Disclamer: Ninguno de los personajes usados para este fict me pertenecen, todos son de Masashi Kishimoto, y yo no tengo regalías por mis geniales historias (tengo ego, no me culpen xD).

Reto # 23 de los 100 ShikaTemas

Dedicado a Titxtu, para que no diga que no hago más que "yushear" xD


TODO QUEDA EN FAMILIA


Capítulo 1. Siéntete como en casa.

Aquella mañana, Nara Yoshino despertó más entusiasmada que de costumbre, signo inequívoco de que estaba por ocurrir algo importante, algo poco común…

Sin dejar que su marido, Nara Shikaku, permaneciera más tiempo en los brazos de Morfeo, la exigente ama de casa y matriarca del clan de las sombras corrió las cortinas y abrió las grandes ventanas antes de arrancarle las cobijas al moreno que al sentir el frío de aquella mañana se enroscó buscando mantener el calor de su cuerpo, y apretó involuntariamente los ojos aún cerrados, escuchando la voz de su mujer que lo incitaba a levantarse de una buena vez mientras ella iba a preparar la colada…

Y segundos después, suspirando con resignación, el líder del clan abrió un poco uno de sus negros ojos para ver el calendario que tenían junto al reloj… y suspirando nuevamente, se rasco la pequeña barba de dos días sin rasurarse, adivinando lo que había mantenido a su mujer prácticamente en vigilia.

Aquel era el día en que Sabaku No Temari, la joven hermana del Kazekage, llegaría a Konoha para instalarse cerca de un mes con ellos… y esbozando una sonrisa divertida, Shikaku se removió en la cama, dispuesto a volver a dormir unos minutos más…

Definitivamente, su hijo Shikamaru iba a pasárselas duras con esa fierecilla en casa…

- - - -

-¡Shikamaru deja de hacer el vago y ponte a hacer algo de provecho como arreglar tu cuarto por ejemplo!

Ordenó la matriarca del clan Nara, gritándole desde las escaleras a su pequeño retoño quien en teoría debería estar ya despierto.

Odiaba tener que gritarle, pero tenía comprobado que a los hombres de aquel clan había que tratarlos con mano dura o de lo contrario no hacían nada, y eso lo avalaban todos los años de experiencia que eran los mismos que tenía de matrimonio con Shikaku, a quien por cierto no había visto bajar todavía… y eso que hacía media hora que le había arrancado del cuerpo las cobijas…

-¡Shikaku si no bajas en diez segundos te quedarás sin desayunar, comer y cenar!

Gritó esta vez una amenaza, y nada más necesitó contar hasta cinco cuando vio a su marido aparecer en lo alto de las escaleras aunque todavía bostezando…

-Hai, hai

Susurró el hombretón, y esbozando una media sonrisa que no permitió que él viera, Yoshino le dio la espalda respondiéndole que un solo hai era suficiente, y acto seguido regresó apresurada a su cocina.

Aunque no se lo dijera a nadie, y no lo admitiera abiertamente, estaba nerviosa por la llegada de la joven embajadora de Suna a su casa. Quería que todo estuviera perfecto e impecable, no porque quisiera impresionarla, sino que no quería poner a su hijo en vergüenza.

Porque aunque su Shikamaru tampoco aceptara abiertamente que la hermana del Kazekage le gustaba, su madre lo sabía perfectamente nada más con ver su rostro cuando hablaba de ella… y ella, como buena alcahueta, iba a hacer todo lo que estuviera en sus manos para juntarlos.

Porque Yoshino Nara sabía, por intuición y una exhaustiva investigación, que su hijo y Sabaku no Temari estaban hechos el uno para el otro aunque ninguno de los dos lo aceptara abiertamente…

-Me marcho a por Temari, no tardo.

