Bueno, hace mas o menos dos años que no actualizo nada, deje unas historias mmm un poco pendientes, pero nada que no pueda retomar nuevamente.. Quisiera presentarles esta propuesta, es una historia que me llega mucho, tengo mucho material y solo necesito saber si les gusta y quisieran que la continuara. Les agradezco de antemano su tiempo
Muchos besos.
Hace días que no tenía recaídas como estas, ha pasado ya más de una semana desde el último gran episodio.
Cuando tenía 13 años, jamás pensé que mi vida cambiaria tanto, pensé que todas las cosas que estaban sucediendo eran para mejor, que al fin la suerte, en cuanto a temas familiares, estaba mejorando.
Pero todo empezó un 18 de junio de 2008.
Era un día bastante normal, un poco asoleado en relación a la fecha en la que estábamos, pero más allá de eso, nada. Recién había amanecido, ese día no fui al colegio, recuerdo perfectamente la ropa con la que estaba, era un pijama de verano, aun no sacaba los de invierno, me gustaba mucho, era un short verde con una polerita en juego…
Recuerdo que tenía muchas ganas de prender la computadora, había un juego muy infantil que me gustaba mucho y solo quería pasar el rato antes de ir a tomar mi ducha. Cuando estaba en proceso de acomodar todo, siento que tocan mi puerta.
-Pase- dije a la vez que me levantaba de la silla
-Hija, me voy- por vez primera note algo raro en su expresión facial, a todo esto, el sujeto en cuestión ni siquiera es mi padre, solo es el pseudo esposo actual de mi madre, note algo extraño con solo escuchar estas simples palabras, algo había cambiado… y me dio terror pensar en que era.
-Emm, oka, que le vaya bien- instintivamente di un paso atrás, estaba asustada, aterrada.
-Nos vemos- dijo esto a la vez que se acercaba para besar mi mejilla, como de costumbre.
Hasta ahí todo normal, cerré la puerta y me dispuse a seguir en mis cosas, pero sentí ruido y al acercarme a la puerta, esta se abrió de golpe y sucedió…
-¿Qué pasa?- pregunte evidentemente asustada
-Se me olvido algo- dijo descaradamente y sin más preámbulos, estiro su brazo y abuso de mí, toco uno de mis senos sin ni una pizca de afecto paterno, con descaro, con decisión, con fuego en sus malditos ojos de enfermo…. Y allí me dejo, sintiéndome asquerosa, sucia… una basura.
Ese día comenzó mi pesadilla, esa que tardaría tanto en desaparecer.
Muchas gracias por leer, espero sus comentarios, por si les gusto :)
Mary
