Prefacio:

Los pasillos de la gran mansión eran muy grandes para los pequeños Theodore y Phoebe Grey.

O tal vez no tan pequeños

Ambos caminaban discutiendo hasta que doblaron un pasillo y se encontraron con su padre, Christian Grey, que los miraba con una ceja alzada.

Y bien, ¿Qué sucede aquí? — pregunto

Ambos jóvenes empezaron a hablar al mismo tiempo y se quedaron en silencio cuando su padre alzó una mano en señal de que se callaran.

Ted quiere coger el Audi — murmuró Phoebe

Y la niñita también lo quiere. Yo le he dicho que soy el mayor y por lo tanto merezco tener el auto— murmuró su hermano cruzándose de brazos

Theodore estás siendo muy egoísta; pero de todos modos no podrán utilizar el Audi ya que tu madre y Taylor han ido a comprar algunas cosas-murmuró Christian

Ted bajo su cabeza un poco avergonzado y Christian sonrío. El amaba ser el dominante, pero nunca pensó que con sus hijos podría serlo.

Phoebe, ¿por qué no vas con Teddy a pasear por la casa mientras voy a ver si Sawyer tiene algún auto disponible?

Claro- respondió ella y tomo a su hermano de la mano llevándoselo a otro pasillo

Sueltame Phoebe- murmuro

Callate y sígueme idiota — murmuró ella

Pero que…- murmuro pero fue interrumpida por la mano de su hermana que se posó sobre su boca impidiéndole hablar.

Calla y escucha. ¿Sabes de donde salió papá? — preguntó ella

Y como mierda lo voy a saber yo — se libro del agarre de su hermana y continuó hablando— Si venia discutiendo contigo.

Phoebe suspiró largamente y hablo:

Venía de la habitación prohibida. — y señaló esa habitación que tanto Christian Grey como Anastasia Grey habían prohibido a aquellos dos adolescentes.

No jodas, ¿es enserio? — pregunto el más joven de los Grey

Sí, pero creo que lo mejor es irnos de aquí y fingir que nada de esto pasó. — sugirió

¡Y una mierda Phoebe! Nunca hemos podido entrar y ahora dices no a eso. Tenías que ser idiota— murmuro

Ted se arrodilló y la tomo de las piernas cargándola y empezó a caminar por el pasillo hasta llegar a una puerta de mármol negra y grande. Bajó a su hermana y ambos quedaron frente a la puerta.

Aún puedes arrepentirte, Phoebe y irte para no ver nada de esto. — murmuró su hermano

Estamos aquí, también quiero verlo—

Vale, abriré la puerta a la cuenta de tres ¿sí? Empiezas tu—

Uno

Dos

Tres

No sucedió nada, Ted no abrió la puerta, lo único que hizo fue mirar fijamente a Phoebe con esos ojos grises que había heredado de su padre. Phoebe por su lado lo único que hizo fue mirar fijamente la puerta y a los segundos estaban listos para marcharse…pero su curiosidad pudo más y abrieron la puerta prohibida.

Y gran sorpresa que se llevaron ambos

¿Qué demonios es esto? — dijo Ted

Mierda… papá es dominante— exclamó Phoebe con el deseo de irse de esa habitación pero al mismo tiempo la adrenalina de correr ese riesgo se extendió hasta sus poros.