La voz de Shikamaru obligó a Yoshino a dejar a un lado sus meditaciones. Pensó en girarse sobre sus talones y seguir a su hijo hasta acompañarlo a la salida, quizás decirle unas cuantas palabras de aliento o animo… sin embargo al darse vuelta y toparse con el rostro de su marido, su mente se quedo en blanco y ella inmóvil, estática…

¿Qué iba a decirle a su hijo, de cualquier forma? Ella no actuaba así…

-Malditos nervios traicioneros- pensó endureciendo el gesto, y dando de nuevo media vuelta para regresar a la cocina, yendo directamente al fregadero para dejarlo reluciente y brillante.

Se estaba poniendo histérica, paranoica. Y todo por que su único hijo estaba enamorado de una chica a la que ella no conocía y de la cual sólo había oído hablar…

-Respira Yoshino, que no pasa nada, sólo es una chica como las demás – se dijo mentalmente a sí misma, tratando de controlarse, y sin embargo, sabía que nada de lo que se dijera a sí misma iba a conseguir controlar los nervios que le provocaba conocer a la mujer de la que su hijo estaba enamorada…

-Mujer, el guisado se está quemando…

Levantando la vista del fregadero, Yoshino miró fijamente a su marido.

Había escuchado su voz, más no había puesto atención a lo que le había dicho… y no fue hasta que él señaló hacia la estufa, que ella se dio cuenta del humo negro que salía de la cacerola que tenía en el fuego…

Y por primera vez en mucho tiempo, Shikaku Nara escuchó a su mujer gritar a causa de un descuido propio…

- - - -

Shikamaru llego a las puertas de Konoha, apenas con escasos diez minutos de anticipación. No era que supiera la hora exacta en que Sabaku no Temari cruzara las puertas de Konoha, sino que, después de tantos años de tratarla y ser su guía, ya sabía que a la embajadora de Suna le gustaba llegar a desayunar en alguna de las casas de té que solían abrir a esas horas.

Así que, nada más saludar e informar a Izumo y Kotetsu que estaban como siempre vigilando la entrada y salida de los ninjas, el heredero del clan de sombras apoyó la espalda contra la barda que limitaba la aldea y se dispuso a esperarla durante aquellos diez minutos que ella tardó en llegar con su enorme abanico en la espalda y enfundada en un nuevo kimono corto que por un momento hizo que al shinobi se le paralizara el corazón…

¡Kami, estaba arrebatadoramente hermosa…!

-Cuanto tiempo sin verte genio…

La enorme y sincera sonrisa que Shikamaru vio dibujarse en el hermoso rostro de Temari, consiguió que su corazón volviera a latir a toda prisa en su pecho, además de hacerlo demostrar su gusto de volver a verla, sonriéndole discretamente mientras se acercaba a paso lento hacia ella…

-¿Ahora dirás que me extrañaste, problemática?

Respondió él, medio en broma medio en serio al detenerse frente a ella, que acto seguido se rió abiertamente sacudiendo ligeramente la cabeza… y Shikamaru se mordió la lengua como reprimenda por haber dicho aquello sin pensar… aunque ciertamente se moría de curiosidad por saber.

-Anda, llévame a una casa de té, me muero de hambre

Pidió Temari sin borrar su encantadora sonrisa, e ignorando olímpicamente la pregunta del vago, quien conteniendo un suspiro, volvió a reprenderse por esperar cualquiera que fuera la respuesta que ella podría darle, ya que era obvio que no iba a responderle… después de todo, era Sabaku no Temari con quien estaba tratando, y con ella los sentimentalismos y cursilerías no daban resultados… y acatando inmediatamente la petición-orden, la guió por las calles de Konoha dispuesto a cumplirle su capricho, después de todo, aún tendían que ir ante la Hokage antes de poder llevarla al distrito de los Nara…

- - - -

Shikaku permaneció cerca de una hora, sentado frente al comedor con su codo derecho sobre la mesa, y la cabeza apoyada en su mano, mientras fumaba tranquilamente uno de sus cigarros.

