chicos antes de Hogwarts y en como te has convertido en la madre qué no tienen.

-Ellos no me necesitan, te tiene a ti, tú eres el que los ha hecho lo que son.

-No hubiera hecho nada de eso si no hubieras estado a mi lado- la estrecha un poco mas a su pecho- también pensaba en lo solo qué quedara la casa ahora que Lily se vaya a Hogwarts, creo que extrañare tomar el té con sus muñecas y escuchar todas esas historias que a aprendido de Luna- ambos sonríen.

-No puedo creer qué se crea todo eso- Hermione frunce el ceño divertida.

-Debemos evitar que Luna la visite seguido- en medio de otro par de sonrisas Hermione recuerda lo que tenia que decirle a Harry y se separa de él.

-Aunque creo qué esta casa no quedara sola- el tono de su voz es divertido y lo mira con ojos castaños brillantes. Él un poco confundido achina los ojos- espero que eso de cambiar pañales y hacer biberones no se te haya olvidado aun- coloca su mano en el vientre y sonríe nuevamente.

Harry la mira sorprendido, siente un calor intenso y un nudo en el estomago. ¿Hermione embarazada?

No lo puede creer, no sabe si es una broma. El mundo ha cambiado de color con la noticia. Dentro de su corazón las emociones llegan y se van, movidas por hilos transparentes que al ver la sonrisa de Hermione se convierten en púas afiladas llegando a dejarlo sin aire. El rostro de la castaña se desfigura al ver la reacción de Harry, se pone de pie y sin decir nada sale de la casa.

Él no se mueve, aun puede ver la parte aplastada en le sillón donde ella ha estado sentada. Y el frío, que no sabia que había, lo esta haciendo temblar. Se lleva las manos al rostro y grita contra ellas. ¿Por qué pasan estas cosas cuando él aun no esta preparado?