Su mujer había salido de compras de última hora nada más quitar la olla quemada de la estufa y darse cuenta de que todo su perfecto almuerzo se había parcialmente carbonizado… y eso que a él le había parecido que no se había quemado tanto, pero en cosas de la comida sólo Yoshino sabía, y de cualquier manera, a él no le convenía llevarle la contra, y era por eso que él estaba precisamente en ese mismo momento, sin absolutamente nada que hacer, siguiendo con la vista el curso del humo de su cigarrillo, a la espera de su autoritaria mujer que le había dicho estrictamente que se quedara en casa mientras ella volvía con las compras…

Y entonces, la puerta principal de la casa se abrió, y la cabeza del clan Nara escuchó la perezosa voz de su vástago que informaba a todos y a nadie en particular su llegada.

Obligadamente, Shikaku apago el cigarro y se puso de pie, para darle la bienvenida a la escultural rubia de ojos verde aguamarina que durante al menos un mes estaría viviendo con ellos en aquella casa...

-Bienvenida, Temari hime, esperamos que durante su estancia en Konoha se sienta como en su casa – le saludó con toda la cortesía debida, haciendo una ligera reverencia de respeto, que la embajadora imitó.

-Gracias por permitirme quedar en su casa, Nara san. Para mi es un gran honor estar aquí - respondió ella, también manteniendo las cortesías de la rigurosa etiqueta, mostrándose agradecida y educada, como una digna invitada de la que no quería que nadie tuviera quejas, porque después de todo, era la embajadora y debía poner el ejemplo de un buen comportamiento.

-Para el clan Nara también es todo un honor hospedarla. Por favor, llámame Shikaku, que me llamen por mi apellido me hace sentir viejo - pidió el hombre, y la rubia asintió sonriendo ligeramente.

-Con la condición de que me llame simplemente Temari, no me gusta que usen tantas formalidades conmigo- respondió ella, y el cabeza del clan, sonriendo también, asintió mirando de reojo el rostro de su hijo que intentaba en vano ocultar su media sonrisa. Seguramente la situación le estaba causando gracia…

-Me parece justo. Shikamaru, ¿podrías llevar a nuestra invitada a su habitación? Tu madre no tuvo que salir de emergencia y no tarda – dijo terminando con las formalidades y quitándole la sonrisita a su hijo, que esperaba que su madre se encargara de aquello…

-Tengo que volver lo antes posible al domo de la Hokage, me necesita para papeleo importante - informó, mostrándose renuente a acatar aquella orden, y por supuesto, Shikaku no cambió de opinión en absoluto.

-No te tomará más de cinco minutos. Yo debo ir al bosque del clan, al parecer hay un pequeño ciervo herido y tú sabes que entre más tiempo tarde su situación se puede agravar- se excusó con una mirada victoriosa, - además, me parece que Temari también debe presentarse ante la Hokage a trabajar…

-En eso se equivoca Shikaku san- le interrumpió la ojiverde, tratando de no parecer descortés, y captando la mirada de ambos hombres que la miraron un par de segundos en silencio, mismo que ella rompió al descifrar la duda pintada en sus rostros…- Hokage sama me ha dado el día libre para que me instale, y no será necesario que me presente hoy al domo- dijo con total control de la situación, mirando a uno y otro alternadamente.

Y de manera casi sincronizada, el par de hombres Nara, suspiraron y susurraron un "mendokusai" que provocó la sonrisa de Temari… al parecer, padre e hijo era parecidos más que en el físico…

-Supongo que tendré que esperar a Yoshino, sería una total descortesía dejarte sola en casa- susurró Shikaku cruzándose repentinamente de brazos. No había contado con que le dieran el día libre a la chica… pero antes de que Shikamaru, quien ya había pensado en algo hablara, la kunoichi se le adelantó sugiriendo algo completamente inesperado…

-Yo podría acompañarlo a ver al ciervo, si no le molesta...

Y parpadeándo sin siquiera ver la cara de estupefacción de su hijo, Shikaku asintió sonriendo.

Seguro, ¿porqué no?


Ahora si. Reviwes please!!!!! xD